Tú Eres Mi Sueño. (Completa Y...

By Becoleman

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¿Existirá alguien en la vida real, que me ame y acepte como soy? Hola, soy Isabelle, pero todos me dicen Bell... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Aviso...
Informe

Capítulo 7

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By Becoleman

Me encontraba sentada dentro del auto, esperando al idiota de mi hermano, cuando por fin salió; suspiré con suavidad. Casi no sale el tarado. Abrió la puerta del auto y se subió; Carlos nos puso en marcha enseguida.

- Belle, no estés enojada. Sé que crees que estamos exagerando y que detestas... - Lo detuve antes de que siguiera.

- Lo sé, Stephen, siempre será así. Exagerarán conmigo por ser mujer. Déjalo así. Tendré que acostumbrarme, ¿no?

Giré mi cabeza, manteniendo mi vista en las calles. Mi hermano no volvió a decir nada y sabía que mi actitud lo había lastimado. Es insoportable, sobre protector, pero amo al cabezota éste que tengo de hermano. Me giré a verlo, dándome cuenta de que me estaba observando; bajé la mirada a mis manos.

- Stephen, yo... - Él me interrumpió ésta vez.

- Tranquila, Belle. Entiendo. Te amo sin importar lo feo que me trates, después de todo, soy y seguiré siendo tu hermano, y el que cuidará de ti hasta que muera. - Me recosté en su hombro y él paso su brazo por mis hombros. - Además, sé que papá exageró con los "cuidados"; sólo déjalo que se le pase, ¿está bien? - Asentí y él me abrazó.

- ¿Te digo algo? - Levanté mis ojos para verlo y él asintió. - Tengo al mejor hermano del mundo. Te amo, Steph. - Él sonrió y besó mi cabeza.

- También te amo, Belle.

Nuestro viaje se mantuvo así, él abrazándome y yo recostada en su hombro. Mi hermano estuvo conmigo en mis peores momentos; fue uno de los que supo cómo animarme, sin contar a mis amigos. Siempre cuento con él para lo que sea; desde pequeños, hemos sido unidos y no puedo estar más agradecida con Dios por darme un hermano como él, aunque a veces se pase de intenso.

Al llegar a su universidad, se despidió de mí y dijo que si lo necesitaba, que lo llamara y llegaría a mi rescate; me hizo reír así que le dije que lo haría. Se despidió de Carlos y bajó del auto. Ahora seguía el viaje a mi universidad.

Nos demoramos como unos 20 minutos en llegar, le agradecí a Carlos por traerme; me recordó que pasaría por mí a la salida y asentí. Me bajé del auto y me dirigí a mi casillero. Busqué los libros que necesitaba para las clases pero aún no tenía clase, así que decidí sentarme en una banca del campus a esperar.

Hacía algo de sol, así que me quité el suéter y lo dejé a un lado junto con mi mochila; saqué un libro cualquiera para leer y me quedé, ahí, concentrada en la lectura.

- ¿Sabías que tu cabello, en la luz, se ve más rubio que castaño? - Me sorprendí al escuchar su voz y levanté con cuidado mi mirada para encontrarme a ese dios griego que me sonreía. Se veía hermoso.

Mordí mi labio inferior, evitando que un leve gemido escapara de mis labios. Christopher traía un jean negro, camiseta roja, chaqueta negra y unas converse negras. ¿Es mi impresión o a éste hombre le encanta el negro?

- ¿Puedo sentarme? - Asentí en silencio y me moví un poco, quitando la mochila y el suéter mientras él se acomodaba a mi lado. - Y entonces, ¿lo sabías?

Me miró con una sonrisa tan hermosa que yo estaba como una completa retrasada mirándolo. Me obligué a reaccionar.

- Sí, eso me han dicho. - Levanté mis hombros, restándole importancia. - Supongo que es por mi madre, aunque saqué el cabello de mi padre.

Lo miré y le regalé una sonrisa. Me puse algo nerviosa al ver que tomaba un mechón de mi cabello entre sus dedos, colocándolo detrás de mi oreja.

- Pues tu madre debe ser muy bella porque tú eres hermosa. - Y me regaló una bella sonrisa torcida, causando que mi corazón se detuviera por un segundo.

- Yo... Quiero decir, ella es hermosa. Yo no lo soy tanto como ella. - Bajé mi mirada al libro que tenía en mis manos.

- No lo creo. Tu madre debe ser bella pero tú... - Hizo una leve pausa para continuar. - Wow, no tengo palabras para expresarlo. - Me hizo sonreír con su comentario, haciendo que lo mirara; sus ojos estaban fijos en mí mientras se acercaba a mí. - ¿Te han dicho que tienes una hermosa sonrisa? - Me sentía demasiado nerviosa por su cercanía.

- ¿N-no? - ¡Oh, Dios, Isabelle! ¡Qué vergüenza! Cerré los ojos para poder concentrarme y hablé. - Emm, no. No lo han hecho.

Abrí mis ojos, viendo que él seguía cerca de mí; podía sentir su colonia inundar el ambiente; olía increíble.

- Pues yo lo acabo de hacer, así que sí, ya te lo han dicho. - Sonrió, mostrando su dentadura perfecta. Sonreí por su comentario, asintiendo.

- Tienes razón, así que: gracias.

Asintió en silencio, acomodándose en la banca, comenzando a hablar de cosas triviales sobre él; sus clases, amigos y eso. Me comentó que estaba retomando clases hasta ahora. Dijo que se había mudado hace un año pero que, hasta éste semestre, decidió regresar a estudiar. Creí que estaría en primer semestre pero me contó que le habían hecho una prueba para ver su nivel y le había ido demasiado bien, así que por eso estaba en mi semestre.

Amigos no tenía en éstos momentos pero, estaba dispuesto a tenerlos, y yo sonreí ante eso. Hablamos sobre las clases que tendría, dándonos cuenta de que teníamos la mayoría de clases juntos, así como con Anahí, y le dije que lo ayudaría a adelantarse en lo que necesitara. Estábamos demasiado entretenidos hablando, cuando mi mejor amiga apareció.

- ¡¡Belle!! ¡Te estaba buscando como loca por todos lados! Pero ya veo que estuviste bien acompañada...

Me observó de una manera pícara mientras, yo, sólo rogaba porque no fuera a decir nada indecente o imprudente. Con Anahí, uno nunca sabe.

- Ani te presento a Christopher. Christopher, ella es mi mejor amiga, Anahí.

El aludido extendió su mano hacia mi amiga y ella la tomó sin pensarlo dos veces, con una sonrisa de idiota que llegué a pensar que de pronto yo me vería así con él.

- Mucho gusto, Anahí. - Vi que le sonrió y ella casi se desmaya.

- Mmm, qué linda voz... - Cubrí mi rostro con mis manos; ella y sus comentarios directos.

- Gracias. - Miré por entre mis dedos al escuchar la risa de Christopher, mirándolo del todo al ver que no se veía incómodo ni nada; me relajé.

- Y una bella sonrisa también. - La miré con desaprobación y ella se dio cuenta. - ¿Qué? Es la verdad. - Sólo negué con mi cabeza y sonreí.

- De acuerdo, suficiente con atormentar al nuevo. Vamos a clases mejor. - Miré la hora. - Faltan 5 minutos y será mejor que lleguemos temprano.

Me levanté de la banca, recogí mis cosas y nos encaminamos a clases. Mientras íbamos caminando, Anahí rompió el silencio.

- Belle, ¿qué sucedió contigo ayer? Casi nos matas de un susto a todos. - Me pegó a ella, abrazándome por la cintura. - No vuelvas a hacerme eso, Belle. Eres como mi hermana, me enloquecería de saber que te perdí o algo así.

Nos detuvimos y la miré, viendo que tenía sus ojos un poco inundados; pasé mis dedos por sus ojos, evitando que fuera a llorar.

- Tranquila, Ani. No pasó nada. Igual que le dije a mi familia: me perdí por andar dependiendo de ustedes. - Ella me miró y medio sonrió. - Además, si no fuera por el hombre que tengo al lado, creo que algo malo sí hubiera pasado, pero como puedes ver, estoy bien. - Ella me abrazó y yo le devolví el abrazo.

- Espera... - Levantó su mirada a la mía. - ¿Él te ayudó? - Me tensé entre sus brazos y ella lo notó; metí la pata y ya no había manera de escapar.

- Emm, s-sí. - Miré a Christopher, quien tenía una sonrisa enorme. Se estaba divirtiendo con la situación. - Ani, te cuento luego, ¿sí? Debemos ir a clases.

Ella achicó sus ojos y me miró con sospecha; le sonreí lo mejor que pude y asintió.

Retomamos la caminata y, en unos 10 pasos que dimos, entramos al salón. Ani siempre se ha sentado conmigo en las mesas de atrás, así que Christopher se fue a hacer en otra mesa, no tan lejana de nosotras. Podía sentir su mirada fija en mi rostro y eso me ponía nerviosa.

- No deja de mirarte, Belle. Creo que le gustas. - Miré a Ani con mi ceño fruncido.

- Es imposible, apenas lo conozco. - Y fijé mi vista al frente de la clase, viendo al profesor entrar.

Saludó a la clase, y comenzó a "enseñar". Las clases con él eran tan aburridas que, si pudiera pegarme un tiro con un banano, lo haría con todo el gusto del mundo.

- Belle... - Susurró mi amiga; me acerqué un poco más a ella. - ¿Qué fue lo que sucedió? - Negué en silencio pero, cuando iba a responder, el profesor nos miró.

- ¿Algo que quieran compartir con la clase, señoritas?

De repente, todos los ojos del salón estaban fijos en nosotras, y yo no me podía sentir más avergonzada y sonrojada. Bajé mi mirada a la mesa y negué con mi cabeza, comenzando a jugar con mis manos.

- Nada, profesor, aunque, pensándolo bien: desearía que la clase acabara ya porque usted me está matando del aburrimiento.

Abrí mis ojos como platos y miré a Anahí, quien sonreía con orgullo. De repente, toda la clase estalló en risas y cuando miré al profesor, éste se había dado la vuelta para continuar con su clase mientras su rostro estaba rojo como un tomate por el enojo.

La clase, después de aquel incidente, pasó demasiado rápido, y yo no podía estar más agradecida. El profesor antes de salir, dejó un trabajo de investigación en grupo, y era obvio que Anahí y yo íbamos a estar juntas.

- Gran comentario, Anahí. - Levanté mi mirada del cuaderno y vi a Christopher sonriéndole a mi amiga. Ella se quedó mirándolo sin decir nada y decidí hablar.

- ¿Qué fue eso? ¿Por qué lo hiciste? - Ella me miró con una sonrisa malévola.

- ¿Y por qué no? Sabes que ese profesor es demasiado aburrido, y nos interrumpió nuestro momento de chat. - Echó su cabello hacia atrás, como toda una diva y yo sólo reí.

- Estás loca, Ani. - Me miró y sonrió.

- Y así me amas, querida Belle. - La miré y asentí. Adoraba a ésta loca.

- Emm, ¿chicas? - Mi atención pasó de mi mejor amiga a Christopher que, a pesar de estar sonriendo, estaba algo incómodo. - No quiero romper su momento pero quería preguntarles algo... - Ambas lo miramos y asentimos. - ¿Puedo estar con ustedes en el trabajo? Prometo ser juicioso y estudiar.

Levantó su mano derecha como si estuviera haciendo un juramento. Anahí se echó a reír mientras yo me derretía con su actitud.

- Claro que puedes, querido compañero. Bienvenido seas al grupo. - Anahí le extendió su mano y él la estrechó. Yo sonreí.

Nuestras clases continuaron con total normalidad. Antes de la última hora, tuvimos un pequeño descanso y salimos a comer algo. Íbamos caminando: Anahí, Christopher y yo. Mientras íbamos en esas, podía ver cómo las chicas miraban a Christopher de una manera tan seductora, como queriendo arrancarle la ropa; me dio fastidio, haciéndome sentir enojada.

- Belle, ¿estás bien? - Miré a Anahí confundida. - Vas muy callada y parece que quisieras matar a alguien. - Abrí mis ojos con sorpresa, cambiando mi semblante.

- Sí, Ani. Sólo pensaba. Estoy bien. - Ahora que pienso, no he visto a Marcos hoy. - Ani, ¿Marcos dónde está?

Escuché a Christopher bufar por lo bajo pero no me preocupé. Ella me miró con tristeza y sonrió.

- Debe estar con su familia, Belle. Dijo que hoy por la tarde sería el entierro de su abuela. Él también estaba preocupado por ti.

Soy una pésima amiga. Cerré mis ojos, evitando que el sentimiento de culpabilidad me invadirá aún más.

- Soy una terrible mejor amiga. - Suspiré y sentí las manos de Ani en mis hombros; abrí mis ojos, mirándola en silencio.

- Claro que no, Belle. Nunca digas eso. Creo que no podríamos estar más agradecidos de tener a alguien como tú en nuestras vidas. Te preocupas tanto por otros, que a veces se te olvida que tú también importas. - Me dio una sonrisa de ánimo y le sonreí de vuelta. ¿Qué haría sin ella?

- Gracias, Ani. - Escuchamos a Christopher aclarar su garganta y lo miramos.

- Disculpen mi entrometimiento pero... ¿Quién rayos es Marcos? - Lo dijo con algo de ¿enojo? No lo sé pero Ani y yo sonreímos.

- Es nuestro mejor amigo. - Le sonreí a Christopher que me miraba con precaución.

- Sí. Hace 4 años lo conocemos y nos hemos unido desde ese tiempo. - Miró a Ani y relajó su mirada. ¿Estaba bien? - Pero ayer murió su abuela y nos dio duro a nosotras también.

Vi cómo la cara de Christopher se descompuso, haciéndome recordar lo sucedido anoche; no quería verlo triste tampoco.

- Vayamos a comer algo, tengo hambre. - Agarré a los dos de sus brazos y los jalé hacia la cafetería.

Al llegar, hicimos la fila para pedir la comida; al llegar el momento de pagarla, fue Christopher el que pagó por todo lo que pedimos. Nos fuimos a sentar a una mesa algo lejana de todos.

- Gracias, compañero. Te debo una. - Ani le guiñó un ojo y él se echó a reír.

- Sí, gracias. No tenías que hacerlo. - Le sonreí y él me miró; esos ojos verdes me hacían sentir perdida.

- Fue un placer hacerlo y no me deben nada. - Sonrió y nos dispusimos a comer.

Estábamos en esas, cuando LA zorra descerebrada se acercó a nuestra mesa, abalanzándose sobre Christopher. Tenía tantas ganas de arrancarle ese cabello falso que si no es por Ani, me le tiro encima. ¿Qué me sucede?

- ¡Chris! ¡Baby! - ¡Ugh, qué voz tan chillona! Vi cómo Christopher se tensaba y con cuidado, trató de quitar los brazos de ella de alrededor de su cuello.

- Hola, Melanie. - Le habló tan seco y distante que me sorprendió un poco. - ¿Qué quieres?

Luego de habérsela quitado de encima la miró con enojo. Me sentía feliz de que lo hiciera, y sí, está mal pero no me importa.

- Baby, no me hables así. Te extraño mucho. - Le hizo voz de niña consentida y rozó sus dedos por la mejilla de él; vi cómo se tensaba y alejaba la mano de ella de él.

- No me toques, Melanie. Y como te dije en aquel momento: aléjate de mí.

Se levantó de la mesa sin terminar de comer, botó lo que había quedado en su bandeja y salió a grandes pasos de la cafetería. Ani y yo nos quedamos mirando por donde él había salido.

- Ni sueñes que te quedarás con él, estúpida. Él es mío. - Dirigí mi vista a Melanie y, ella, me miraba como si quisiera eliminarme del planeta. Odiaba a ésta pendeja.

- Ve a que te revisen, querida. Creo que se te cayó el bozal. - La miré con odio y miré a Ani que me miraba con orgullo.

- Ve a buscarlo. - Asentí, me levanté de la mesa y salí en su búsqueda.
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Hola, gente... No sé ustedes pero yo odio a Melanie...
En fin, espero que les haya gustado el capítulo...
Voten, comenten... Déjenme saber lo que piensan...
Los amo hasta el infinito...

Adri... :D

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