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—Lo sé, Que mal. -Phoebe hizo un puchero.
—¿Cuál es tu banda favorita? -preguntó Lottie.
—One Direction es la principal. -sonrió Danna.
—¿En serio? -sonrió Felicite.
—Sí. -asintió-. ¿A ustedes no les gusta?
—Obvio, ¿Vienes con nosotras este verano? Así podrás estar cerca de ellos, más cerca de lo que crees. -Daisy subió y bajó las cejas.
—Mmm. -dudó-. ¿Puedo ir? ¿En serio?-preguntó mirando a Ana.
—Yo te dije que fueras. -dijo Ana, encogiéndose de hombros.
—Si, aunque no creo que estemos cerca, están de gira. -dijo Danna desanimada.
—Nope, ¡Ya regresaron para Londres! -comentó Felicite.
—¿En serio? ¡Oh por Dios! ¡Me muero! ¿Y cuándo voy?
—¿Mañana? -preguntó Lottie emocionada.
—No, lo siento todavía no salgo de clases -hizo un puchero-. Odio las clases. -susurró.
—¿Cuando sales? -hizo un puchero Phoebe.
—El viernes. -se quejó Danna.
—Hmmm, bueno, ¿vienes el sábado? -preguntó Lottie.
—El sábado cuadra más. ¡Que emoción!
—Si, ya te queremos conocer. -dijeron todas al unísono.
—Yo también. ¡Que bueno que tengo muchas hermanas! -rió-. Esto será genial.
—Bueno, voy a hacer la cena, sigan hablando ustedes. -agregué al ver que no podía involuclarme en su conversación-. Adiós hija -sonreí.
—¡Adiós mamá! -se despidió-. ¿Puedo llevar a una amiga? -preguntó.
—Está bien, si puedes -dijo Lottie un poco triste.
—¡Que la lleve no significa que voy a dejar de compartir con ustedes hermanas bellas! -rió un poco.
Amo cuando me dice mamá es tan tierna. La extraño demasiado. No me imagino como reaccionará al verme. La quiero abrazar y no volverme a alejar más de ella.
Las niñas hablaron un rato más y entraron a la cocina con la sonrisa de oreja a oreja.
—¿A qué se debe esa sonrisa? -pregunté feliz.
La felicidad de una madre se debe a la felicidad de sus hijos.
—¡Danna es la mejor hermana del mundo! ¡Es muy divertida! -dijo Daisy emocionada.
—¡Hey! Pensé que yo era la mejor. -dijeron al unísono Lottie y Felicite.
—No, yo. -dijo Lottie.
—No, no, yo.
—Que yo.
—Yo, porfiada. -concluyó Fizzy.
—¡YA! ¡Admitan que Danna también es simpática! -comentó Daisy estresada debido a las peleas absurdas de Lottie y Felicite.
—¡Si mamá es lo mejor! ¡Ya quiero que venga! -dijo Felicite.
—¿Por qué no le dijeron el nombre? -pregunté curiosa.
—Es fan de los chicos, queremos darle una sorpresa y la estúpida de Daisy casi le dice que nuestro hermano es Louis.
—No le digas así a tu hermana Felicite. -dije molesta llamándole la atención.
—¿Y cuando le dirás a Louis? -cuestionó Lottie, cambiando el tema.
—No lo sé. -hice una mueca mientras las miraba.
Narra Danna.
¡Estoy súper feliz! Tengo que hacer ese proyecto lo más rápido que pueda para poder irme a Londres tranquila y visitar a mi mamá y mis hermosas hermanas. Lo más raro es que no me dijeron el nombre, pero bueno, que importa ¡Ya las quiero ver! ¡Iré a Reino Unido!
Cuando logré relajarme un poco, bajé al living, Jessika y Zack parecían poseídos por la tele. Son tan raros. Pobres cuando se enteren de que no soy su hermana.
Justo en ese momento suena la alarma de la puerta, que suena cada vez que alguien la abre. Me volteé y vi a mi papá adoptivo entrando.
—Hola Diego. -lo saludé.
—¿Y por qué me llamas Diego? -preguntó extrañado.
—Hablemos en la cocina. -le dije y caminamos hacia ésta.
—¿Qué pasa? -preguntó cuando entramos.
—Sé que no eres mi papá biológico. -murmuré
—Oh.. Ya te enteraste -suspiró-. ¿Estás molesta? ¿Me odias? ¿Nos odias? -preguntó algo desesperado.
—No, para nada. -sonreí-. Estoy muy feliz, hablé con mi mamá y mis hermanas.
—¡Que bueno! -exclamó contento-. ¿Y sabes cosas sobre ellas para el trabajo? -preguntó.
—No, aún no. No quiero que en el colegio sepan que soy adoptada, voy a hacerlo de ustedes. De su familia.
—Bueno, es tu decisión y está bien. -me sonrió-. Me voy arriba con Ana.
—Adelante. -sonreí.
Fui a mi gaveta, agarré un chocolate y subí a mi cuarto, tomé mi celular, me puse a revisar Instagram y me encontré con una foto de Louis.
Basta Louis, deja de hacerme sufrir.
—Parece que te lo vas a coger a través de la pantalla -me dijo Jessi en la puerta de mi cuarto.
—Cállate -susurré mientras miraba la pantalla.
—¿Ya no eres muy grande para que te guste One Direction? -frunció el ceño.
—Eso no tiene nada que ver, pendeja.
—Bueno, como sea pequeña inmadura. Adiós.
Rodé los ojos y seguí viendo fotos en Instagram, de todo un poco, hasta que me quede dormida.
(...)
Al fin amaneció, me desperté antes de que la estúpida alarma sonara y me fui al baño, me cepillé, me bañé, me vestí lo más rápido que pude y bajé a desayunar. Comí más rápido que nunca y me fui a la escuela.
Al llegar noté que Lauren venía corriendo hacia mi.
—¡Hey Danna! -gritó.
—Holi -reí.- ¡Tengo algo que contarte! -dije emocionada.
—¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? -preguntó emocionada e intrigada.
—Soy adoptada. -dije de golpe y sin rodeos.
Soy tan directa.
—¡Lo sabia! -exclamó como si hubiese ganado un concurso de sabiduría o algo así-. No te pareces a ningunos de tus "padres".
—Si lo sé, pero estoy feliz. ¡Ayer hable con mi mamá y mis hermanas! Y, a parte, tengo algo más interesante que contarte.
—CUENTAAA. -gritó llamando la atención de todos. Yo no pude evitar reír.
—Me voy a Londres el sábado a visitarlas y los chicos ya no están de gira y van a estar allá... -empecé pero me interrumpió.
—Me abandonas -hizo un puchero.
—No he terminado de hablar... Les pregunté si podías ir y me dijeron que...-hice una pequeña pausa-. Que sí, puedes ir.
—Tenemos que hacer ese trabajo rápido, hoy hay que terminarlo para poder hablar con mis papás sobre lo de Londres, ¿ok?
—Perfecto. -sonreí.
—¿Y lo vas a hacer de tus papás biológicos o los adoptivos? -preguntó curiosa.
—Adoptivos, no se NADA -dije recalcando la palabra-. Sobre los biológicos y quiero hacerlo rápido, además no quiero que sepan que soy adoptada.
—Bueno, perfecto, ahora vamos a clase, que llegaremos tarde. -comentó algo apurada y nerviosa.
(...)
Este día fue lo mejor, ojalá toda la semana pase así de rápido, parece que el mundo quiere que vaya a ver a mi familia biológica.
El día pasó tan rápido que ya estábamos camino a mi casa.
—¡Llegamos! -anuncié.
—¡A trabajar! -gritó Lauren.
-¡Si! ¡Con todo el ánimo eh! -reí-. Nunca pensé que iba a decir eso.
Lauren y yo estuvimos todo el día trabajando, lo hicimos bastante rápido, nos quedo hermoso, no es por nada, pero si quedo bello. Al fin salimos de esa estúpida tarea.
—¡Al fin! ¡Terminamos! ¡Nos llevo todo el día pero lo logramos! -exclamé-. ¡Celebremos comiendo! -alcé los brazos contenta.
—Que raro tu comentario -negó con la cabeza mientras reía.
—Tengo hambre, no es culpa mía. -reí.