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El timbre suena. Me levanto rápidamente del sofá.
Antes, cuando entré a casa Charlotte me llamó para decirme que se pasaba por mi casa a las 17:00 mp. Pasé toda la tarde viendo la television mientras comía comida china.
En verdad no pude dejar de pensar en Harry, su nombre pega con su personalidad y físico. Desde que nuestras miradas se cruzaron en el local no me ha dejado de perseguir. Vale, solo a pasado un día, pero aún así tiene algo que no me inspira confianza y hace que mis nervios estén a flor de piel cuando estoy cerca de él.
"Hola" me saluda dándome dos besos.
Vamos al salón, sentándonos en el sofá.
"Lo siento por lo de ayer Ari" dice.
"No pasa nada, estabas borracha" digo sonriente.
"Te dije que me iba a controlar y al final me fuí con Niall..." su voz trasmite un perdón. "Oye, ¿cómo llegaste a tu casa entonces?"
Le cuento lo sucedido ayer y lo de hoy. Le cuento todo, desde que nuestras miradas se cruzaron hasta cuando me susurró esta misma mañana en el oído. Nada más pensarlo se me ponen los vellos de punta.
"Mañana tengo que ir a cenar, me viene a buscar a las 20:30 mp" digo terminando de contarle.
"Un chico malo ¿eh?" rie. "No sabía que te gustaran ese tipo de chicos..."
"No me gusta, lo contrario, me impone y asusta" digo negando totalmente lo que acaba de decir. "Además no lo conozco, sólo me sé su nombre"
"Harry... una cosa, ¿está bueno?"
Me quedo atónita por su pregunta. Le cuento todo lo que me ha pasado y lo único que le importa es que si está bueno o no.
"Sí, es está bueno" suelto sin pensar.
"Entonces cena con él" concluye.
"¿Tú me estas escuchando Char?" le digo. "Es un desconocido, ¿entiendes?"
"Anímate, solo es cenar. Un cena solamente, no es nada malo" dice animándome. "A ver... ¿por qué no?" añade sonriente. "Atrevete. Sal por ahí, los conoces mejor y si no te cae bien le dices que te quieres ir..." me interrumpe cuando iba hablar. "O mejor, te pones hablar conmigo por mensajes o pones una excusa para irte"
Eso parece una buena idea, pero al pensar en la cita me reprimo y no quiero ir. Le dije a Harry que sí iría, y yo no soy de no cumplir las cosas. ¿Y si le conozco mejor y me cae bien? no creo, pero por hacerlo no pierdo nada. Da igual, igualmente tengo que ir.
"¿Lo estás pensando?" pregunta interrumpiendo mis pensamientos.
"No lo debo ni pensar... tengo que ir si o si" respondo con la mirada perdida.
* * *
Camino de un lado al otro de mi habitación. Pienso en el por qué se ha fijado en mi. Solo nos conocemos de un día y quiere cenar conmigo. Absurdo. Intentaré sacar información para poder saber por qué me persigue. Le haré preguntas y preguntas. Sí es lo que haré.
Abro el armario y contemplo mi ropa. Por lo menos tengo que ir bien vestida, cenaremos en un restaurante o eso creo. Echo un vistazo poniéndome de cuclillas. Saco un vestido azul de manga larga hasta el codo y es corto.
No recuerdo en habermelo puesto alguna vez, es bonito. Me gusta. Además es nuevo, me lo regalaron mis tía Claudia hace unos meses atrás.
Son las doce de la noche, no es que sea buena hora para estar preparando algo para mañana. Después de que Charlotte se fuera decidí darme un baño, luego hice la cena, cené ya que mi madre no ha llegadi y me puse a ver la televisión. Ahora estoy aquí, a las doce, eligiendo el vestido para ir a cenar mañana.
"Arianne, ya estoy aquí" avisa mi madre.
"Vale" digo, alzando la voz al igual que ella. "Estoy en mi cuarto"
Los pasos de mi madre subiendo la escalera me avisan de que viene a la habitación.
"¿Todo bien?" pregunta entrando, dejando una bolsa en el suelo.
"Sí" respondo.
"¿Las notas?" dice sin más rodeos.
"Todo notable y dos sobresalientes"
"Me alegro" un silencio incómodo. "Sabía que aprobarías. Toma, te he comprado algo" me dice agachándose, saca una caja de color rosa pastel y me lo entrega.
"No hacía falta que me..."
"No, no" me interrumpe. "Abrelo"
Lo abro quitando la tapa y dejando al descubierto lo que se encuentra adentro. Son unos tacones de color beige. Hermosos.
"Gracias, mamá" le agradezco contemplando mi regalo.
"De nada"
Nos sonreímos y silencio. Un nuevo silencio incómodo. Siempre es lo mismo, nunca casi nunca hablo con mi madre en confianza y eso hace que la trate cómo si fuera una extraña, no tan extraña, en mi vida.
Veo que desvía la mirada a la cama que está detrás de mí. Miro de reojo. No se lo he dicho todavía ¿ahora que digo? ¿que me invento? no e planeado nada. Está observando el traje que se encuentra encima de la cama.
"¿A dónde vas a ir?" pregunta clavando sus ojos con los míos.
"Mmm..." me quedo dibutativa pensando en qué puedo decirle. "Mañana saldré a cenar con unos amigos y con Char, evidentemente"
"¿Los conozco?"
"No mamá. Los conocí ayer en la fiesta y lo planeamos, la mitad hoy no podía quedar y lo aplazamos a mañana"
Mentira tras mentira, voy genial. Pienso.
"¿A qué hora irás?" el ceño frunzido se hace presente.
"20:30 mp"
"Vale te dejo ir" dice, suelto un suspiro de aliviación en bajo sin que se entere. "¿Cenaste?"
Asiento tragando saliva esperando a que se fuera del cuarto. Me dice algo de que va a cenar y sale de la habitación cerrando la puerta tras de sí. Por casi me pilla, gracias que se me ocurrió la idea. No la tenía planeada, salió así por así.
Lo que toca ahora es preparar las cosas y esperar a mañana por la noche. Intentaré sarcarle información a Harry, tendré que tener cuidado.
* * *
Las 19:45 mp. No puedo dejar de mirar la hora, dentro de poco me viene a buscar Harry. Por la noche no pude coger el sueño pensando en cómo debo de actuar en la cena. Cuando estoy cerca de él los nervios afloran sin piedad.
*Son las menos veinticinco, ¿no tienes que prepararte?* - Charlotte.
*Sí, mejor me voy preparándome para después. Luego te cuento. Te quiero xx* - Arianne.
Apago el móvil y voy al baño. Peino mi pelo quitándole las pocas enredinas que tiene. Al ver que lo tengo bien, me visto. Me pongo el vestido azul delante del espejo. Mi pelo lizo y largo, que llega unos centímetros más abajo de mi espalda, colocándomelo bien a mi gusto.
Empiezo a maquillarme: un poco de colorete, rimel, brillo del labios y la raya del ojo haciendo mis ojos más grandes. Guardo los cosméticos en el bolso dónde los guardo siempre. Alzo mi estatura un poco más con los tacones que me ha regalado mi madre, los de color beige.
Miro mi reflejo en el espejo. Sí, me gusta cómo voy.
Me estremezco al oír la pita del auto. Descorro un poco la cortina que da a la calle para ver quién es. Es él, es Harry. Respiro hondo, observo por última vez mi reflejo en el espejo asegurándome de que voy bien y salgo del cuarto agarrando bien el bolso.
Bajo las escaleras corriendo, con paso acelerado haciendo que en la casa se oigan el ruido de los tacones. Espero que mi madre no haya abierto la puerta. Al ver que no la ha abierto suelto un suspiro.
"Me voy mamá" le aviso casi gritando.
Agarro el pomo de la puerta y sin esperar que me responda abro la puerta. Salgo y cierro sin esperar ni un segundo. No quiero que me vea con un chico, le dije que era con un grupo.
Ahí está él, me mira de arriba abajo sin disimular. Esboza una media sonrisa al terminar de analizarme. Voy hacia él bajo su atenta mirada, me detengo al estar justo delante de él. Harry clava sus verdes ojos esmeraldas con los míos color café.
Aunque esté con tacones él es más alto que yo. Se agacha un poco, sus rizos hacen tacto cómo ayer en mis mejillas, deposita un beso en mi mejilla dejándome sin habla. Este chico es bipolar, o eso creo.
Hace frío, la luz del atardecer se apaga poco a poco comenzando a anochecer.
"Entra" dice.
Asiento y sin vacilar me monto. Harry se sube al coche, lo pone en marcha y nos encaminamos al restaurante en silencio. Lo que sé ahora es que va a ser una noche muy larga.