-Lauren, ya te dije que no hay forma de que podamos impedir la transición.
-Tiene que haber una forma.- insistió Lauren después de haber discutido durante casi una hora con Keana. –¿Por qué la dejaste salvarme?
-No sabía que habría consecuencias, Laur. Además, ella estaba desesperada, si tú morías, Camila también lo haría.
-Dios... Tiene que existir una forma.
-Has dicho esa frase al rededor de cuarenta veces.- dijo Keana. –Lo único que podemos hacer es esconder a Camila.
-Eso no es una opción, La Academia terminará enterándose. Necesitamos tiempo para poder ayudarla.
-Ningún ángel estará dispuesto a ayudarte.
-Todavía conozco a alguien que podría acceder.- pensó la ojiverde en voz alta, dispuesta a pedir la única ayuda que le quedaba.
***
Ambas chicas salieron de la cocina y fueron con Camila, quien estaba sentada en el sillón mirando a la nada y moviendo nerviosamente su pierna.
-Camz, aún tengo que ir a buscar algunas cosas que nos puedan ayudar, mientras Keana se quedará contigo. No tardaré.- dijo la ojiverde para separes dar un pequeño beso en la frente de la morena.
-¿Cuánto tiempo estarás fuera?
-Te he dicho ya que no tardaré.
-¿Qué sucederá conmigo?
-Estarás bien, Keana estará aquí, pero lo mejor es que no salgan, ya sabes, por tu salud y todo eso.
Lauren iba a ponerse su chaqueta cuando la morena de puso de pie.
-¡Mientes! ¿Por qué no me dices lo que en realidad está sucediendo? Es mi cuerpo, tengo derecho a saberlo todo.
-Mila, relájate, no está ocurriendo nada, sólo debemos revertirlo y ya.
-Es mentira.- dijo Camila. –Quiero saber todo lo que tratan de ocultarme. ¿Por qué La Academia querría matarme? ¿Por qué nadie nos quiere ayudar a revertir la transición? No entiendo ni una mierda.
-Camila...- comenzó Lauren, pero fue interrumpida por Keana.
-No, Camila tiene razón, merece respuestas.
La ojiverde suspiró.
-Hoy en día no conozco ángeles que respeten a los humanos; la única razón por la que se siguen protegiendo, es porque así lo decretaron los arcángeles hace miles de años. La Academia cree que los humanos son la escoria del universo, así que no permitirán un ángel que para ellos "no es puro". Sabemos lo que eso significa.
-Que intentarán asesinarme...- respondió Camila, su voz no saliendo más alta que un susurro.
-Aún hay alguien que puede ayudarnos; si accede, entonces encontraremos más rápido una solución a esto.
-¿Cuándo te irás?
-Esta tarde. Mientras más pronto me vaya, más pronto regresare.
-Bien... Sólo... Ten cuidado, ¿bien?- Camila se acercó a su novia y la envolvió en un fuerte abrazo.
-También tú. No te alejes de Keana, ella te cuidará mientras no estoy, volveré pronto, lo prometo.- dijo Lauren, devolviendo el abrazo y plantando un suave beso en la frente de Camila.
Unos segundos después se separaron y la ojiverde abrió la puerta para poder salir. Nuevamente, la voz de Camila la detuvo.
-Lauren.- llamó. –¿Qué se supone que haga mientras no estás?
-Comenzar a aceptarlo.- fue todo lo que la chica más pálida respondió antes de partir.
***
Lauren extendió sus alas y voló lo más alto que pudo, una vez que alcanzó el punto máximo se envolvió en éstas y, en un abrir y cerrar de ojos, ya se encontraba al otro lado del portal, en el mundo de los ángeles.
Sabía lo que debía hacer. Se ocultó de la seguridad de La Academia y logró salir con éxito. Corrió lo más rápido que pudo hasta que llegó a su destino. No dudó en llamar a la puerta.
-Ya voy.- gritaron del otro lado, unos segundos después, la puerta se abrió. –...¿Lolo?
-Hola, papá.
-Pero... ¿No deberías estar en la Tierra?- preguntó Mike. Lauren no pudo responder cuando otra voz se coló a la conversación.
-¡Lauren! ¡Qué alegría verte!- saludó Taylor, su hermana menor, desde el sillón.
-¿Alguien dijo Lauren?- preguntó su otro hermano, Chris, saliendo de la cocina.
-Hola, chicos.
***
-Y esa es la historia de cómo Lauren atoró una de sus alas con el cargador de su celular.
-¿Con el cargador de su celular?- rió Camila. –Es la historia más estúpida que he escuchado en toda mi vida.
-Tal vez, pero para Lauren era de vida o muerte. Su filosofía dice que las cosas materiales más importantes son el celular y su cargador, porque el celular muere sin cargador.
-Eso es tan... Inteligente.- suspiró la morena.
-Si tú lo dices.- dijo Keana, rodando los ojos.
-Ya tardó demasiado.
-Falta poco para que regrese. En el mundo de los ángeles el tiempo no existe.
-¿Es en serio?
-No. Probablemente apenas haya llegado allá, pero no creo que demore más de... Cuarenta y ocho horas, tal vez.
-¿Qué? ¡Es mucho tiempo!- exclamó Camila.
-Es lo más rápido que logrará hacerlo, si es que tiene que insistir.
-¿Por qué no pidió ayuda de Mani? ¿O de Troy?
-Ellos ya no son ángeles, Camila, al menos Troy ya no lo es. Normani debe mantenerse concentrada en lo que vino a hacer aquí. No hay mucho que puedan hacer, pero si quieres puedo llamarles y...
-No.- interrumpió. –No quiero arrastrarlos a todo esto.
-Entiendo.- dijo Keana. –¿A tus padres no les importará que me quede a dormir? Le prometí a Laur que te mantendría vigilada todo el tiempo.
-No creo que les importe, pero sé que puedo cuidarme sola.
-Esto es diferente y lo sabes.
-Sí.- bufó la latina. –Te buscaré un pijama, vamos.
***
-Así que, ¿para qué vienes a pedir mi ayuda, hija?
-Es sobre Camila.
-¿Camila? ¿No es la humana a la que cuidaste hace un año y hubo problemas con La Academia y todo eso?- interrumpió Chris regresando a la sala.
-Chris, les dije a tu hermana y a ti que esperaran en su cuarto.
-No es sólo una humana.- habló Lauren. –Es mi novia y está en problemas.
-¿Qué? ¿Ustedes dos siguen...?- iba a preguntar Mike antes de ser interrumpido nuevamente por su hijo.
-No queremos estar en nuestros cuartos, mamá está... Ya sabes...
-¿Otra vez?
-¿Otra vez qué?- preguntó Lauren un poco preocupada. –¿Está ella bien? ¿Dónde se encuentra?
-Está bien, pero no creo que debas verla ahora.- dijo el padre de Lauren. –Mejor dime a qué has venido. Chris, salgan al parque o algo.
Los hermanos de la ojiverde cedieron, y una vez que salieron Lauren pudo retomar la conversación.
-Okay... Mi novia Camila se metió en un grave lío.
-Ese no debería de ser asunto tuyo, Lo.
-Claro que lo es. Ella salvó y mi vida y ahora por culpa mía van a asesinarla.
-¿Asesinarla? Espera... ¿A qué te refieres con salvarte la vida?
-Sabes a lo que me refiero. Camila me salvó y ahora está en transición. Necesito que me ayudes a revertir lo que sea que le esté ocurriendo.
Hubo un largo silencio antes de que Mike decidiera hablar.
-No hay cura.
-¿Cómo que no hay cura? ¡Tienes que ayudarme! ¡No viajé hasta acá para que me digas que no hay cura! Eres parte del consejo, tienes que saber algo.
-Sé que, por no haber respetado las reglas, va a ser asesinada.
-No puedes permitirlo.- suplicaba Lauren. –Ella es todo lo que quiero en esta vida.
-No hay nada que yo pueda hacer al respecto.- suspiró su padre. Quería ayudar, sí, pero no conocía método alguno para ayudar a su hija. –No hay nada en el gran libro de La Academia, y si no lo dice ahí es porque simplemente no hay solución. Deben resignarse a lo que viene, lo lamento mucho.
-Papá, por favor.
-Hija, entiende que no puedo hacer nada. Puedo proporcionarte el libro de La Academia, pero lo he leído cientos de veces, esa sección en especial, y no dice nada sobre alguna forma de ayudarla.
-Yo puedo ayudarte.- dijo otra voz desde el pasillo. Lauren y Michael se sorprendieron al saber de quién venía. –Por supuesto que hay una forma de ayudarla.
-¿Mamá?- preguntó Lauren aún sin poder creerlo.
-Ven, acompáñame Lauren.
La ojiverde y su padre siguieron a Clara hasta la pequeña biblioteca que poseía la familia. La madre de Lauren caminó hasta el fondo de ésta y empujó el muro hacia un lado, revelando una puerta oculta que nadie en la familia Jauregui sabía que existía, excepto Clara, por supuesto.
-¿Qué es esto?- preguntó Michael.
-No puedes cruzar, cariño. Sólo Lauren.- ordenó.
Abrió la puerta y se adentró con su hija.
Era una habitación oscura, pero una chispa de luz resplandecía en medio de las sombras. Conforme fueron acercándose, Lauren pudo notar que se trataba de un libro dorado, sumamente brillante.
"Liber de Archangelis" era lo que se leía en la portada y con letras cursivas.
-¿El libro de los Arcángeles?- leyó Lauren. –Esto... ¿Qué es esto? Jamás había oído hablar de este libro.
-Hija, este es el original Libro de los Arcángeles. No hay otro en ninguna parte, y nadie puede saber que lo has leído, ¿de acuerdo?
-¿Por qué lo posees tú?
-Nuestra familia fue la fundadora de La Academia, en aquel tiempo en el que Los Arcángeles aún administraban el mundo en el que vivimos. Todos creen que este libro es una leyenda urbana, pero no lo es.
-Yo... No tenía idea de que los Jauregui...- Lauren fue interrumpida por su madre.
-Pocos lo saben y así está bien.
-¿Por qué vas a ayudarme?- preguntó la más joven.
-Me equivoqué contigo, Lolo. Eres mi hija y no me importa si te sientes atraída por chicas, yo te amo a pesar de todo. Y sé que esa humana, Camila, significa mucho para ti, sino no hubieras venido por ayuda.
-Yo... Te lo agradezco, mamá.
-No agradezcas. Ahora, sólo hay una forma de ayudar a tu amiga.
-De hecho es mi novia.
-Lauren, aún no me acostumbro a esto. Para mí es tu amiga hasta que la presentes formalmente a la familia.- dijo Clara.
-Está bien...
-Necesitas poner mucha atención a esto.- comentó su madre mientras hojeaba el libro, para después abrirlo en la sección de transición.
-Te escucho.
-No puedes impedir su transición, ella se convertirá en un ángel y lo será hasta el fin de su existencia, sin embargo puede perder sus alas, lo cual la convertiría en una mortal con esencia celestial.
-¿Esencia celestial? Pero... Eso significa que La Academia seguirá tras de ella...
-Mhmm... Hay otra cosa que puedes hacer, pero es realmente arriesgado. Camila puede renunciar a ser un ángel, hacerlo frente a La Academia y pedir que le corten las alas y se lleven con éstas su esencia celestial.
-Suena sencillo, después de todo Camz no quiere ser un ángel.
-No es tan sencillo como lo crees. La esencia ahora forma parte de ella, es como su segunda alma, y poco a poco irá transmutándose con su alma humana. Si le quitan la esencia después de que esto ocurra, entonces también le extraerán el alma y morirá, su alma quedándose perdida entre el limbo para siempre.
-¿Qué? Pero... Si La Academia va tras ella, o si yo intento ayudarla a deshacerse de sus alas y su esencia, de ambas formas moriría...- dijo Lauren.
-Si quieres salvarla entonces debes apresurarte y llamar a La Academia para que corten sus alas inmediatamente que éstas se extiendan por primera vez. Evidentemente, tú tendrás una sanción por ocasionar todo esto.
-¿No hay forma de poder hacerlo sin que La Academia se entere?
Clara pensó un momento, después tomó el separador que se encontraba en el libro dorado y en sus manos se convirtió en una daga.
-Toma esto. Puedes hacerlo tú misma, pero debes cortar sin que queden rastros. Desde las alas hasta la esencia. Te advierto que el proceso es más peligroso si no lo haces con La Espada Celestial.
-Debo ir a salvarla.- susurró Lauren cuando su madre le entregó la daga.
-Date prisa, el tiempo corre.
-Yo... Gracias.
-Cariño, quiero que sepas que cualquier decisión que tomes, yo estaré feliz por ti, ¿de acuerdo?- dijo Clara antes de que su hija regresara al mundo humano.
Lauren no entendió lo que su madre trataba de decirle con eso, pero ahora no tenía tiempo de pensar en ello.
Debía llegar a Camila antes de que La Academia lo hiciera.