— No, no lo es, esto es para vos — aclara la pelirroja un poco fastidiada
— ¿Qué? No...no
— ¡Sí!, el viernes es la noche, tienes que estar divina
— Wow, yo... —
— ¿Me vas a dejar acá con el brazo estirado? — inquiere la pelirroja un poco molesta
— No, no — le recibe un vestido, era blanco, todo brillante. Venía con una máscara lila con los mismos detalles en pequeñas piedras brillantes
— Ese color te queda perfecto, el viernes salimos de clase y te venís para acá, yo me encargo del resto, todo tiene que salir bien
— ¿Por qué quieres separar a Ámbar y a Matteo? ¿te gusta Matteo? — pregunta Luna un poco inquieta
— ¡¿QUÉ?! — dice con tono de burla — No, claro que no. Es por otras razones las cuales te iré explicando poco a poco
— Okay... — asiente confundida — ¿Podemos ir a dormir? Estoy muy cansada
— Sí, vamos — las dos chicas se dirigen hacia los cuartos para conciliar el sueño
...
— No sé hasta cuando tendremos que fingir — pronuncia la rubia en un susurro
— Yo tampoco, pero no pueden saber que somos amigos, sabes lo que pasaría — advierte el chico
— La verdad que no quiero recordar esos temas
— Entonces, te propongo que veamos la película en paz, como dos buenos amigos
— Sí, tengo que relajarme ¿sabes?, estoy muy tensionada
— A ver, te hago un masaje para que te relajes — propone Simón y comienza a hacer un masaje en los hombros de su amiga
— Tengo miedo de que Gastón se meta en problemas, Matteo igual
— Matteo es un tarado, perdón que te lo diga
— No sé... — dice con tono de preocupación — ¡Auch! — se queja — Duele mucho ahí, espera — Ámbar gira la cabeza y se encuentra con él, están bastante cerca
— Perdón, te hice muy duro — Simón se sonroja al estar tan cerca de la rubia
— No fue nada — sus miradas se combinan, sonríen. Se forma un silencio incómodo acompañando sus mirada recíproca - ¿vemos la película? - pregunta la rubia perdida en los ojos marrones de su amigo
— Dale —se sientan en el sofá
— Qué frío que hace che — frota sus manos en sus brazos para darse un poco de calor
— ¿Te traigo una manta?
— Está bien — el castaño va por una manta, Ámbar respira nerviosa, nunca había sentido algo así cuando estaba con Simón.
— Aquí está - se sienta junto a ella y rodea su espalda con la manta
— Gracias... — Simón la abraza para brindarle un poco de calor
— Comparte un poco
— Okay — ríen, Ámbar recuesta su cabeza sobre el hombro de Simón y se acercan más
— Mucho mejor
— ¿Sabes Simón?, puede que suene cursi pero...con vos me siento protegida, posta
— Siempre me vas a tener junto a ti, así no sea necesario
— Sos el mejor amigo del mundo
— Claro, para eso estoy — suspira y abraza a la rubia cerca de su corazón
...
— Llevo casi dos horas recorriendo todo el campus y no veo a Gastón, ¿dónde podrá estar? — transmite sus pensamientos en voz alta — Creo que tendré que ir a donde no esperaba tener que ir, agh — refuta y prende el auto para salir del garaje
...
— ¿Tenes miedo? — dice Gastón en tono desafiante
— Sabes que no podes retarme a nada, no das la talla
— Pérdoname pero todos acá saben que yo gano siempre — dice en medio de una risa cínica
— No lo creo
— Basta, es mejor que comencemos y que los hechos sean los que hablen — interrumpe Matteo
— Tiene razón — interviene Natalia, expectante por el desafío
— A ver, empecemos esto — musita Ramiro dejando una mirada de desprecio hacia Gastón y se va a prepararse para comenzar
— Eu Nata, vení — la toma del brazo y la aparta un momento
— ¿Si? — corresponde un poco nerviosa
— Mi triunfo va a ser dedicado solo a vos
— ¿Ah si? — levanta una ceja y una sonrisa se forma en sus labios — eso lo veremos
— ¿No me das un beso de buena suerte? — dice con tono pícaro, la química entre ellos era innegable
— No cambias — suelta una pequeña carcajada y le da un beso en la mejilla, muy cerca de la comisura de sus labios
— ¿Gastón? — una voz interrumpe el momento, Gastón se detiene a ver quién es
— ¿Nina?..¿qué haces aquí? — dice asustado
— La pregunta es qué haces tu aquí
— ¿Ámbar te envió a seguirme?
— No, me invitaron — miente con disimulo — pero, pensé que ya habías dejado esto
— Nata, dame un momento, vení Nina — la aparta para hablar con ella
— ¿Qué me vas a decir ahora?
— No le digas a Ámbar que regrese con las motos, por favor
— Tengo que, Gastón es muy peligroso
— Por favor, cubrime — le implora
— Lo siento pero no, es malo para vos
— Por favor, Nina
— ¡No! ya basta - trata de alejarse pero él la toma del brazo, le da la vuelta y en un intento desesperado la acerca a él y planta sus labios sobre los de ella. Nina sentía que estaba tocando el cielo, aunque la vergüenza estuviese inundando su ser — ¡¿QUÉ HACES?! — le reclama Nina, con sus mejillas sonrojadas
— Nina por favor, cubrime solo por hoy, te prometo que es la primera y la última vez, ¿si?
— Está bien, solo ten cuidado — cede ilusamente ante el acto, él había conseguido lo que quería. La felicidad que sentía Nina no se comparaba con nada
— Sabes que soy el mejor en esto, gracias — la abraza cariñosamente y se va, dejándola con una sonrisa ingenua, había logrado manipularla una vez más
— ...Me besó — sonríe mientras lo ve desaparecer y se retira del lugar
— ¿Qué onda? ¿por qué la besaste? — le reclama Natalia a Gastón
— Necesitaba que no le dijera nada a Ámbar, tuve que hacerlo; igual sabes que la única que me interesa sos vos — guiña el ojo y le sonríe de forma coqueta
— Quiero ver que es cierto lo que dices
— Eso haré — Gastón se pone el casco, sube a su moto y hace sonar el motor de manera intimidante, arranca
— Ramiro va muy rápido — acota Natalia quien observa todo junto a Matteo, Nico y Pedro
— Los dos mejoraron, pero la verdad ya me aburro de esto, siento que algo malo va a pasar
— Deja el drama Matteo, sabes que es una tradición de nosotros, montar una motocicleta no es nada del otro mundo — acota Nico
— Yo sé pero...
— Pero nada, relájate y disfruta, ¿si? — musita Pedro mientras toca el hombro de su amigo para ánimarlo, Matteo suspira y continúan viendo la carrera
...
— ¿QUÉ? — grita Delfi
— ¡Si! te digo que me besó
— ¡Ay no amiga! Está buenísimo
— Lo sé — dice Nina dando pequeños saltos de felicidad
— Cambiando de tema, ¿qué estará haciendo Ámbar?
— No lo sé, tal vez ya esté dormida
— y ¿dónde estaban con Gastón? — dice Delfi mientras busca las llaves para abrir la puerta de la casa
— Estábamos en....en el parque del otro extremo — sonó poco convincente
— Vaya... igual, me re alegro por vos amiga, ¡estoy emocionada! — la abraza
— Créeme que no más que yo
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— Tan cerca pero a la vez tan lejos; en mis brazos pero a la vez no puedo tenerte conmigo; tanto tener que esperarte pero cada día te veo mas lejos — musita Simón en susurros mientras acaricia el dorado cabello de Ámbar y la ve dormir. De repente escucha algunos ruidos y se asusta — Ámbar...Ámbar... — llamó, no obtenía respuesta alguna — !Ámbar!..!ÁMBAR!
—¿Qué pasa? — despierta asustada
— Se escuchan ruidos — ambos quedan en silencio para poder percibir los sonidos que provenían de afuera
— Es Nina y Delfi — acota nerviosa
— Me tengo que ir — Simón se levanta del sofá y se pone su campera (chaqueta, abrigo)
— Gracias por venir
— No seas tonta, no me agradezcas, acá estaré mañana sin falta
— Ay vení — la rubia lo abraza con alegría y un poco de nostalgia — ...te quiero mucho
— Nunca me podrás querer no más de lo que yo te quiero a ti — ambos se miran y sonríen, el cariño que se tienen es muy especial, siempre lo han sabido
— Bueno, vete rápido antes de que te vean
— Te voy a extrañar, pero, nos vemos mañana. Yo te escribo, bye — le da un beso en la mejilla y se dispone a bajar por la ventana del cuarto de su amiga, como es de costumbre, pero ya era demasiado tarde
— ¿Ámbar? — Nina abre la puerta y queda sorprendida de ver a los dos peores enemigos en una misma habitación, definitivamente estos dos tienen mucho que explicar.