Tú Eres Mi Sueño. (Completa Y...

By Becoleman

10.1K 846 339

¿Existirá alguien en la vida real, que me ame y acepte como soy? Hola, soy Isabelle, pero todos me dicen Bell... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Aviso...
Informe

Capítulo 27

341 24 19
By Becoleman

Luego de darnos un excelente baño, ambos salimos, colocándonos la ropa más cómoda que encontramos.

Christopher se colocó un pantalón de sudadera gris, una camiseta manga larga negra que marcaba su bello cuerpo y unas medias negras; yo me coloqué un pantalón de sudadera negra, algo ajustada, una camiseta manga larga de un rosada claro y unas medias negras.

Cuando tuvimos hambre, Christopher pidió servicio al cuarto y nos quedamos viendo películas todo lo que quedaba de tarde.

Mientras veíamos películas, mi celular comenzó a sonar sin detenimiento, así que, me levanté de los brazos de Christopher y busqué mi carterita.

Al querer contestar, habían dejado de llamar, viendo las llamadas perdidas de mi mejor amiga; miré la hora, viendo que, aquí, eran las 7 de la noche; deben ser como las 2 de la tarde allá.

Marqué el número del celular de Ani y al segundo tono, respondió.

- ¡¡BELLE!! - Me alejé un poco el celular y sonreí.

- Por Dios, Ani, no es necesario que grites. Te escucho perfecta y claramente. - Escuché su risa.

- Lo siento, Belle, es que te extraño mucho. - Reí ante su comentario y negué.

- Ani, apenas llevo un día fuera, bueno casi dos; nuestra luna de miel dura casi 3 semanas, ¿cómo harás? - Rió con algo de tristeza.

- Me volveré loca, Belle. No sabes cuánto te extraño.

- También te extraño, Ani. - Suspiró.

- ¿Qué tal todo? ¿Qué han hecho?

- Descansar hoy. Chris dice que mañana saldremos a conocer pero, por hoy, descansar. - Escuché un leve "ja", y la imaginaba rodando sus ojos. - No ruedes los ojos, Anahí. - Rió con fuerza.

- Lo siento, Belle, me conoces bien; pero son unos flojos. Yo de ustedes ya estaría en las calles de París, conociendo.

- Sí, Ani, pero hace un frío increíble y llegamos en la mañana. Déjanos descansar, mujer. - Escuché la risa de Ani y la de Christopher también; me giré a verlo.

- Dile a la pitufina que no moleste; que el día que ella se case, sabrá lo que vivimos. - Reí.

- ¿Qué dijo el homúnculo? - Reí con más fuerza al escuchar aquello.

- Que cuando te toque tu turno, sabrás de lo que hablamos. - Ani se atacó a reír y podía imaginarla sosteniendo su estómago de la risa.

- Dile que me desee suerte, Belle, porque no sé si eso suceda. - Si supiera.

Lo peor es que no puedo decirle nada porque Christopher me hizo prometer que no diría nada.

- Te llegará el momento, Ani, no seas tan pesimista. - Escuché su suspiro.

- Ojalá, Belle, ojalá. - Hubo un pequeño silencio en el que no supimos qué decir. - Bueno, par de flojos, sigan sin hacer nada. Después hablaremos, Belle. ¡Te adoroooooo! - Reí.

- También te adoro, Ani. Saludos a Marc; los extraño. - Escuché el "hey" de Christopher y corregí. - Perdón: los extrañamos.

- Envía fotos, Belle. Déjame conocer la ciudad, así sea por fotos nada más. - Reí con suavidad.

- Así lo haré, Ani. - Y cortamos la llamada.

Dejé el celular en la mesa del comedor, mirando a Christopher con tristeza.

- ¿Sucede algo, Belle? ¿Qué tienes? - Se levantó con rapidez del sofá, acercándose a mí.

- Estoy bien, amor, es sólo que...  - Suspiré. - Ani no cree que vaya a casarse. Quise decirle lo que Marc planea pero sé que es sorpresa y que él lo hará apenas regresemos. - Christopher me abrazó, suspirando un poco.

- Sé que te preocupas por ella y que quieres verla feliz así que, arreglé todo para que regresemos en una semana y media. Marcos está esperando que lo llame para confirmarle.

Me separé de Christopher con rapidez, mirándolo con asombro y confusión.

- ¿Por qué hiciste eso, amor? - Me miró con ternura, rozando sus dedos por mi mejilla.

- Porque te amo, Belle, y no quiero que estés triste. Tu felicidad es lo que más quiero. - Sonreí, dándole un abrazo.

- Aunque estoy agradecida contigo, no debiste hacerlo, amor. No quería arruinar nuestra luna de miel de esa manera. - Suspiré y él me hizo mirarlo.

- No la has arruinado, princesa. Tenemos una semana y media donde conoceremos lo suficiente y lo disfrutaré sólo porque tú estás conmigo. - Me regaló esa sonrisa torcida que tanto me encanta y rocé su mejilla con mis dedos.

- Sin merecerlo, me gané a un excelente hombre, y uno único. - Fijé mis ojos en los suyos. - Incluso con tu pasado, eres perfecto. No necesitas cambiar nada porque así te amo. Eres lo mejor que pudo haber llegado a mi vida, amor, y le agradezco al cielo por eso. Tuve tantos miedos y temores de entregarme a alguien pero, llegaste tú y todo eso cambió.

Pegó su frente a la mía y cerramos nuestros ojos mientras sentía unas lágrimas caer de su rostro a mis mejillas. Abrí mis ojos, viendo que lloraba, así que, tomé su rostro entre mis manos, haciendo que me mirara.

- No llores, mi amor, todo está bien. - Escuché un leve sollozo escapar de sus labios, viendo cómo su labio inferior temblaba. - ¿Dije algo malo? - Negó con su cabeza.

- Dijiste las palabras que por mucho tiempo esperé escuchar de alguien más que no fuera Beth. - Lo miré confundida. - Belle... - Sus manos se posaron en mi cintura, aferrándose a mí con fuerza. - En mi vida, siempre he sido alguien que ha fallado en todo. Desde que mis padres murieron, nunca quise ser mejor y mis relaciones tampoco lo eran. Cada vez me hundía más en un pozo oscuro y Betty siempre me recordaba lo mucho que me amaba; siempre se lo agradeceré pero, en mi interior, pedía al cielo que me enviara una persona que fuera para mí, que me amará de verdad, sin importarle quien yo era, aceptándome con todos mis lados oscuros. - Colocó una de sus manos en mi rostro. - Llegaste tú, Belle, y cambiaste mi mundo. Ya no quería recordar mi pasado; quería ser alguien mejor para ti y que tú te sintieras orgullosa de mí. Ya no quería sólo impresionar, quería que, tú, vieras quién soy en realidad. - Lo miré con ternura.

- Estoy orgullosa de ti, amor. - Dejé un pequeño beso en sus labios, secando con amor y cuidado sus lágrimas. - Espera aquí.

Me miró confundido pero me separé de él, buscando mi celular. Al tenerlo en mis manos, comencé a buscar una canción en específico, colocándola cuando la hallé, acercándome a él, abrazándolo y pegándome a su pecho.

La canción comenzó a sonar mientras, Christopher, comenzaba a movernos al compás de la música.

- La estuve pensando desde hace días. Quería dedicártela y que supieras lo que siento por ti desde el momento en que te vi. - Sentí que apretaba su abrazo a mi alrededor. - Sólo pido que esto nunca acabe, amor, porque, tú, eres mi sueño hecho realidad. - Levanté mi cabeza, mirándolo; tenía sus ojos inundados. - Te amo, Christopher Coleman, con todo lo que soy. - Me miró con amor y sonrió.

- Te amo con todo lo que soy, Isabelle Coleman. - Sonreí y besé sus labios con amor.

Al separarnos, después de que la canción acabara, lo miré y se me ocurrió algo.

- ¿Qué tal si damos un paseo a ésta hora? - Me regaló su sonrisa torcida, asintiendo en acuerdo.

- Entonces: a cambiarnos. - Asentí y nos dirigimos a la habitación.

Decidí colocarme un pantalón de tiro alto, color negro, una blusa manga larga blanca, que metí dentro del pantalón, unos botines negros con taches y un gabán negro. Mi cabello lo dejé suelto y, por si hacía demasiado frío, llevaba unos guantes.

Cuando estuve lista, miré a Christopher, quien llevaba un jean azul oscuro, una sudadera gris que le ajustaba muy bien, unas botas para hombre negras y un gabán negro; se veía maravilloso.

- ¿Lista? - Sonreí, acercándome a él.

- Lista. - Él agarró las llaves del apartamento, su celular, su billetera y salimos del lugar, tomados de la mano.

Nos dirigimos al ascensor, llamándolo, esperando un rato mientras llegaba; Christopher jugaba con mi mano mientras esperábamos. Sentí que alguien se acercó a nosotros y giré, levemente, mi rostro para ver a la nueva persona.

Un hombre rubio, blanco, de un 1,80 de alto, ojos cafés y una sonrisa simpática, estaba a nuestro lado, esperando por el ascensor también, supongo. Vestía de negro o era el gabán que le tapaba todo y no podía ver más colores.

- Bonne nuit. - Me quedé sin saber qué decir y miré a Christopher, quien sólo sonreía.

- Bonne nuit. - Esto es nuevo; no sabía que mi esposo hablaba francés. Lo miré con acusación y él rió. - No soy un experto, pequeña; sólo sé algunas cosas. - Asentí y miré al hombre que estaba a nuestro lado.

- No son de aquí, ¿verdad? - Sí somos. Sólo se nos ocurrió cambiar el acento y demás. Rodé mis ojos ante su comentario; su acento era bastante fuerte pero se hacía entender muy bien.

- No, de hecho, estamos de luna de miel. - Christopher me unió más a su cuerpo, tomándome de la cintura.

- Ahh, están recién casados. - Vi que nos miraba de una manera, algo, extraña, causando una mala impresión en mi ser que no me gustó en lo absoluto.

- Sí, felizmente casados. - Respondí de manera cortante y sarcástica; levanté una de mis cejas, mirándolo mal; sonrió ladinamente.

- Oh, pero qué torpe soy. Soy Jean Paul Bouchard. - Extendió su mano a Christopher y él la estrechó. - Mucho gusto.

- Christopher Coleman. - Me miró y sonrió. - Ella es mi esposa, Isabelle Coleman.

Soltaron sus manos y él tomó la mía, dejando un beso húmedo en el dorso de ésta que me produjo un escalofrío.

- Un placer, madame. - Le sonreí un poco y solté mi mano de su agarre; él miró a Christopher. - Tienes una esposa muy hermosa. - Christopher sonrió.

- Eso lo sé. Gracias. - Me miró con orgullo y algo de cuidado; sonreí. En ese momento, el ascensor llegó y, los tres, subíamos a él mientras, Jean Paul, marcaba el botón del lobby.

- ¿Van a conocer? - No quise ni mirarlo, Christopher fue quien habló.

- Sí, es la primera vez, de mi esposa, en éste lugar. - Entrelazó nuestras manos, uniéndome a él; sonreí ante eso.

- Qué bueno. - No me creo una mala persona o una juzgadora pero, cuando alguien no me da buena espina, no sé, soy precavida.

- ¿Y usted está casado? - Lo miré con seriedad pero sólo sonrió.

- Oh, no. No es lo mío; me gusta ser un espíritu libre y tener mis aventuras de vez en cuando. - Sonrió con malicia, mirándome de una manera cínica, sintiendo a Christopher apretar el agarre en mi mano.

- Ahhh... - No supe qué más decir.

- Me encantaría invitarlos a cenar, si pueden. - ¿Qué le sucede? Nos acaba de conocer.

- Gracias pero sólo daremos una vuelta e iremos a dormir. - Vi a Christopher darle una sonrisa pero sabía que era forzada; le estaba molestando el nuevo vecino.

- Bueno, la puerta de mi habitación siempre estará abierta por si deciden pasar en algún momento. - Me miró con una sonrisa pícara y yo rodé mis ojos.

- Gracias por la amabilidad. - Traté de sonar lo más amable posible.

Llegamos al lobby y las puertas del ascensor se abrieron, sintiendo que, Christopher, me empujaba con suavidad para hacerme salir primero mientras, él, lo hacía detrás de mí.

- Un gusto haberlos conocido. Qué tengan una feliz noche. - Avanzó 3 pasos y se giró a vernos. - Y ya saben: son bienvenidos a mi habitación en cualquier momento.

- Gracias. - Sonreí al ver a Christopher; se le iban a quedar las mejillas dormidas de tanto sonreír. Al ver que el vecino se fue, suspiró. - No me agradó cómo te miraba o sonreía; no me fío de él. - Tracé pequeños círculos en el dorso de su mano.

- Tranquilo, amor; tal vez estaba queriendo ser demasiado amable. - Le sonreí con tranquilidad, saliendo del hotel.

Afuera, el frío que hacía era impresionante, así que decidí ponerme mis guantes. Christopher colocó mi mano en su brazo, metiendo sus manos en los bolsillos de su abrigo largo, comenzando a caminar sin rumbo por las calles de la ciudad; todo se veía muy lindo.

- Esto es hermoso. - Sonreí, mirando a todos lados.

- Lo es, princesa. - Miré a Christopher, quien me miraba con una sonrisa enorme. - ¿Qué te parece si vamos a  tomarnos un café o un chocolate?

- Estaría genial. - Me pegué más a su brazo. - Más con éste frío. - Rió y asintió.

Después de caminar unas 3 cuadras, llegamos a un café, bastante acogedor. Entramos al lugar, sintiendo el cálido ambiente que lo llenaba.

Ambos nos dirigimos a una de las mesas más retiradas del lugar, quitándonos nuestros abrigos. Una señorita simpática, cabello castaño claro, ojos azules pero muy claros, piel canela, usando el uniforme del café, se acercó a nosotros, lista para tomar nuestro pedido.

- Buenas noches, ¿en qué puedo ayudarles? - Sonreí con ironía, viendo cómo observaba, solamente, a Christopher.

- ¿Qué pedirás, princesa? - Christopher me miró con una sonrisa,  esperando por lo que pediría.

- Creo que un chocolate con marshmellows estará bien, amor. - Sonreí y pude apreciar cómo se descomponía el rostro de la señorita al escucharme decir eso. Christopher la observó con una leve sonrisa.

- Dos chocolates con marshmellows, por favor. - Él le regaló una sonrisa reluciente y, ella, casi se abalanza sobre él; reí.

- ¿Algo más? - Ella lo miraba como si mi esposo fuera un sueño, un mito o algo parecido. Él me miró y yo negué.

- No, así estamos bien, gracias. - Ella asintió, alejándose de nosotros, mirando de vez en cuando a Christopher. - ¿De qué te ríes?

- Causas estragos en muchas mujeres. Seguramente la señorita estará pensando en qué echarle a mi bebida para quedarse contigo. - Negué con una sonrisa y él rió.

- Sólo quiero causar estragos en una mujer. - Se inclinó sobre la mesa y rozó sus dedos por mi mejilla; me estremecí. - ¿Crees que causo estragos en ella? - En sus ojos había curiosidad.

- Más de los que te imaginas. - Me regaló su bella sonrisa torcida y yo me derretí.

- ¿Estamos hablando de la misma mujer? - Lo miré con reproche y él sonrió.

- Pues espero que sí porque si no, mueres ésta noche. - Lo miré seria y él rió con algo de fuerza.

- ¿Serías capaz de asesinar a tu esposo? - Sonreí.

- Si me da motivos, tal vez sea capaz. - Rió de nuevo, inclinándose aún más.

- Nunca te daría motivos, pequeña. Tú eres la única mujer a la que quiero impresionar y en la que quiero causar "estragos". - Dejó un pequeño beso en la comisura de mis labios y yo sonreí como una buena estúpida retrasada. - Te amo.

- También te amo, amor. - Iba a darle un beso más romántico pero, justo ahí, llegó la señorita con nuestro pedido.

- Aquí están sus bebidas. - Hizo que nos separáramos, colocando las bebidas en medio de los dos; miró a Christopher y yo rodé los ojos. - ¿Se te ofrece algo más? -

¡Y ahora lo trata de "tú"! ¿¡WTH!?

- No, gracias, ¿tú quieres algo más, amor? - Lo miré y sonreí.

- No, gracias. - Ella me miró con algo de enojo mientras le sonreía con "amabilidad" y asintió.

Luego de terminar nuestros chocolates, Christopher decidió que era hora de pagar para poder ir a descansar. Le pidió la cuenta a la señorita, quien amablemente, le pasó su número de teléfono a mi esposo.

Amablemente, fui y le devolví su papel, diciéndole que no se molestara en guardar esperanzas. Le expliqué que es un hombre casado y que no creo que la llame. Jamás.

Me miró enojada y resentida pero no es mi culpa que se haya hecho falsas ilusiones.

Salimos, dirigiéndonos al hotel de nuevo. Al llegar, entramos y subimos con rapidez a nuestro apartamento, dispuestos a descansar.

***********************************

Nuestra semana se pasó bastante rapido. Chris me llevó a conocer muchos lugares bellos y prometió que vendríamos de nuevo.

Todo iba de maravillas en nuestras vidas. Al regresar a Sam Francisco, Marc oficializó su situación, pidiéndole matrimonio a mi mejor amiga. La felicidad me carcomía por dentro.

Todo había tomado su curso natural una vez volvimos, sin nada nuevo para añadir.

Lo que ninguno de nosotros sabía o esperaba era que las cosas cambiarían de algún modo u otro...
_____________________________________

Hola, mi gente... He aquí el último capítulo de ésta historia que tanto me costó terminar...

¿Qué tal les pareció? A mí me encantó. Claro, yo soy la escritora... XD...

Les informo que, quizás, haga una segunda parte pero todavía no sé cuándo. Les pido paciencia, ya que ando escribiendo mis otras historias, y no sé cuándo me llegue la inspiración para ésta...

Gracias por darle una oportunidad a ésta historia...
Voten, comenten, opinen...

Los amo hasta el infinito...
Un abrazo enorme...

Adri... :D

Continue Reading

You'll Also Like

71M 3M 60
Culpa mía es una película basada en la trilogía "Culpables" - Próximamente disponible en Amazon Prime. ¡Disponible los 16 primeros capítulos! **Ganad...
103M 6.3M 35
• YA A LA VENTA EN TODAS LAS LIBRERÍAS DE LATAM Y ESPAÑA • ADAPTACIÓN AUDIOVISUAL POR WATTPAD WEBTOON STUDIOS «Es como si cada uno fuera un cielo. Un...
25.7M 3M 88
🔥Ganador de los premios Watty 2019🔥 (Los tres libros están incluidos, aunque los números sean un poco lío solo tenéis que leer todo seguido) ❤️Ya p...
8.1M 449K 86
¿Qué harías si Taehyung fuera el mejor amigo de tu hermano? ........... Lee el primer cap. HISTORIA COMPLETADA + Capítulos especiales SEGUNDA TEMPORA...