Tú Eres Mi Sueño. (Completa Y...

De Becoleman

10.1K 846 339

¿Existirá alguien en la vida real, que me ame y acepte como soy? Hola, soy Isabelle, pero todos me dicen Bell... Mai multe

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Aviso...
Informe

Capítulo 15

283 29 8
De Becoleman

Llevábamos más de una hora encerrados en la oficina, hablando de todo lo que necesitábamos saber. El silencio que nos rodeaba, después de de veinte minutos, era sepulcral. Sólo se escuchaban nuestras respiraciones pasadas, hasta que, Paul, habló.

- Miren, he trabajado un poco más de 30 años con la policía. Soy guardaespaldas profesional pero también pertenecí al ejército; tengo entrenamiento. Cuando estuve cuidando al señor Coleman, la policía requirió de mis servicios, varias veces, porque necesitaban poner a alguien en encubierto; ya lo había hecho antes pero me negué al puesto porque mi verdadero trabajo estaba con éste muchacho. - Me miró con orgullo y yo sonreí. - Aunque no me quedé quieto. Ayudé, muchas veces, en las investigaciones y casi siempre terminaban en lo mismo: Dafoe escapaba o era imposible vincularlo con algo. Desde que dejé mi trabajo con Christopher me metí de lleno a investigar sobre éste tipo, lo que hace, cómo se mueve, etcétera. No fue fácil pero logré descubrir muchas cosas que ayudaron a la policía a dar de baja a muchos de sus integrantes, entre esos: William Dafoe, hermano de Anthony.

Escuché el jadeo de los Mcclaire y, tanto Paul como yo, los miramos confundidos. Andrew me miró, bastante sorprendido.

- ¿Recuerdas lo que te conté sobre el caso que perdimos? - Abrí mis ojos debido a la sorpresa al hacer la conexión; Paul me miró sin comprender.

- ¿De qué hablan? - Miré a Paul con un nudo en mi garganta.

- ¿Qué tan vengativos son éstos tipos? - Paul me miro confundido pero respondió.

- Bastante, señor. - Dejé caer mi cabeza entre mis manos. - ¿Qué sucede?

- Paul, por culpa de esa "baja" con el hermano de Anthony, él decidió amenazar a los McClaire. - Paul abrió sus ojos con sorpresa, chasqueando sus dedos.

- Por eso sus apellidos me sonaban tan familiar. ¡Ustedes fueron los defensores de William Dafoe! - Él los miró con comprensión y algo de tristeza.

- Así es, Paul. Cuando perdimos el caso, a los pocos días, Dafoe, llegó a nuestras oficinas, amanezando a mi familia y a mí. Dijo que no sabía cuántos hijos tenía pero que iba a estar vigilando. Él conoció a Stephen hace un tiempo atrás pero no sabía nada de Belle hasta hace 5 meses que llegó a la oficina, exigiendo nuestros servicios; por un error de mi parte, Belle apareció en la empresa ese día. - Andrew negaba con su cabeza. - Si hubiera sabido que, él, llegaría ese día, nunca le habría dicho a Belle que fuera a la empresa. Al verla, la analizó como si fuera un trofeo o algo parecido. Me levanté de mi lugar, con el terror recorriendo mi cuerpo,  acercándome a mi hija para protegerla pero, ya era demasiado tarde; él ya la había visto. Liz quería asesinarlo con la mirada pero ni se dio cuenta; estaba idiotizado con Belle. Liz fue quien la sacó de la oficina, intentando ocultarla lo mejor que podía pero, al irse, dijo que él no olvidaba y que nuestra hija era muy bella. No habíamos sabido nada de él, hasta hace dos días. Logró encontrarla en el club a dónde fueron con Christopher y sus mejores amigos. - Él se detuvo, recobrando el aliento; yo continué.

- Se nos había perdido de vista, haciéndonos sentir ansiosos por querer hallarla. Cuando lo hice, él la tenía sujeta de los brazos mientras Belle lloraba en silencio. Le exigí que la soltara, guardando mi compostura y, aunque sorpresivo, obedeció enseguida; ella se refugió en mis brazos pero mis emociones iban a mil,  queriendo acabarlo a golpes; me detuve en mi sitio sólo por ella. Antes de marcharse, advirtió que esto no se quedaría así, que él vendría por ella. Isabelle no ha dormido bien desde que sucedió y, yo, no sé qué más hacer, Paul. Estoy estresado y angustiado.

Stephen me miro con tristeza, dejando escapar un leve suspiro y habló, haciéndome señas con su cabeza.

- Dile lo que sucedió ésta mañana, Christopher. Él necesita saberlo todo. - Suspiré y asentí, viendo que, Paul, me miraba expectante.

- Entre ayer y hoy, tuvimos un acompañante fuera del edificio. Supongo que será algún peón de Dafoe. Nos ha estado vigilando de cerca.

Paul abrió sus ojos con ansiedad, levantándose de su lugar, comenzando a caminar por toda la oficina mientras balbuceaba pequeñas cosas ininteligibles. Parecía un león enjaulado, planeando su ataque.

- ¿En qué piensas, Paul? - Preguntó Liz que no había dicho nada en todo el tiempo que estuvimos aquí. Paul se detuvo, mirándonos a todos, dando un leve suspiro.

- Anthony no se detendrá hasta conseguir lo que quiere. O por lo menos, dejarlos sin eso que ustedes quieren. El quiere que ustedes sufran también, así como él lo hizo con su hermano. - Me levanté con rapidez del asiento, sintiéndome aturdido e implacable.

- ¡Eso es enfermo! ¿¡Qué carajos le pasa por la cabeza al imbécil ese!? - Paul me miraba con tristeza mientras se acercaba a mí, colocando una mano sobre mi hombro, hablando a un tono calmado.

- Tú la amas, Christopher, y puedo verlo claramente pero, necesito que mantengas la compostura para poder hallar una solución, ¿de acuerdo? - Asentí, sintiendo que mis ojos se llenaban de lágrimas sin aviso. Sentí que unos brazos me rodeaban por la cintura y, al mirar, Liz me estaba dando consuelo.

- Tranquilo, querido. Todo estará bien. - La miré con dolor, sintiéndome impotente.

- No puedo perderla. No puedo... - Mi voz salía entre susurros entrecortados.

- Stephen, ve y dile a Nana que le traiga un té a Christopher. - Escuché a Andrew decir y, al momento siguiente, Stephen ya no estaba.

- Ven, cariño, siéntate. - Liz sobaba mi espalda, intentando calmarme. Paul se acercó a mí, inclinándose a mi altura.

- Siempre has sido fuerte, Christopher. No te dejes vencer por ese hijo de... - Paul bufó en silencio, negando. - No le permitas que se meta en tu piel. Cuidaremos a Belle sin descanso y yo estaré pendiente de todo pero antes, necesito hablar con la policía. - Miró a Andrew. - ¿Ustedes no lo han hecho?

- No. Iba a hacerlo pero no lo hice. Sólo... No quiero problemas, Paul. - Paul asintió y habló.

- Iré yo. Necesito confidencialidad en el asunto. - Se levantó de donde estaba. - Todos ustedes tendrán un guardaespaldas personal, sólo por prevención. Ellos estarán de incógnito, así que, ustedes, no sabrán nada de ellos, aunque ellos sepan todo de ustedes; sólo me conocen a mí y me haré pasar por el tío de Christopher.

Mi angustia iba menguando de a poco, haciéndome sentir menos estresado y más relajado.

- ¿Y Belle? - Él colocó una de sus manos en mi hombro.

- Yo me encargaré de ella, muchacho. Tranquilo. Todo estará bien. - Lo miré, viendo que él me miraba con determinación. Asentí.

Stephen entró con Nana, quien traía un té en sus manos. Me lo entregó y salió de nuevo.

- ¿De qué me perdí? - Todos reímos con suavidad al escuchar a Stephen hablar con curiosidad.

- ¿Por qué te demoraste? - Le preguntó Liz.

- Bueno, Belle me llamó diciendo que había recibido una llamada y que se sentía algo asustada. Dijo que sólo pudo escuchar la respiración de aquella persona al otro lado de la línea. - Miré a Paul con significado. - Traté de hacer que se calmara pero, al intentar la primera vez, volvieron a llamarla y, ésta vez, ella contestó, dejando el celular en altavoz. Tal y como ella dijo, sólo se podía escuchar la respiración de esa persona pero, antes de cortar la llamada, aquel hombre habló en un tono escalofriante, diciendo: "iré por ti". Belle dejó caer el celular al suelo mientras Betty la abrazaba, intentando darle calma. Dije que vendría a avisarles.

Me levanté con rapidez del asiento, mirando a Paul con urgencia.

- Iré a calmarla. Paul, haz algo, por favor. - Él asintió.

- Necesito que me consigas su celular; si puedo rastrear la llamada, podré saber de dónde vino. - Asentí.

- Le diré la verdad. Necesito que ella sepa que la estoy cuidando con todo lo que tengo. - Todos asintieron en acuerdo pero, Paul, habló antes de que saliera.

- Sólo recuerden que fuera de aquí, soy el tío de Christopher. - Asentí y me dirigí al tercer piso.

Al llegar, podía escuchar los sollozos rotos de mi pequeña; entré con rapidez a la habitación, sintiéndome roto por ella.

- Belle. - Ella giró su rostro con rapidez y, al verme, se levantó del sofá, abalanzándose sobre mí. - Hablaré con Belle, Beth. Ve y habla con Andrew.

Annabeth asintió, dejando un pequeño beso en la cabeza de Belle, dejando una leve caricia en mi rostro al salir. Llevé a Belle al sofá, acomodándola en mi regazo.

- Tranquila, pequeña. Aquí estoy. - Sobé su espalda con suavidad mientras ella no paraba de llorar. Dejé que se desahogara sin decir nada; lo necesitaba.

- Belle, tenemos que hablar. - Ella levantó su mirada a la mía, dejándome ver el miedo que había dentro de ella.

- No me dejes... - ¿Ella creía que la iba a dejar?

Tomé su rostro entre mis manos y le transmití todo el amor que mi cuerpo, y ojos, me permitía.

- Nunca te dejaré, Isabelle. Nunca. - Hablé con firmeza y fiereza. - Primero muerto antes que dejarte. Nunca vuelvas a pensar eso, ¿de acuerdo? - Sus ojos estaban llenos de lágrimas pero asintió. No podía guardarme lo que sentía; debía decirle la verdad. - Belle, quiero que entiendas y te grabes algo... - Ella me miró, esperando por mis palabras. - Desde el día que te vi, desde ese momento tan diminuto en el que intercambiamos palabras, te amé, te amo y te amaré, Belle. Te volviste mi mundo entero, mi vida. No dejo de pensarte, de mirarte, de desearte como a nadie. Eres lo más importante que tengo en mi día a día. Entiéndelo: te amo, Isabelle.

Más lágrimas brotaban de sus ojos pero ya no sabía si eran de miedo o felicidad. Ella me sacó de las dudas.

Se abalanzó sobre mis labios con fuerza, deseo. Tomó mi cabello entre sus manos, acomodándose en mis piernas, quedando a horcajadas. Sus lágrimas comenzaban a disminuir su paso pero, sus labios ya tenían aquel sabor salado, grabado sobre ellos. Pedí permiso con mi lengua para entrar a su boca y ella me dio acceso sin restricción.

Al, nuestras lenguas, chocar, ambos soltamos un leve gemido que, a mí, me hizo efecto inmediato.

Metí mis manos debajo de su blusa, comenzando a sentir su piel cálida y suave a mi tacto; ella se estremeció ante mi toque, gimiendo levemente. Dejó caer su cabeza hacia atrás al pasar mis labios por su cuello, besándolo con ganas mientras ella sólo se aferraba a mí con fuerza. Lentamente regresé a sus labios y mordí levemente su labio inferior, deteniendo mis movimientos, mirándola con una leve sonrisa.

- Te deseo como no tienes idea pero necesitamos hablar. - Ella asintió, besando mis labios, acercándose a mi oído derecho, susurrando en él.

- También te amo, Christopher Coleman.

Me hizo estremecer con suavidad al escuchar el deseo en su voz, queriendo arrancarle la maldita ropa de una buena vez pero me obligué a controlarme. Sonreí ante el pensamiento y la acomodé a mi lado.

- Belle, necesito que sepas la verdad. - Tomé su mano entre las mías, viendo el terror en sus ojos. - Paul no es mi tío; aunque es parte de mi familia pero no de sangre. Él fue mi guarda personal cuando estuve más joven pero, desde que sucedió aquello en el club, decidí llamarlo. - Ella me miraba como si no entendiera lo que decía. - Belle, lo traje porque tendrás un guardaespaldas personal, sin que lo notes. - Ella se levantó con rapidez de mi lado pero la detuve. - Escúchame, por favor. - Me miró rendida, suspiró y asintió. - Entiende que no quiero que nada te pase; si algo te llegase a pasar, moriría. Y también me culparía el resto de mi vida por no haber hecho algo al respecto. Necesito cuidarte, pequeña; eres todo para mí y haré todo lo que esté a mi alcance para hacerlo.

Ella colocó una de sus manos en mi mejilla mientras yo cerraba mis ojos al sentir su toque.

- Está bien, amor. No me opondré ni diré que no. - Abrí mis ojos con sorpresa y la miré.

- ¿De verdad? - Ella asintió, medio sonriendo.

- Por más que me niegue, lo harás igualmente. Prefiero estar de acuerdo y saber que no me siento traicionada o algo así. - Sonreí y besé sus labios.

- Gracias, Belle. - La abracé. - Por cierto, necesito tu celular. - Ella se separó de mí y me miró algo confundida. - Paul necesita rastrear el número del que te llamaron. Dice que si lo encuentra, puede saber de dónde viene.

- De acuerdo. Vamos a llevárselo a tu "tío". - Sentía la implicación de la palabra en su voz, así que, se levantó y tomó mi mano, haciendo fuerza para levantarme. Reí al ver que no lograba moverme. - Pesas bastante. - Reí aún más, levantándome del sofá.

- No estás con ningún hueso, pequeña. - Ella rió.

- Así te amo. Flaco, gordo, con todos tus defectos, virtudes, pasado, tus sueños, tu presente, tu futuro, alegrías, tristezas, todo. - Sonreí.

- ¿Dejarás de hacerlo? - Negó con su cabeza.

- Jamás, amor. Te amaré hasta que seamos viejos. - Se colocó en puntitas, besando mis labios.

- Espero que eso sea hasta que muera. - Sonrió.

- Así será.

Asentí en silencio, saliendo de la habitación, bajando hasta dónde estaba la familia. Ellos al vernos se quedaron callados, haciendo que rodara mis ojos.

- Ya ella sabe y aceptó todo. - Stephen se hizo el sorprendido y ofendido.

- ¿Dónde estabas, Christopher, cuando nosotros quisimos hacerlo? - Reí sin fuerza, levantando mis hombros en señal de no saber. Paul se acercó.

- De acuerdo, bella Belle, necesito tu celular. - Ella asintió y se lo entregó.

- ¿Trajiste algo para hacer eso, Paul? - El me miró, sonrio y asintió.

- Nunca salgo sin estar preparado, muchacho. - Asentí con una sonrisa.

Se sentó frente al escritorio, sacando una laptop de un maletín que no había visto; también sacó unos cables, conectándolos a la laptop y al celular. Encendió la laptop, comenzando a teclear números y letras que no conocía.

Mientras estábamos esperando, escuchamos que sonaba el timbre.

- Creí que Nana había llevado sus llaves... - Dijo Liz acercándose a la puerta pero Belle la detuvo.

- Yo voy, mamá. - Sonrió y salió de la oficina. Mientras la veía alejarse, Paul recibió una llamada.

- Hola. No, estoy averiguando algo. ¿De qué hablas? - Se levantó con rapidez del asiento, asustándonos a todos. - ¡Detengan a Isabelle!

Abrí mis ojos con terror latente mientras mi cuerpo reaccionaba a su orden.

Salí corriendo de la oficina, sintiendo que mi sangre se congelaba en mis venas al escuchar aquel grito ahogado.

Al llegar al pasillo, mis ojos se fijaron en el cuerpo de aquel hombre alto, vestido totalmente de negro, sosteniendo a una Belle desmayada. No podía verle ni los ojos. Intenté alcanzarlo para salvarla pero, él, había sido rápido, subiéndose a una van de color negro.

- ¡¡NO!!

Pero ya era demasiado tarde, se la habían llevado y, yo, no pude hacer nada. Caí de rodillas al suelo mientras las lágrimas brotaban como un río.

- ¡¡BELLE!! - Sentí como Stephen caía a mi lado dejándome escuchar sus sollozos.

Miré hacia atrás, viendo aquella escena: Andrew y Liz lloraban con desconsuelo. Giré mi rostro al escuchar unos pasos acercarse a nosotros; Beth venía, junto a Nana, corriendo.

- ¿¡Qué sucedió!? - La miré en silencio, ella miró a todos, comprendiendo. Cayó de rodillas a mi lado, abrazándome.

No quería abrazos, quería recuperar a mi pequeña y matar al mal nacido que se la llevó. Me separé de Annabeth, levantándome del suelo, secando mis lágrimas. Me di la vuelta, buscando a Paul.

Al llegar donde él estaba, veía los nervios en sus manos, cuerpo, todo; tenía los ojos humedecidos por las lágrimas. Al verme, no podía sostener mi mirada pero, yo, no estaba enojado con él; me acerqué a él, hablando a un tono moderado.

- ¿Encontraste algo? - Él me miró, asintiendo.

- Lo siento tanto, señor. Debí haberlo imaginado. No creí que lo hiciera tan pronto. - Negó con su cabeza y yo coloqué mi mano en su hombro.

- No te culpes, Paul. Ahora lo importante es encontrar a Isabelle. - Él me miró.

- Y debe ser pronto, señor. Si se la llevaron, no dudarán en hacerle daño. - Apreté mi mandíbula y asentí.

Te encontraré, Isabelle. Lo prometo...
_____________________________________

Me sacó unas cuantas lágrimas éste capítulo. Imaginar el dolor fue fuerte... :'(
¿Qué creen que sucederá con Belle? ¿Chris la encontrará? Espero que ...
Voten, comenten, déjenme saber lo que piensan...
Gracias por leer...
Los amo hasta el infinito...

Adri... :D

Continuă lectura

O să-ți placă și

46.1K 5.4K 33
Jeremy la miró una vez más y notó como se mordía el labio para no reírse. Era linda, linda de una manera extraña. Sin ganas, siguió a su enfermera y...
98.9K 6.2K 35
𝑻𝒆 𝒐𝒅𝒊𝒐 , 𝑻𝒆 𝒂𝒎𝒐
3.2K 189 53
Netla es una chica de dieciocho años que nunca ha tenido pareja. Aunque suene bastante irónico, no tenía experiencia en el amor más allá de todas las...
66.1K 1.9K 50
"me gustaría ser más cercana los chicos del club, pero supongo que todo seguirá siendo igual, no?"