La Ilusión de una Verdad |ECA...

By AzenethMireles

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Primera parte de la saga: El Camino al Paraíso. Aunque te vallas, sabes que jamás podrás huir de tu pasado... More

Aclaración
Dedicatorias
Prefacio
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capítulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capítulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capítulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Epílogo
ESPECIAL *Conociendo a Cathalinna Capaldi*
ESPECIAL *El desastre que es mi vida*
ESPECIAL *Compras Navideñas*
Último especial

Capitulo 8

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By AzenethMireles

(Ya somos seis...)

Después de que Roxana y Victoria arreglaran las cosas todo comenzó a marchar bien en el piso, podíamos organizarnos ente nosotras para cualquier cosa y no peleábamos, Athala estaba bien siempre que Roxana no le hablase y viceversa, sin embargo, para mediados de septiembre podíamos estar en una misma conversación con ambas presentes. Cosa que, en lo personal, lo consideraba un logro.

Habíamos quedado de juntarnos a comer en Symposium con las chicas, acababa de salir de una cita con la coordinadora de academias de la universidad, a quien tenía que informar periódicamente sobre los cursos que debía rivalidar para tener el permiso de los Estados Unidos para poder ejercer oficialmente. Estaba emocionada, pues eso significaba que tendría aún menos tiempo en la semana para mi vida social, lo que me mantendría lejos de las fiestas y todos esos ambientes que quería dejar atrás.

Tomé un taxi hasta la West 113th Street. Cuando llegue Gemma ya estaba ahí, con Roxana y Tomás.

Hola chicos —saludé en español, Gemma había terminado adaptándose a algunas expresiones en español.
Hola Cathy —respondieron todos alegres.
—Aún faltan Athala y Victoria —dijo Gemma— nos dijeron que venían algo retrasadas, cosas de sus clases y así.

—Está bien, entonces los esperamos para pedir supongo.
¿De dónde es tu nana Cathy? —preguntó Tomás.
Ella es de Navojoa, en Sonora —respondí.
Eso está cerca de Basaseachi, mi familia es originaria de ahí, mis abuelos y mis papás —explicó Tomás.

—Nunca hemos oído tu historia Tommy, y justo ahora tenemos tiempo para lo que sea que quieras compartir con nosotras —dijo la curiosa de Gemma— solo que eso sí, en inglés porque aún no entiendo bien el español.

—Bueno, como ya dije, mis abuelos y mis papás son de Basaseachi, mis papás se vinieron de mojados a Estados Unidos e inicialmente llegaron a Hillsboro, mi mamá estaba embarazada, así que nací ahí y poco a poco con el trabajo de papá como jardinero logramos llegar a Albuquerque, donde hice la High School y pude obtener la beca para Columbia —la expresión de Tomás se ensombreció un poco— estaba en mi segundo año de High School cuando a mi papá lo cachó migración y lo deportaron a México, en ese grupo de deportación hubo una revuelta y una bala perdida alcanzó a papá, así que desde entonces, somos mamá y yo, ella aún está en Albuquerque, usó todos los ahorros en mi viaje a Nueva York, así que ahora ella no puede venir.

Gemma y yo estábamos sorprendidas por su historia.

—¿Tu mamá sabe inglés verdad? —inquirió Gemma.
—Sí, bueno, no muy bien, pero sí, tuvo que aprender —dijo Tomás— ¿Por qué?

—Porque a mamá siempre le hace falta compañía, y ella domina bien el español, resulta que no hay mucha gente que le aguante el paso... sucede que viaja mucho y sus rutinas son medio extrañas, pero ella es buena persona y siempre trata muy bien a todos sus empleados.

—Gem, al punto —dije divertida de ver a mi amiga hablar así.

—Podría preguntarle a mi mamá si ya encontró a alguien que le ayude con su organización, y si no, podría hablarle de tu mamá, el único problema es que tendría que viajar a Grecia, porque tiene años que es la residencia oficial de la familia —le dijo Gemma a Tomás.

—Gemma, mi mamá no tiene para viajar ni de regreso a Hillsboro.
—No, no me entiendes, me refiero a que ella no tendría que pagar el viaje, o sea, ese correría por cuenta de mamá, el detalle es que tendría que irse a Grecia.

—Hola chicos, cómo están, lamento el retraso —dijo Victoria sentándose de golpe en la silla frente a Gemma.

—Piénsalo —le dijo Gem a Tomás en voz baja, quien solo asintió con la cabeza.

—Pues si que llegas algo tarde hee —dijo en broma Roxana a Torie. Y mientras ellas bromeaban sobre la puntualidad de Torie, yo me dirigí a Gemma.

—Tienes un gran corazón, solo que a veces ese suele ser tu punto débil.
—Lo sé, pero no puedo evitarlo —dijo con un puchero.
—Solo trata de ser un poco menos entusiasta —le recomendé y ella asintió hacia mi espalda.
—Llegó Athala y trae una cara no muy buena —dijo y miré, efectivamente Athala traía una cara de pocos amigos.

—Lamento el retraso, pero estuve charlando con mis primos de asuntos... familiares.
—Espero esos asuntos se resuelvan pronto —dijo Roxana con un tono tan extraño que mandó incomodidad a la mesa de forma inmediata, ella pareció notarlo porque enseguida dijo— lo lamento, a veces no mido mis palabras.

Al parecer Athala se disponía a decir algo, pero cualquiera que fuera eso, se vio interrumpida por el camarero quien nos tomó la orden y se retiró.

—¡Ay no, Ayúdenme! —exclamó Gemma escondiéndose detrás de mí— Cathy, ayúdame por favor, apiádate de mi pobre alma en desgracia.

Solo tuve que mirar hacia la entrada para saber el motivo del pánico de Gemma. Kaleb Smith acababa de entrar junto con Raymond y Andrick. Sin embargo, la expresión de S.O.S. de Gem no solo me alertó a mí, sino que lo hizo con todos los demás en la mesa, haciendo que todos los miráramos. Intenté leer la expresión de Kaleb, pero no decía nada, solo se acercó a susurrarle algo a Raymond, quien volteó a la mesa.

Nuestras miradas se encontraron y vi la duda pasar por sus ojos, no obstante, jamás apartamos la mirada del otro sino hasta que pasaron frente a nuestra mesa y recibí un guiño de su parte, eso solo me puso más alerta de lo que estaba, ¿Acaso Raymond sabía algo de Gemma y Kaleb?

—¿Qué fue eso? —preguntó Athala verdaderamente interesada.
—A Gemma le interesa alguien de ese grupo —dije, no sin recibir una buena patada en mi espinilla de parte de Gemma.
—Cath —dijo reprimiéndome entre dientes

—¿Quién es, Gem? —inquirió curiosa Roxana—seguro Rickford, las Thetas y SDT no dejan de hablar de él desde que regresó a Columbia... recuperó su fama al parecer.
—Yo... este... sí, es él, pero no quiero hablar del tema en serio —dijo Gemma, decidí seguirle el juego por su bienestar mental.

—Bueno, igual no tienes mucha oportunidad con él —dijo Athala.
—Eso es alentador Athala —dije divertida.
—Yo solo digo la verdad, y no lo tomes personal Gem —le dijo a ella— en general, nadie tiene oportunidad con él. Digamos que es un poco exigente... su última novia era una Bulldog.

—¿Yale? —pregunté curiosa.
—Sí, una estudiante de Derecho, el chico no es que se cotice barato... incluso antes de interrumpir sus estudios la mitad de Delta Gammas, Thetas, SDTs y A-Chi-Os creían que si se le insinuaban al capitán del equipo de natación obtendrían un polvo fácil —añadió Athala con humor.

—Bueno, ahora es excapitán —dijo Tomás y Athala casi se ahoga con la limonada que había sido de Gemma.
—¡¿QUÉ?! —preguntaron en coro Athala y Roxana.
—Renunció al equipo ayer, nadie lo sabe todavía, fue muy repentino y el entrenador estaba furioso, ahora están arreglando para ver quién va a quedar en su lugar —aclaró Tomás.

—No puedo creer que renunciara a tan poco de volver —dijo Roxana en voz baja meditabunda.
—Tampoco entiendo, no tiene sentido —añadió Athala, al parecer Raymond era un tema que sí podían tratar en común por alguna extraña razón.

Sabía bien que ninguna me diría más de lo que estaban diciendo en ese momento, así que di por hecho que si quería más información de mi compañero de literatura, debía buscar otras fuentes.

—¿Vas a postularte Tommy? —pregunté con la intención de desviar un poco el tema.
—Ni loco, de hecho, estoy pensando en si voy a quedarme, porque si Bruno Gardner se queda como capitán, renuncio al equipo.
—¿Conoces a Gardner? —preguntó Athala de repente.
—Es mi compañero de piso Thals —dijo él.

—Iugh —exclamó ella con una cara de desagrado— pobre de ti. Te compadezco.
—¿Por qué presiento que hay historia con ustedes? —inquirió la perspicaz de Torie mirando a Athala.
—No tengo idea de lo que hablas —dijo Athala.
—Como digas, solo digo que si en algún momento quieres contarnos, podemos escuchar —añadió Torie encogiéndose de hombros.
—Exacto, así Rendiffin no nos tomaría por sorpresa tan a menudo en respecto a ti —aportó Gemma.

Yo preferí no meterme, Athala ya me había contado bastante de su vida, si ella quería compartir algo, estaba segura que lo haría a su tiempo, Kaleb ya me había mencionado que entre Athala y Bruno Gardner había pasado algo, y suponía que de alguna forma, eso seguía lastimando a Athala lo suficiente como para no mencionar nada. Cuando todos terminamos de cenar caminamos a Delta Gamma y vimos a Tomás tomar un taxi.

—¿En qué comunidad está Tommy? —preguntó Torie mientras subíamos las escaleras.
Phiota —respondió Roxana.
—Y ¿Qué con él? ¿Para cuando nos confirman su noviazgo? —preguntó de vuelta Gemma.
—Chicas —exclamó Roxy cubriendo su cara con sus manos— no me pregunten cosas que no puedo contestarles.

Como ya estábamos en su piso, solo nos echamos a reír y subimos al nuestro.

—Yo sé de alguien que tiene un admirador —cantarruneó Torie.
—¿Quién? —preguntamos todas con inocencia.
—Uno de los chicos del grupito le guiñó un ojo a Gemma...
—De hecho, no fue a mi, fue a Cathy porque es ella quien lo estaba mirando.

Tenía ganas de matar a Gemma, eso no me estaba ayudando mucho, estaba casi segura que después de haberle contado sobre Raymond, ella ya lo había buscado en Facebook o Google  y ya sabía al menos cómo lucía el Idiota de mi clase de literatura.

—Bueno, a mi me pareció otra cosa —dijo Torie.
—Cathy siempre se ha quedado con los más interesantes —dijo Gemma de repente— Grimaldo por ejemplo —dijo mirándome— era un Bon-Bon, y anduvieron ¿Cuánto? Tres meses creo... antes de que conociera a Gav...

—Gem, no es así —dije llamando su atención— tu también tenías a chicos lindos detrás.
—Sí —dijo ella burlona— Grimaldo estaba tras de mí y lograste engatusarlo tú.
—Eso si que no es de amigas —rió Athala.
—Por ese tiempo ella y yo éramos como perros y gatos, no podíamos ni vernos, así que no importa realmente.

—Gemma tiene razón, por ese entonces nos odiábamos a muerte —completé.
—No lo creo ¿Ustedes como enemigas?
—Sí Thals, yo apenas las conocía en ese tiempo, pero las leyendas dicen que por eso terminaron en detención en Mónaco —aportó Victoria.

—Suficiente de recuerdos, que aquí las peor paradas somos Cathy y yo, es hora de dormir, vamos chicas, hay que reponer energías para poder terminar la semana, Cathy, el pre-bed.

Sabía por qué Gemma no quería seguir esa charla, y sinceramente, tampoco me convenía hacerlo, así que obedecí y entré a mi habitación para cambiarme el pijama mientras Gemma ocupaba el baño. A Victoria y Athala no les quedó otra que desistir de charlar y también se fueron a sus habitaciones.

Esa noche más tarde, una vez segura de que todas dormían decidí bajar a la sala común, encontrándome a quien buscaba.

Reina Rubia —saludó Tiffanny con una sonrisa— que sorpresa.
—Hola Gemela Malvada —dije yo sentándome en el sillón frente a ella.
—Original —dijo, asumo que se refería al mote— ¿Qué puedo hacer por ti?
—Ayudar a tu hermana —dije simplemente y ella rio.

—Bien, ¿Qué puedo hacer por mi hermana? —inquirió divertida dejando su taza de café en la mesita.
—Necesito información, saber qué hay con los chismes sobre la chica rubia y Raymond Rickford —dije para abrir el tema.

—Si quieres saber sobre Raymond Rickford vamos a tardarnos un rato, pero para empezar con tu duda, las Thetas comenzaron el rumor de que Rickford tenía una novia rubia, dijeron que era una Junior, de ahí el alboroto —explicó poniendo los ojos en blanco— un Senior con una Junior, todos se preguntan quién eres, en especial las chicas, pues en realidad no te conocen.

—No falta mucho para que lo hagan ¿Cierto? —inquirí.
—Para tu buena suerte Reina Rubia, no soy amiga de Lluvia Tirgreen, así que no he dado tu identidad, pero no falta mucho para alguien de la hermandad descubra que tú eres la misteriosa rubia y se venda, especialmente Ashley.
—No es bueno hablar así de tus amigas Rendiffin.
—Ella no es mi amiga —explicó— simplemente está en mi grupo social escolar, eso no significa que sea mi amiga.

—Siempre pensé que mandabas a tus "amigas" a investigar y tu solo te quedabas con la información.
—Jamás haría eso, cuando quiero saber algo, siempre lo investigo yo misma, así me aseguro de la veracidad de la información.

—¿Qué se dice de Raymond Rickford? —pregunté más directa.
—La pregunta aquí sería ¿Qué no se dice de Raymond Rickford? —dijo ella divertida— resulta que hay muchos rumores, pero puedo decirte lo que yo sé.
—Eso suena bien, ¿Qué vas a pedir a cambio?

—¿Por qué crees que pediría algo a cambio? Ya te demostré que soy buena hermana.
—Solo dímelo Tiffanny.
—Ya me has pagado la información de anticipado, cuando Lluvia se entere que es una Delta Gamma la chica de Rickford, se va a retorcer del coraje.

—¡Wow! Yo no soy la chica de nadie Tiffanny.
—Aún —dijo insinuantemente— mira Reina Rubia, has logrado más que nadie por lo que sé. Así que no discutiré eso, solo ten en cuenta mi nombre cuando hagas las invitaciones de la boda, te aseguro que Rendiffin estará encantado de hacer las argollas y tu tocado. Ahora, pasando al tema principal...

Entonces fijó su vista detrás de mí y su mirada se endureció.

—¿Se te perdió algo Jessica? —inquirió autoritaria mi Gemela Malvada.
—Quería estar un rato acá abajo, solo...
—Nada de chicos en el edificio, ¿Lo olvidaste?
—Pero yo...
—Sin peros, y dile que se vaya o se lo diré yo con un balde de agua fría —añadió Tiffanny.
—Ya me voy —escuché decir a Jessica. Tiffanny no volvió a hablar hasta que no se escuchó ningún ruido.

—Raymond Rickford estaba en su segundo año de periodismo cuando yo empecé en Columbia —dijo mirándome— y salía con una pelirroja de Yale que estudiaba derecho, sin terminar el segundo año Raymond desapareció, hay muchas especulaciones, sobre que se fugaron y otras cosas, lo cierto es que investigando un poco supe que él había estado en una clínica de rehabilitación, al parecer por abuso de sustancias, y también en el psiquiátrico, de ahí si no preguntes, no dan información tan fácilmente. Regresó a Columbia completamente rehabilitado, pero definitivamente no era el mismo Rickford que todos conocíamos, a él le gustaban las fiestas, eso si, siempre se le veía con la novia. Desde que se fue, el equipo de natación es un desastre, espero ahora con su regreso, todo vuelva a la normalidad.

—Eso no podrá ser, él renunció al equipo —dije con una pequeña sonrisa, ella la respondió.
—Así si me gusta charlar Capaldi.
—Gracias Gemela Malvada.

—En fin, de la novia nadie supo nada más, Raymond no la menciona y evita a las personas, asumo que la experiencia no fue buena y prefiere evitar problemas, no soy cercana, pero investigué porque cuando yo llegué aquí Rickford era uno de los chicos más codiciados y menos obtenidos, lo que lo hacía aún más deseable por las chicas.

—Gracias por esto Gemela Malvada —dije.
—No es nada Cathalinna, ya te lo he dicho, por mucho que me desagrade la idea, yo soy Senior y tu una Junior, a veces una siente amenazado su reino, pero creo que eres una digna rival y heredera para esta hermandad.
—Por muy tentador que suene, no me interesa el puesto.

—Me lo imaginaba, cómo duda ¿No te habrá buscado Bruno Gardner?
—Lo hizo.
—Mantente alejada, es lo que puedo decirte acerca del chico, sus fiestas son buenas, pero no te conviene mucho si lo que quieres es un año tranquilo, además de conservar la amistad de Smith.

—Gracias Tiffanny, de nuevo —dije levantándome del sillón.
—No es problema, te daré el nombre de la chica, en cuanto logre obtenerlo.
—¿Cuál nombre? —inquirí desubicada.
—La ex de Rickford, no tenía planeado seguir investigando, pero puedo hacerlo por ti, tengo algunas amigas en Yale a las que puedo ir a visitar y ver que información obtengo.
—Tu mente es retorcida Tiffanny.

—No más que la tuya, no se mucho del tema porque mi familia no está en el ambiente inmobiliario ni de construcción, pero se corren rumores de que eres toda una maestra de los negocios, es una suerte que seamos socias ¿No crees?

—Supongo que sí —dije con cuidado.

—Asumo también que quieres mantener este pequeño acuerdo en secreto, o no habrías esperado a que tus amigas se durmiesen para venir, así que por mi parte, hoy no pasó nada. Sin embargo, te agradecería que investigaras quién se quedará como capitán en lugar de Rickford.

—Tendrás la noticia fresca Tiffanny —prometí.
—Excelente Reina Rubia, un placer hacer negocios contigo —dijo levantándose y tendiéndome la mano.
—Un placer Gemela Malvada —respondí apretando su mano.

Esa noche ambas nos fuimos de la sala común con una sonrisa en el rostro, era la primera vez que veía ese tipo de sonrisa en el rostro de Tiffanny, y algo dentro de mí me decía que era una de las pocas veces que la vería sonreír de forma sincera.

Cuando llegué al piso todo seguía igual, al parecer las chicas seguían durmiendo tranquilamente, yo hice lo mismo. Sabía que Tiffanny no me había dicho todo, pero era un buen inicio para mi investigación, me había prometido a mi misma investigar un poco más acerca de mi compañero de Literatura y su extraña obsesión de ser osco con todo el mundo. Su bipolaridad me resultaba más interesante que preocupante.

*               *                *

Al siguiente día, después de mis clases decidí dar una vuelta por la biblioteca, tomé prestados dos libros en griego y fui con Rosie para registrarlos, pero ella no estaba en su habitual lugar de trabajo.

—¿Lees griego antiguo también? —inquirió una voz detrás de mi.
—Si no te hubieras quedado dormido el día que fui a tu casa lo habrías notado —respondí con una sonrisa de superioridad— además no es muy diferente al normal.
—¿Estás bien? Normalmente no eres así de... grosera.

—Estoy bien Raymond, ha sido una semana difícil, es todo.
—Seguro que debe ser difícil, más cuando estás pagando materias.
—Lo hago para poder trabajar aquí, para mí es importante.
—No dije lo contrario, solo digo que entiendo que sea difícil Cathalinna.

—Bien, si he estado pensando en algunas cosas a demás de mis materias —le dije aprovechando que estaba aquí y que, aparentemente estábamos solos— resulta que ha habido rumores, me involucran y eso no me agrada.

—No te entiendo.
—No sabía que me habían puesto de compañero de literatura al Sr. Popularidad, de haberlo sabido, le digo a Apolo que nos cambie de inmediato —admití.
—No sabía que seguían con los rumores, lamento eso, ¿Qué es lo que dicen? —dijo y lucía verdaderamente apenado.
—Nada grave hasta ahora —admití— solo que un Senior sale con una Junior rubia de su clase de básicas. Y obviamente tu apellido está implicado en la parte del Senior, a menos que tengas un hermano y no lo sepa... eso se refiere a nosotros, ya que para mi buena o mala suerte, soy la única compañera rubia que tienes en tu única materia de básicas.

—Una buena deducción Princessa —admitió— Lamento de verdad eso, creí que ahora que casi todos salieron los rumores serían menos, ni siquiera sabía que estabas implicada, de verdad lo lamento Cathalinna.

—Intento mantener un perfil bajo Rayrick —dije con la voz baja— te agradecería que me ayudaras con eso, no quiero estar en la boca de toda la universidad porque un chico que fue popular está cerca de mí.
—Haré lo que pueda Cathalinna, lo prometo.

—Cathy linda, veo que en contraste algo que leer ¿Cuánto tiempo te los quedarás?
—Supongo que una semana, por si alguien más gusta leerlos —le respondí a Rosie.
—Linda, podría prestártelos por un mes y nadie se daría cuenta.
—Con dos semanas basta y sobra Rosie, por favor.

Ella prosiguió a hacer el registro.

—Ya que sabes griego, tengo unos documentos en casa que me encantaría pudieras ayudarme a traducir —dijo Raymond.
—Tal vez podría darles un vistazo —respondí poco animada de volver a su casa.
—El trabajo de Literatura, debemos llevarlo mañana a las doce en punto al aula de Apolo, ¿Quieres llevarlo tú? —preguntó Raymond.
—Recuerda que no quiero llamar la atención, así que mejor hazlo tú.

—Linda, perdón que me meta, pero siendo honesta, eres la única que lee en griego, eso ya llama la atención —dijo Rosie con una sonrisa.

—Ella tiene razón —añadió Raymond divertido. Me costó reprimir una sonrisa.

Rosie me entregó la ficha de los libros y Raymond y yo salimos de la biblioteca.

—¿Sabes quién se quedará en tu lugar en el equipo? —pregunté directa.
—Debí suponer que Tomás les diría a sus amigos —dijo meditabundo— en fin, será una pena perder más de un nadador.
—¿Eso significa que Bruno Gardner obtuvo el puesto? —inquirí curiosa.

—No debería confirmar o negar nada, pero si alguien pregunta, tu y yo ni siquiera hablamos, así que no importa que sepas que nombrarán capitán a Gardner la próxima semana, justo antes de las competencias —dijo mirando al frente pero con una sonrisa ladina.

—Si, es una pena que no hablemos —añadí.

—¡Capaldi! —escuché que me gritaban, mi mirada y la de Raymond cambiaron enseguida, ninguno esperábamos encontrarnos a nadie.

—Fiandler —dije al verlo— ¿Qué sucede?

—El profesor D'Naro me pidió que te entregara este folder, se te olvidó el otro día en su clase —dijo mientras me entregaba una carpeta.

—Gracias —dije sin saber muy bien que hacer, no era como si pudiera presentar a ambos chicos.

—Preciosa, podrías darme el libro por favor —debo decir que casi me da un ataque cuando escuché el tono de voz de Raymond, Fiandler también lo miraba— esta preciosa chica me hizo el favor de sacarme un libro pues tengo algunas multas —explicó a mi compañero al tiempo que me quitaba uno de los libros que había sacado— lo entregaré a tiempo —dicho esto, me guiñó un ojo y siguió un rumbo que yo desconocía.

—Cathy... no es que sea entrometido, pero deberías tener cuidado con él —dijo Fiandler— te lo digo como amigo, él es Raymond Rickford y sale con una chica de las FSL BrownStones no quieres meterte con las hermandades, créeme.

—Solo le saqué un libro —dije aún en shock por todo.

—Es normal que te atraiga, es un chico malo, tú eres una chica buena, pero no te dejes engañar, eres más inteligente que eso Cathalinna.

Fiandler se perdió entre los estantes de libros luego de darme el folder y yo salí de ahí confundida, digo, sabía que había que disimular, pero jamás imaginé que para "disimular" me hablaría de esa forma. Si lo pensaba bien, Fiandler creyó que no lo conocía, así que eso era algo bueno, ¿No?

Cuando llegué al piso más tarde Gemma y Athala estaban sentadas en una pequeña salita que Athala había pedido y habíamos pagado entre todas, platicaban alegremente cuando yo entré.

—Buenas noches chicas —saludé.
—Hola Cathy —dijeron ellas.
—Encontré este libro en la biblioteca —dije mostrándoselos, Gemma lo miró entusiasmada y comenzó a hojearlo mientras me hacía algún que otro comentario.

—¿Saben? Me encantaría comentar con ustedes acerca del fabuloso Partenón de Atenas —dijo Athala llamando nuestra atención— solo que no entiendo nada.

—Eso es porque las señoritas aquí, están hablando en griego —aclaró Victoria, quien entraba al piso.

—No sé como puedo no entenderlo —bromeó Athala con sarcasmo.

—Lo siento Thals, la cosa es que es normal para nosotros hablar en griego, a veces olvidamos que aquí se habla inglés —explicó Gemma.

En ese momento sonó mi celular, al revisarlo vi que era una llamada de Greta, decidí contestar en mi habitación.

*Llamada Cathalinna / Greta*

Buona notte Cathy.
—Hola Greta, ¿Pasa algo?
—No en realidad, pero emmm gustaría saber si puedes ver a Monse el viernes en la tarde, está algo inquieta y tu visita la calmó mucho la última vez... no sé si te sea posible verla.

—Yo no tengo inconveniente —dije pensando en si tenía algo que hacer, pero no recordaba nada importante— ¿Dónde te veo?

—Te puedo pasar a recoger a la biblioteca, me queda de paso.
—Perfecto entonces.
Excelente, porque te tengo algunas noticias que seguro te van a encantar, estuve hablando con mi tío Dan, sin embargo, me gustaría decirte esto en persona.

—Estoy impaciente por escuchar —le confesé.

Nos estamos viendo entonces, Ciao Cathy.
—¿Ciao? Greta

—Lo has dicho de maravilla.

Linda noche Greta.

—Gracias.

*Fin de la Llamada*

*           *            *

—El día de hoy deberían empezar las ponencias, sin embargo, las dejaré para el viernes, porque ahora les daré la lista de lectura de las próximas dos semanas, recuerden que cada clase se comenta un libro y es importante que participen. Sus reportes de los libros anteriores y de la investigación de las culturas se los entregaré el día viernes con las anotaciones pertinentes.

Apolo era un profesor un tanto extraño, si bien era joven, era extraño. Su dinámica consistía en poner todos los títulos a revisar en las próximas dos semanas en papeles, y alguien sacaría los papeles, en el orden que salieran, sería el orden en que se comentarían por clase. Una vez terminada la dinámica, Apolo autorizó la salida a la clase.

—Señorita Capaldi, ¿Podría hablar con usted un momento?
—Claro Profesor —dije, probablemente era sobre la ausencia del trabajo junto con la de Raymond.
—Me preguntaba si sería posible que le entregara este sobre a la señorita Smith —dijo tendiéndome un sobre sellado, debió ser grande mi cara de sorpresa porque senseguida aclaró

— ¿Esperaba que le dijera otra cosa?
—No...
—Tuve tiempo de leer su trabajo y hasta ahora es excelente, los felicito a ambos, si ves a Raymond, por favor dile que no falte a la ponencia, es importante en la calificación.

—Yo se lo diré, y le daré el sobre a Athala.
—Gracias Cathalinna, ten una buena tarde.

Dicho esto, Apolo salió del aula. Empezaba a notar que no a todos les hablaba de , sino que era a unos cuantos, y, en mi caso, era solo cuando ya no había estudiantes cerca. Tomé el bus hacia la 13th Street y de verdad hice acopio de toda mi fuerza de voluntad para no abrir el sobre. Debía decir que tenía mucha curiosidad.

Mientras me dirigía a Delta Gamma había estado pensando en la llamada de mi abuela ella había llamado para darme la noticia del fallecimiento de mi abuelo, había sido una llamada realmente corta, puramente informativa, en la que de nueva cuenta me pedía no le dijera a nadie de ello, mucho menos a mi madre. Seguía teniendo dudas acerca de ello, pero por otro lado, podía entender por qué ella no quería que mi madre se enterara. Cuando había recibido su llamada me había echado a llorar, recordando tantos momentos con mi abuelo, cómo él siempre tenía una sonrisa para mí o cómo siempre me daba un dulce cuando mamá me regañaba por meterme en problemas, cómo siempre decía que yo era su tesoro, su Niña de Oro.

Me limpié las lágrimas rebeldes que se habían deslizado por mis mejillas.

Ya estaba cerca de la fraternidad cuando me encontré a alguien que había estado evitando en las últimas semanas. Sin embargo, era imposible que fingiera no verlo si de hecho, lo veía de frente.

—Hola Cathalinna, un verdadero gusto verte.
—Hola Bruno —dije con mi mejor sonrisa fingida recordando la advertencia de mi Gemela Malvada.

******************

Seres de Luz!!!... Espero estén bien y les gustara el capítulo, como ven, en esta versión de la historia Tiffanny tiene una importancia un tanto mayor, y como todas en Delta Gamma, ella también tiene un apellido importante. Sin embargo...

¿Es Tiffanny buena o mala en la historia?

¿Por qué Gemma y Cathalinna no dejaron a Victoria seguir hablando de la detención de Mónaco?

¿Qué son esos documentos en griego que Raymond quiere que Cathalinna le traduzca?

¿Por qué Tiffanny le advirtió de Bruno a Cathalinna?

Recuerden que si esta historia les gusta...

Voten 🌟 y Comenten 📝 para + capitulos

Abrazos y Saludos

18/06/18
16/08/19
01/07/20

Azeneth

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