Juego de poder

By LanaCMaddox

4.1M 265K 89.1K

Un hermano desparecido, una red oscura, un enemigo con más poder del imaginable y un aliado con un carácter p... More

Sinopsis
Antes de leer
Capítulo 1 - Hermano rebelde
Capítulo 2 - Jerarquía
Capítulo 3 - Desaparición
Capítulo 4 - Ethan.
Capítulo 5 - Tratos y el hazmereír popular
Capítulo 6 - Temas de instituto
Capítulo 7 - Aliados y vigilancia
Capítulo 8 - A buon intenditor, poche parole
Capítulo 9 - La curiosidad atrae
Capítulo 10 - Sesión de fotos
Capítulo 11 - Complicaciones
Capítulo 12 - Punto de mira
Capítulo 13 - Días de instituto
Capítulo 14 - Formas de romperse
Capítulo 15 - Trabajo en equipo
Capítulo 16 - Día de armas
Capítulo 17 - Llamadas y enigmas
Capítulo 18 - Ethan
Capítulo 19 - Desconfianza
Capítulo 20 - Confianza
Capítulo 21 - Ethan
Capítulo 22 - Nuevo comienzo
Capítulo 23 - Cazadora robada
Capítulo 24 - Temas de familia
Capítulo 25 - Tensión
Capítulo 26 - Tan intenso como el odio
Capítulo 27 [parte 1] - Los Lowell y viejos sentimientos
Capítulo 27 [Parte 2]- Los Lowell y viejos sentimientos
Capítulo 28 - Porque a veces no hay finales felices
Capítulo 29 - Un mundo de secretos
Capítulo 30 - Ethan
Capítulo 31 - Tarde de confesiones
Capítulo 32 - I will be fighting for you
Capítulo 34 - Origen
Capítulo 35 - ¿Querer?
Capítulo 36 - Traumas y promesas rotas
Extra
Capítulo 37 - La mansión
Capítulo 38 [Parte I] - En la oscuridad
Capítulo 38 [Parte 2]- En la oscuridad
Capítulo 39 - Dolor
Capítulo 40 - La mente de Christian.
Capítulo 41 - Viejos hábitos
Capítulo 42 - Estrategias ocultas
Capítulo 43 - Temas de familia [Parte I]
Capítulo 43 - Temas de familia [Parte II]
Capítulo 44 - Amistad y violencia
Capítulo 45 - Cambio de idioma, cambio de actitud
Capítulo 46 - Vida en Italia
Capítulo 47 - La gala
Capítulo 48 - Desenlace
Capítulo 49 - Final
Epílogo
Extra

Capítulo 33 - Caso resuelto

66.6K 4K 1K
By LanaCMaddox

Ethan Lowell en multimedia (para quienes le hayáis olvidado) - En el reparto nombre


Capítulo treinta y tres: Caso resuelto


Salgo de la sala como alma llevada por el diablo. Me niego a llorar porque es una debilidad que no quiero mostrar, no cuando estoy tan rabiosa. Estoy sedienta, sedienta de una venganza que voy a conseguir me cueste lo que me cueste. Mi mente se cierra en banda con esa decisión tomada y pierdo la capacidad de pensar racionalmente.

Mis ideas son peor a cada cual. Ahora mismo soy muy capaz de presentarme sola en la mansión, con una simple barra de metal y destrozar la cabeza de Colton sin pensar en las consecuencias. Y lo disfrutaría. Definitivamente lo haría. Pero eso no sería suficiente, no, quiero romperle desde dentro, quiero arrancarle cada deje de felicidad que guarde, quiero quitárselo todo y sólo entonces dar el último golpe.

    —¡Emma! —Escucho a Ethan por primera vez una vez he salido del local, pero por cómo suena no dudo que ha estado llamándome desde que he salido de la sala. El problema es que mis pensamientos están demasiado altos como para escucharle

    Hay tanto aire a mi alrededor que me sorprende que no llene mis pulmones. Tantas voces y, en cambio, tanto silencio a mi alrededor. Tantas personas, y un vacío tan grande.

    Ethan me trae a la realidad al cerrar con más fuerza de la necesaria su mano sobre mi brazo. Su mirada esta vez no muestra la preocupación de antes, no, ahora se ve como un animal dispuesto a atacar.

    —No puedes irte así con todo lo que está pasando —dice entredientes.

    —¿Crees que ahora mismo eso me importa? —lanzo de vuelta porque no, no lo hace. Estoy tan cegada que no puedo ver más allá de la rabia, tampoco quiero hacerlo. Me siento tan capaz de actuar que no quiero volver a sentirme vulnerable de nuevo, quiero aferrarme a este sentimiento, abrazarlo y dejar que me domine.

    —Debería.

    —Pero no lo hace. Nadie toca a mi familia y sale impugne, Ethan, ahora mismo eso es lo único que me importa.

    Debe de notar lo decidida que estoy porque afloja el agarre y se relaja un poco a modo de rendición. Ahí es cuando mira a nuestro alrededor para centrar a un par de curiosos que nos han escuchado, porque tampoco es que hayamos mantenido un "tono de interiores."

    Ethan tira suavemente de mi brazo, arrastrándome hasta su coche. Llega a abrirme la puerta y a cerrarla detrás de mí. ¿Es que cree que voy a irme si no se queda ahí de pie? Frunzo el ceño. ¿Lo haría?

    No tarda en arrancar el coche, tan tenso que sus nudillos han perdido el color sobre el volante. Su mandíbula está más marcada que nunca y su mirada clavada en la carretera como si acabara de centrar su meta. Como si no hubiera nada más.

      —Si era él tenemos que pensar muy bien lo que vamos a hacer ahora, Emma. —Sus palabras son algo secas y sólo consiguen incomodar. ¿Decidir? Yo ya he decidido lo que haré—. Tenemos que reunirnos y pensar bien cuál será nuestro siguiente paso porque esto se nos ha ido de las manos. —Muerdo el interior de mis mejillas para calmar mis emociones, un segundo después estoy revisando mis uñas—. ¡Emma!

Mi mirada cae en él al momento, entrecierro los ojos, molesta por el grito. Me siento como un felino que observa a la persona desde la distancia, que la rodea con esa curiosidad en su mirada, con esa astucia marcada.

    —Tú mismo lo has dicho, esto se nos ha ido de las manos, no creo que sea ya cosa vuestra. Es hora de que salgáis del juego.

    —Esto no es un juego —remarca—. Y puede ser tu hermano, pero también era mi mejor amigo, y era el amigo de Roy, de Cole y Zac. No eres la única persona afectada por su muerte así que no te atrevas a quedarte como la única responsable de terminar con esto. ¿Queda claro?

    Sus palabras suenan más duras de lo que pretende, lo sé porque al terminar me da una rápida mirada como si quisiera comprobar que todo sigue bien, que no se ha pasado. Me recargo contra el asiento como única respuesta, mi mente ya está trabajando en un plan, en una idea que sea plausible.

    —No debería de haber dejado que fueras tú quien lo viera. —Sus palabras no son más que una baja queja dirigida a sí mismo, pero lo escucho igualmente y toda la rabia se apaga por un momento.

    Lo que he visto, la imagen que he tenido a la vista escasos segundos ahora se ha grabado a fuego en mi mente, cada recuerdo de Josh es sustituido por ello, com un virus que está terminando de contaminar el recuerdo que tengo de él. Uno tras otro los va destrozando y sustituyendo.

    De nuevo siento ese nudo en la garganta y el estómago revolviéndose por la imagen. Busco una distracción en el exterior esperando que las formas rápidas de las personas y los colores de sus ropas me den otra cosa en la que pensar.

    —Prefiero haber sido yo —confieso y, aunque creo que él da por hecho que hablo de que necesitaba asegurarme, no es sólo por eso—. Ver algo así, ver a alguien que te importa de esa forma es horrible, es como si todos tus recuerdos cambiaran y no pudieras recordarle como era antes. Tenía que asegurarme de que fuera él, pero al mismo tiempo me arrepiento, me arrepiento tanto que no puedo ponerlo en palabras. No le deseo eso a nadie, es mejor que no lo hayas visto, creeme.

    No miento, en absoluto. Y la horrorosa forma de la zona donde antes estaba su mandíbula es lo que más me persigue, como si se tratara de una película de terror, sólo que esta vez es real y es alguien a quien conozco.

    Siento los escalofríos contra mi espalda por el mero roce de la ropa. Estoy cansada, tan cansada de todo, pero con tanto miedo de cerrar los ojos, de permitirme descansar por un momento...

    —Aun así —le escucho decir—. Que le hayas visto sola...

    —Te he hecho un favor, y ojalá yo me hubiera fiado en un primer momento, ojalá hubiera aceptado el nombre que me daban porque ver algo así... —Aprieto un par de dedos contra mi sien, con fuerza, siento las yemas arder ante el contacto—. Verle así ha sido horrible.

    Las últimas palabras salen con un hilo de voz, tan temblorosas como realmente me siento. El instinto de antes ha desaparecido y ahora siento que mi fuerza se ha ido con ello. Sólo quiero un abrazo. Un fuerte abrazo que haga que me sienta protegida, bien, segura. Un abrazo que me haga sentir que no estoy sola. Aparto esa última idea antes de poder reflexionar sobre ello, si me rompo ahora no habrá forma de recomponerme y, si la idea de venganza es lo único que puede mantenerme emocionalmente equilibrada, que así sea.

    Ethan no parece saber bien qué decir y opta por el silencio, no le culpo. ¿Qué se dice en un momento como este? No hay palabras. Realmente no las hay.

    Para cuando llegamos a la cabaña toda la fuerza que creía poseer se ha ido y lo único que consigo es llegar a la habitación que he adoptado como mía, quitarse los zapatos, la chaqueta y meterme en la cama.

    Me he prometido no volver a soltar una lágrima hasta que todo esto no terminara, mantener ese sentimiento como una fuerte rabia que me mantuviera a flote, pero nada más mi cabeza roza la almohada la primera lágrima cae.

    Puedo creer ser una luchadora, puede que haya estudiado el comportamiento del ser humano durante años, que haya aprendido a controlar mis emociones y manipular a otros para conseguir lo que quiero, pero en mi interior todavía queda espacio para esa niña pequeña que lloraba por las noches porque sus padres no iban a desearle las buenas noches, a arroparla, a decir que la querían. Así que ella sale a la luz.

    Y llora por su hermano mayor.

    Llora por el chico que quería ser piloto, por el chico que la aupaba para llegar a los estantes más altos de la cocina y que se quedaba con ella en las noches de tormenta. Ella llora la ausencia del idiota que consiguió darle más de un dolor de cabeza y que le robó noches completas de sueño por culpa de la preocupación.

    Llora en silencio por los días que nunca llegarán, las palabras que jamás serán escuchadas y aquellas que murieron antes de ser pronunciadas. Llora por la persona que él fue y la que nunca podrá ser. Por días perdidos, anécdotas que pronto olvidará y la voz que no volverá a escuchar.

    Por lo que pudo haber hecho y lo que no pudo hacer.

    En unas horas tendré que volver a recomponerme y ser Emma Aldrich, alguien que pueda pensar con frialdad para hacer que nada de lo que ha pasado quede en el olvido o sin repercusiones para el culpable. Pero ahora no, ahora sólo soy una adolescente que ha perdido a su hermano.

    Y esa adolescente llora hasta quedarse dormida por puro agotamiento.

    Pero, incluso en mis sueños, la última imagen que vi de mi hermano me atormenta.

    (...)

    Despierto con un grito ahogado en mi garganta. Tardo en poder centrar la mirada en algo y todavía puedo sentir la culpabilidad y la pesadilla en lo acelerado que está mi corazón ahora mismo. Ignoro como puedo el sueño y me levanto de la cama.

    Estoy temblando de frío cuando lo hago, tanto que me pongo a revisar mis cosas en busca de algún abrigo grueso. Nada.

    Hay algo de luz colándose desde el pasillo por el borde de la puerta así que supongo que Ethan seguirá despierto. Pienso en ir a tomar algo caliente y quedarme en el salón un rato, después de todo dudo que volver a dormirme sea una buena idea.

    Tengo que apoyar la mano en la pared antes de salir cuando el latir de mi corazón se normaliza y me deja sentir lo revuelto que tenía el estómago. No me paro a pensarlo, me encierro en el baño y termino vomitando aunque no tenga nada en el estómago.

    Apenas me reconozco en el espejo. Estoy tan acostumbrada a esa máscara que me pongo diario, a esa situación controlada, a esa chica segura de cada una de sus pasos que no termino de saber quién es la chica asustada que me devuelve la mirada.

    Por primera vez en mi vida, en lo que busco algo de reconocimiento en ese reflejo, entiendo a mi madre. Ella es fría, la persona más fría a la que he conocido, apagó sus emociones hace tiempo, pero eso la ha llevado a lo más alto en el mundo empresarial. Se abrió paso a grandes zancadas en un mundo donde pocas mujeres sobresalen gracias a su forma de pensar tan estratégica. Porque nadie piensa de forma tan clara que cuando sus sentimientos no están en la partida. La entiendo. Sin saber por qué sonrío un poco, porque entiendo, al fin, que su forma de actuar no significa que no me quiera, que no nos haya querido a josh y a mí, igual que no mostrarme vulnerable por haber perdido a Josh ante otros no implicará que ha dejado de importarme. No, pero me ayudará a pensar.

    ¿Quién iba a decirme que un día desearía con tanta fuerza poder ser como mi madre, que iba a llegar a admirarla hasta que fuera un poco?

    Me enjuago la boca un par de veces, cuando siento que le malestar sigue conmigo opto por volver a mi habitación, tomarme algo para quitar el malestar, agarrar una muda, mi toalla e ir directa a la ducha.

    Sólo hay dos manías que me hayan acompañado durante toda mi vida, al menos que haya podido identificar, porque estoy segura de que tengo más, como todos. Pero las dos que reconozco salen cuando estoy mal. Cuando he enfermado o estoy mal emocionalmente. La primera es buscar algo frío, sentarme en un suelo de mármol con la espalda contra la pared o incluso tumbarme en la bañera. El frío me ayuda a pensar. Y, la segunda, es cuando ya he decidido que ese es el límite y, queriendo borrar todo rastro de lo que me haya causado daño, me doy una ducha. Lo hago como si se tratara de un botón de reinicio, porque ese acto es como si pudiera ayudarme a dejar algo atrás e ir hacia adelante con todo.

    Así que me doy una ducha, una cálida ducha que también borra el sudor de la última pesadilla.

    Cuando salgo consigo sentirme más calmada, más yo. Dejo que la visión de Josh se esconda en un rincón de mi mente y permito que mis pensamientos analicen cada posibilidad en lo que me visto. Me seco el pelo con una toalla, recojo todo y vuelvo para usar el secador.

    Odio el calor, pero ahora me está dando tiempo para pensar. Cierro los ojos más de una vez cada vez que pasa por mi mente algo que no me gusta, algo que echar a un lado. Tengo que empezar de nuevo, tengo que hacerlo bien.

    Paso el peine por mi pelo para quitar los nudos. El frío de las gotas de agua que se adhieren a él caen sobre mi mano, una tras otra, con el gesto. Piensa, Emma, hazlo bien esta vez.

    Mentalmente, recupero cada pieza de información que he ido obteniendo, juntándolas en busca de resolver un puzle mayor, porque nunca hay sólo lo que vemos, siempre hay algo más, un patrón, un aviso, siempre hay algo, una parte de la personalidad de quien ha estado detrás de todo y, si han sido los hermanos C, una vez encuentre su firma lo tendré todo. Si han durado tanto hasta ahora, son listos, precavidos y no van a dejar nada suelto, así que lo que está pasando no tiene ningún caso aislado.

Empiezo de cero, construyéndolo todo.

Josh me pidió dinero, no se lo di, se cabreó y se fue. Ethan fue a pagar la deuda de mi hermano y Colton no pareció reconocerme la primera vez que me vio.

Ahora, ¿qué puedo sacar de ahí?

Las últimas palabras que Josh me dedicó aquel día arden en mi memoria y llega el primer rayo de comprensión: Josh no era el mismo cuando se fue que cuando me llamó. Sí, era la misma persona, pero definitivamente no pensaba igual. Cuando me llamó me pidió que me quedara a la vista de los medios y entendí que la razón más lógica para hacerlo es porque es más difícil cazar a alguien que está en los focos. Ahí él debía de saber lo que estaba pasando, eso hizo que se preocupara por mí, entonces, ¿por qué cuando se fue no se veía así?

Porque todavía él no lo sabía.

Frunzo el ceño recordando que encontramos el nombre de usuario en su habitación. ¿Por qué lo tenía si no sabía nada? ¿Qué había ahí para que llamara su atención en un primer momento?

Paso a lo siguiente. Ethan pagó por él, luego él todavía pensaba que esa era la única razón por la que no estaba Josh, y quizás por aquel momento lo fuera. Tengo que preguntarle por ello antes de que me estalle la cabeza con hipótesis. Luego está Colton, de haber estado metido en todo me hubiera reconocido. ¡Pero él estaba metido! Ethan lo dijo, ellos están seguro de eso, de que es algo que hacen entre los hermanos, al menos entre Colton y Christian, entonces, ¿no reconocerme? ¿Podía estar fingiendo? No, incluso si mintiera hay gestos que son imposibles de ocultar, hubiera habido algo.

    Él lo supo después.

    Termino de secarme el pelo mordiéndome el labio con fuerza ante la idea que tengo en la cabeza. Lo tengo en la punta de la lengua, lo sé, siento la respuesta deslizarse en mi mente, lista para salir, pero atrapada al mismo tiempo. Estoy cerca, puedo notarlo.

    Y ahí todo hace "click".

    Dejo el secador a un lado, odiándome por no haber hecho esto antes, odiándome por no haber actuado con la frialdad necesaria como para terminar con esto. Me siento más que nunca como una niña que todavía no ha aprendido a controlar sus emociones, que deja que la dominen. ¡He estado tan ciega! Si tan sólo hubiera actuado con imparcialidad esto podría haber terminado mucho antes. Y no soy la única que ha estado dejando que sus sentimientos tomen partido.

    Bajo las escaleras a paso rápido y con una seguridad renovada.

    —¡Tú! —llamo.

    Ethan está acuclillado frente a Hati en lo que trata de quitarle algo de la boca. Levanta la cabeza al momento y Hati aprovecha esa distracción para irse felizmente con... ¿Eso es una cuchara de madera? Ethan vuelve la mirada a tiempo de ver al perro desaparecer con rapidez y suelta un suspiro antes de ponerse en pie.

    Sin tiempo que perder voy directa a la isla de la cocina para tener donde sentarme. Apoyo las manos sobre el frío mármol sin poder evitarlo.

    —Tú me dijiste que pensabas que a Josh iban a darle un susto por no haber pagado y luego dejarle ir, ¿no? —Eso recuerdo que dijo. Mi corazón está más aliviado al llamarle por su nombre en vez de por el título que nos une, no es lo mismo a deshumanizarle, pero sirve un poco.

    Veo a Ethan fruncir el ceño, casi pareciendo querer preguntar si estoy bien. Lo último que ha visto de mí no ha sido mucha estabilidad que se diga, más bien un huracán de emociones. Lo entiendo, pero necesito que se centre. Chasqueo los dedos en busca de atención y vuelvo a repetirme. Él vacila, pero finalmente responde.

    —Sí.

    —¿Y si siempre ha sido eso lo que pasó? —Por cómo me mira tengo la sensación de ser quien ha recibido un fuerte golpe y empieza a delirar, pero es que tiene tanto sentido. Esto es como la historia, necesitas saber el pasado para entender el futuro. Lo mismo pasa con las matemáticas, no puedes saltarte pasos, no puedes llegar a la conclusión sin un origen claro. Necesito entender qué fue lo que le pasó a Josh para saber qué es lo que planean hacer después—. ¿Y si Josh y Colton no sabían nada de lo de trata? No. Espera, espera, ¡Eso es! ¿Y si no sabían? ¿Y si sabían eso pero no quiénes estaban metidas ahí?     

    —Escucha —Ethan apoya las manos sobre las mías y su mirada se suaviza por completo—, necesitas descansar la cabeza un poco. ¿Por qué no te pones una película?

    Descansar la cabeza. Irónico teniendo en cuenta que ahora estoy sintiendo todos mis pensamientos más rápidos y una agilidad que lleva sólo cuando estoy completamente concentrada en algo. Giro las manos para ser yo quien agarre las suyas en busca de atención.

    —Colton no me reconoció la primera vez que nos vimos, Ethan, y Josh me odiaba cuando se fue, ellos no sabían nada. La única razón para que Josh cambiara de idea es porque se enteró y, si Colton también se enteró después de que Josh desapareciera, puede que lo supieran a la par o en fechas similares o algo. ¿Lo entiendes?

    —Espera, ¿a qué te refieres con que Josh cambió de idea?

    Oh. Mierda.

    Sonrío con nerviosismo y aparto las manos, pasándolas por mi pelo en lo que recuerdo que no le conté esa parte.

    —Emma —llama con cansancio—, ¿qué no me has contado ahora?

    —¿Recuerdas cuando Hati se escapó? ¿Lo que pasó en el bosque?

    Se tensa un poco.

    —Cómo olvidarlo.

    —Digamos que eso no fue lo único que pasó. Josh me llamó. Desde una cabina. —El rostro de Ethan se endurece con pura incredulidad, antes de que pueda decir algo, me apresuro a seguir—. No quiso decirme dónde estaba, sólo que fuera con nuestros padres o me mantuviera bajo la atención de los medios. No me explicó nada, sólo dijo eso y que... —trago en seco—. Y que no podía confiar en ninguno de vosotros.

    —¿Espera qué?

    Ladeo la cabeza, tratando de entender su frustración, esa que ha dejado de estar dirigida a mí.

    —¿Qué te dijo exactamente? —pregunta.

    —No lo recuerdo bien, pero lo que te he dicho. Que fuera con nuestros padres, que no confiara en vosotros y que —bajo la mirada, incapaz de decir demasiado alto lo que le escuché decir— siempre sería su hermana pequeña.

    Cuando vuelvo a mirarle, se ve más tranquilo, compasivo incluso. Rodea la isla y no duda antes de rodearme con sus brazos. Usa una de sus manos para apoyar mi cabeza contra su pecho. Siento, como el otro día en su habitación, que la forma en la que apoya sus labios sobre mi cabeza no es un gesto inofensivo. Todas sus intenciones están guardadas detrás, con tanta fuerza, que puedo sentirlas. Cualquiera podría.

    —Nunca has dejado de importarle —dice con suavidad. Su intento de ayuda sólo empeora las cosas porque está consiguiendo traer de vuelta las emociones y ahora no puedo permitirme eso. Me está tranquilizando, adormeciendo, pero lo que tengo que hacer es mantener la cabeza fría.

    Levanto la cabeza para poder mirarle, aunque eso no ayuda, porque cualquier distracción que estuviera causándome, ahora es peor, mucho peor.

    —Lo que quiero decir es que Josh no pudo enterarse de todo allí, porque él ya tenía el usuario del comprador en su habitación y probablemente haya estado meses ahí, así que mi hipótesis es que él sabía sobre el tema de trata y que estaba, no sé, ¿colaborando?. Puede que lo viera como algo inofensivo pero que cuando se enterara de que yo estaba dentro fuera cuando todo se fuera de control. No lo sé. ¿Tiene algún sentido para ti?

    —Sentido tiene. —La mano que mantenía entre mi pelo ahora se desliza sobre mi mejilla con lentitud—. ¿Crees que Josh podía estar metido en algo así?

    —No creo que haya que descartar nada, no si tiene sentido. —Porque no puedo entender nada si sigo condicionada por la imagen que tenía de mi hermano—. Quizás lo primero que hizo al enterarse es irse y tratar de avisarme, puede que él quisiera arreglarlo todo por su cuenta y no fuera bien. ¿Y si por eso iba al almacén? ¿Y si durante todos estos meses él ha estado ayudándoles para sacar un dinero? Yo hice que le cortaran el grifo y él ha estado muy perdido, ¿y si esta ha sido su forma de conseguir el dinero?

    Tiene sentido, tiene tanto sentido.

    Cada pieza encaja, todas salvo la que se está clavando en mi corazón por verle capaz de hacer algo así.

    Los dedos de Ethan se mueven sobre mi piel y un intento de sonrisa cruza sus labios.

    —Él nunca dejaría que te pasara algo así —trata de razonar.

    —Lo sé, pero, ¿y a otras personas? Piénsalo, Ethan, incluso las fechas encajan. ¿Cuándo empezó Colton a preguntar por mí? ¿Es que no coincide con la llamada de mi hermano? ¿Y si fue de eso de lo que se enteró cuando estaba retenido por no haber pagado? ¿Y si quiso salir de ese negocio en ese momento? ¿O cambiarlo? Si algo sé es de lo difícil y peligroso que es tratar de imponerse sobre una figura de poder, si Josh lo hizo esa puede ser la razón por la que fueron a por él, por la que le mataron.

    La palabra suena agria sobre mis labios.

    —Y lo hicieron ver como un suicidio para librarse de cualquier clase de problema —sigo. Me pregunto si también le obligaron a él a hacerlo o si fue otra persona la que sostenía el arma. Me pregunto si sabía lo que iba a pasar o si pensó que saldría de esa.

    Me pregunto si creyó que yo podría ayudarle o si, al menos, entendería lo que estaba pasando. Hay tantas cosas de las que desearía tener una respuesta que no puedo contarlas.

    —Por favor, di algo —presiono ante su silencio. Necesito saber si es una tontería, si estoy perdiendo la cabeza o si acabo de resolverlo. Ethan mantiene sus ojos mieles fijos en mí unos segundos más antes de decirme que tiene sentido, de repetir esas dos palabras y dejar un duradero beso en mi frente.

    El brazo que me rodea me mueve más cerca, envolviéndome en una calidez que no quiero romper.

    —Ahora tenemos un problema —le escucho decir. Un escalofrío recorre mi columna y me odio por no poder mantener la confianza constante en él. Lo intento. Lo estoy intentando, pero no es fácil.   

    —¿Cuál?

    —Que si Josh se enteró de todo y te dijo que no confiaras en nosotros es porque sabía algo. ¿Recuerdas que hablamos de eso? Sigo sin entender como alguien pudo saber que estabas aquí cuando las únicas personas que saben que soy yo quien usa esta cabaña y que te estabas quedando aquí éramos nosotros. Lo dejé ir, peor, ¿y si tu hermano tenía razón? ¿Qué pasaría si él no fuera el único que se metió en el tema de trata?

    —Ethan, lo que estás diciendo... ¿Acusarías a uno de tus amigos de participar en algo así? Tú mejor que nadie les conoces.

    —Y también conocía a tu hermano y parece que me equivocaba. —Se aparta con un par de rápidos pasos. Pasa una mano por su nuca, repasando mentalmente toda la conversación, finalmente su mano cae—. Ni siquiera sé cómo puedes confiar en mí después de eso.

    Una parte de mí todavía no lo hace. No confío en nadie, no puedo hacerlo, pero a la vez está esa parte más racional, esa especie de sexto sentido que inconscientemente sigue analizando y procesando, esa que le ha visto actuar una y otra vez. No, él ha sido sincero conmigo.

    —Confío en ti porque si llegaste a hacer que te dispararan sólo para hacerme pensar que no estás metido en todo esto, entonces será una justificación digna para haber sido engañada.

    Él muestra una de sus sonrisas ladeadas, una que no veo desde hace tiempo. Al momento desaparece.

    —Entonces supongo que nos queda la pregunta obvia, ¿qué deberíamos hacer ahora?

    Ahora mismo no puedo estar segura de estar pensando con claridad y Ethan tampoco. Me humedezco los labios. Hay alguien en quien también confío ciegamente, confío porque aunque haya mostrado odio hacia mí y debería ser la primera persona en la lista de capullos que podrían ser capaces de delatarme, sé que no es así. Porque él va de frente con todo y ha demostrado tener más frialdad que cualquiera en un momento así, no necesita fingir porque no está mintiendo. En momentos así temo más por aquellos que muestran cercanía que por los que marcan distancia porque, ¿qué mejor forma que ocultar una traición que mediante falso cariño?

    —Deberíamos hablar con Cole.


¿Confiáis en Cole como hace Emma? ¿O creéis que está metido en todo? porque... teniendo en cuenta lo que pasó con los móviles y que él es bueno con la tecnología...

⋅༺༻⋅

Y voy a dejar aquí dos preciosas portadas que me habéis pasado por twitter para esta historia<3

1. de xxmonicaespinosaxx

2. de MartinaVerdejo1 (en twitter)


Gracias a las dos por haberos tomado el tiempo de hacer estas preciosas portadas💕💖😘

— Lana 🐾 

Continue Reading

You'll Also Like

54.5K 2.9K 36
les traigo a una pareja que se quieren y se aman mucho son mi pareja favorita de dbz♥♥espero que les gustex3
Stalker By romina lizana

Mystery / Thriller

634 57 6
Rosie se ha vuelto una mujer exitosa, con un local de comida. Es feliz, o eso cree ella, ya que no olvida a su mejor amigo que murio. eso la marcó. (...
3.9M 226K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...
8.9K 422 14
BETRAYED #4 Nunca nadie predijo que el imperio Hossler iba a caer en picado. No fueron avisados de que una Holder, una mafia que creían haber enterra...