Unplanned

By thespiderniam

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Matt Adams sabe que él no nació para el romanticismo, ese gen simplemente no se encuentra en su ADN y punto... More

Personajes + Booktrailer
Sinopsis
Capítulo 1 - Alternativa elegida
Capítulo 2 - Huésped no deseado
Capítulo 3 - Murallas elevadas
Capítulo 4 - Mimado
Capítulo 5 - Ryan Neill
Capítulo 6 - Delirios de princesa
Capítulo 7 - Causa y efecto
Capítulo 8 - El viejo Jack está prohibido
Capítulo 9 - Encuentros inesperados
Capítulo 10 - Desesperada
Capítulo 11 - Más
Capítulo 12 - Lluvia para corazones fríos
Capítulo 13 - Una oportunidad
Capítulo 14 - Cine al aire libre
Capítulo 15 - Vulnerabilidad y acercamiento
Capítulo 16 - Papas quemadas
Capítulo 17 - Rompiendo la burbuja
Capítulo 18 - Las cosas sucias se lavan
Capítulo 19 - Mis chicas favoritas
Capítulo 20 - Cosas por hacer antes de morir
Capítulo 21 - Decidido
Capítulo 22 - Lindo y risas
Capítulo 23 - El beso en el tejado
Capítulo 24 - Hasta siempre
Capítulo 25 - La pequeña semilla
Capítulo 26 - Hablando de un idiota
Capítulo 27 - Primera cita
Capítulo 28 - Inesperada valentía
Capítulo 29 - Visita indeseada
Capítulo 30 - Experimentando
Capítulo 31 - Agradable sorpresa
Capítulo 32 - Estrellas en el firmamento
Capítulo 33 - Más que sólo querer
Capítulo 34 - Pesadilla
Capítulo 35 - Trastornado
Capítulo 36 - No mi bonita
Capítulo 37 - No otra vez
Capítulo 39 - Pequeños momentos
Capítulo 40 - Perdóname
Capítulo 41 - Los miedos de un hombre
Capítulo 42 - Fuerte y profundamente
Epílogo

Capítulo 38 - Te extrañé

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By thespiderniam


◆ALLIE◆

Trato de moverme pero todo mi cuerpo duele. Matt está parado en la puerta, solo está mirándome. Lo último que recuerdo es haber pensado que nunca más lo vería de nuevo. Ni a él ni a ninguna de las personas que me importan. Aunque siento cada parte de mi cuerpo entumecida, trato de sonreírle.

Quisiera decirle algo, pero sé que no puedo. Hablar en este momento me resulta complicado. Lo intenté cuando abrí los ojos y vi a mi madre, pero lo único que conseguí hacer salir de mi garganta fue un sonido horrible que además me lastimó.

—Despertaste —murmura él, se acerca a mí muy lentamente, temeroso. Sus ojos azules están irritados y me sorprende el momento en el que un par de gotitas escapan de ellos y bajan por los lados de su cara.

En la puerta, es mi hermana la que se asoma ahora lentamente. La veo llevarse las manos al pecho y respirar con alivio cuando me ve.

—Despertaste, bonita, despertaste —repite Matt, sujetando una de mis manos muy lentamente antes de llevarla hasta sus labios y dejar un beso allí.

Me siento algo mareada y débil, pero verlo aquí me hace sonreír. Me hace querer sonreír. No puedo hablar, no puedo decirle lo mucho que me alegra verlo, así que solo aprieto suavemente su mano y él vuelve a llevar la mía hasta sus labios.

Mi madre entra a la habitación de nuevo, viene acompañada de una doctora, misma que se encarga de sacar a todos de la habitación casi de inmediato a pesar de las protestas. Solo puedo darle un apretoncito más a la mano de Matt antes de que él se incline, bese mi frente y salga con mi madre y mi hermana.

La doctora me hace algunas preguntas, me habla lento, como si de esa forma se asegurara de que entenderé cada palabra que dice, y no deja de mirarme a los ojos en ningún momento.

Mientras la escucho hablarme sobre todo lo que ha pasado con mi cuerpo mientras estaba inconsciente, no puedo evitar cerrar los ojos un instante y agradecer en mi interior por el hecho de que sigo viva.

***

04 DE SEPTIEMBRE DEL 2011

Mamá está dormida en el sofá que está pegado a la ventana de la habitación, ella fue a la única a la que le permitieron acompañarme a pasar la noche.

Todo es muy incómodo con mi cuerpo en este momento. Tengo un tubo conectado entre las costillas derechas, costurado a mi piel, y eso es malditamente doloroso. Cualquiera pensaría que dormir tanto tiempo es sinónimo de descansar, pero realmente no es así. Estoy agotada y adolorida.

Cada vez que cierro los ojos y trato de dormir de nuevo, veo a mi padre y escucho la explosión del arma. Y me duele como si la bala impactara nuevamente en mi cuerpo.

Tengo la mirada fija en un punto del techo mientras pienso y siento la tibia humedad recorriendo los lados de mi cara hasta llegar a mi cuello, mojando todo a su paso.

Aquella fue una noche de pesadilla. Mi padre estaba fuera de control, creí que mataría a Matt y entonces la que acabó con una bala en su cuerpo fui yo. Sé que no fue intencional, sé que no buscaba herirme a mí, pero no puedo creer que todo haya llegado a este extremo.

Él se guardó lo que sintió con el embarazo de Lena, decidió actuar indiferente y limitarse a desconocer a mi hermana, pero todo ese coraje y resentimiento seguían dentro de él. Y todo salió a la superficie con ese jodido video mío y de Matt. Se embriagó; y el alcohol, acompañado de sus violentas emociones, le hizo perder el juicio, le llevó a ser capaz de convertirse en un asesino sin detenerse a pensar en la gravedad de sus actos.

—Esas lágrimas, mi niña. Odio esas lágrimas.

Sigo la voz de mamá, ella está despierta ahora. Hace una mueca y, poniéndose de pie, viene hasta la cama. Se sienta en la orilla y enjuga mis lágrimas con mucho cuidado antes de tomar mi manos.

—¿Dónde... está... él? —Todavía tengo una pequeña punzada en la garganta al hablar, y mi voz se escucha rasposa y rara, pero va mejorando.

Mamá es lista, ella sabe de quién hablo.

—Quizá deberíamos esperar a que estés cien por ciento recuperada antes de tocar este tema, Allie.

—Por favor...

Ella hace una mueca, respira hondo y asiente.

—Tu padre está detenido, hija.

—Tú... —parpadeo, ella niega con la cabeza.

—No, no es por mí que él está allí. Honestamente, Allie, tú has sido mi única prioridad los últimos días. Desde que te vi en el suelo, luchando por respirar... —niega con la cabeza, liberando un par de lágrimas—. Yo solo podía pensar en ti. En que tenía que hacer todo lo posible para que vivieras.

»Tu padre se presentó en la comisaría declarándose culpable de asesinato. A estas alturas ya deben haberle informado que sigues viva, o es lo que espero. Yo no lo he visto, y no planeo ir a verlo hasta que tú dejes este hospital conmigo.

Siento más lágrimas brotar mientras trato de asentir.

Todo es una locura.

—Okay —murmuro, no sé qué más decir.

—Vamos a hablar sobre todo esto cuando estés fuera del hospital, cariño. En este momento solo preocúpate por recuperarte —sorbe la nariz y comprueba la hora en su reloj de pulsera—. La hora de visitas comienza en diez minutos, los demás querrán pasar a verte. ¿Estás bien con eso?

Apenas muevo la cabeza en un mínimo gesto que pretende ser un asentimiento. Mamá me sonríe, me da un beso en cada mejilla y luego se pone de pie para recoger sus cosas antes de salir.

Una enfermera viene a comprobar mi estado. Es una mujer muy sonriente y cálida. Cuando parece que ha terminado su trabajo, ella solo se queda viéndome a los ojos por unos segundos.

—Tu chico tenía razón —me dice—, tienes unos ojos preciosos.

Le observo con algo de confusión. Ella se encoje de hombros y me regala una sonrisa más antes de salir, dejándome a solas.

Abro y cierro mis puños, tratando de obtener aunque sea un poco de movimiento. No es agradable tener que seguir acostada cuando quisiera poder estirarme y dar una caminata.

Cuando la puerta vuelve a abrirse, Lena y Ryan entran.

—¿Cómo se está sintiendo mi hermana favorita?

Le frunzo el ceño.

—Soy la única que tienes.

—Sí, y tu voz se oye terrible.

—Gracias hermana —pongo los ojos en blanco.

Lena se acerca lo suficiente para poder besar mi frente.

—Sabes que te amo —murmura antes de besar ahora mi mejilla—. Y estoy muy feliz de poder hablar contigo de nuevo —sorbe la nariz, sus lagrimas me caen encima—. Estaba tan preocupada, te amo mucho Alexis...

—Oh, no. La mujer está llorando. Ray, por favor, quítamela de encima —digo a son de broma, lo que hace que Lena me de una mala mirada, pero sonría de todos modos.

—Hola a ti, cuñada favorita. ¿Cómo estás?

Él me envía una sonrisa mientras coloca sus manos en los hombros de mi hermana, que está sentada en la orilla de la cama.

—Podría estar peor —murmuro—. ¿Esto de recibir un balazo me ha convertido en la favorita de todos o qué?

—Amargada —me acusa Lena con un puchero.

Ellos permanecen conmigo un rato, hablándome de Grace y lo llorona que ha estado los últimos días porque quiere verme, sobre los raros antojos de Lena y lo feliz que es Ryan cada vez que ella come algo y no termina vomitándolo.

Me informan que irán al pueblo para estar con la niña, pero que estarán al pendiente de sus teléfonos por cualquier cosa que haga falta. Apenas salen, es el turno de mi tío de entrar. Estoy feliz de poder ver a todos, ayer seguía muy cansada y solo compartí unos minutos con ellos antes de que la doctora dijera que era mejor dejarme descansar.

Luke se acerca a mí con una pequeña sonrisa, pone una mano en mi mejilla y deja un beso en mi frente de forma paternal. Creo que hoy le ha dado por darme besos en la frente a todo el mundo.

—¿Cómo vas?

—No voy —respondo con un suspiro—. Estoy estancada en esta cama —me aclaro la garganta en vano, porque sigue sonando rasposa—. Me duele todo.

Él ríe y acomoda mi cabello, alejándolo de mi cara.

—Si todo marcha bien, en unos días te darán el alta.

—Días... —digo con pesar.

—Hablé con el rector para explicarle tu situación. Cuando puedas regresar a la universidad hablarás con tus profesores para ver la manera de compensar el tiempo perdido. Estoy asumiendo que no estarás allí, al menos, dentro de un mes.

Dios, un mes es mucho tiempo. Llevo dos dedos al puente de mi nariz y asiento. Las fosas nasales me arden por causa de las cánulas que todavía no me han quitado.

—Mabel habría querido saludarte en persona —dice—, pero está trabajando. Seguro pasará en la tarde.

—Ella te gusta mucho, ¿no?

Luke pasa una mano por su cabello, mordiéndose los labios para ocultar su sonrisa.

—Ella y yo tenemos historia. Fuimos novios cuando teníamos tu edad —me cuenta—. Terminamos cuando firmé un contrato para jugar en grandes ligas y me fui de Tennessee, no creímos que una relación a distancia funcionaría. Pero no pude olvidarla tampoco, aunque intenté salir con otras.

»Luego de la lesión por la que tuve que retirarme, la busqué. Creí que podría establecerme aquí, encontrar un empleo y estar con ella. Pero Mabel salía con alguien por ese entonces —hace una mueca, arrugando la nariz—. Los de Westwood me buscaron poco después para entrenar al equipo de la universidad y yo acepté su propuesta. Creí que ya no tenía oportunidad con ella, así que quedamos como amigos nada más. Luego la volví a ver cuando pasó lo de Lena, fue a la única persona a la que pude confiarle a tu hermana.

»Ya no somos tan jóvenes, Allie. Hace dos años que ella rompió su compromiso con aquel hombre, no teníamos por qué seguir fingiendo que entre nosotros solo había amistad. Me quiere, la quiero... Las cosas no son tan complicadas.

Pongo la mano en su rodilla y le sonrío.

—Estoy feliz por ustedes —aseguro.

—Yo también —suspira—. Ahora, aunque me encantaría quedarme más tiempo, Matt el acaparador debe estar ansioso por entrar a verte. Él es... un buen muchacho. Su amigo tenía razón.

—¿Qué amigo? —entorno los ojos.

—Jones —responde—. Yo estaba dispuesto a cumplir la promesa que te hice de no llevar a nadie a casa este verano. Te juro que sí, Al. Pero Jones vino a hablarme sobre Adams... y no pude evitarlo. El año pasado yo mismo fui hasta Nueva York para convencer a ambos de que aceptaran la beca que Westwood les ofrecía, los quería en mi equipo porque vi su potencial. Debo admitir que Matt me decepcionó cuando hizo un desastre en el partido en el que tendría que haber demostrado su verdadera capacidad, pero Jones me hizo ver las cosas de forma distinta. No pude evitar querer ayudarlo un poco...

—Tú eres el mejor, ¿sabes?

Él se ríe.

—Estoy bastante seguro de que no creías eso al principio del verano, cariño.

—Pues tienes razón.

—Lo importante es que lograste cambiar tu perspectiva.

Sí, él tiene razón. Este verano cambió mi perspectiva. Aprendí que es bueno conocer a los demás antes de juzgarlos, que no es tan malo dejar que un extraño entre en mi vida, que no necesito andar por la vida con una coraza que oculte a mi verdadero yo y que no puedo vivir reprimiéndome para complacer a alguien más. Ni siquiera si ese alguien es mi propio padre.

Mi tío se marcha poco después, y entonces estoy ansiosa esperando la llegada de mi siguiente visitante.

Cuando la puerta se abre, estoy sonriendo. Matt me sonríe de regreso, me da la espalda un momento al cerrar la puerta y luego viene lentamente hacia mí con una pequeña sonrisa en los labios.

Se para a mi lado izquierdo, respira hondo y entrecierra los ojos, estudiándome.

—Te ves terrible —es lo primero que dice.

Sonrío lo más grande que puedo. Estoy agradecida de que él no esté preguntándome cómo me siento como los demás. No me veo obligada a decir «bien» cuando en realidad no es así.

—Me siento terrible —acepto.

Él se deja caer con cuidado a mi lado, sin dejar de observarme ni de sonreír.

—Y tu voz suena terrible también —continúa, tomando mi mano izquierda entre las suyas.

—Sip. Y este jodido tubo entre mis costillas es terrible —digo, frunciendo la nariz—. Duele.

—A veces es bueno sentir esa clase de dolor, es una señal de que seguimos vivos —murmura, luego solo guarda silencio mientras me mira a los ojos con concentración—. No tienes idea de lo mucho que amo verte así.

—¿Así de terrible? —bromeo.

—Así de... viva —admite, llevando sus dedos a acariciar mi mandíbula—. De despierta. Te extrañé, bonita. Extrañé cada pequeño detalle de ti. Es como si la última semana hubiese estado conteniendo la respiración y solo hasta que tus ojos me devolvieron la mirada pude respirar de nuevo.

—Oh mi Dios, ¿qué te hicieron mientras estaba dormida, Matt? Acabas de tener un momento tan cursi.

Él se ríe.

—Extrañarte me afectó —dice, encogiéndose de hombros con una pequeña mueca—. Es decir, quería verte y hablar contigo y tú solo estabas aquí, dopada y durmiendo. ¿Qué está mal contigo? —bromea, frunciendo el entrecejo mientras niega con la cabeza de manera reprobatoria.

—Lo sé, soy tan malvada por estar pasándola de maravilla siendo sedada mientras tú me extrañabas.

Me rio un poco con él, pero hago una mueca y dejo de hacerlo porque el movimiento provoca que el tubo conectado a mi cuerpo me lastime. Joder, quiero que lo quiten ya.

—¿Qué pasa? —pregunta, inclinándose un poco sobre mí para ver mejor.

—Nada, nada. Estoy bien.

—¿Segura?

—Relájate —le sonrío—. Sigue hablándome de lo que has hecho mientras yo dormía como una buena perezosa, ¿quieres?

—Oh, mientras eras una holgazana dormilona y dopada, yo salí de fiesta, me embriagué y estuve con un montón de chicas.

—Un montón de chicas, vaya —digo, tratando de no reír.

—Totalmente. Es decir, si tú estabas divirtiéndote yo tenía que hacer lo mismo. Así que fui a todos los clubes nocturnos que encontré en Murfreesboro, bailé, bebí, me divertí y dormí con chicas. Incluso con dos al mismo tiempo.

—Mira qué descarado resultaste, Matthew Adams —digo, enseñándole la lengua.

Él me obsequia una amplia sonrisa, mostrando todos sus dientes. Y me gusta mucho esa sonrisa, tanto como la forma en la que me está mirando.

—Bueno, tal vez he alterado un poquito la verdad —se encoje de hombros—. Quizá solo estuve añadiendo más cosas a mi lista de cosas por hacer antes de morir mientras esperaba a que mi bonita regresara para poder hacerlas con ella.

—Quisiera ver esa lista.

—Algún día tendrás el privilegio.

—Idiota.

—Sí, ya sé que me extrañaste también.

—No puedo recordar haberte extrañado, la verdad.

Él deja caer la cabeza hacia delante y abre la boca, fingiendo estar ofendido por mi respuesta.

—Eres cruel —dice, llevándose una mano al pecho.

—¿Yo? ¿Quién es el que vino a verme y lo primero que dijo es que luzco terrible? —digo, solo para molestar—. ¿Sabes que los chicos lindos en las películas le llevan flores, peluches o cosas así a la chica que está en el hospital?

—Yo te traje algo mejor que eso. Te traje a un tipo sexy que está loco por ti y que te puede abrazar mejor que un estúpido oso de peluche, ¿qué más podrías pedir?

—Tramposo —le acuso—. Y no puedes abrazarme, eso sería doloroso para mí y me haría querer golpearte.

Él rueda los ojos.

—Sobre todo porque en este momento luces tan intimidante —dice, apoyando la mano en la cama. Se inclina más hacia mí, hasta que la punta de su nariz está a solos unos centímetros de la mía, y me mira con sus ojos azules entornados—. No puedo abrazarte, de acuerdo, pero un oso de peluche o las flores tampoco podrían hacer esto por ti...

Él se acerca más y presiona sus labios sobre los míos, que están lamentablemente resecos. Es solo un suave y corto toquecito, pero me avergüenza el hecho de que el aparato que registra mi frecuencia cardiaca me deje en evidencia.

Matt, que también se da cuenta, se ríe.

—¿Sigues prefiriendo al peluche?

—Odioso —digo de mala gana.

—Este odioso extrañó jodidamente mucho a su bonita. Gracias por volver —murmura, tocando la punta de mi nariz con su dedo, haciéndome sonreír—. Sé que dije que estoy acostumbrado a ver a las personas entrar y salir de mi vida, pero descubrí que realmente no quiero que tú seas una de esas.    


___________

N/A: Hola, hola <3 

Vaya, queda tan poco de esta historia que me duele ;-; voy a extrañar a Matt y su bonita <3 T.T 

Buuuut, la buena noticia es que tenemos un libro más de esta serie :D Y si ustedes siguen la página de Facebook, ya habrán tenido oportunidad de conocer al protagonista masculino *O*  al bello Ed McMillan. En fin...

Capítulo dedicado Anali21 :D Gracias bella por el cariño que le has brindado a esta historia  <3 :') es lindo tenerte como lectora 7u7 <3 ñammmm

Bueno, mis queridas Mattniatics, espero hayan disfrutado el capítulo <3 Sean lindas, comenten ;) o pensaré que solo el drama y las cosas feas las hacen comentar y eso no será bueno e-e jajajaja 

Mucho amor para ustedes <3



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