Dejado en un pesebre

Autorstwa Astrid3490

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En nochebuena, un niño no deseado es dejado en un pesebre y encontrado por un joven Maestro de Pociones, camb... Więcej

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¿De quien es este niño? EDITADO
Noche de Paz... más o menos
Navidad azul
¿Escuchaste eso?
Llegaron a un claro de medianoche
Bailando alrededor del árbol de Navidad
Decorando los pasillos
Quiero un hipopótamo para Navidad
Nada para Navidad
Las maravillas del invierno
Noel
¿Donde estas Navidad?
El Grinch
Algún día de Navidad
Blanca Navidad
Deja que nieve
Una Navidad para recordar
Los tres reyes
El acebo y la hiedra
Aliento del cielo
Que Dios lo bendiga querido señor
Que haya paz en la tierra
Alegría para el mundo

¿Frosty el perro de nieve?

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Autorstwa Astrid3490



Foxfire Hall

15 de febrero de 1984:

Severus no estaba teniendo una buena mañana. Cosa que no era sorprendente porque no había tenido una buena semana. El estaba trabajando en una droga experimental en el laboratorio para tratar de disminuir el Síndrome Auto Inmune en magos y disminuir el avance de la enfermedad en los que ya la tenían para que no murieran tan rápido. La mayoría de los magos y brujas que tenían la enfermedad tendían a morir en los cincuenta y sesenta años, ya que su núcleo mágico se consumía tratando de regenerar su sistema inmunológico contra todas las enfermedades.

Era un proyecto bastante ambicioso, algunos de sus compañeros de trabajo podrían haber dicho demasiado ambicioso, pese al status de Severus del más joven y brillante Maestro de Pociones de este tiempo, de acuerdo a un artículo en El Semanario de Pociones. Mientras que a Severus no le molestaba el reconocimiento, habría preferido estar lejos del ojo público. La gente que salía en los periódicos tendía a ser examinada y eso era lo último que Severus quería. Sus razones para tratar de curar el SAI eran personales, ya que su madre había muerto de la enfermedad, o mejor dicho de doble neumonía que había contraído por ser incapaz de luchar contra ella.

El se había prometido que algún día encontraría la cura contra la enfermedad, y tenia toda la intención de cumplir esa promesa. Excepto que sus investigaciones no estaban cooperando y este era su quinto intento en hacer la droga en tres días, solo para volver a fallar. El odiaba cuando una poción no le salía bien a la primera, eso lo irritaba. Su cerebro analítico siempre estaba buscando soluciones y él sabía que podría resolver este dilema, pero en ese momento el estaba de mal humor porque le estaba resultando complicado y se encontraba atorado.

Y el clima añadía a su mal humor. Habían llovido calderos anoche y la propiedad estaba cubierta en una capa blanca, a excepción del jardín de Drusilla. A Severus le gustaba la nieve en cantidades moderadas, pero esta había sido una nevisca, una de las peores que pudiera recordar aquí en el Norte, y estaba acompañada de un viento helado y temperaturas congeladas durante la mayor parte de la noche. Esta mañana salio el sol, pero hizo poco aparte de hacer brillar la nieve de forma invitadora. Severus odiaba el frío.

Así que se mantuvo silencioso y hosco esa mañana de sábado, desayunando solo porque debía alimentar su cuerpo y no porque tuviera deseos, aunque normalmente disfrutaba los omelet con jamón y queso de Lina con patatas fritas.

A su lado, el pequeño Harry de tres años y medio balbuceaba con Augustus sobre hombres de nieve que tomaban vida, como en la canción "Frosty el hombre de nieve", que Harry había oído como mil veces durante las vacaciones de Navidad cuando había ido a comprar con Severus al Londres Muggle. Eso había probado ser tremenda experiencia para ambos, habían comido en un café, después habían ido a una pequeña tienda de curiosidades para comprarle algo a Augustus, ya que él tenia una afición por los objetos Muggle, y entonces Harry había divisado la juguetería

Severus lo había llevado y le había permitido escoger un juguete pequeño y visitar al Padre Navidad de la tienda. Pero Harry se había embelezado con el hombre de nieve de tamaño real que tenían en la entrada de la tienda, que eras animado y saludaba a la gente que pasaba Con un fuerte, "¡Pasen! ¡Esta calido adentro y bienvenidos a nuestra tienda! Espero que disfruten sus compras, mi nombre es Botones."

El niño había insistido en volver a visitar el hombre de nieve y cuando fue tiempo de marcharse, armo una tremenda pataleta, la peor con las que hubiera tenido que lidiar Severus en público. Él había querido que compraran el hombre de nieve y cuando Severus trato de explicarle porque no podían, se había arrogado al piso y había comenzado a gritar con todas sus fuerzas.

"¡QUERO LLEVAR A CASA EL HOME DE NIEVE! ¡AHORA, PAPÁ!"

Severus había estado mortificado, aunque debió haberlo esperado, ya que Harry había estado cada vez mas cansado y de mal humor, y no había dormido su siesta. Además que últimamente, el pequeño diablillo había estado probándolos a él y a Augustus quejándose por todo y haciendo pataletas. En casa, Severus simplemente lo habría dejado solo, o habría tomado al chico y lo habría dejado parado en una esquina, y después le habría dado un buen reto cuando terminara de gritar. Aquí, sin embargo, la gente los estaba mirando y temía que si trataba de llevarse a Harry de la tienda, alguien podría pensar que lo estaba secuestrando, porque cuando había tratado de tomar en brazo al pequeño terror, Harry había comenzado a gritar," ¡DEJAME SOLO! ¡NO IRE! ¡VETE! ¡NO ERES MI PAPA!"

Él había recibido varias miradas desagradables de una mujer mayor y su hija y había deseado que la tierra se abriera y se lo tragara. Él se había preguntado si acaso Augustus y él estaban malcriando al niño, él no había creído que fuera así, Harry nunca recibía todo lo que quería y nunca cuando gritaba o exigía cosas, pero aquí estaba lanzando la mayor pataleta de su vida en medio de las compras navideñas.

Severus se había agachado y le había dicho enojado a su pequeño terror, "Harry Snape, si no te detienes de inmediato, no recibirás nada del Padre Navidad a excepción de carbón. ¿Me escuchaste? ¡Nada!"

Harry continuo gritando por el hombre de nieve, ignorando la amenaza directa.

Severus deseo, por primera vez, lanzar un Hechizo Silenciador sobre su hijo y darle una buena paliza. El siempre había creído que los niños que hacia este tipo de pataletas debían ser mocosos malcriados sin sentido de la disciplina y sin embargo aquí estaba Harry, ¡haciendo exactamente lo mismo! El estaba seguro que todo en la tienda podía oír los gritos de su hijo. Por un hombre de nieve falso.

Severus pudo sentir como se ponía colorado mientras su frustración aumentaba. El comenzó a repetir ingredientes de pociones rápidamente, luchando para contener su temperamento. H de hiedra, I de incienso, J de jazmín, K de kitsune, L de lobelia, M de manticore. . . ¿Porque tiene que pasarme esto ahora, enfrente de todo Londres? ¿No podías esperar a llegar a casa para hacer tu pataleta, mocoso insoportable? En estos momentos eres igual que tu padre, que jamás perdió una oportunidad de humillarme en público en la escuela, pensó resentido.

Entonces se le ocurrió una idea, y rogó por que funcionara. Él se paro y apunto al niño con la cara roja que no paraba de chillar y patalear y dijo, con voz fuerte para ser oído sobre los gritos de banshee del chico, "¡Vengan todos a mirar a Henry! Mírenlo, ¡teniendo una pataleta como un bebé! ¿Ven? ¡Vengan todos a ver como se convierte en un bebé llorón!"

La gente comenzó a acercarse y una joven con dos hijos pequeños le dijo a su niños que estaban mirando a Harry con la boca abierta, "¡Miren ese niño de verdad se esta volviendo un bebé!". Luego le cerró un ojo a Severus.

Su hijo, un niño rubio que lucia un poco mayor que Harry, apunto y dijo, "Mami, ¡de verdad es un gran bebé!"

Repentinamente Harry dejo de gritar y se sentó, con los ojos bien abiertos. "¡No, no soy! ¡Tu eres!"

"¡No-o! ¡Bebé llorón!" le grito el otro chico.

"¡No! ¡No me miren!" Harry escondió su cara con sus manos, ahora estaba avergonzado y apenado.

"Que vergüenza, ver a un niño grande actuando como un bebé," murmuro una mujer mayor que paso con su carro de compras.

"¡No, no soy bebé!" grito Harry, y fue a esconderse tras el hombre de nieve.

Severus lo tomo en brazos antes de que pudiera hacerlo. "Vamos a casa, jovencito. Necesitas una siesta y un biberón, diablillo travieso."

"¡No! ¡No estoy cansado!" Harry dijo lloriqueando. "¡Biberón es para bebés, Papá! ¡Y soy gande! ¡No quero siesta! ¡Quero home de nieve como Botones!"

Severus comenzó rápidamente a caminar a la salida, Harry firme en sus brazos. "Niños que actúan como bebés y hacen pataletas no reciben hombres de nieve. Todo lo que reciben son castigos, siestas, y biberones."

"¡Papá, tengo tes y medio! ¡No soy bebé!"

"¿No? no lo creería por la forma en que estas actuando, jovencito," Severus le dijo directamente, caminando rápido por el pavimento, buscando un lugar donde poder aparecerse. "Solo los bebés hacen pataletas así. Estoy muy decepcionado contigo."

Harry comenzó a llorar nuevamente, sin tanto alboroto, su cabeza presionada al hombro de Severus. Él odiaba cuando su papá usaba ese tono de voz y esas palabras. ¡Y no quería que la gente pensara que era un bebé! Él ahora casi podía hablar como los grandes e iba al baño y caminaba solo y se ponía la polera solo. Los bebés no podían hacer eso.

Cuando volvieron a la casa, Severus mando a Harry a pararse en una esquina durante cuatro minutos mientras Hotspur llevo los paquetes arriba para que pudiera envolverlos después, meneando al cabeza con tristeza ante el mal comportamiento del pequeño amo. Augustus estaba dormido, dándole tiempo a Severus para lidiar con su hijo, y después de un sonoro reto, logro que Harry también se durmiera un rato. Entonces tuvo tiempo para envolver los regalos y preguntarse por cuanto tiempo Harry lo continuaría impulsando a beber.

La festividad vino y se fue, y todo volvió a la tranquilidad en la mansión, vino el cumpleaños de Severus y lo celebraron con una cena y un pastel que Lina había preparado además de tarjetas y dibujos hechos por Harry, al igual que un nuevo y carísimo caldero auto-revolvente de parte de Augustus, además de nuevas túnicas encantadas de Harry, ya que después de tres años los encantamientos se agotaban y tenias que comprar túnicas nuevas, ya que los hechizos tenían que ser imbuidos directamente en la tela y no aplicados después, era una de las razones por la cual los Maestros de Pociones usaban colores tan sombríos, porque los colores oscuros resistían mejor los hechizos y no se veían las manchas. Y el negro siempre era digno.

Harry no había mencionado hombres de nieve desde el incidente de la tienda, y Severus había creído que se había olvidado de eso, hasta que cayo la nieve. Entonces Harry recordó al hombre de nieve, y ahora estaba parloteando con Augustus sobre hombres de nieve que vivían mientras Severus bebía su tercera taza de café y trataba de evitar una jaqueca.

"Abuelo, ¿puedes hacer un home de nieve conmigo?" Harry le estaba preguntando a Augustus, que lo miraba atónito. Su forma de hablar y vocabulario había mejorado considerablemente durante el ultimo año y medio, y era terriblemente inteligente para su edad. Él amaba los libros y que le leyeran, podían estar sentado por horas mientras su abuelo le leía o le contaba historias. Severus le había enseñado el alfabeto y como escribir su nombre, a contar hasta cuarenta a reconocer simples plantas e ingredientes de pociones, consiente de lo que había sucedido con la bayas de acebo anteriormente.

"Henry, chico, soy demasiado viejo para salir a hacer hombres de nieve contigo," dijo sonriendo el viejo mago. "Mis rodillas duelen mucho en este clima y mis viejos huesos no son lo que eran. Quizás en otra ocasión."

Harry suspiro. Él quería mucho jugar en la nieve y construir un hombre de nieve como el de la juguetería. Él se giro a Severus que había estado silencioso durante todo el desayuno. "Papa, ¿vendias a hacer un home de nieve comigo? ¿Por favor?"

Severus gruño por dentro, sabía que iba a suceder eso. Y que podía decir, ¿que estaba molesto y malhumorado y no tenía ganas? El se mordió el labio. "Dile a Lina que te ayude con tus ropas de nieve, Harry, y déjame terminar esta ultima taza de café."

Harry salto con rapidez de su silla alta. "¡Siii!" chillo, y salio corriendo hacia las escaleras, gritando, "¡Lina, ven! ¡Cesito que me ayudes con mi ropa de nieve!"

"Por favor," Severus le recordó con firmeza. "Modales, Harry."

"Lo siento. ¡Por favor ayúdame, Lina!" dijo el pequeño diablillo.

"Por supuesto, pequeñín," dijo Lina, apareciendo con el abrigo de Harry, gorro, mitones, botas, así como un par de pantalones aislantes. Toda la ropa estaba hechizada para mantener al pequeño calido en este clima frío. Su ropa de nieve era azul y verde, colores brillantes para poder distinguirlo en la nieve.

Mientras Severus terminaba su café y mentalmente se armaba de animo para salir al maldito frío, Harry le hablaba sin parar a Lina sobre Frosty y como había vuelto a la vida con un sombrero mágico.

"Oh mi, joven amo. ¿Un sombrero mágico?"

"Si. ¿Tenemos un sombrero mágico en alguna parte, Lina?"

La elfina sonrío. "Ah, podría ser. Esta es una casa mágica después de todo."

Ella arrugo su nariz mientras le ponía el gorro hasta cubrirle las orejas. Harry aun tenía un poco la coloración de su madre, aunque la forma de su rostro era como la de James y había parecido heredar la inclinación a las travesuras de su padre y sus maneras intrépidas, algo que tenia consternado a Severus, y que trataba de calmar lo más posible.

"¿Puedes buscar uno, Lina? ¿Por favor?" añadió, dándole a la elfina su sonrisa mas ganadora, una que nunca fallaba en derretir su corazón.

"Harry, Lina no tiene tiempo de buscar un sombrero mágico," Severus dijo con fuerza. "Un hombre de nieve puede ser echo sin uno."

"Pero Papá," se quejo el niño. "Sin el sombrero mágico, el home de nieve no puede vivir."

"Harry, los hombres de nieve no viven. Esa es solo una canción tonta."

"No, no lo es," Harry respondió. "El home de nieve en la tienda estaba vivo y me dijo hola."

"Cuidado con el tono, jovencito," Augustus lo reto antes de que Severus pudiera abrir la boca. No había nada mas que el viejo Prince odiaría que a un niño irrespetuoso.

Harry exhalo un suspiro de exageración. "Lo siento señor," murmuro. "¡Pero es verdad!" añadió tercamente. "¡Tú lo viste, Papa!"

"Harry, ese no era un hombre de nieve vivo, solo un juguete Muggle," le dijo a Severus.

Harry meneo la cabeza. Él no podía entender porque su padre no le creía. Él había tocado al hombre de nieve en la tienda y se había sentido calido, como una persona, no frío como la nieve. Estaba vivo. Pero presintió que no ganaría este argumento y en vez de meterse en problemas, dejo de presionar el tema.

Él simplemente estaba feliz de jugar con su papá en la nieve, que últimamente se había encontrado de muy mal humor. Quizá construir el hombre de nieve lo alegraría, razono.

Lina termino de vestirlo y Harry grito, "¡Papá, estoy listo! ¡Vamos!"

Severus termino su café y se levanto de mala gana, torciendo la boca en una mueca. El había esperado pasar su mañana sentado frente a la chimenea leyendo una revista o algo así, no saliendo al aire frío a construir un mono de nieve. Maldición, ¿como me convencen de estas cosas? ¿Porque no puedo aprender a decir que no? Odio el invierno. Son los ojos. Lily casi siempre podía convencerme con sus preciosos ojos. Maldita sea, Snape, eres una presa fácil. ¿Porque él no pudo heredar los ojos de Potter?

Gruñendo por lo bajo sobre como habría preferido someterse a una cirugía para arreglarse la nariz en vez de tener que salir al frío a congelarse el trasero haciendo estúpidos hombres de nieve, Severus se puso su abrigo, sombrero guantes y sus botas mas calidas.

"Esta bien, Harry. Vamos a terminar con esto."

"¡Siii! ¡Ahora nos divertiremos!"

"Oh, que alegría," Severus rodó sus ojos. "Quien sea que haya inventado a los hombres de nieve estaba mal de la cabeza."

Harry río. "Papa, nadie invento a los home de nieve. Siempe han estado."

"¿Oh en serio?" dijo escéptico Severus. "¿Como lo sabes?"

"El home de nieve en la tienda me dijo," su hijo contesto con aire de suficiencia. Luego salio corriendo a través del vestíbulo, gritando de alegría.

"Bribón insolente," dijo con una sonrisa Augustus. "Tiene una respuesta para todo. Eileen era así."

Severus suspiro. "Que suerte la tuya. Usando tu "edad" como excusa para no salir al frío."

Augustus sonrío de medio lado. "Severus, muéstrame respeto. Tengo noventa y seis años."

"Y en mejor forma que un hombre con la mitad de tu edad, ¡zorro astuto!" su nieto resoplo. "Eres un Amo de los Elementos, estoy seguro de que puedes mantenerte calido con una orden mientras construyes hombres de nieve."

El viejo Slytherin se toco el puente de la nariz. "La edad tiene sus privilegios, jovencito. Ahora márchate, y diviértete. Eres demasiado joven para estar deprimido."

"¡Ja! ¡Miren quien habla!" respondió Severus. Luego siguió a su hijo hacia el frío desolador.

Después de media hora de hacer rodar una bola de nieve alrededor, Severus decidió que los Vikingos habían tenido la razón cuando habían dicho que el infierno era un lugar de eterna oscuridad, frío, nieve y hielo. Él estaba seguro de que de alguna manera estaba en el, siendo atormentado por un demoniaco querubín que disfrutaba arrojándole nieve y deliberadamente lo hacia tropear para hacerlo caer de cara a la nieve. La nieve le llegaba a Severus hasta las rodillas, lo que hacia muy difícil caminar, y todavía estaba en polvo, lo que hacia difícil formar una bola de nieve compacta.

Hasta que hizo trampa y utilizo nieve para endurecer la nieve, solo lo suficiente como para formar tres bolas de nieve compactas y Harry lo ayudo a apilarlas una encima de la otra. Entonces Harry llamo a Hotspur para que le trajera zanahorias y botones además de una bufanda y arranco dos ramas de un rododendro para usar como brazos.

"Tome, joven amo," Hotspur le paso una zanahoria, una vieja bufanda Slytherin, y una bolsa de botones a Harry. "Y esto es para usted, señor. Cidra de manzana caliente con un poco de brandy. Calienta la sangre."

Severus tomo la taza humeante y dijo agradecido, "Te has ganado un aumento, Hotspur. Muchas gracias."

El elfo sonrío. "Para nada, amo Sev. Siempre es un placer servirlo." El hizo una reverencia y desapareció.

Severus bebió la cidra y vio como Harry ponía la zanahoria al medio del rostro, junto con varios botones como ojos y boca, además de una hilera en el medio. "Muy bien."

Harry sonrío radiante, sus mejillas rojas por el frío.

"Ahora todo lo que necesitamos es un sombrero mágico."

"¡Por las barbas de Merlín, Harry! ¿Cuantas veces tenemos que conversar sobre esto?" Severus gruño irritado. "No existen los hombre de nieve vivos."

Harry puso la mala cara. "¡Si lo hacen!"

"Eso es suficiente." Severus dijo severo. "Vamos adentro y calentémonos, y no hables mas sobre hombres de nieve que cobran vida."

Pero Harry no podía. "Aun no. No hemos echo un perro."

"¿Un perro? ¿Porque un hombre de nieve necesita un perro?"

"Un perro es el mejor amigo del home, Papá," Harry dijo en un tomo de tu no sabes nada.

Severus apretó sus dientes. "de verdad estas al limite, diablillo." Él movió su varita y un perro de nieve apareció al lado del hombre de nieve. "Listo. Estas feliz ahora, ¿O necesitamos hacer toda una familia de nieve?"

"¿Puedes hacer eso?" pregunto Harry.

"No. estoy cansado y congelado," gruño el Maestro de Pociones. "Tuve suficiente nieve por un día."

"¡Ahhh!" gruño Harry. "no quero entrar. ¡quero jugar en la nieve!"

"Te congelaras hasta morir."

"No-o. etoy calentito."

"¡Malcriado!" lo reto Severus, y le lanzo una bola de nieve al rostro de Harry.

Pero el pequeño solo se sacudió feliz. Él amaba la nieve. "¿Me puedo quedar, Papá?"

"Esta bien. Pero solo media hora más. Luego entras a calentarte, sin discusiones."

"Esta bien." Accedió Harry.

Severus lanzo un Hechizo de Limite en la nieve, para que así Harry no estuviera tentado a alejarse a explorar, extendiéndola a veinte pies alrededor de donde se encontraban el hombre y el perro de nieve. Luego se apareció hacia adentro, y le pidió a Hotspur que le avisara en media hora más para ir a buscar a su hijo.

Augustus levanto la mirada cuando Severus reapareció al lado de la chimenea en la sala. "¿Te divertiste en la nieve, Severus?"

"Fue malditamente maravilloso, abuelo. ¿No lo notas?" dijo sarcástico.

"No seas cascarrabias, Severus Snape," lo reto, aguantando una risa.

"Odio el frío." Dijo Severus, sacándose su húmedo abrigo y pasándoselo a la expectante Lina junto con el gorro y los guantes.

"¿Donde esta el diablillo?"

"Aun afuera, jugando. Debe tener nieve en sus venas o algo así."

"Él probablemente salio a Drusilla. Ella jamás sentía frío ni en medio del invierno y jamás tenia calor aunque estuviera en el trópico. Una de las ventajas de ser un llamador de tormentas." Dijo Augustus, mirando perspicazmente a su nieto. Él sabía que había un secreto que Severus le estaba ocultando, algo que tenia que ver con Harry, pero todavía no podía saber exactamente que era. Pero eventualmente lo descubriría. A él no le gustaban los misterios sin resolver, especialmente si concernían a miembros de su familia, y mientras respetaba la privacidad de Severus, no le gustaba sospechar que su nieto le había mentido deliberadamente. Él esperaba que con el tiempo Severus confiara en el lo suficiente para contarle lo que fuera relacionado a Harry y no se encontrara obligado a fisgonear por su cuenta.

Severus asintió, luego se sentaron en el sofá en frente del fuego y bebieron más cidra con brandy. "Desearía tener la mitad de la energía que tiene ese diablillo."

"Yo igual," Augustus sonrío. "Oh, ser joven e inocente de nuevo."

"Encuentro difícil imaginarte alguna vez joven."

Augustus bufo. "Algunas veces podría decir lo mismo de ti."

Severus frunció el ceño. "Solo porque no disfruto jugar en la nieve. . ." él se detuvo porque sabía que su abuelo tenia la razón. La única vez que se había permitido ser un niño había sido en esas horas robadas con Lily. Vivir con un padre abusivo y alcohólico lo había forzado a crecer muy rápido y con dureza. Su niñez había sido breve y no una que deseara recordar.

Augustus, intuyendo que había tocado un tema sensible, dijo en tono de disculpa, "Pero eres un buen padre y muy responsable, Severus. Ese diablillo necesita eso."

Severus sonrío, complacido de que su abuelo lo hubiera notado.

Mientras tanto, Harry estaba tratando que su hombre y perro de nieve cobraran vida como el de la tienda. Él no tenía un sombrero mágico, así que le había puesto el suyo al hombre de nieve, y le había puesto su bufanda al perro. Pero hasta el momento no sucedía nada.

El chico de tres años y medio frunció el ceño mirando a sus figures de nieve. "¿poque no viven? Se que pueden. Lo vi en la tienda. Vamos, Frosty. Puedes hacerlo."

Entonces miro al perro. "Vamos, Copo de nieve. Tienes la bufanda especial que me dio papá. ¡Vive! De verdad quero jugar contigo, estoy aburido jugando solo."

Él miro con vehemencia al perro de nieve, hasta que sintió una sensación extraña en su pecho y algo calido y apretado tras sus ojos, casi como un dolor de cabeza. Deseo. . .deseo. . .que cobres vida. . .él apretó los ojos con fuerza y empujo el sentimiento calido tras sus ojos, empujándolo hacia su pecho y luego hacia sus manos. Sus manos se volvieron calidas por un instante, luego sintió un extraño cosquilleo en las yemas de los dedos.

El sobo sus manos y abrió los ojos.

¡El perro de nieve se estaba moviendo!

Todavía parecía una escultura de nieve, pero estaba parpadeando con la lengua afuera y moviendo su cola. Sacudió sus orejas y le ladro alegremente.

"¡Genial! ¡Sabía que vivirías!" Harry grito encantado. "¡Ven aquí, chico!"

El perro corrió hacia él y le salto encima, dándole una lamida congelada antes de salir corriendo en círculos, ladrando. La bufanda arrastrándose en el piso. El perro parecía brillar desde adentro.

Harry corrió tras el, pero encontró que era difícil correr rápido sobre la nieve, y cayo varias veces. Cada vez que eso sucedía, el perro venia a lamerlo.

Harry jugo a atrapar bolas de nieve con el perro por unos minutos antes de decidirse a entrar a la casa y mostrarle a su dudoso padre de que había tenido la razón—los perros de nieve realmente cobraban vida. "¡Vamos, Copo de nieve!" él llamo y a diferencia de Mystic, el perro vino cuando lo llamo.

Harry abrió la puerta del invernadero, y el perro de nieve entro corriendo, dejando huellas de nieve húmeda sobre todo el piso limpio.

Harry corrió para alcanzarlo, pero Copo de Nieve fue mas rápido de lo que había creído y corrió fuera del invernadero hacia el vestíbulo.

Justo en ese momento, Mystic estaba cruzando el vestíbulo, en camino a la cocina para pedir algo para comer de la dulce Lina.

Copo de Nive, siendo un perro, inmediatamente la persiguió.

Mystic miro horrorizada la monstruosidad de nieve que venia hacia ella, arqueo su espalda, siseo, y salio volando.

Copo de Nieve ladro y salio tras el gato.

"¡No! ¡Copo de nieve, detente!" grito Harry. "¡No debes peseguir al gatito del abuelo!"

Pero el perro de nieve, como cualquier perro real, ya había visto su presa, y no le presto atención al pequeño humano que gritaba tras el. Copo de Nieve persiguió a la pobre Mystic hasta un ficus de interior y trato de alcanzarla, mientras que el gato se balanceaba precariamente en la rama más alta, siseando y aullando.

El perro de nieve ladro y meno la cola, y nieve salto a todos lados.

"¿Que es lo que sucede aquí?" pregunto Augustus, molesto por haber sido despertado de su siesta. "Parece que el zoológico de Londres ha tomado residencia en mi casa."

"¡No! ¡Perro malo!" estaba gritando Harry.

Él trato de arrastrar a Copo de Nieve agarrándolo de la bufanda.

"¡Por Merlín!" exclamo Augustus al ver el cuadro extraño enfrente de el. "¿Es ese un. . .perro de nieve?"

"¡Hola, abuelo! Mira a mi amigo. Su nombe es Copo de Nieve y cobro vida."

"¿Cobro vida?"

"Si-i. Mira, le dije a papá que era vedad."

"¿Que sucede?" pregunto Severus. "¿En que clase de problema te has metido ahora?" luego se quedo con la boca abierta ante el perro de nieve goteando por todo el piso. "¡Por Merlín!"

"¡Ves, Papá! ¡Tenia razón! De vedad tienen vida." Harry dijo triunfante.

Severus se quedo allí helado. "Pero. . . ¿como es posible? Los hombres de nieve. . .quiero decir perro. . .no cobran vida."

"¡Si lo hacen!" Harry dijo enloquecedoramente. "Desee que viviera y lo hizo."

"Deseaste que. . . ¡por las barbas de Merlín! ¡Realizaste magia accidental!" exclamo Severus.

"¿Que?"

Él se giro hacia Augustus. "Abuelo, él ha tenido su primer asalto de magia accidental. Y solo tiene tres años. Eso quiere decir que será un mago muy poderoso." Severus sonaba complacido de golpe.

"Si, vi eso." Augustus estaba sorprendido de que su bisnieto hubiera demostrado este increíble talento a tan temprana edad, pero estaba menos que satisfecho con el rastro de agua fría que el perro de nieve estaba dejando sobre todo su piso, que estaba echo de costosa madera de corazón de roble.

El perro salto hacia Mystic, que maúllo enfadada y le lanzo un arañazo a la fría nariz del perro, luego salto del arbolito y aterrizo justo en el hombro de Augustus, enterrando sus garras en la tunica del mago.

"¡Ay! Mystic, por cielo santo, cuidado con las garras," grito Augustus, tratando de remover al aterrorizado gato de su hombro.

Copo de Nieve se abalanzo hacia el hombre, molesto porque le habían arruinado la diversión y trato de subirse sobre Augustus, haciendo que el viejo gritara, porque el perro de nieve estaba extremadamente frío y estaba comenzando a derretirse y el agua fría paso por su tunica. Ahora era turno del mayor de los Prince de gritar enojado, "¡Henry, saca este maldito animal de aquí! Esta dejando todo mojado y me esta congelando."

Harry agacho la cabeza. "Pero abuelo, él solo quere jugar. ¡Es mi amigo!"

"Los perros, especialmente los perros de nieve, pertenecen afuera." Augustus apunto un dedo hacia el invernadero. Luego una ráfaga de viento levanto al perro de nieve y lo mando volando por el aire hacia el jardín. "Especialmente aquellos que se están derritiendo."

Harry dio una patada al piso. "¡eres malo, abuelo!"

"¿Yo soy malo?" el viejo mago fulmino con la mirada a Harry, acunando a una angustiada Mystic en sus brazos. "Niño, tú no sabes lo que significa ser malo."

Pero Harry se giro y salio corriendo tras el perro de nieve, molesto y enojado.

Severus lo siguió, preguntándose cuanto mas duraría la magia accidental. Él estaba sorprendido de que hubiera durado tanto.

Y claro, él encontró a Harry agachado en el suelo, abrasando los restos del perro, que había colapsado en una pila de nieve apenas fue alejado de Harry.

"¡Papá, Copo de Nieve. . .se deritio!" chillo Harry. "¿poque? ¿poque no se quedo vivo?"

Severus se arrodillo en la nieve y cuidadosamente saco las manos del niño de la nieve. "Harry, el perro de nieve. . .solo podía vivir por un ratito y luego se volvía nieve."

"¡No-o-o! ¡Quería que fuera mi amigo para siempe!" el pateo la nieve.

Severus tomo al niño que berreaba en sus brazos y se apareció al gran baño al lado de su habitación, donde comenzó a llenar la tina con agua caliente. Los pequeños pies y manos de Harry debían estar congelados por estar tanto tiempo en la nieve.

"¡No es justo!" dijo llorando el niño.

Severus le saco el abrigo. "Harry, escúchame. Copo de Nieve debía volver a donde pertenece. A la tierra del hielo y la nieve donde viven los hombres de nieve. Él podía venir a jugar contigo solo un poquito y después debía volver."

"¿Poque?"

"Porque él tiene una familia que lo extrañaba." Improviso Severus, desvistiendo al diablillo, que había comenzando a tiritar. "Quizás algún día volverá a jugar contigo."

"¿Cuando? ¿Mañana?" sollozo Harry.

"Quizás," respondió Severus, pasándole un pañuelo. "Ahora, a la bañera, estas helado hasta los huesos."

Harry permitió que lo metiera a la bañera, que se sentía bien después de tanto tiempo en la nieve y el niño jugo con un montos de juguetes de baño, incluyendo el patito de goma que Severus había echo para el. "Ojala se hubiera quedado mas rato," dijo con nostalgia.

"Ah, Harry. Cuando seas mayor, quizás pueda convencer a tu abuelo de que te deje tener un gato o una lechuza como mascota," dijo Severus.

"¿Un gato como Mystic? ¿Para mi?"

"Si, pero cuando estés mas grande," dijo Severus.

"¿Como cuanto?"

"Seis," dijo Severus.

"¡Pero fata mucho!"

"Entonces cinco."

"¿Poque no ahora?"

"Porque eres muy pequeño para encargarte de un gatito."

Harry hizo un puchero. "¿Poque siempe soy muy pequeño?"

"Harry, algún día recordaras esto y me agradecerás. Hijo, se que parece que nunca te dejo hacer nada, pero debes aprender a tener paciencia. Recuerda, cosa buenas les llegan a los que esperan. Disfruta la edad que tienes, porque cuando te pongas mayor, mas grandes serán los problemas que tengas."

"Pero odio esperar." Él cruzo sus pequeños brazos sobre su pecho justo de la manera que Severus hacia a veces.

Severus aguanto una risa al ver como lucia su hijo. "Harry, a veces todos tenemos que hacer cosas que no nos gustan. Así es la vida."

"La vida es una mierda."

"Harry Snape, ¿donde escuchaste eso?" pregunto Severus.

Harry se encogió de hombros. "Un niño lo dijo cuando estábamos compando."

"Con razón. No lo digas de nuevo."

"¿Es una mala palabra?" pregunto preocupado. "¿Me vas a lavar la boca con jabón?"

"No, a menos que la repitas. No es algo que debas decir y no quiero que agarres la mala costumbre de repetir lo que escuchas de otros niños. ¿Esta claro?"

"Si, Papá."

"Bien. Ahora tira la cabeza hacia atrás y cierra los ojos para lavarte el pelo," le ordeno Severus, echándole un shampoo suave. ¡Las cosas que se les ocurrían a los niños! Era como un loro, repitiendo todo lo que oía, y es por eso que Severus trataba de no maldecir enfrente de el, aunque a veces lo olvidaba.

Mientras gentilmente lavaba el cabello de su hijo, Severus pensó en como su hijo estaba creciendo tan rápidamente y casi deseo que hubiera un hechizo para detener el tiempo por un rato. Porque pese a las pataletas y la obstinación de Harry, él era un niño dulce y curioso, y Severus guardaba en su corazón estos momentos con el. Pronto, sabía que Harry no necesitaría que lo ayudara a bañarse o no querría que lo acurrucara o abrazara o que lo acostara con una taza de leche con miel y una historia. Se que es normal para todos los niños el querer crecer, pero desearía que fuera mi pequeñín un tiempo mas. Solo un poco mas.

Luego enjuago el cabello de su hijo y dijo, "Terminamos, puedes seguir jugando un rato antes de que te saque del agua. ¿Te sientes mejor? ¿Ya no tienes frío?"

"No. Papá, ¿el abuelo esta enojado conmigo por dejar entar a Copo de Nieve?"

"No, hijo. Creo que estaba mas sorprendido que enojado. No te preocupes por el. La mayor parte de las veces, su ladrido es mas fuerte que su mordida."

Harry sonrío ante el dicho. "Que tonto eres, Papá."

"¿Te estas burlando de mi?" Severus gruño en broma.

"¡Si!"

Sus ojos se entrecerraron en fingido enojo. "¿sabes lo que le sucede a los niños malos que se burlan de sus padres?"

Harry río nuevamente y le salpico agua a Severus.

"¡Oh, ahora te atrapare!" y con la rapidez de un rayo comenzó a hacerle cosquillas a su hijo en las axilas y las costillas.

"¡Ahhh! ¡El montro coquilla!" grito Harry, muerto de la risa. Ellos siempre jugaban este juego y el lo adoraba.

"¡Malvado mocoso! ¡Puedo hacerte cosquillas hasta que mueras!" gruño Severus, sin piedad.

"¡Para! ¡Para!"

"¿Porque?"

"¡Poque. . .poque me haré pipi en la bañera!"

Severus se detuvo.

Harry le dio una sonrisa de satisfacción. "Era mentira."

"¡Pequeño bribón!" grito su padre. Luego agarro el pie de su hijo y le hizo cosquillas hasta que chillo. "Eso te enseñara."

Una vez que Harry había parado de reír, comenzó a jugar en el agua, mirando las burbujas cambiar de color, y soñando con el día que fuera lo suficientemente grande para tener su propia mascota que se quedaría con el para siempre y nunca tendría que volver a la tierra de la nieve y el hielo.

"¿Papá?"

"¿Si, Harry?"

"¿Poque solo vivió el perro cuando lo desee y no Frosty?"

"Bueno, Harry, lo que tu hiciste fue magia, un poco de magia."

"¿Como tu y el abuelo?"

"Si hijo. Tú eres un mago, Harry. Y cuando un mago es pequeño realiza lo que llamamos magia accidental. Como hoy."

"¿De verdad? ¡Genial!"

"Así es. Y algún día serás un mago muy poderoso."

"¿Como tu? Poque quero ser como tu cuando quesca, Papá."

"Oh, Harry," fue todo lo que Severus dijo, pensando con tristeza, Tu no quisieras vivir mi vida, hijo. Era un maldito miserable hasta que te encontré. Tú fuiste mi salvación, Harry Potter. Al salvarte me salve a mi mismo.


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