Capitulo 28

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Mientras Jake bajaba mi vestido lentamente, abrieron la puerta. Gracias Dios, mi salvación. Suspiré aliviada.

—¡Jake déjala joder! -escuché gritar a Alex.

—¿¡Tú qué haces aquí niña?! -se volteó a ver a Alex, la cual yo no podía ver porque tengo a este cerdo encima mío.

—¡Sal del cuarto! -Alex apuntó la salida.

—Déjame Jake por el amor de Dios. -susurré.

—Tu cállate. -me dijo mientras se me quitaba de encima para dirigirse a Alex, la pude ver y tenía una botella de vidrio en su mano.

—Ya tus actos de sádico me tienen harta Jake, ya no lo tolero más. -manifestó molesta mientras apretaba la botella-. No me importa que seas mi hermano -le tiró la botella de vidrio en la cabeza-. ¿Danna? ¿Estás bien? -preguntó acercándose a mi mientras Jake caía al suelo inconsciente derramando sangre por su cabeza. Yo miraba atónita la escena.

—S-si-s-si. -tartamudeé mirando a Jake en el piso.

—Vamos, no te sientas mal, se lo merece ¿o no? -me abrazó y luego me miró haciendo una seña. 

—Si, lo sé pero nunca pensé que llegarías a hacerle algo así a tu hermano.

—Por favor -bufó-. No parece mi hermano ni siquiera, si no fuera por la cárcel lo mataría.

—¿Estás loca? -hice seña de ''alto''-. Es una persona Alex no puedes llegar a tanto.

—Danna, es una persona que hace daño, es mala, a las personas malas hay que hacerlas pagar. Eso me lo dijo mi padre antes... de... morir -bajó la mirada e hizo una pausa-. Ahora deja tu inocencia para otro momento, busquemos forma de encontrar las llaves y candados. -dijo mientras salíamos de la habitación. Yo solo asentí.

Alex es una chica con carácter.

(...)

Llevamos cuatro minutos buscando y buscando por toda la casa pero no conseguimos nada. Esta casa es grande, muy grande.

Tengo un miedo terrible a que Jake se despierte. El es capaz de hacernos cualquier cosa.

—Alex es tu casa debes sa... -me interrumpí yo misma-. ¡Un momento! -hice señas con las manos-. ¡Claro! ¡Pero que estúpida! ¿Cómo no lo pensé antes? -me golpeé en la frente varias veces.

—¿Qué cosa? -cuestionó confundida.

—¡Es tu casa! -exclamé señalando hacia el techo.

—Ajá ¿Y?

—¡Coño Alex! Tú sabes la dirección podemos avisarles a los chicos. ¿Cómo no lo pensé? Que idiota fui. Dios.

—¡Dios Danna, es cierto! Hablé contigo por teléfono y ni nos dimos cuenta. -se dio un golpe en la frente.

—Los nervios. -contesté encogiéndome de hombros-. Creo que estábamos muy nerviosas como para pensar bien. -hice una mueca.

—Tienes razón. Pero por casualidad -hizo una pausa-. ¿Tienes celular?

—Mierda, Jake me lo quitó. ¿Tú no lo tienes? -pregunté con algo de esperanza.

Ella negó con la cabeza. Yo suspiré pesadamente.

—El infeliz de Jake también me lo quitó.

—¿No tienen teléfono fijo? -interrogué preocupada por si la respuesta era un no.

—Creo que si. -salió corriendo en dirección a la cocina. La seguí-. ¡Aquí esta! -me lo entregó-. Marca el número de Louis. ¡Ya, ya, ya!

Pensé por unos segundos el número de Louis. No sé pero estaba nerviosa y no pienso cuando lo estoy.

La Hermana De Louis Tomlinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora