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La pareja se encontraba caminando tranquilamente por las calles de la ciudad, disfrutando de la fresca brisa que soplaba esa tarde. Primero pasaron por el parque que se encuentra cerca de la casa de Marinette, compraron unos helados y prosiguieron con su camino. Durante el recorrido se pusieron hablar de temas triviales hasta que llegaron a recordar viejas experiencias y acontecimientos importantes. Recordaron muchos sucesos de cuando estaban en la escuela tales como las clases, los profesores, los compañeros, las excursiones, las reuniones, los concursos y los retos, etc.
– Es increíble lo rápido que pasa el tiempo. Parece como si hubiera sido ayer que apenas nos graduamos de la escuela – dijo Marinette con una mirada nostálgica.
– Sí, en verdad no parece que hayan pasado varios años de eso – contestó el chico sonriente. – Recuerdo muchas cosas de cuando estuvimos allá como mi primer día de clases y cuando por fin empecé a hacer amigos –. Marinette sonrió ante lo último que él dijo.
– Lo que no podré olvidar tan fácilmente es el haber aguantado a Chloé y Sabrina por tanto tiempo – comentó ella mientras reía. Adrien no pudo evitar soltar una carcajada también.
Los dos recordaron lo insoportables que fueron esas chicas a veces y todas las cosas que hicieron como la trampa en el concurso de bombines, la suspensión de Alya, el haber hecho que Juleka se perdiera la foto grupal, el haber hecho llorar a Rose cuando el Príncipe Ali visitó París por primera vez y más.
– Aún me frustra un poco que Chloé nos interrumpiera en la grabación de "Horrificator" – dijo Adrien.
– ¿En serio? – preguntó la chica sorprendida.
– Así es. Además de que no se tomaba el trabajo en serio y solo quería andar encima de mí, interfirió en nuestro casi beso.
– ¿Entonces querías besarme? – volvió a preguntar la joven.
– Realmente no me molestaba hacerlo Princesa – respondió él con una sonrisa pícara y un guiño, muy típico de Chat Noir, causando un fuerte sonrojo en Marinette.
Los chicos llegaron al Puente de las Artes y se detuvieron un rato a admirar la puesta de sol que estaba ocurriendo en ese momento. Al terminar de hablar sobre la escuela tocaron el tema de los súper héroes, donde recordaron todas sus aventuras como los protectores de París.
– Han pasado como 6 años desde que nos volvimos Ladybug y Chat Noir, ¿no es sorprendente? – dijo la chica con entusiasmo.
– La verdad sí. Nunca imaginé que me convertiría en un héroe siendo tan joven y que tendría que luchar contra tantos enemigos – comentó el rubio.
– Yo tampoco pero lo bueno es que Tikki y Plagg han estado ahí para apoyarnos y ayudarnos hasta ahora – respondió Marinette mientras ambos kwamis sonreían ante lo dicho por ella.
Recordaron la vez en la que se conocieron. Fue un encuentro curioso donde Ladybug literalmente cayó del cielo sobre Chat Noir y quedaron enredados con el yo-yo de la chica, debido a que ella apenas estaba logrando acostumbrarse a sus nuevos poderes. A partir de ese momento la historia de ellos dos había comenzado y además se convirtieron en un gran equipo, totalmente inseparable. Conversaron acerca de cada una de sus aventuras hasta la actualidad, de las veces que tuvieron que salvar a sus propios compañeros de clase y a otras personas conocidas.
Entre risas y sonrojos hablaron de todos aquellos intentos fallidos de Chat Noir por llamar la atención de Ladybug con sus coqueteos y sobre los malos chistes que el chico contaba y que ella a veces ignoraba.
Incluso recordaron cuando el mismo Chat cayó bajo el efecto de una de las personas akumatizadas y Ladybug tuvo que besarlo para liberarlo, un suceso que Adrien quiso haber recordado pero que no pudo y por lo cual se desanimó un poco. También hablaron de las veces que estuvieron en desacuerdo por algo y de las veces en las que se vieron en muchos problemas, como aquella en la que Chloé se volvió Antibug, cuando Gabriel Agreste fue perseguido por Jackady y sobre todo cuando Lila se convirtió en Volpina.
La batalla contra la creadora de ilusiones fue algo difícil, en especial porque Ladybug estuvo apunto de entregar su miraculous para proteger a los ciudadanos y al chico que le gustaba; lo bueno es que a la primera ella no cayó en la trampa de su enemiga y a la segunda Chat se encargó de la situación. Definitivamente no importaban cuántos problemas o complicaciones surgieran con el tiempo, ellos siempre iban a poder solucionar todo como el buen equipo que son.
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Adrien observó su reloj y se dio cuenta de que ya había llegado el momento de darle la sorpresa a su novia.
– Marinette, ven conmigo – mencionó el chico de ojos verdes mientras halaba a la chica hacia un callejón y sin darle tiempo a que pudiera reaccionar. Cuando llegaron al sitio la soltó.
– Adrien, ¿qué fue eso? ¿Qué hacemos aquí? – preguntó ella extrañada.
– My Lady, necesito que me sigas... – contestó el rubio. Luego de decir eso se transformó en Chat Noir y de un salto subió al techo de uno de los edificios.
La joven de ojos azules tenía muchas dudas pero igual imitó a su compañero, transformándose en Ladybug y subiendo a uno de los techos también. El chico le hizo una seña y acto seguido ambos empezaron a correr sobre los tejados parisinos.
La noche era tranquila, con la luna y las estrellas resplandeciendo en lo alto del cielo y con la luz de los faroles, los carros y las casas iluminando las calles. Lo que más destacaba de todo eso era el par de héroes saltando y corriendo de un lado a otro sin parar.
– ¡Hey! ¡Gato tonto! ¡¿A dónde vamos?! – preguntó la joven del traje rojo, llamando la atención del felino.
– ¡No te preocupes, solo sígueme! – respondió Chat con mucho entusiasmo.
Ladybug no entendía la actitud de su novio pero si quería descubrirlo todo entonces debía seguirlo hasta donde él quisiera. Siguieron corriendo hasta que ella pudo divisar a lo lejos una edificación que conocía muy bien, la Torre Eiffel.
Al estar en la parte de abajo del monumento vio que el chico le indicaba que subieran por lo que eso hizo. Cuando finalmente llegó hasta arriba no podía creer lo que veía. En el mirador de la torre se encontraba una mesa para dos personas decorada elegantemente y con un hermoso centro de mesa encima, alrededor había flores y velas de distintos tamaños para dar cierta sensación de calidez.
– Chat, esto es...
– ¡Sorpresa, My Lady! – dijo el chico emocionado.
Ladybug estaba encantada, la sorpresa se trataba de una cena romántica en lo alto de la Torre Eiffel. Ambos se acercaron a la mesa en donde Chat Noir abrió la silla de la chica para que se sentara, luego él hizo lo mismo.
– ¿Cómo hiciste para lograr todo esto? – preguntó la joven de rojo con interés.
– Digamos que tengo mis contactos – contestó el de traje negro con orgullo.
– Bueno, como digas... – dijo ella sonriendo mientras rodaba los ojos.
El héroe aplaudió un par de veces y de la nada aparecieron varios camareros con bandejas en sus manos y un violinista, el cual se colocó cerca de donde estaban los chicos pero dándoles un poco de privacidad. Los camareros fueron colocando dichas bandejas en la mesa y las destaparon, mostrando cada uno de los platos perfectamente preparados para la ocasión. El dúo estaba maravillado por lo que veía y sin perder tiempo empezaron a comer, con el violinista haciéndoles compañía durante la cena.
– Gatito, te agradezco mucho por esto pero no era necesario que te tomaras tantas molestias – dijo Ladybug algo avergonzada.
– Por ti haría lo que fuera Bugaboo, no te preocupes – contestó Chat Noir sonriente mientras tomaba una de las manos de la chica sobre la mesa, haciendo que se sonrojara.
– ¿Sabes algo? En verdad no me arrepiento de que hayamos descubierto nuestras identidades. Fue lo mejor a pesar de que yo me negaba casi siempre – comentó ella.
– Y estoy feliz de que eso pasara aunque no imaginé que sería de aquella manera – respondió él, recordando cómo se dieron los acontecimientos en aquel momento...
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La forma en la que descubrieron sus identidades fue durante la batalla contra un akuma. En dicho enfrentamiento Chat resultó golpeado por un chico akumatizado, dejándolo casi inconsciente; Ladybug se preocupó mucho y cuando terminó de purificar y soltar a la mariposa fue en busca de su compañero. El héroe estaba muy débil y no se podía levantar por lo que la joven lo tomó entre sus brazos con fuerza y salió del lugar. Mientras caminaba y saltaba entre los techos de las casas el miraculous de Chat Noir empezó a sonar, lo que hizo que Ladybug se pusiera muy nerviosa. Luego de unos pocos minutos la transformación del chico desapareció, revelando a la persona bajo la máscara: Adrien Agreste.
La joven estaba impactada ya que nunca se imaginó que el amor de su vida resultaría ser también su compañero de batallas. A pesar de que ella aún estaba en shock no se detuvo ni por un momento ya que curar a Adrien era su prioridad. Sin pensarlo mucho se dirigió a la mansión Agreste donde iba a poder ayudarlo con más facilidad pero siempre y cuando nadie se enterara del asunto.
Cuando llegaron Ladybug entró por la ventana de la habitación de su amigo y lo dejó recostado en la cama, luego se fue rápidamente a buscar un botiquín de primeros auxilios. En ese tiempo Adrien fue abriendo los ojos y se dio cuenta de que estaba en su habitación junto a Ladybug lo que significaba que había descubierto su identidad, aunque eso no le molestó en absoluto.
La chica empezó a curarle las heridas y a recriminarle en voz baja el que no se hubiera protegido mejor, aunque a pesar de eso estaba aliviada de que él se encontrara bien. Durante el proceso, y bajo la atenta mirada del rubio, la transformación de Ladybug se desvaneció, mostrando que bajo la máscara se ocultaba Marinette Dupain-Cheng, su compañera de clases. El joven quedó impresionado ante la revelación pero ella, algo avergonzada, solo atinó a sonreírle, haciendo que él también sonriera en respuesta. No había mucho que decir en ese momento, las sonrisas lo decían todo.
Cuando Marinette finalizó Adrien se levantó de la cama como pudo y la abrazó, expresando su agradecimiento y la felicidad que sentía al saber que ella era su Lady. La chica correspondió el gesto entre sorprendida y emocionada ya que se dio cuenta de que el chico que le gustaba no se decepcionó al conocer su identidad secreta sino que lo tomó con tranquilidad y alegría. Los kwamis de ambos observaban todo en completo silencio.
Al terminar el abrazo se quedaron charlando por un rato y acordaron que luego hablarían sobre el tema por lo que Marinette se transformó y se retiró de la mansión, esperando con ansias a que ese momento llegara.
Los días fueron pasando y Marinette y Adrien se volvieron más unidos de lo que eran antes, llamando la atención de Alya y Nino y causando rabia en Chloé. Cuando por fin había llegado el momento de aclarar todo hablaron sobre los sentimientos de cada uno, riéndose sobre la ironía de la situación y sobre lo ciegos que habían sido. Luego decidieron empezar a salir juntos y a compartir como si fueran novios hasta que, dos meses después, se convirtieron en una pareja oficial, tanto en su forma de civiles como de súper héroes.
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– Aún me avergüenza un poco el haber sido débil en esa batalla... Incluso pude ponerte en riesgo – dijo el chico cabizbajo.
– Pero no lo hiciste, tranquilo – lo animó la chica. – Además, lo único que me importaba era que estuvieras a salvo.
– Muchas gracias – comentó el héroe con una gran sonrisa.
– No, gracias a ti – respondió su compañera de la misma forma.
Al terminar la charla el joven de traje negro se levantó de su silla y le extendió una mano a su novia, invitándola a que la tomara. Ella lo hizo y de repente comenzaron a bailar, con Chat guiándola en cada paso que daban y con el violinista tocando una tonada acorde a la ocasión.
Entre risas terminaron su baile improvisado y justo después comenzó a llover ligeramente. Chat Noir se despidió del músico y se dirigió a la mesa donde antes habían comido, sacando un paraguas que tenía guardado en algún sitio. Rápidamente lo abrió y se acercó a Ladybug para cubrirla, sorprendiéndola en el acto.
– ¿Recuerdas esto My Lady? – preguntó el chico.
La heroína se quedó observando el paraguas por un rato y a su mente vino un hermoso recuerdo. En él se vio a ella y a Adrien en la entrada de la escuela, bajo la lluvia. Esa tarde el rubio se disculpó con la chica por un incidente que ocurrió con un chicle durante el primer día de clases y luego le explicó que él era nuevo en la escuela y que nunca había tenido amigos (sin contar a Chloé). Luego de eso le ofreció su paraguas para evitar que se mojara al volver a casa y ahí, justo en ese momento, se enamoró de ese rubio sin darse cuenta.
– Claro que sí gatito, como la primera vez – respondió ella felizmente.
– Esa tarde hice a mi verdadera primera amiga, la cual resultó ser también mi primer amor – dijo mientras veía a Ladybug fijamente.
– Y casualmente mi fiel compañero de peleas resultó ser aquel chico amable que me entregó su paraguas y del cual me enamoré sin esperarlo – contestó la joven.
Ambos se fueron acercando poco a poco y terminaron por fundirse en un profundo pero tierno beso que reflejaba todo lo que sentían el uno por el otro. Al separarse se sentaron en una de las vigas de la torre, momento en el que Chat decidió empezar a hablar sobre un tema muy importante para él.
– Oye, Ladybug... – dijo para llamar la atención de ella. – ¿Qué piensas sobre el hecho de formar una familia?
La pregunta le pareció un poco curiosa pero igual trató de contestar con algo de lógica. – Bueno, pienso que cuando una pareja quiere formar una familia es porque ya está preparada para tomar mayores responsabilidades acerca del tema de los hijos y porque quiere avanzar un poco más en su relación. Además considero que es algo muy lindo ya que ser padres me parece fascinante, aunque complicado a la vez; ¿por qué? – terminó la chica con una pregunta.
– ¡Oh! Por nada, nada. Solo necesitaba saber tu opinión al respecto ya que también me parece lindo e interesante formar una familia con cierta persona, ya sabes... – respondió mirándola con una sonrisa ladina.
Ladybug lo observó sin decir nada y unos segundos después comprendió lo que trataba de decir su novio con aquella pregunta que le hizo y con la respuesta que le dio.
– Espera Chat, ¿estás queriendo decirme que...?
– Así es Bugaboo – la interrumpió. – Deseo enormemente formar una familia contigo pronto – le contestó entusiasmado.
Ella estaba procesando la información.
– ¿Qué? ¿En serio? Esto es tan inesperado... – dijo sonriente y con unas cuantas lágrimas amenazando con salirse de sus ojos.
El chico aprovechó y extrajo rápidamente de su traje unas cajitas pequeñas de terciopelo. Al abrirlas sacó 2 bellos y delicados collares de plata, donde uno tenía el dije de una mariquita y el otro el de un gato negro.
– Es totalmente en serio. Ahora es muy temprano para eso pero quiero que dentro de unos cuantos años más tú y yo nos casemos y tengamos una bella familia, solo si tú también estás de acuerdo – respondió Chat Noir mientras le colocaba a ella el collar con el dije del gato y él se ponía el otro.
La chica estaba muy impresionada pero no aguantó más y se lanzó sobre su novio, abrazándolo y besándolo con emoción. El joven correspondió con gusto al tiempo que limpiaba las lágrimas que estaba derramando su compañera debido a lo emotivo del momento.
– Claro que quiero gato tonto, ¡por supuesto! – exclamó Ladybug mientras se iba calmando.
– No sabes lo feliz que me haces al decir eso, My Lady. Desde que te conocí mi vida cambió por completo ya que nunca imaginé que llegaría a enamorarme de una chica tan hermosa y fantástica como tú. Haberme cruzado contigo aquel día en el que apenas aprendíamos a usar nuestros poderes fue lo mejor que pudo ocurrirme. Hemos pasado por muchas cosas para llegar hasta donde estamos pero sé que cada uno de los retos que vengan más adelante los podremos superar si estamos juntos. Definitivamente creo que todo esto fue parte de nuestro destino – finalizó el chico con traje de gato mientras sostenía delicadamente las mejillas de su compañera.
– Yo también pienso lo mismo. Te amo, gatito... – comentó la joven de ojos azules colocando sus manos encima de las de su novio.
– Y yo mucho más... – contestó Chat para luego besarla.
Los héroes enamorados se quedaron por un largo rato más sobre la torre, abrazados, admirando la hermosa vista que tenían desde allí, bajo la luz de la luna y las estrellas y con una importante promesa que esperaban cumplir en el futuro.
Ambos sabían que aún les faltaba mucho por vivir pero estaban seguros de que si permanecían juntos no habría cosa que no pudieran conseguir, después de todo, ellos se dieron cuenta de que estaban hechos el uno para el otro.
FIN
Bueno, eso es todo, en serio espero que les haya gustado ya que me esforcé mucho para escribir esta historia >w<. Si se empalagaron o algo que conste que les advertí desde el principio :v.
La idea del fic surgió del bellísimo fanart que puse arriba y el título (por si las dudas) está relacionado con el recuerdo de la famosa "escena de la sombrilla" que todos conocen, la cual considero que es muy importante.
Créditos por la imagen de multimedia: Hermione_preciosa10.
Créditos por el fanart: http://gicabyte.tumblr.com/
Si gustan pueden votar o dejar algún comentario.
Bye, bye, petits papillons! o/.