Este lugar ya lo extrañaba,
del color de una manzana,
del color de los labios de la mujer que amaba,
pero me aleje de ella mientras que el corazón sana.
Aquel hombre me advirtió de no ir a la tierra,
porque es un lugar muy feo y horrible,
donde hieren a las personas de buen corazón
y los en convierten en una persona fría y temible.
Salí de ese lugar sin razón alguna,
por primera vez salí del infierno,
a todos los miraba con odio; excepto a una
porque su mirada era dulce y la mía como el invierno.
No dije nada y ella se marco,
por una extraña razón a mi me dolió;
su mirada me decía que amor tenia
pero ese amor a mi no me correspondía.
La seguí sin importar lo que pasase,
ella se enojo y diciendo que la dejara en paz
le grite diciendo que aun ella me ama
y que lo admitiera sin decir mas.
Ella solo se fue y no volvió,
llegue destrozado a aquel infierno,
el hombre rojo se enojo bastante
y me prohibiría la tierra por el momento.