La Ilusión de una Verdad |ECA...

By AzenethMireles

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Primera parte de la saga: El Camino al Paraíso. Aunque te vallas, sabes que jamás podrás huir de tu pasado... More

Aclaración
Dedicatorias
Prefacio
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capítulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capítulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capítulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Epílogo
ESPECIAL *Conociendo a Cathalinna Capaldi*
ESPECIAL *El desastre que es mi vida*
ESPECIAL *Compras Navideñas*
Último especial

Capitulo 13

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By AzenethMireles

(Pláticas con Gemma)

Este Capítulo está dedicado a HermioneChase29

  Cuando por fin Rayrick terminó de hablar con su padre, ambos bajaron y entre todos disfrutamos de las deliciosas galletas de algodón, que sorprendentemente no me habían quedado mal.

—Van a mejorar tu receta Cariño —comentó Daniel a su esposa al probar las galletas, Marina sonrió.
—Me encantaría ver eso —dijo ella emocionada.
—Ella va a hacerlo mamá —comentó Raymond— le gusta la cocina, así que no dudo que lo logre.
—¿Te gusta cocinar? —inquirió Marina, yo asentí con la cabeza.

—Deberías probar sus platillos, son extraños, pero el sabor es increíble, un sazón único —elogió y no pude evitar un sonrojo terrible. A excepción de los gemelos, nadie había elogiado mi comida, en parte porque jamás le había cocinado a nadie, el hecho de que Raymond se los dijese a sus padres solo hacía que de verdad me creyese lo que decía.
—Bueno, era comida mexicana, así que supongo que por eso te sabía un poco extraño —admití.

Daniel y Marina se miraron entre ellos y luego me miraron a mí con curiosidad, sin embargo, no dijeron nada más sobre el tema.

—¿Crees que podamos irnos? No es que no esté a gusto, pero te recuerdo que necesito regresar temprano a Delta Gamma —le susurré a Rayrick cuando sus padres estaban demasiado enfrascados en una conversación.
—Claro Princessa, solo estaba esperando a que tu quisieras irte —añadió con una pequeña sonrisa que me causó una punzada en mi pecho, se giró hacia sus padres y habló en voz alta— Mamá, papá, nosotros tenemos que irnos, debo pasar a dejar a Cathy con Athala a Delta Gamma.
—Es una pena que no puedan quedarse cariño —dijo Marina mirando significativamente a sus hijo, algo que hizo temblar a Raymond, lo noté ya que estaba sentada a su lado en el sofá.

Nos despedimos de los padres de Raymond y nos subimos al auto.

—No fue tan malo como esperaba —dijo Raymond cuando ya íbamos de camino.
—Bueno, eso dices tú, para mí fue un desastre —declaré.
—¿Por qué un desastre?
Gordo, hoy me enteré de que tu papá es uno de los accionistas de The Titans, y los Capaldi tenemos problemas con dicha empresa desde tiempos inmemorables, además de que te excediste con lo de la comida.

—No lo hice, solo dije la verdad, Cathy, es la mejor comida que he comido, solo no le digas a mi mamá que dije eso —me reí divertida por el miedo a su mamá, parecía un niño pequeño.
—Tu secreto está a salvo conmigo Gordo —declaré. Fue entonces que me di cuenta de que estábamos enfrente de Delta Gamma, lo miré frunciendo el ceño— Te pedí que no me dejaras frente a la fraternidad.

—Lo sé, pero no hay otra manera de asegurarme que llegues a casa a salvo que no sea dejándote en la puerta.
—No quiero chismes ni problemas Rayrick, recuerda mi razón de venir aquí —dije casi entono lastimero.
—¿Es de verdad tan importante para ti? —preguntó mirándome a los ojos y sentí un rayo pasando por todo mi cuerpo cuando nuestros ojos se conectaron.
—Por favor —casi supliqué, si aparecía bajándome del auto de Raymond todos los intentos de evasión de Tiffanny habrían valido de nada.

Raymond arrancó el motor y avanzamos unas calles, entonces me dejó salir del auto.

—¿Aún puedo seguirte de lejos? Le prometí a Athala que te llevaría ahí sana y salva —dijo con ojos de cachorro. Apreté mis labios indecisa, y al final terminé asintiendo con la cabeza, no muy segura de que fuera la mejor de las ideas.

Comencé a caminar hacia la fraternidad, Raymond me seguía no tan de cerca, pero sabía que ahí estaba, cuando finalmente abrí la puerta, vi su Roadmaster al principio de la calle, cerré la puerta lentamente, hasta que escuché al auto pasar frente a el edificio.

—¿Dónde estabas? —inquirió Ashley— ¿Qué te pasó en el brazo?
—¡Calla! —exclamó Tiffanny— acá las preguntas las hago yo. Y justo ahora no tengo ganas de hacer un interrogatorio, y con tu voz chillona solo aumentas mi migraña, lárguense de acá Smith, no quiero ver a nadie abajo —añadió al final viendo a Athala quien bajaba las escaleras.

Y de nuevo, Tiffanny acababa de salvarme la vida.

—Gemma te espera arriba —dijo Athala mientras nos dirigíamos hacia las escaleras, ya para subir me giré a mirar a Tiffanny, que de manera imperceptible asintió la cabeza cómplice, hice lo mismo, las reglas estaban establecidas y ambas parecíamos entender bien el juego. Luego seguí a Athala hasta nuestro piso.

—¿Acaso le hablaste a Marina para decirle que yo estaba con Raymond? —inquirí entrando al piso.
—Bueno, algo mencioné sí —dijo ella— fue con el fin de ayudar a mi primo con sus padres. Veo que les caíste bien, a pesar de todo.
—No fue lo más inteligente presentarme a Daniel Rickford Borgbier de esa manera Athala —admití.
—Mi primo no lo sabía, Raymond lleva fuera del negocio mucho tiempo, de hecho jamás le interesó, así que nunca se preocupó por recordar nombres —explicó ella encogiéndose de hombros— cuando todo empezó a interesarle, apareció... una chica —dijo con trabajos y enojo— ella logró alejarlo lo suficiente de la empresa como para que no quisiera saber nada acerca de eso. Raymond jamás reconoció tu apellido porque de verdad no tenía idea de la riña con Capaldi's Company. Y yo jamás te dije nada porque no pensé que ustedes se hablaran.

—¿De qué estamos hablando? —inquirió Gemma, Athala se puso rígida como roca.
—De todos mis descubrimientos del fin de semana —le dije a Gemma, de todas formas terminaría contándole todo, era mejor que Athala supiese que entre Gemma y yo no había secretos.
—¿Cómo cuáles?
—Como que jamás fuiste a ver a Stella —dije divertida, recordando de pronto su pésima excusa, a Gemma se le subieron los colores al rostro como cada vez que era descubierta en una mentira.

—¿Cómo? —dijo con la cabeza gacha.
—Sé geografía Gemma, y ninguna persona sensata tomaría un taxi para ir de New York a California.
—Bien, igual iba a terminar contándotelo todo.
—Se cuentan lo que quieran luego, ahora mismo solo quiero decirle a Cathy que es la mejor novia falsa del mundo, un poco más y de verdad creía que era la novia de mi primo.
—¿Tu primo? —Gemma me miró.
—Después de que me abandonaras en la fiesta, su primo me ayudó cuando una bala perdida alcanzó mi brazo.

—¡Cielos santos! Cathalinna Capaldi Thayer debiste haberme dicho —me regañó, la ignoré y le seguí la charla a Athala.
—Solo devolví el favor, además, tu primo parece estar rodeado de personas locas en verdad.
—Andrick y Kaleb estuvieron intentando por semanas convencerlo de decirles quién era una tal Princessa, jamás pensé que fueras tú.
—Yo tampoco esperaba que ustedes fueran primos y mira...
—Chicas, cada vez las entiendo menos —dijo Gemma confundida.

Justo entonces comenzó a sonar el teléfono del piso, las tres nos miramos y Athala se acercó a ver quién llamaba, pero así se alejó del teléfono. Gemma y yo nos miramos extrañadas.

—¿Quién es? —dijo Gemma como quien no quiere la cosa. Athala no respondió. Nos quedamos en un silencio solemne hasta que el teléfono dejó de sonar, Athala pareció respirar hasta que la voz de Apolo comenzó a salir del buzón del teléfono.

"Estoy orgulloso de ti, estoy seguro de que serán las mejores, iba a decirte que ahí estaré sin falta, solo que llegaré algo más tarde, tengo una reunión con la academia y no creo que terminemos temprano, sin embargó, claro que estaré ahí guapa"

—¿Se puede preguntar? —inquirió Gemma.
—No, no se puede —dijo una hermética Athala mientras recogía sus cosas de forma estrepitosa y nerviosa— debo irme, tengo un lugar al que llegar —antes de salir del piso me miró— la próxima vez que te quedes en casa de mi primo procura decirle que compre una lavadora, es una lata estar saliendo a lavar la ropa ¿Vale? ¡Oh! Y por cierto, eres la mejor novia falsa del mundo —dijo con una sonrisa traviesa y antes de cerrar la puerta añadió significativamente, omití decirle que Raymond ya había comprado la lavadora— llegaré algo tarde y tal vez me quede donde mi hermano.

—No es que sea insistente, pero... ¿Vas a explicarme lo que acaba de pasar en este lugar?
—Después de que tú me expliques por qué me mentiste acerca de ir a ver a Stella —le rebatí a mi mejor amiga, quien suspiró cansada y comenzó a caminar hacia su habitación. La seguí.
—Cathy, me fui con Kaleb ese día —admitió ella.
—Lo sé, Raymond me lo dijo —añadí.
—Estaba con Kaleb cuando me acerqué a él, supongo que no iba a quedarse callado.
—En realidad estás a salvo, Raymond no dirá nada, podrá ser muchas cosas, pero no creo que traicione a su primo.

—¿Estás insinuando...? ¿No estarás insinuando que Kaleb y Raymond son...? —ella no podía terminar la frase, así que lo hice por ella.
—Primos, Gem, ellos son primos.
—Entonces ¿Greta, Andrick, Roxana, Athala, Kaleb y Raymond son primos? —inquirió Gemma.
—Sí, y son hijos de los pilares de The Titans Enterprises —declaré.
—Estamos fritas si nuestros padres se enteran que todo nuestro círculo social es la competencia —dijo Gemma y yo solo asentí con la cabeza. Entonces se le fue el color del rostro y apretándome la muñeca dijo— eso también significa que Clary puede ser hija de Andrick, Kaleb o Raymond, y no me vayas a decir que de Andrick no porque es gay, después de todo tal vez no siempre lo fue y pudo haberse hecho gay luego de que tuviera a la niña y lo abandonaran con la pequeña y por eso terminó haciéndose gay y...

—Gemma, tranquilízate —intenté.
—Pero que tal si el papá de la niña es Kaleb o Raymond, ¿Te imaginas? Yo no podría con mi vida si fuera hija de Kaleb porque eso significaría que quería demasiado a la mamá de la niña como para haberla tenido y... ¿Tú lo soportarías si fuera de Raymond?

Amaba a mi mejor amiga, pero tenía ganas de ahorcarla.

—¡Gemma! —grité tomándole la cara entre mis manos para que me mirara, ella estaba nerviosa— Clary es la hija de Raymond, no de Kaleb, así que puedes relajarte, bueno, en defecto de que Raymond tenga un hermano.
—Menos mal —dijo ella exhalando tranquila.
—¿Cuál es tu historia con Kaleb? Porque no vas a decirme que no hay nada, es evidente que hay algo... no estoy diciendo que sean pareja o algo, pero para que accedieras a irte con él por segunda vez, es porque ese chico tiene algo especial.
—No sé qué es lo que tiene, pero sé que es como algo magnético, Cathy estoy bastante confundida con él.

Le creía, porque veía la confusión en su rostro, veía la batalla que estaba intentando librar con ella misma, con sus demonios. Así que decidí cambiarle el tema.

—Para mí también fue una sorpresa enterarme de todo, más porque lo descubrí todo en un día —terminé diciendo— hoy fui a casa de Rayrick, y no precisamente a la de él sino a la de sus padres.
—Entonces conociste a tus suegros —dijo ella con una sonrisa ladina.
—No son mis suegros Gem —dije poniendo los ojos en blanco.
—Cathy ya va mucho tiempo que llevas así, y sinceramente quiero escucharte decirme al menos que te gusta —me rogó mi amiga.

—¿No tu andas tras Kaleb? —pregunté divertida.
—O sea sí, Kaleb es mio, pero eso no quiere decir que no pueda aceptar la belleza de otros chicos, y déjame decirte que Raymond Rickford tiene lo suyo, ¿Porqué no solo lo admites?
—Porque admitirlo es meterme en problemas Gemma y lo sabes —le dije intentando que fuera suficiente la respuesta.

—Admitirlo solo es sinónimo de avanzar Cathy, conozco lo que pasó, y aún así creo que el hecho de salir con alguien te puede ayudar a avanzar, necesitas dejar atrás todo lo que te hizo daño, todo y a todos —dijo con tono maternal— pero no lo harás sino hasta que decidas darte la oportunidad de empezar desde cero aquí y con alguien de aquí.

Se hizo un silencio entre nosotras, Gemma seguía mirándome con ojos de mamá, ojos protectores que intentaban transmitirme confianza. Sabía que su intención era buena.

—Es curioso cómo podemos solucionarle la vida a otros, pero con nuestras vidas somos un desastre —le dije sonriendo, luego después de un largo suspiro agregué— Es guapo, muy guapo de hecho y de ser honesta con alguien, agradezco que sea contigo... tiene los ojos más bonitos que había visto en la vida. Me gustan sus ojos.

—Son los mismo que los de Clary —dijo ella.
—Si bueno, en el momento no lo relacioné, pero seguramente fue una de las cosas que me gustaron de la niña también —dije sonriendo.
—¿Entonces no te molesta? El hecho de que Raymond tenga una hija.
—Jamás pensé en la niña como hija de alguien, y en realidad no lo relaciono porque no tengo nada con Raymond.
—Síguetelo repitiendo hasta que te lo creas tú —dijo Gemma— amiga, hasta donde sé, Raymond Rickford es borde, tú te has vuelto cercana.

—Soy su amiga Gemma, solo eso.
—Una amiga a la que lleva a casa —añadió pícara.
—Basta Gem, no quiero pensar demasiado en el tema, aún no estoy lista para tener nada con nadie.
—Bien, pero solo porque lo admitiste.

En ese momento mi teléfono comenzó a sonar y respondí sin ver realmente quien era.

Reina Rubia, te buscan acá abajo, es una chica, dice llamarse Greta, ¿La conoces?
—Si, ¿Puede subir o bajo? —inquirí.
—Que suba, tendrás más privacidad, es domingo y todo el mundo está en la sala común, ahorita te la mando.
—Gracias.

—¿Con quién hablabas? —inquirió Gemma muy curiosa.
—Te explico eso luego ¿Vale? Ahorita Greta viene para acá.
—Se nos junta la familia amiga mía —dijo Gemma levantándose de la cama después de mí. Puse la cafetera y Gemma fue a abrir la puerta.

—Hola Greta —escuché decir a Gemma.
Ciao a tutti —saludó Greta de vuelta— è fortunato che tu sia qui, volevo vendere che li amavi per intarli al compleanno di mia Clary.
—Agradezco el intento de vocabulario, pero no te entendí ni un poco —añadió Gemma caminando con Greta hasta donde yo me encontraba.
—¿No hablas italiano? —inquirió Greta curiosa, Gemma negó con la cabeza.

—Italien non. Mais je parle assez bien français —explicó Gemma.
—Mis disculpas, creí que hablabas italiano —dijo Greta— bueno, yo venía a invitarlas a ambas al cumpleaños de mi querida sobrina Clary, sus abuelos suelen hacerle una pequeña reunión y la niña les ha tomado cariño, así que me pidió que las invitara —dijo entregándonos a cada una, una invitación de "Cinderella" con garabatos en el reverso, tanto Gemma como yo nos miramos confundidas.

—Que... lindo detalle el escribir sus invitaciones —comentó Gemma haciéndonos reír a las tres.
—Bueno, lo que realmente dice ahí es que las invita a su cumpleaños el viernes 31 de octubre, a las cinco de la tarde en casa de sus abuelos, confío en que recuerdas el camino —añadió mirándome a mí.
—Recuerdo el camino, pero no la dirección, te agradecería que me anotaras la dirección.

—Claro, si me prestas una pluma te agradecería.
—Yo voy por ella —dijo Gemma. Serví las tazas de Café y el té de Gemma y los puse en la mesita.
—¿Ya lista para la entrevista de mañana? —inquirió como quien no quiere la cosa.
—Estoy medio molesta contigo, tú si sabías era Daniel Rickford Borgbier con quien voy a dar mi entrevista mañana y no me lo dijiste.

—Si te soy honesta lo creí mejor así, pero igual supongo que debí decírtelo —dijo Greta tomando de su café— Pero ¿Cómo te enteraste?

—Por casualidades de la vida hoy hablé con él y con Marina, entonces él comentó que ya tendríamos la oportunidad de hablar él y yo, y si Marina es tu tía y Daniel es su esposo... bueno, no era difícil dar en el clavo.

—¿Aún quieres dar esa entrevista Cathalinna? Entendería si no —dijo Greta nerviosa.
—Encontré la pluma ¿Entrevista?
—Mañana tendré una entrevista con Daniel Rickford en la oficina principal de The Titans Enterprises —le expliqué a Gemma. El reconocimiento la atravesó, podía ver sus conexiones neuronales trabajando con todo lo que recientemente habiamos hablado.
—Cierto, lo había olvidado. ¿Pero tenías que rivalidar dos materias o algo así primero?

—En realidad no, solo son cursos cortos, como para conocer las normas de todo acá, además, la experiencia ayuda, por eso quería entrar a una empresa, para poder justificar esa parte.
—Por un momento cuando mencionaste The Titans creí que Raymond lo había hecho —dijo de forma macabra, la miré con los ojos entrecerrados.
—¿Conocen a mi primo? —inquirió Greta de repente muy nerviosa.
—Es mi compañero de Literatura — le expliqué a Greta, ayer fue que concluí que, a menos que los Rickford tengan otro hijo, Rayrick es el papá de Clary.

—Eres perspicaz Capaldi —dijo Greta impasible.
—Estoy bien con ello —dije encogiéndome de hombros— no soy nadie para juzgar a Rayrick por algo de lo que desconozco.
—¿Rayrick? —inquirió Greta.
—Me dijo que no les gustaba que le dijesen Ray, así que modifiqué un poco su sobrenombre.
—Veo que son buenos amigos, me alegra —comentó Greta con una pequeña sonrisa— Raymond tenía mucho de aislarse del mundo, después de la mamá de Clary no volvió a ser el mismo, es bueno que empiece a hacer amigos, y que mejor que buenas personas como tú.
—Gracias.

—Entonces... ¿Lista para mañana? —volvió a insistir Greta.
—Después de lo de hoy, creo que voy a ir mas que preparada la verdad —le admití a Greta.
—Eso es bueno, le pedí a mi tío que olvidara los prejuicios, que solo te viera como amiga mía. A propósito, ahora me doy cuenta... será Athala con quien coincidas mañana, supongo que no hay problema.
—Muchas gracias Greta de verdad. Y obviamente no, soy amiga de Athala.
—Debo irme chicas —dijo tomándose lo que quedaba de café y escribiendo en la hoja la dirección de la casa Rickford— fue un gusto verlas, a ambas, mi sobrina las espera en su cumpleaños.

—Ahí estaremos —dijimos Gemma y yo, nos miramos y sonreímos, hacía algún tiempo que no nos pasaba eso de decir lo mismo.

Acompañamos a Greta a la puerta y la despedimos.

—Supongo que ya es un hecho que entras a la empresa, tienes dos personas respaldando tu entrada a The Titans.
—No voy a cantar vitoria tan pronto —añadí.
—Bueno, primero lo primero... por ahora tenemos una fiesta para el viernes —añadió mi amiga— ¿Vamos a ir de blanco y con las coronas?

—No seríamos nosotras si vamos de otra forma —le dije divertida, entonces ella se lanzo a abrazarme por el cuello.
—Me alegra estar recuperando a mi amiga, aunque sea lentamente —murmuró a pesar de que éramos las únicas en el piso.
—¿Volviste a acostarte con Kaleb? —inquirí cuando nos separamos.
—¿No estábamos hablado de lo agradable que te resulta la idea de que Clary sea hija de Raymond? —dijo evasiva.

—No, y jamás dije que me resultara agradable, solo dije que no me molestaba.
—Es igual —dijo ella.
—No, no lo es. Y no me cambies el tema, estamos solas Gem, tus secretos son los míos, ¿Lo olvidas?
—Sí, estuve con Kaleb —dijo suspirando.
—¿Tuviste relaciones sexuales con Kaleb Smith sin tener alguna relación específica?

—Si Cathy —dijo bajando la cabeza y ruborizándose salvajemente.
—¿Fue en la fiesta de Bruno? —inquirí curiosa.
—No, había tomado algo de más y...
—Sí, Rayrick me dijo que te veías mareada.

—No interrumpas si quieres saberlo todo, no tendré la falta de vergüenza todo el día. Bueno, él me dijo que fuéramos a su departamento, el cuál curiosamente comparte con Athala, sin embargo, ella no estaba ahí, en fin...

—Espera, ¿Athala no estaba? —inquirí curiosa.
—No Cathy, ¡Cállate y pon atención! De alguna forma logramos llegar a su habitación ¿Cómo? Ni yo lo sé, pero, entre todo, hubo algo que me llamó la atención de sobremanera Cathy —entonces se quedó mirándome, y solo me miraba, y miraba... y miraba, fue cuando decidió gritarme— ¿¡NO VAS A PREGUNTAR QUÉ FUE?!

—Dijiste que me callara.
—¡Oh por Dios! Está bien, te doy permiso de hablar, anda, pregúntame.
—¿Qué te llamó la atención Gem?
—Él dijo "Igual de sexy que la primera vez mi Xareni —entonces entendí todo. Para Gemma no eran simples revolcones, ni era solo sexo, y al parecer ella acababa de darse cuenta de lo mismo porque su cara cambió a una de reconocimiento y terror.

—¿Cómo sabía Kaleb de tu ascendencia? —inquirí.
—No lo sé, supongo que debí decírselo la última vez, pero como no recuerdo nada, no puedo decirte nada.
—A esa familia le gusta decirle princesa al mundo —añadí.
—Y que lo digas —añadió ella poniendo los ojos en blanco— solo quisiera saber qué tanto le dije a Kaleb.

—Bueno, espero no hubiese sido nada comprometedor, porque de serlo nuestros padres estarán en problemas, si Kaleb es primo de Rayrick y él es hijo de Daniel Rickford...
—Kaleb es hijo de Gabriel Smith —dijo rendida, al parecer ya lo había pensado— cuando mamá se entere que me acuesto con el hijo de Gabriel Smith va a matarme y se encargará de mandarme al infierno —añadió.

—Alethia no es peor que mi madre, que cuando se entere que quiero trabajar con Daniel Rickford va a poner el grito en el cielo.
—Tienes razón, ahora veo mi futuro en rosa, comparada con Déborah, mi madre es un dulce —dijo Gemma divertida y yo solo segué con la cabeza.
—¿Entonces, qué puedo comprarle a la hija de Raymond?
—Te imaginas, bien pudo ser hija de Kaleb... —dije meditando un momento el asunto.

—¡Por el Arcángel Gabriel, Cathalinna! No soportaría que Kaleb tuviera una hija —dijo una Gemma bastante tensa.
—¿Notaste que acabas de maldecir en nombre de tu suegro?
—Cathy, no es gracioso —dijo fulminándome con la mirada.
—¡Oh! Yo lo considero bastante gracioso amiga.
—Vale, maldije a mi suegro —dijo ella con una sonrisa y un sonrojo.

—Cambiando de tema... ¿No son nada tu y Kaleb no? Formal me refiero.
—No Cathy —dijo cansada de repetírmelo. Y pude notar, también algo decaída.
—Y... aún así consideras prudente acostarte con él...
—Digamos que no es lo más ético —dijo evasiva.
—Gem, no te estoy preguntando sobre ética, te estoy hablando sobre lo que tú sientes correcto o no, independientemente de que ante los demás esté bien o mal hecho.

—Sé que no es bueno, pero tampoco lo siento como algo malo.
—¿Entonces no te incomoda que no sean nada formalmente? Es decir, ¿Él podría estar con otras chicas y tu con otros chicos y no habría problema de tu parte? —ella arrugó la nariz, sí que le importaba eso, más de lo que seguro admitiría.
—No, no me importa, él puede hacer con su vida lo que quiera, así como yo lo hago con la mía.

Pequeña —dije usando la palabra que nana María usaba con nosotras de niñas— eres mi amiga, te conozco tan bien como tu lo haces conmigo. Y puedo leerte como nadie más puede, sé que te importa y sé que no te da igual lo que Kaleb haga con su vida.

Gemma me miró con los ojos llorosos y me abrazó, yo la envolví con mis brazos, intentando darle la seguridad que quería que tuviese.

—¿Qué se supone que haga Cathy? No puedo simplemente pedirle que formalicemos algo, ni siquiera nos conocemos tanto, y yo no se si él tiene novia o algo, pero no puedo evitar sentirme así con él.

—¿Quién eres y que carajos hiciste con Gemma Connelly? —dije molesta con ella, separándola del abrazo— ¡Por el amor de Dios, Gemma! Debes darte tu lugar, no puedes dejar que él crea que va a tenerte cuando y como él quiera.

—¿Y qué hago? —dijo como niña pequeña.
—Necesitar darte tu lugar, es tu turno de hacerte la digna, la próxima vez eres tú quien va a hacer que él te ruegue.
—No sé si voy a poder...
—No es opción, tienes que demostrarle que no eres su juguete. Pequeña, sé lo que es enamorarse tan intensamente, y si te digo esto, es porque no quiero que te lastimen como lo hicieron conmigo, no sé que tipo de persona sea Kaleb Smith, pero si él no te busca para algo serio, debes tener cuidado Gem, porque entonces será tu corazón el que termine roto.

—A veces me pregunto cómo es que puedes ser así conmigo...

—Eres la única que conoce mi historia Gemma, y por lo mismo, no quiero que pases por lo mismo. Además, solo te doy consejos de este tipo a ti.
—Eso es porque me amas —dijo con una sonrisa.
—No, eso es porque cuando tu no puedes ver las cosas, es mi deber de amiga hacértelas notar y viceversa.

—¿Sabes qué es lo que tengo miedo de presenciar? —dijo y negué con la cabeza.
—Cuando tu madre se entere que será consuegra de Daniel Rickford.
—¡Cielos Gemma! Que haya admitido que el chico es guapo, no quiere decir que vamos a casarnos.

—Hagamos una apuesta —propuso ella de repente— Si te casas con Raymond Rickford en un futuro, vas a tener que pagarme mi viaje de bodas.
—Con Kaleb —añadí divertida y ella se sonrojó— Solo te pagaré el viaje de bodas si tú te casas con Kaleb.
—Eso no es justo —dijo ella.
—Es tan justo como lo que tu me propones.
—No entiendo cómo Déborah jamás te dejó participar en los negocios, eres mucho mejor que el imbécil de Rupert —dijo ella poniendo los ojos en blanco— pero está bien, siempre y cuando agreguemos al hecho que yo puedo organizarte tu despedida de soltera.

Abrí los ojos como platos, Gemma y una despedida de soltera eran una mala combinación.

—Trato hecho —dije segura— de todas formas, con Rayrick solo somos amigos. Ni siquiera estamos en tu caso con Kaleb, porque entre ustedes hay tensión sexual, entre nosotros no.
—El tiempo lo dirá —dijo con una sorisa marca The Joker que logró asustarme— oye, me quedé con una duda desde el otro día... ¿Por qué le pusimos Ojitos a Kaleb?
—Porque la vez que lo viste luego de su primer incidente te ensimismaste y dijiste "Qué hermosos ojitos" —le dije aguantando la risa al ver la cara que había puesto Gemma.
—¿Sabes? —inquirió asustada— no vuelvo a preguntarte nada nunca.

Ambas terminamos nuestros deberes para el lunes y casi a las once treinta tocaron la puerta del piso, como yo era quien estaba más cerca, yo abrí.

Reina Rubia, que bueno que estés bien, me enteré de lo de tu brazo en casa de Bruno, yo también estaba ahí solo que no te ví.
—Deberías controlar mejor a tu "pez gordo" Gemela Malvada —ella se encogió de hombros.
—Si a Gardner le pones una escoba con falda, se la tira —dijo indiferente— además, jamás dije que él fuera mi pez gordo. Sin embargo, tengo información del tuyo. Hablé con mi amiga de Yale y tengo una parte curiosa de la historia, si quieres saberla claro está.

La puesta de Gemma seguía cerrada, así que decidí que podríamos hablar en mi habitación.

—Pásate —le dije y ella sonrió.
—Es la primera vez que entro al piso desde que Athala le puso puerta, se siente extraño.
—Cállate y camina, Gemma no puede escucharte.
—¿No tiene idea de que tenemos contacto?
—Prefiero mantener esto entre nosotras de momento.
—Bien —dijo y cerré la puerta de mi habitación.

—Soy toda oídos.
—Mi amiga de Yale me hizo el favor de contarme un poco de la historia de Clarissa Blankwater, la ex novia de Raymond Rickford. Aparentemente era bastante conocida en Yale por su promedio de excelencia como estudiante de leyes —me explicó Tiffanny sentándose en la cama— Al parecer, se conocieron por la hermana pequeña de ella, quién parece ser trabajaba en una cafetería como programa social, algo relacionado a una libertad condicional. Esa era la cafetería favorita de Raymond y su mejor amiga Camille Wilenet, así fue que conocieron a la hermana chica, Clarissa iba a recoger a su hermana a la cafetería y se encontró varias veces a Raymond y Camille, no sé cómo exactamente estuvo todo, pero de ahí fue que empezaron a salir. Raymond era Jr y ella Senior, cabe comentar que estaba en su último año de leyes, Raymond apenas empezaba a estudiar.

—Y me imagino que eso causó revuelo —acoté.

—¿Crees que no? Los Bulldogs estaban furiosos, Clarissa era codiciada en Yale, y contra todo pronóstico, había terminado relacionada con un León de primer año.
—Me imagino el impacto social que eso provocó —dije pensando en ello.

—Clarissa siempre iba con Raymond a todos lados, estaba tras de él cual perro guardián. En fiestas, eventos deportivos, en fin, en todo. Duraron año y medio antes de que Clarissa desapareciera del mapa, de un momento a otro, todos sus compañeros perdieron contacto con la tan afamada y recién egresada abogada Clarissa Blankwater. Por lo que asumieron que se había escapado con Rickford.

—¿Desapareció así? Sin dejar rastro de nada? ¿Cuentas bancarias... compras de avión, nada? —Tiffanny negó con la cabeza.

—Acá teníamos una teoría similar, sin embargo, ya te dije que decidí investigar algunas cosas y ya te he dicho lo que encontré, de ella no se nada, y mis amigas de Yale tampoco, de hecho se sorprendieron cuando les dije que Raymond Rickford había vuelto a Columbia, se extrañaron de no verlo como capitán del equipo de natación de los leones, les expliqué que ya no compite.

—Es demasiado extraño y misterioso, son muchos espacios en blanco en la historia ¿No crees? —le comenté.

—Puede ser, como te prometí, lo investigué por ti, no por mí y no pienso meterme más de la cuenta, solo te voy a decir algo importante Cathalinna, y es lo mismo que mis amigas me dijeron a mí —dijo con la voz seria— Clarissa Blankwater no es alguien con quien quieras meterte, es capaz de volver de la muerte si ella considera que eres un peligro para ella.

—No me dan miedo los muertos —dije segura, y era cierto, a quienes les temía era a los vivos.

—Solo es un consejo, igual, supongo que a pesar de que no está, su fama prevalece, como todo —añadió encogiéndose de hombros.

—Tiffanny, el viernes de la fiesta... ¿Athala llegó a dormir?
—No, no lo hizo, así como muchas, incluidas tú y Conelly.
—¿Siempre llegas a dormir? —inquirí.
—Es parte de la obligación de ser la líder, son pequeños lujos que no puedo darme, por ello todos mis polvos son en cualquier lugar del campus —dijo como quien no quiere la cosa. Yo asentí.

—Si te sirve de información, vino por ella un Mustang GT 500 no es que sea experta en autos, pero mi abuelo tiene uno de esos y es su joya, así que por eso lo identifico, era color rojo cereza.
—No lo ubico, pero lo voy a checar, gracias.
—No hay de qué, y otra cosa, no puedo mantener a Lluvia lejos de tu pista por más tiempo —dijo ella con una mueca— así que tendrás que arreglar el problema sola a partir de ahora.

—A partir de ahora ya no es un problema, de todas formas.
—¿Son pareja acaso? — inquirió divertida.
—Para nada, simplemente somos compañeros, pero conozco a su familia, o a la mayoría.
—Ya descubriste a los primos Borgbier ¿No?
—No sé porqué no me sorprende que lo sepas —dije con la misma sonrisa que ella.

—Para coronarme como reina, he tenido que aprender muchos secretos, y estoy segura que estabas en mi misma posición en Grecia.

No le rebatí nada porque no podía hacerlo, ella tenía razón.

—Se que proteges a los tuyos, en este caso a tus amigas, por eso me veo en obligación de decirte esto, vieron de las Thetas  a Gemma saliendo de la fiesta con Kaleb Smith el viernes. No sé que tipo de relación tengan, pero la gente comienza a hablar. Nunca me han gustado los cotilleos de mi hermandad, pero supuse que querrían hacerse cargo ustedes mismas.

—¿Nadie supo que me fui con Raymond?

—Si no veo el Roadmaster escoltándote y no me lo dices, ni yo lo sabría, así que quédate tranquila por ahora. Me gustan como pareja, se ven mejor de lo que jamás se vieron Raymond y Clarissa.

—No se cómo contestar a ello, parece ser que todo el mundo cree que somos pareja.

—Tal vez la única que no se lo creé eres tú, estamos en el siglo XXI los títulos suelen salir sobrando Cathalinna, sin embargo, yo veo fidelidad de las dos partes, eso es más importante que un tonto título.

—Pensamos diferente —aclaré.

—No conozco tu historia, pero confío en mi intuición. Más tarde o más temprano vas a darte por vencida Reina Rubia —dijo ella, entonces añadió— Mi pez gordo se llama Constantine Worthnastff es un chico de mi curso, jamás hemos hablado, lo he intentado pero supongo que mi reputación me precede.

—Tal vez solo deben trabajar juntos —dije mofándome con ella.
—Tal vez solo necesitamos un trabajo de literatura, tienes razón.

Tiffanny no se quedó por más tiempo, argumentando que era domingo y tenía que dar su patrullaje en el edificio, y que Athala podría enfurecerse si llegaba y la veía ahí. Accedí y cuando abrió la puerta de mi habitación, justamente Gemma abrió la suya y la confusión la invadió.

—Qué bueno que Athala no llega a dormir esta noche —dijo Gemma— no quiero saber qué pasaría si te encontrara aquí.

—Anotaré el dato de que no llegó a dormir, buenas noches Gemma —dijo Tiffanny educada, luego me miró— Hasta luego Reina Rubia, como siempre, un placer hacer negocios contigo.

—Puedo decir lo mismo Gemela Malvada.

Y dicho esto, salió del piso.

—¿Por qué contigo se ríe y a mi solo me mira indiferente?
—Tenemos unos negocios por ahí Gem, no algo que te pueda explicar ahora mismo.
—¿Le sacas información a Tiffanny?
—Más bien ambas compartimos información, ella es quien me está ayudando a desviar la atención de las hermandades por lo de Raymond. Pero eso ya lo sabías.

—Y vuelvo a insistir ¿Qué te pidió a cambio? —preguntó con mirada atenta.
—Básicamente, que saliera con Raymond Rickford para hacer sudar frío a Lluvia Tirgreen.
—¿Algo personal?
—Supongo —dije encogiéndome de hombros— de todas formas, debo afrontar las habladurías a partir de ahora y tú también —añadí.

—¿Yo? ¿Por qué?
—Porque te vieron salir de la fiesta del viernes junto a Kaleb.
—Esto es el infierno... —dijo Gemma cubriéndose la cara con las manos.
—Y nosotras tendremos que caminar en fuego si vamos a sobrevivir acá. Tiffanny me dio opción a que lo arreglemos nosotras, pero siempre puedo pedirle algo de ayuda.
—Intentémoslo nosotras, que su ayuda sea nuestra última opción, por favor Cathy, no confío en ella.

Yo tampoco lo hacía al cien por ciento, pero debía admitir que tener a Rendiffin de mi lado podía ser una buena arma, sin embargo preferí no decirle a Gemma tal cosa.

* * *

Mis clases habían estado bien durante la mañana, a pesar de que aún tenía problemas con mi brazo. Mattew le había dicho a Raymond que el hilo que había utilizado para cocerme se desharía paulatinamente, por lo que no había necesidad de quitarme los puntos. Los cuidados seguían y yo los acataba lo mejor que podía.

Cuando llegó la hora de mi entrevista, tomé un taxi para que me llevara a las oficinas centrales de The Titans Enterprises. Al llegar me encontré con uno de los edificios más increíbles que había visto, me dirigí a la recepción y la secretaria me recibió.

—¿Tiene cita? —dijo mirándome apenas.
—Sí, dentro de quince minutos con Daniel Rickford —dije y ella me miró, miró a su compañera y ambas se rieron.
—Niña, ve a mofarte de alguien más, no vengas aquí a querer verme la cara —dijo con superioridad.
—No me iré de aquí hasta que no me comunique con la secretaria del Sr. Rickford —dije retadora.
—Pues te cansarás de esperar niña —dijo ella sonriendo.

—Escúchame Karen —dije leyendo su nombre en el gafete— no me iré de aquí hasta no ver al Sr. Rickford, y creo que a ti es a quién más le conviene revisar con tus superioras mi cita, no me gustaría que te quedases sin trabajo por dejar parada en la recepción a Cathalinna Capaldi.
—Ni siquiera conozco tu nombre niña —dijo ella.

—Karen —dijo la voz seca de Athala detrás de mí, la chica enseguida se irguió.
—Si Señorita Smith, ¿Va al Pent Office? ¿Quiere que la anuncie con su padre?
—En realidad, yo no tendría miedo de mí Karen querida, sino de ella —dijo Athala señalándome— No te conviene meterte con la nuera de mi tío Daniel, más aún cuando es la mismísima Cathalinna Capaldi.

—Se agradece el comentario Thals —dije divertida por al expresión que había aparecido en la cara de Karen.
—Solo estoy previniendo a la chica —dijo Athala encogiéndose de hombros— es una suerte que seamos familia Cathy —ambas sonreímos, vimos a Karen hacer una llamada y luego el enojo pasó por sus facciones, cuando colgó me entregó un gafete color azul a mí y uno amarillo para Athala.

—Su padre la espera señorita Smith —le dijo a Athala y luego se dirigió a mí— Dirígete con Sarah, ella te dirá que sigue Cathalinna.
—Señorita Capaldi para ti querida y jamás te di permiso de hablarme de tú.

Con Athala nos dirigimos al ascensor, y una vez dentro ambas explotamos en carcajadas.

—No puedo creer que le dijeras que era la nuera de Daniel Rickford —le dije riendo.
—¿Viste su cara? Desde que empezó a trabajar acá le coquetea descaradamente a mi primo.
—¿Cuál primo? Thals tienes muchos primos —dije yo.
—Al que ahora te debe tres salvadas.
—Lo he dicho antes, Raymond trae a puras locas persiguiéndolo, pobre —dije divertida.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron estábamos en el Pent Office de The Titans Enterprises.

—Ella es Sarah, mucha surte Cathy —me deseó mientras me señalaba con la cabeza a Sarah. Luego ella tomó otro camino asumo que para ver a su padre. Yo me acerqué a Sarah.

—¿Sarah? —inquirí, ella levantó la cabeza y se levantó.

—Debes ser Cathalinna, el Sr. Rickford está en una junta, pero puedes esperar en la oficina, esas fueron sus instrucciones, acompáñame por favor.

Sarah era una mujer simpática, me recordaba a mi abuela y eso me hizo sonreír de inmediato. Me abrió la puerta del despacho de Daniel y yo entré en la oficina, me senté en uno de los sillones a esperarlo, sin embargo no esperé demasiado, casi enseguida él entró cerrando la puerta.

—Cathalinna querida, que gusto verte —dijo animado— estaba con mis hermanos en una especie de reunión, debo decir que tu carácter es asombroso, mis hermanos dudaban de hacerte la entrevista, pero lo que han visto les ha bastado. Ahora me gustaría que habláramos enserio.

—¿Sobre qué exactamente? —inquirí.

—¿Qué pasó entre tú y Boris para que estés acá?

—Con todo respeto es un tema personal, sin embargo, puedo decirle que ni yo soy lo que mi mamá esperaba de su hija, ni ella es lo que yo esperaba de una madre, digamos que es una decepción mutua, además, supongo que para tener al confianza de llamar a mi madre Boris, debe haberla conocido en la escuela, nadie llama así a mi madre, por ello asumo que conoce lo controladora que ella puede llegar a ser. No quiero que controle mi vida, que juegue con ella a su gusto y conveniencia.

—Me comentó Greta que tú no sabías que vendrías aquí en un inicio...

—Cierto, pero no tengo inconvenientes, las peleas de mi madre no son las mías Daniel, ni de cerca —dije rotunda— yo busco una oportunidad, quiero ejercer como arquitecta que soy y no me importa empezar desde abajo, quiero ganar mi propio dinero y no depender de mis padres, ni siquiera quiero tener nada que ver con la constructora o cómo quede repartida, ese es problema de mis papás.

—¿Cuál es tu relación con Raymond? —preguntó y la sorpresa seguramente se notó en mi rostro.

—Tal vez no lo sepa, o tal vez sí, pero somos amigos, nos conocimos en la clase de literatura que ambos tomamos. Hemos estado trabajando juntos desde que empezó el año escolar.

—Raymond no suele comentarme mucho de su vida Cathalinna, así que por eso te lo pregunto a ti.

—Es hermético, tampoco es que conmigo sea un libro abierto, no me ha mencionado nada de Clary por ejemplo —añadí, sabía que era un tema peligroso, pero... ¿Qué es de la vida sin un poco de riesgo?

—Entonces lo sabes —dijo resignado— lo suponía, eres tan perspicaz como tu madre.
—Está bien, no conozco las razones de Raymond para hacer lo que hace, y no lo estoy disculpando tampoco, para nada, Clary necesita convivir con su papá —añadí.

—No necesitamos hablar de currículums Cathalinna, es el mejor y el más impecable que he visto en muchos años de ver alumnos recién egresados, solo quiero decirte que puedes contar conmigo para lo que sea, si necesitas algo, y mi familia podemos ayudarte, no dudes en pedir ayuda. Somos unidos a pesar de que a veces nos peleamos. Te lo ofrezco porque conozco a tu madre.

—Y lo agradezco, de verdad.

—Bienvenida a The Titans Enterprises, espero entiendas que no puedo darte una cuenta importante por ahora, necesitamos mantener tu anonimato hasta que oficialmente puedas ejercer, por ahora estás en prácticas, pero no dudo de tu potencial.

—Es lo que más me conviene también, no espero que mi madre se entere de esto por ahora —dije analizando su propuesta.

—Excelente, te entregaré el contrato, revísalo y si hay algo que quede poco claro, no dudes en preguntarme, aunque, asumo que no tendrás problema alguno. Tráelo cuando estés lista para empezar —dijo dándome un sobre color manila— ahora, debo agradecerles a ti y a Athala el hecho de que Karen dejará de acosar a mi hijo cuando venga a la oficina, así que, para hacer más creíble la mentira piadosa, permíteme escoltarte hasta la recepción.

—Greta me ha dicho que este sobre era importante —añadí enseñándole el que él me había mandado.
—Sí... supongo que si vamos a trabajar juntos tendremos que aprender a confiar el uno en el otro, ya me has dado tu voto de confianza... ahora te doy el mío. Puedes abrirlo si quieres ahora, o después —dijo y la curiosidad me embargó, así que lo abrí frente a sus ojos.

Era una fotografía de mi papá, mi mamá y Daniel... se veían muchísimo más jóvenes, sonrientes, animados, como si quisiesen comerse al mundo. Me centré en mi madre, jamás la había visto tan sonriente como en esa foto. Miré a Daniel.

—Cathalinna, no sé que es lo que sabes de la rivalidad de nuestras familias, pero puedo asegurarte que no tiene nada que ver con clientes como hemos dicho por años a los medios. Drystano, Boris y yo eramso buenos amigos.
—Marina no sabe esto ¿Cierto?
—Nadie sabe esto Cathalinna —dijo mortalmente serio— pero si vas a trabajar conmigo, tenemos que estar bien preparados para cuando llegue el momento de hacerle frente, tienes potencial y he escuchado a tu padre hablando de lo buena que eres, no me cabe duda que lo harás bien, y eso solo nos acerca a enfrentarnos con Déborah. Debes conocer mi historia, y debo conocer la tuya. No con detalle, pero si de forma general, solo lo suficiente como para que Déborah no nos sorprenda, ella...

—Es especialista en hacer dudar de las lealtades —dije aceptando que tenía razón.
—Cuando estés lista, puedo escuchar tus verdaderos motivos para venir acá. Yo iré contándote un poco de cómo conozco a tu madre. Ahora sí... bajemos.

Daniel me acompañó hasta la recepción y una vez ahí se acercó a Karen.

—Karen, por favor llama a Marvin —la chica parecía realmente sorprendida de ver a Daniel Rickford en la recepción, pero acató la orden, cuando Marvin llegó Daniel volvió a hablar— Marvin, ella es Cathalinna Capaldi, estará frecuentando la oficina, y tú le harás el favor de llevarla a donde ella te lo pida.

—Mucho gusto señorita Capaldi —dijo él y yo sonreí.
—El gusto es mío Marvin —dije educada, entonces Daniel me abrazó.
—Nos vemos el viernes en la casa Cathalinna, sin excusas —dijo él.
—Claro que si Daniel —entonces él volvió al ascensor.

—¿A dónde voy a llevarla señorita?
—La fraternidad Delta Gamma de Columbia por favor.
—Claro que sí, por aquí.

Seguí a Marvin hasta el estacionamiento de la empresa y salimos rumbo a la fraternidad. Estaba confundida, demasiado confundida, era la entrevista de trabajo más extraña que supongo pudo tener alguien en su vida. Sin embargo, ya tenía un trabajo, con los mayores rivales de mi madre, pero eso era lo de menos en este momento, ya me ocuparía de ello llegado el momento.

Ahora mi pregunta era ¿Cuál era la verdadera historia entre mis padres y Daniel Rickford?

******************

¡¡Seres de Luz!! No se si recuerdan este capítulo, pero si que hubo cambios en él. Recuerden que es necesario para que todo tenga sentido en la historia, como dije Gemma participa más, al igual que Tiffanny.

Recuerden que si esta historia les gusta...

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Quiero saber que piensan sobre las modificaciones....

Abrazos y Saludos

08/07/18
20/09/19
05/07/20

Azeneth

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