Dejado en un pesebre

By Astrid3490

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En nochebuena, un niño no deseado es dejado en un pesebre y encontrado por un joven Maestro de Pociones, camb... More

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¿De quien es este niño? EDITADO
Noche de Paz... más o menos
Navidad azul
¿Escuchaste eso?
Llegaron a un claro de medianoche
Bailando alrededor del árbol de Navidad
Decorando los pasillos
¿Frosty el perro de nieve?
Quiero un hipopótamo para Navidad
Nada para Navidad
Las maravillas del invierno
Noel
¿Donde estas Navidad?
Algún día de Navidad
Blanca Navidad
Deja que nieve
Una Navidad para recordar
Los tres reyes
El acebo y la hiedra
Aliento del cielo
Que Dios lo bendiga querido señor
Que haya paz en la tierra
Alegría para el mundo

El Grinch

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By Astrid3490



5 De diciembre de 1989

Callejón Diagon:

"¿Cuanto por estos guantes protectores madame?" Harry le pregunto a Sandra, la dueña de la Botica Slug y Jiggers.

La bonita bruja le sonrío, y dijo, "¿Los estas comprando como regalo para tu papá, Harry?"

"Si madame. A Papá le gustaran, creo. Son nuevos, así que se que todavía no los tiene."

"Y funcionan muy bien," dijo la bruja sonriendo, mostrando su ahora suaves manos. "Ves. No durezas o marcas de quemaduras desde que compre un par. Calzan muy bien, ves, como una segunda piel, y tiene un hechizo acolchado en las palmas, así uno no sufre por revolver tanto tiempo." Ella le mostró donde un hacedor de pociones de seguro tendría magulladuras por afirmar un revolvedor por horas. Aquellos que practicaban esa arte sabían lo peligroso que era para las personas, y siempre estaban tratando de desarrollar nuevos utensilios y soluciones para protegerse de los inevitables derrames y desbordamientos además de los humos.

Los guantes habían sido inventados por una astuta bruja que una vez casi había arruinado sus manos en un accidente de pociones. Los guantes le habían permitido seguir preparando pociones, pese a las cicatrices en sus manos.

Harry pensó que seria un regalo genial para Severus, cuyas delicadas manos estaban todos los días a riesgo de accidentes en los Laboratorios Prince, pese a su precaución.

"¿Cuanto es Srta. Miska?"

"Para ti, Harry, 5 Galeones y 3 Sickles."

Harry levanto una ceja, seguro de que le habían dado un descuento en los guantes. Él sabia que ella sentía "algo" por su papá, y esperaba algún día convencerlo de que salieran a almorzar o algo así, por lo que siempre le daba a Severus y su familia descuentos en su mercadería. En silencio metió la mano en su bolsa de dinero y saco la cantidad necesaria.

"Gracias, Harry," dijo Sandra, completando la venta y poniendo el dinero en la registradora. "Espero que tú, tu padre y amigos vuelvan este año a cantar villancicos."

"Lo haremos madame," le Harry aseguro. "No se preocupe."

"¿Tu papá cantara para mi de nuevo?" ella pregunto, como hacia todos los años desde que tenia siete.

Harry asintió. Por alguna razón, Severus siempre cantaba una canción para la Srta. Miska, y nada más en toda la noche. Y Sandra siempre tomaba una fotografía de ellos y le daba los mejores dulces y chocolate caliente.

"Lo espero con ansias," le dijo ella, con ojos soñadores. "¿Él anda por aquí ahora?"

"No, ando con mi abuelo," le informo Harry. "Papá tenia que trabajar mas tarde de lo esperado, así que el abuelo nos trajo a mi, Nev y Blaise para hacer las compras navideñas."

"¿Empezando temprano?"

"Si, así tengo mas para escoger," Harry dijo con seriedad, y la bruja río.

"Esa es una buena actitud, Harry. Bien, diviértete comprando y ¡Feliz Navidad!"

"Igualmente Srta. Miska," él le regreso el saludo, luego salio de la tienda, donde Neville y Blaise lo estaban esperando, terminado sus conos de helado.

Augustus estaba cruzando la calle, unos negocios mas abajo, frente al Emporio de la Lechuza, eligiendo un ave para Severus como regalo para su nieto. El emporio de la Lechuza también vendía otras aves rapaces además de búhos, y Augustus estaba interesado en comprarle un halcón, ya que creía que esa ave le calzaba bien a la personalidad orgullosa y solitaria de su nieto. Él había mandado a los chicos a la botica y entro solo a la tienda, a la que no había entrado desde que había comprado a Warlocke hace como cuarenta años atrás.

El propietario casi tuvo un infarto al encontrarse con el enigmático héroe Lord Prince en su establecimiento. "¡Mi lord Prince, es un honor—un gran honor—servirle!" tartamudeo. "¿Como puedo ayudarle, my lord?"

Augustus aguanto un suspiro. Así que su nombre no había sido olvidado ni siquiera ahora. Por lo menos el hombre no estaba haciendo una reverencia hasta que la nariz le tocara el piso, de la forma que algunos habían echo poco después que Grindelwald había sido derrotado. "Estoy buscando una mascota especial para mi nieto, preferiblemente un halcón."

"Por supuesto, milord. Por aquí, por favor. Acabo de adquirir una preciosa peregrina, ella es una reina entre las aves rapaces, plumaje blanco y plateado, excepcional inteligencia. . ."

Augustus lo siguió, esperando sinceramente que el ave fuera lo que estaba buscando.

"¿Todo listo, Harry?" pregunto Neville, lamiendo el ultimo poco de helado de sus dedos, luego rápidamente limpiándoselos con una servilleta que encontró en su bolsillo.

"¿Que le compraste?" le pregunto Blaise, siempre curioso.

"Un par de guantes protectores," respondió Harry, tocando la pequeña bolsa con sus compras.

"¡Que bien!" remarco Neville. "¿Podemos verlos?"

Harry asintió, comenzando a caminar hacia el emporio de la Lechuza. El metió la mano para tomar los guantes, y choco contra un hombre que parecía espantapájaros. "¡Oh!"

"¡Maldita sea muchacho!" gruño el viejo, su cabello parado en todas direcciones, sus ojos duros y agudos como el pedernal. "ten cuidado por donde andas"

"Lo siento señor. Yo no lo. . .emm lo vi," se disculpo Harry.

"¡Humph! Entonces a lo mejor debes comprar anteojos nuevos," dijo Smithers, fulminando con la mirada al imprudente muchacho que casi lo había botado. "Los chicos estos días, creen que son dueños de la calle. Sal de mi camino mocoso antes que te enseñe modales." Él apretó su varita de fresno de manera significativa.

Harry dio un paso atrás, mas asombrado que asustado. Él no había chocado contra el mago a propósito y se había disculpado.

Se envolvió en su capa gris manchada y se abrió paso entre Harry y sus amigos con una maldición y con el ceño fruncido amenazadoramente.

Neville se alejo del enojado mago, e incluso Blaise se quedo quieto. Pero Harry estaba enojado de que el hombre no aceptara su disculpa, y dijo en voz alta, "¡De nada, Sr. Grinch!"

Smithers ignoro la provocación, o quizás no reconoció la referencia.

Se dirigió por el camino empedrado, y la gente abrió paso o cruzaba la acera quizás temiendo que él los maldijera. Para aquellos ocasionales tontos que le desearon un buen día o le dijeron Feliz Navidad, respondió con un gruñido o un bufido, "¡Feliz Navidad! ¡Patrañas! ¡Montón de tonterías!"

"¡Que. . .viejo mas desagradable!" dijo Neville, mirando tras Smithers con ojos asustados. "Por un minuto pensé que iba a hechizarte."

"Podría haberlo echo el Viejo Smithers," dijo una bruja vieja, la dueña de la tienda de calderos. "Es un viejo realmente irritable."

Algunos de los otros dueños de las tiendas que habían sido testigos del incidente estuvieron de acuerdo.

"No tiene ni un hueso bueno ese hombre," dijo uno.

"Por lo menos ahora no," dijo una bruja vieja a la que le faltaban la mitad de los dientes. "Se puso duro y agrio cuando perdió su familia en el Gran Fuego."

"¿El Gran Fuego?" pregunto Blaise.

"¿Que es eso?" pregunto Harry.

"¿Acaso no le enseñan nada a los chicos hoy en día?" la vieja sin dientes pregunto. "El Gran Fuego ocurrió como hace diez u once años atrás. La mitad de las tiendas de este lado del callejón se quemaron, y algunas de las residencias también. Smithers perdió su tienda y aun peor, a su esposa e hijos. Fue un fuego mágico, algunos dicen que comenzó por una estufa en mal estado o algún caldero que exploto. O quizás fue alguno de eso motifagos o como se llamen. Nadie nunca supo como comenzó, pero al ser un fuego mágico, cundió muy rápido. Tuvieron que llegar algunos expertos en fuego mágico para apagarlo, pero era demasiado tarde."

"Ese fue un día muy triste," dijo alguien. "Se perdieron muchos negocios. Y gente también."

"Después de eso, Smithers cambio. Se volvió frío y difícil, su corazón se volvió de piedra. Creo que se culpa por no haber podido salvar a su familia, o quizás culpa a todos los demás. No se sabe cual. Cuando comenzó nuevamente su botica, se puso amargo y duro, y todo lo que le importa ahora es la ganancia. Su mejor amigo ahora es su bolsa de dinero." Dijo la vieja.

"¿Es por eso que me miro como si quisiera hacerme pedazos?" pregunto Neville nervioso.

La bruja de los calderos asintió. "¡Oh, si! A él no le gustan los niños para nada, mantente lejos de él querido y estarás bien."

"Si, no es bueno cruzarse con él. Es rápido con una varita. O con sus manos, de acuerdo a algunos de sus antiguos aprendices. Nunca tuvo uno que le durara un año completo, su temperamento es impredecible y se ha puesto peor con los años," dijo otra persona.

Este comentario fue seguido por murmullos de asentimiento.

"Es un canalla."

"Escuche que una vez con un hechizo pego los dedos de un cliente que trato de estafarlo."

"También odia Navidad. Uno nunca ve su tienda decoraba y mantiene a sus aprendices y maestros trabajando hasta altas horas, incluso en nochebuena. Sin descanso. Maldito viejo sin corazón."

Blaise y Neville se estremecieron ante lo que habían oído, pero extrañamente Harry no sintió miedo. Harry sabía que aquellas personas que no conocían a Augustus temían su carácter, y su reputación era tal que hacia que la gente temblara (y también los niños que se portaban mal). Pero una vez que uno lo conocía, Augustus Prince era un hombre bueno, y no asustaba para nada.

Él pensó sobre lo que habían dicho sobre Smithers, y luego recordó algo que Augustus una vez había dicho sobre Drusilla. "Ella era toda la calidez en este mundo, y cuando ella cruzo el velo, sentí como si ella se hubiera llevado todo el calor. Es asombroso que mi corazón no se haya vuelto polvo."

¿Podría haberle sucedido eso a Smithers? ¿Podría su corazón haberse vuelto polvo o congelado por esa razón?

Harry recordó la historia del Grinch, quien había sido malo y con mal genio, hasta que su corazón había sido tocado por las canciones y el espíritu de la Navidad y pudo comprender.

El año pasado Harry le había dado regalos a los niños menos afortunados y al orfanato. ¿El se preguntaba si alguien le había dado un regalo a Smithers desde que había perdido a su familia? ¿O todos se habían rendido pensado que él era una causa perdida, o se habían asustado por su ceño fruncido y sus gruñidos?

Nadie debe estar solo en Navidad, pensó Harry, era algo que Severus había dicho el año anterior. Él se imagino al miserable mago llegando a casa a un lugar frío y oscuro y a una cama vacía, comiendo sopa aguada y bebiendo te amargo, escuchando toda la alegría a su alrededor y odiándola porque él ya no tenia una razón para celebrar o nadie con quien compartir.

Pero él lo quiere de esa manera, se dijo Harry. Miren como trata a las personas. Me recuerda a un gato asustado, siseando y escupiendo para verse mas amenazador, pero por dentro temblando y asustado.Mystic hacia eso cuando el era pequeño, recordó el chico, pero cuando aprendió que Harry no lo lastimaría, había dejado de sisear y se había echo amigo del niño

¿Acaso Smithers quería eso y no tenia a quien preguntar?

Repentinamente, Harry se devolvió por la calle hasta un vendedor que ofrecía tarros de chocolate en polvo además de tazas con formas de calderos con frases ingeniosas sobre ellos y pequeñas bolsas de dulces además de las llamadas pociones sabrosas que eran frascos de chocolate llenos de jarabes de diferentes sabores. A Harry le gustaban mucho al igual que a sus amigos.

Harry escogió uno que decía La Euforia esta a un sorbo, junto con una lata y una bolsa de dulces.

"¿Eso será todo chico?"

"Si señor. Oh, ¿podría envolverlos?"

El tomo el regalo unos momentos después, había sido envuelto en un papel con franjas rojas, doradas y verdes, le agradeció al vendedor y se apresuro a donde sus amigos. "Lo siento, un regalo de ultimo minuto."

"¿Para quien?" pregunto Blaise.

"Espera y veras," Harry respondió misteriosamente. El observo la calle en la dirección por la que había visto irse al viejo Smithers.

Un grupo de niños estaban arrojando bolas de nieve a una puerta negra con una pequeña ventana redonda a pocos pasos del Caldero Chorreante. "¡Patrañas! ¡Patrañas! Que bicho entro en tu chimenea, Smithers?" cantaban.

Ellos gritaban y chillaban y hacían gestos groseros al hombre que les cerraba el puño amenazador a través de la ventana.

De repente, la puerta se abrió y Smithers salio con la varita en la mano. "¡Lárguense mocosos entrometidos! Vayan a casa, alborotadores, ¡antes que encienda sus pantalones en fuego con un hechizo!" dijo moviendo su varita amenazadoramente, que escupió algunas chispas de fuego.

Los niños huyeron, corriendo por la calle, aun gritando insultos y haciendo gestos grotescos.

Smithers volvió a entrar cerrando la puerta de golpe.

"¡Esos chicos están locos!" exclamo Neville.

"Si, pero se divirtieron un rato." Él le dio un leve codazo a Harry. "¿Cierto, Harry?"

Pero Harry no estaba riendo. Molestar a Smithers era divertido para los chicos, pero no hacia nada más que agravar al boticario y alimentaban su amargura.

Él toco el regalo que recién había comprado, tomando una decisión. Luego se dirigió derecho hasta la puerta de Smithers.

Blaise lo tomo por la bufanda. "Uh, Harry, ¿a donde vas?"

"A darle a Smithers un regalo de Navidad."

"¿Que?" dijo Neville. "Pero Harry, ¡no puedes hacer eso!"

"¿Porque no?"

"Porque te hechizara, ¡por eso!" exclamo Neville. El agarro a Harry por su capa verde. "No lo hagas. Es muy peligroso."

"Nev, por favor. Suéltame. Estaré bien. Su ladrido es peor que su mordida."

"¿Como sabes eso?" gimió Neville.

"Porque solo amenazo a eso niños, no los hechizo," respondió Harry. "y pudo hacerlo. Los Maestros de Pociones tienen reflejos rápidos. ¿Cierto, Blaise?"

Su amigo asintió. "Si. Tienen que tenerlos, para prevenir accidentes cuando están en el laboratorio. Papá siempre dice que mamá podría enfrentarse con quien sea excepto con un Maestro Duelista si así lo desea."

"Pero Harry. . .él estaba verdaderamente enojado. . .tu viste su cara. . . ¿Y si no quiere un regalo?" Neville trago en seco, mirando nervioso la puerta cerrada.

"Si el no abre la puerta, lo dejare en la entrada." Solo esperaba que ninguno de eso niños volviera si hacia eso, porque seria una lastima que rompieran el regalo arrojándole bolas de nieve. O lo robaran.

"Ten cuidado, Harry," le advirtió Neville, estremeciéndose.

Harry le dio una ligera palmada en el hombro. "Te preocupas demasiado, Nev. Te digo una cosa, espera aquí y echa una mirada, y si Smithers trata algo, vas a buscar al abuelo. ¿Esta bien?"

"Bueno." Accedió Neville, deseando que Harry no fuera tan impulsivo.

"Diré una oración por ti," dijo bromeando Blaise, con sus ojos brillando.

Harry río. Luego camino con rapidez y en silencio hasta la casa de Smithers donde toco el cordón de la pequeña campanita.

Un momento después, un muy enojado Smithers marcho hacia la puerta y la abrió de golpe. "Maldición, acaso no pueden obedecer malditos chiquillos, o de verdad debo prender fuego a sus pantalones, pequeños—"

"Hola señor. Feliz Navidad," lo saludo Harry, luego extendió las manos con el regalo.

"¿Que es esto?" Smithers pregunto con sospecha. "¿Otro tipo de broma?"

"No, señor. Es un regalo de Navidad."

"¡Puedo ver eso idiota!" él tomo el paquete y lo sacudió. "¿Que hay dentro? ¿Bombas olorosas? ¿Galletas explosivas?"

"No, señor. Es un tazón, un tarro de chocolate en polvo una bolsa con pociones sabrosas, son dulces—" dijo Harry.

"¡Se lo que son!" lo interrumpió Smithers, pasando sus manos por el regalo. "¡Humph!" él miro a Harry.

Cubiertos por un pequeño abeto en una maceta, Neville y Blaise observaban, con la boca abierta, seguro de que cierto furioso mago iba a atacar con la varita a su amigo.

"Tu eres el mocos que casi me boto antes."

"Si señor. Lo siento."

Smithers miro a Harry, casi demasiado sorprendido para hablar. Él no podía recordar la ultima vez que alguien le había dado un regalo de Navidad. Él tosió, luego mascullo un muy oxidado, "Gracias. Ahora vete." Harry se alejo. "Espera. ¿Porque haces esto chico? Tu ni siquiera me conoces."

Harry se dio la vuelta. "Porque todos merecen un regalo en navidad, incluso un cascarrabias como usted," dijo sinceramente. Luego le hizo una seña con la mano y le dijo, "¡Feliz Navidad Sr. Grinch!" antes de salir corriendo por la calle.

Smithers se quedo parado donde estaba, preguntándose si había perdido su toque asustando a pequeños estúpidos alborotadores. Él miro la tarjeta en el regalo. Decía Sr. Smithers y estaba firmada Harry Snape.

Smithers casi se ahogo. ¡Snape! Ese era el apellido de un joven maestro de pociones que antes trabajo para el. Él que se había vuelto internacionalmente famoso. ¡Y eso significaba que ese mocoso atrevido que recién estuvo aquí era su hijo! Él tenía una lejana memoria de un bebé sacándole la lengua mientras Severus Snape salía de su tienda por última vez. ¿Se preguntaba si su padre le había pedido que hiciera esto?

Con precaución, Smithers desenvolvió el regalo, esperando por algo que explotara o le saltara encima. Pero lo único que vio fue una ordinaria lata de chocolate en polvo con marshmallows y una bolsa de pociones sabrosas dentro de un tazón. El reconoció el trabajo como de Amos Philpot, el mago que vendía chocolate y otros dulces. ¡Humph! Siempre quise comprar uno de estos.Él se permitió una pequeña sonrisa, se dio la vuelta y entro a la casa. La puerta se cerro de golpe."¡Regalo de Navidad, bah!" murmuro, luego convoco una destartalada tetera y la puso al fuego. No tenía sentido desperdiciar buen chocolate. ¿Así que soy un cascarrabias? ¡Ja! ¿Pero por Merlín que es un Grinch?

Blaise y Neville le dieron una palmada en la espalda a Harry en felicitaciones por ser tan valiente, luego todos se dirigieron al Emporio de la Lechuza, esperando que Augustus no hubiera terminado su transacción demasiado pronto y estuviera esperándolos. Él se molestaba cuando las personas no eran puntuales.

Pero encontraron que Augustus estaba recién saliendo de la tienda con una jaula tapada, luciendo bastante complacido.

"¡Abuelo!" llamo Harry. "¿Lo conseguiste? ¿Como es?"

"Respira, Henry," le ordeno el Maestro Elemental. "Y no grites, ella esta bastante nerviosa. Puedes verla cuando lleguemos a casa. ¿Terminaron con todas sus compras navideñas, chicos?"

"Si señor," corearon.

"Bien. Entonces agarren mis mangas y pongan un dedo en mi pendiente," ordeno Augustus, sosteniendo un gran medallón con el sello de los Prince.

Apenas los chicos cumplieron con lo ordenado, Augustus activo el Traslador y todos fueron transportados de vuelta a Foxfire Hall.

Todos dejaron sus abrigos y demás ropa de invierno en la entrada, y Lina las desapareció.

"¿Como estuvo su salida, mi lord y jóvenes amos?"

"Muy buena, Lina," dijo Augustus.

"Tomamos helado y Harry le dio un regalo a. . . ¿como fue que lo llamaste?" pregunto Neville.

"El Sr. Grinch," dijo Harry. Luego le dio una mirada suplicante a Augustus. "Abuelo, ¿podemos verla ahora?"

"Muy bien," accedió el Amo de Foxfire Hall, luego llevo la jaula al estudio. "Pero deben estar en silencio y no hacer movimientos bruscos." Con gentileza destapo la jaula.

Allí, posada en una rama de nogal, estaba una magnifica halcón peregrina blanca y plata. Ella tenía brillantes ojos dorados y los examino con aire altanero, haciendo suaves sonidos.

Harry se quedo sin aliento. "¡Oh! ¡Ella es . . . magnifica! ¿Como se llama?"

"El propietario solo se refirió a ella como su majestad," respondió Augustus. "Pero tu padre le dará un nombre apropiado una vez que se conozcan. Ella es una rara Halcon Peregrina Imperial. Su raza solo se le daba a la realeza no hace mucho tiempo, y dicen que Arthur el Grande voló uno en una cacería. Esta viene de Russia, donde prefieren halcones como aves mensajeras." Augustus silbo gentilmente, y el ave giro su cabeza y lo miro.

Él le paso un ratón muerto.

Ella agacho la cabeza y recibió el bocado con gracia.

"Bienvenida a Foxfire Hall, su majestad," Augustus dijo suavemente, luego ubico la jaula en una esquina y volvió a taparla. "Vamos chicos. Apostaría que tanto escoger regalos ha causado que estén muertos de hambre. Y Henry, ¿que significa eso de comprar un regalo para el Grinch? No me digas que hiciste vivir ese monstruo del libro con magia accidental. . ."

Harry río. "No, abuelo. Es un. . .sobrenombre. . ." explico, acompañando al hombre.

Augustus río cuando Harry le revelo a quien se refería. "Eres un osado, Henry. Me recuerdas a tu abuela. Drusilla siempre le daba regalos a la gente que ella creía lo merecían, aunque casi no los conociera. Tu tienes su corazón generoso."

Mañana de Navidad

Foxfire Hall:

Hotspur recogió todos los envoltorios alrededor del joven amo Harry y lo desapareció con un chasquido de sus dedos hacia la chimenea. El papel servia bien como leña.

Harry estaba sonriendo de oreja a oreja, claramente complacido con los regalos que había recibido este año, pero ahora estaba mirando a Severus expectante. Su padre estaba sentado en el lugar habitual a la derecha del sillón, desde donde podía observar a su hijo abrir los regalos. Estaba envuelto en una cómoda bata verde y pantuflas. "Ahora, ¿dime cual es el regalo que estas tan ansioso por que abra, Harry?" le pregunto con una ligera sonrisa. "¿Boletos para la Copa Mundial de Quidditch?"

Harry meneo la cabeza. Severus ya había abierto el paquete con los guantes protectores, y encontró que eran un excelente regalo, y rápidamente le había preguntado a su hijo cuanto había gastado en ellos. Él tenia un limite para Harry en gastos, porque no quería que el chico gastara todo su dinero en regalos costosos, él deseaba que el chico manejara bien su dinero.

"¿Eso es todo?" había dicho cuando Harry le contó lo que habían costado los guantes. Entonces meneo la cabeza. "Los compraste donde la Srta. Miska, ¿cierto? Debí saberlo."

Pero ahora Harry estaba saltando arriba y abajo ya que Augustus acarreo la jaula cubierta con un enorme moño verde encima.

"Harry, por amor de Merlín, deja de moverte," le ordeno Severus. "Actúas como si tuvieras polvo pica-pica en tus pantalones."

Harry se detuvo, obligándose a permanecer calmado, no queriendo asustar al ave.

Al lado de la chimenea, Mystic y Parches dormitaban tranquilamente, sin siquiera molestarse en mirar la jaula.

"Feliz Navidad, Severus." Dijo Augustus, luego descubrió la jaula con una reverencia.

El halcón dentro de la jaula despertó y dio un sobresaltado meep antes de notar al hombre con los ojos oscuros mirándola. Ella lo miro con sus ojos dorados.

"Mucho gusto, mi lady," murmuro Severus.

El halcón dio un leve chillido y agacho la cabeza, como si estuviera saludándolo. Luego se acerco a la puerta de la jaula la empujo y la abrió, pese al asombro de los magos.

Ella les dio a todos una mirada divertida. Luego estiro sus magnificas alas se deslizo y se poso con cuidado en el hombro de Severus. Ella casi no hizo ruido al volar y sus garras ni siquiera rasgaron la tela, tan hábilmente se había aferrado.

Luego dio otros de esos chillidos de satisfacción y miro curiosamente a Augustus y Harry.

Severus levanto una mano para acariciarla, y ella le pico el pelo. "Así que, ¿seremos amigos preciosa?" le dijo suavemente.

Ella lo miro fijamente, gorjeo y volvió a picarle el pelo, permitiéndole que sus dedos le acariciaran su pecho. Él sonrío. Luego se giro hacia Augustus y dijo, "Abuelo, este es un regalo asombroso. . .jamás me imagine. . ."

Augustus movió una mano. "ya era hora que tuvieras una mascota, Severus. Ella es un halcón peregrino imperial, la única de su especie aquí en estos momentos. Ella fue criada en Rusia, y George del emporio de la Lechuza me dijo que son muy leales y protectivas del mago o bruja al que eligen además son muy orgullosas e inteligentes."

"Ella tiene nombre."

"Él se refería a ella como su majestad, pero eso es mas un titulo que un nombre, si me preguntas. Él dijo que cuando tu elijas el apropiado, ella te lo hará saber."

"¿Puedo ayudar?" pregunto Harry.

"Puedes," accedió Severus. "Has una lista de nombres y después los probaremos."

Harry corrió a buscar un pergamino y una Pluma Siempre-llena del estudio de Augustus.

Pasaron el resto de la mañana tratando de nombrar al magnifico halcón.

Primero trataron nombres obvios, como Regina, Majestuosa, Brillante, Emperatriz, Reina pero la halcón, ahora dormitando en su jaula, no respondió a ninguno. Luego trataron sinónimos de viento y tormenta, como Borrasca y Tempestad, pero ella siguió indiferente.

Augustus ofreció Glorianna, que era un antiguo nombre para Isabel Primera.

Ella abrió los ojos ante ese, pero se alboroto las plumas y volvió a dormir.

Severus convoco un libro de nombres, en varios idiomas y comenzó a ojearlo. Él necesitaba un nombre único, fácil de pronunciar, pero al mismo tiempo que describiera la actitud imperial del halcón.

Finalmente encontró lo que estaba buscando. El nombre que había escogido significaba "reinante gloriosa" en la lengua eslava. El levanto la mirad del texto y dijo en voz baja, "Ven a mi, Valeska."

Él estiro su brazo, que ahora tenia una protección contra el halcón.

El halcón abrió los ojos y dio un chillido de triunfo. Luego voló directamente a su mago, rendida.

Sin embargo, se acomodo rápidamente, caminando desde el brazo del Maestro de Pociones hasta apoyarse en su hombro.

"Valeska," repitió Augustus. "un nombre inusual. ¿Que significa?"

Severus le dijo.

"Le calza a la perfección," dijo Harry, sonriéndole a la orgullosa ave.

Valeska le guiño un ojo. Ella estaba bastante contenta entre los orgullosos magos de Foxfire Hall, marchando en el hombro de Severus a cenar como lo había echo durante toda su vida, la reina indiscutida de todos.

Casi habían terminado su deliciosa cena de pavo asado y puré de papas, salsa y aderezo, junto con bastones de zanahoria a la mantequilla, que Harry trato de saltarse hasta que Severus lo miro fijamente y le indico que debía poner algunas en su plato.

Harry aguanto un gruñido y lo hizo. Él y su padre habían estado en guerra por los vegetales desde que él era pequeño. La mayoría de las veces Severus ganaba.

Lina vino y retiro los platos mientras Hotspur servia un plato pequeño con sorbete de limón con una gota de una poción digestiva, les ayudaría con la digestión así como limpiarles el paladar. Severus la había desarrollado hace un tiempo para evitar la molesta sensación de saciedad después de una comida muy cargada.

Quince minutos después, Lina volvió al comedor, habiendo comido con su esposo en la cocina, y pregunto quien quería chocolate caliente o café con un chorrito de whiskey de fuego o una copita de brandy.

La mención del chocolate caliente le recordó a Harry de su improvisado regalo a Smithers y se giro a Severus y le dijo, "Jamás adivinaras lo que sucedió cuando fui con el abuelo al Callejón Diagon a comprar tu regalo, Papá. ¡Conocí al Grinch!"

"Harry, ¿de que estas hablando? No hay tal cosa."

Harry sonrío. "No como el de la historia, no, pero conocí a un boticario que es como él. Su nombre es Smithers—"

Severus casi se ahogo con su café. "¿Smithers? ¿Amos Smithers? ¿Ese tacaño desagradable para el que solía trabajar cuando termine la academia?"

Harry asintió. "El mismo. Choque con el por accidente. . ." él le contó a Severus la historia completa, y cuando termino, su padre no dijo nada por un largo rato.

Luego dio una sonrisa de lado. "eso fue muy generoso de tu parte, Harry. Aunque tuviste suerte que al Viejo murciélago no le diera un ataque allí mismo, por un exceso de bondad." Luego bebió un poco de su café. "Ah bueno, incluso Smithers merece un regalo al año. Quizás tu regalo ayudara a derretir su helado corazón."

Harry esperaba que así fuera, luego bebió su chocolate caliente, saboreando la rica cremosidad. Mientras lo hacía su gatito, Parches, salto a su regazo, se dio la vuelta dos veces y se acostó, ronroneando feliz.


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