El Diván Rojo

Galing kay DeshilandoIdeas

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La historia de amor de una joven hacia una mujer. Higit pa

capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4 - Último.

El Diván Rojo

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Galing kay DeshilandoIdeas

Me llamó Hellena vivo en una ciudad muy pequeña del norte del país, en general es un lugar muy tranquilo, aquí he crecido, mi familia tiene buen nivel económico y en general tenemos una vida muy cómoda. Yo soy morena clara, de ojos y cabello obscuros y según dicen carita linda (sí vanidosa).

Cuando tenía 16 años estudiaba la preparatoria estaba a punto de realizar mi servicio social, para ese entonces había muchas cosas que tenía claras, la primera era que de alguna manera yo era distinta a todas mis amigas, jamás me había gustado un chico, ninguno me llamaba la atención a pesar de que algunos se esforzaban por invitarme a salir pero jamás permitía que alguien se acercara mucho a mi... simplemente no tenía ningún interés, siempre pensé que había algo mal en mi.... hasta que la vi.

Recuerdo que caminaba desinteresadamente por la escuela una tarde, acababa de salir de la biblioteca, cuando la vi.... ufff, jamás había visto una mujer más hermosa, blanca, de cabello negro ondulado que se movía libre al viento, de unos ojos enormes de un verde muy obscuro, una boca preciosa, vestida en un traje sastre gris rata que le quedaba perfecto.

Verla pasar fue una cosa increíble, mi corazón empezó a correr dentro de mi pecho, tanto, que lo escuchaba en mis oídos, fui incapaz de mover un sólo músculo, la vi voltear hacia mí y sonreír.... y yo ni siquiera pude sonreír de vuelta. Me quedé ahí, parada estática, con mi cara de idiota.
Me fui a casa con una sensación mezclada de incomodidad y confusión. Ella era tan linda, pero era una chica y era mucho mayor que yo, pensaba mucho en todo lo que eso implicaba y aunque sé que mis padres son de mente abierta y tienen amigos gays, que no habría problemas sí fuera lesbiana, así que ellos no me preocupaban.... me preocupaba yo, porque me interesaba una completa extraña y ella era perfecta y yo no sabía quién era..... llegué a casa y me esforcé por dejar de pensarla, me convencí de que jamás la vería de nuevo y que fue una cosa de un sólo día, me duché, terminé la tarea y me fuí a dormir.

El día siguiente era viernes así que fui feliz a la escuela, casi empezaba el fin de semana y quería descansar, ir al cine y dormir mucho. Llegué a la escuela tomé mis clases y todo bien normal, casi me había olvidado de la chica que había visto el día anterior, era el final del día caminaba hacia mi casa con mi ipod puesto y la verdad no me fije en el camino, sentí un golpe y caí.... la verdad así de bobo como suene me di de frente contra un poste de luz, me levanté terriblemente apenada recogiendo mi mochila y mis cosas de la banqueta, unos compañeros se reían de mí, y la vi a mi lado tenía mi ipod en su mano
Ella - ¿estás bien?
Yo- sí, sólo no me fije bien por donde caminaba, gracias.
Ella- te has herido la frente, hay que lavarte- me dijo mientras me levantaba del piso, tomo mi mano y me llevó con ella, yo me sentía incapaz de preguntarle nada, camine con ella de la mano alrededor de una cuadra, entramos a un edificio lleno de oficinas y me condujo hasta el baño.
Ella- lávate las manos que también te las has herido.
Yo- ok...
Ella- ¿siempre te vas con los extraños?, ¿no te ha dicho tú mama que es peligroso?
Yo- sí, no sé vine, porque....porque.....
Ella- ¿te pongo nerviosa? Estas roja - dijo mientras guiñaba un ojo.- no te preocupes, no te haré daño, me llamó Ana Luisa, trabajo aquí, hacemos publicidad y a veces los chicos de tú escuela hacen el servicio social con nosotros. ¿en qué semestre estas?- me dijo mientras limpiaba mi frente con una toalla húmeda.
Yo- voy en 4to, tú tienes acento ¿de dónde eres?
Luisa- soy de Colombia, me trajo la empresa a México, ¿ya estás haciendo el servicio? Me faltan dos personas.
Yo- hummmmmm no.
Luisa- Pues listo, en compensación de que te he salvado la vida, limpiando tus heridas y no te he raptado vendrás a hacer tú servicio aquí- dijo mientras sonreía.

Tenía un humor distinto, que no entendía del todo, movió el cabello de mi frente y me sonrió de nuevo, me pareció todavía más hermosa.... así que asentí con la cabeza, quedamos de acuerdo en que llevaría mis papeles el lunes por la tarde saliendo del colegio y que empezaría ese día. Se despidió de mi con un beso en la mejilla y como no sabía mi nombre me dijo nena, sé que es común, pero en ese momento me sonó tan lindo que me fui contenta y sonrojada a mi casa. No podía esperar a que fuera lunes, pensé mucho en ella, en lo amable que fue conmigo, en su sonrisa y en lo arrebatadoramente hermosa que me parecía.

El lunes fui temprano a la escuela, puse especial cuidado en verme lo más linda posible, a la escuela deseando que el tiempo pasara lo más rápido posible para volver a ver a Ana Luisa, ella despertaba cosas en mí que jamás había sentido por nadie.

Al terminar las clases corrí al edificio, quería verle, pero, al llegar a la recepción me enviaron con otra persona, dejé mis papeles, me explicaron mi labor, el tiempo que estaría y bajo el cargo de quien y ninguna de esas personas era ella, me sentí un poco decepcionada porque la verdad en lo que consistían mis mil horas de servicio social era sacar copias y destruir archivo así que pase la primera semana destruyendo caja tras caja de papeles... aburrida y arrepentida de mi decisión, al final estaba ahí por esa mujer que no veía... como siempre dijo mi madre "hormona mata neurona".

El viernes estaba desganada, triste porque pasaba 6 horas en la escuela y 4 horas diarias metida en una bodega destruyendo un sinfín de papeles que tenían más edad que yo, todo por una chica que probablemente ni siquiera me hacía en el mundo.

Al salir el viernes iba con mi mochila, los audífonos puestos, sin ganas de nada, cuando de repente escucho el claxon de un auto, la verdad no hice caso, no suelo voltear, sentí alguien a mi espalda y que me jalaron el cabello despacio... Me di vuelta asustada... era ella, me sonrío y jaló el cordón de mis audífonos...

Luisa -Que fea costumbre la suya de andar con audífonos por todos lados, por eso no pones atención -.

Yo - hola... me gusta mucho la música es todo... este... voy a mi casa...

Luisa - ¿te sigo poniendo nerviosa?­ dijo mientras sonreía.

Yo- claro que no -dije muy seria

Luisa - estas molesta?-

Yo - no, solo estoy cansada he tenido que destruir papeles toda la semana, es una cosa aburridísima.-

Luisa - anda, te tengo ahí guardada para que nadie te robe y no choques con nadie- dijo mientras sonreía -, anda te acerco a tu casa.

Asentí con la cabeza y sentí lindo lo que me dijo, le indique por donde vivía y me dejó en la puerta de mi casa, me dio un beso en la mejilla y me llamó nena de nuevo.

Era muy extraño me encantaba verla, de vez en vez se paseaba por la bodega y me tiraba bolitas de papel, se portaba como niña, no era constante, no nos veíamos diario a veces coincidíamos al salir y me acercaba a mi casa, a veces veía salir su coche, desde temprano justo cuando yo entraba y no regresaba, otros días la veía parada afuera del colegio a la hora de salida y me acompañaba a la oficina. Pero en general me ignoraba, despacio, me di cuenta que ya había pasado casi dos meses, después de mucho pensar me di cuenta de que a ella simplemente yo no le interesaba, al y al cabo yo era una mocosita y ella era una mujer, y una niña que solo hacia el servicio en su trabajo no teníamos nada en común, habían pasado casi 3 meses y jamás me había preguntado mi nombre.

El último día del servicio, solo fui a que me entregaran mi hoja de liberación, llovía mucho, era increíble, espere a que bajara la lluvia pero parecía no tener fin, así que simplemente decidí caminar en la lluvia, después de una cuadra, escuche la voz de Luisa llamándome.

Luisa- Hellena, sube al coche, te vas a enfermar. - me pareció tan extraño que supiera mi nombre, jamás se lo había dicho, me subi, sin pensarlo mucho, me había llevado varas veces a mi casa así que supuse que también lo haría... tenia tanto frio, tanto que tiritaba, me miró y me dijo muy seria - si te quedas así te vas a enfermar, vamos a secarte- dicho eso manejo bajo la lluvia por un rato, no sabía a dónde íbamos y algo me pasaba con ella, no me atrevía a preguntarle nada, se detuvo de un edificio de departamentos.

Luisa - ven, vamos a que te seques, yo vivo aquí, anda no te pasara nada, recuerda, ya no soy un extraño - dijo mientras me guiñaba un ojo

Yo- la verdad no sé si deba, osea, hummmm, ¿no podrás llevarme a mi casa?

Luisa- mira nena, vamos rápido te presto algo de ropa, metemos tu ropa a la secadora y te llevo a tu casa, llama a tu mamá y dile que estas aquí, llueve horrible y es peligroso manejar porque se inunda por dónde vives... anda confía en mí

Yo- bueno, deja llamo a casa.

Llamo a mi madre, le dije dónde estaba, que llovía mucho, Luisa hablo con ella, le dijo que ella me cuidaría, que me llevaba tan pronto dejara de llover, le dio su nombre dirección, teléfono y la verdad no sé por qué mi madre accedió.

Bajamos del coche y entramos al edificio, subimos al segundo piso departamento

En realidad no había muchos muebles, un comedor pequeño, una sala, un tipo estudio que tenia libros una tele y un diván rojo... el diván era hermoso, de piel roja, con molduras de madera y remaches dorados, desde el inicio me atrajo mucho entramos al salón encendió la tele, yo me quede de pie, me trajo una toalla y una bata...

Luisa- toma nena, quítate la ropa mojada, ponte esto.

Le di la espalda, comencé por quitarme los zapatos y la escuche salir del cuarto mientras se desnudaba, la vi sobre el hombro, vi su espalda desnuda alejarse de mí, mientras deslizaba por su cintura el pequeño Vestido negro que portaba... Vi sus caderas, y sus piernas... era muy bonita, mucho más de lo que nunca

Me desnude de prisa y me cambie la ropa, la vi salir del cuarto en una bata, muy parecida a la que me prestó, tomó mi ropa, y se la llevo del cuarto, no me hablo, así que me senté en el hermoso diván rojo, a ver la tele y despacio me quede dormida...

No se por cuánto tiempo dormí, al abrir los ojos, ella me miraba muy fijo, con su mirada linda y sus ojos verdes enormes, como dos esmeraldas...

Yo- hola- le dije despacio.

Luisa- ¿sabes lo linda que te vez dormida?

Yo- gracias -le dije mientras me ponía rojísima de la cara

Luisa- ¿sabes lo difícil que ha sido para mí mantenerme lejos de ti... No tocarte?

Sus palabras retumbaron en mi, despacio se acercó al diván, se sentó en una orilla, acarició mi cabello, mi mejilla y así de simple me besó, ha sido el beso más lindo que he tenido jamás. Me moví un poco se recostó a mi lado muy cerca, no sabía sí tocarle o no, pero me encantaba tenerla así. Despacio fue acercando su cuerpo al mío, no dijimos una palabra, empecé a sentir el calor que emanaba su cuerpo, me besó de nuevo, me tomó de la cintura y la jaló hacia ella, acarició mi espalda, todo se sentía tan bien, tan correcto, besó despacio mi cuello, mientras puso su muslo entre los míos, me acariciaba despacio las piernas, me movió y quedé boca arriba, fue delicioso sentir el peso de su cuerpo, sus ritmo acariciando mis muslos, sus senos contra los míos... me besaba, y mi cuerpo se le movía sólo, abrí las piernas dejando que entraran sus caderas, sentí su pubis contra el mío a través de la ropa, el calor que emanaba su cuerpo, me armé de valor y comencé a acariciarle, estaba muy excitada, acaricié su cintura, su espalda, sus nalgas, nos besábamos más y más profundo cada vez, quería tenerla pegada a mí, fundirme con ella, me tomó de las caderas y empezó a moverse despacio, instintivamente subí mis piernas a sus caderas, la apretaba contra mí, acarició sus pechos, empecé a sentir descargas de placer, me sentía húmeda, excitada, estaba lista ella lo sabía, me besaba profundo, gemía despacio y en ese instante, sonó el teléfono, el ruido del timbre nos sacó del trance, me beso y se separó de mi.

Era mi madre, eran casi las 8, Luisa le explicó que me había quedado dormida y que le dio pena despertarme, me pasó el teléfono, mi madre me pregunto sí estaba bien, me avisó que en 5 min pasaban por mi.

Me pare del diván asustada, Luisa me dio mi ropa y se cambió la suya, me cambié rápido sentía que se me notaban sus besos, que mi cuerpo olía a ella... se acercó a mí y me besó, después bajamos a esperar a mis papas... no sabía que decirle, quería decirle que me gustaba, que le quería, que sus besos eran perfectos, que ella lo era... no pude decir nada, en general soy bastante penosa, además, no sabía que decir.

Llegaron por mi rápido, me despidió con un beso en la mejilla subí al coche y marchamos. Mi madre me platicaba de cómo le fue en el día, yo estaba callada absorta en mis pensamientos, en lo que me acababa de pasar, el recuerdo de su cuerpo, de sus besos, de su piel... y todo lo que implicaba, me gustaban las mujeres lo tenía muy, muy claro, pero en especial ella, ella... su boca, sus ojos esmeralda, su actitud súper segura y todo lo que despertaba en mí, esa sensación de deseo, ella me ponía nerviosa, quería verle pero ya no tenía excusa.

Llegamos a casa, mi madre estaba segura de que me había enfermado, me tomó la temperatura y estaba un poco afiebrada, me mando a la cama, no podía dormir.

Y así pase el resto de la semana, buscando excusas para verle, la verdad no encontré ninguna, decidí esperar y ver si ella me buscaba, pasar por su trabajo, pero, no supe de ella alrededor de 3 semanas hasta que un día estaba esperándome fuera de la escuela....vestía completamente distinta, informal, traía unos jeans y un top de tirantitos, que dejaba Ver sus preciosos pechos y el cabello recogido en una coleta... la vi de lejos me llene de gusto, sonreí no podía dejar de hacerlo, corrí hacia ella y la abracé fuerte muy muy fuerte...

Luisa- hola nena, ¿como estas? - me dijo mientras me abrazaba.

Yo- bien, te he extrañado, ¿dónde estabas?- pregunte atropellando las preguntas.

Luisa- hummmnm, necesitamos hablar -me dijo en un tono serio- ven te invitó a comer.

Subimos al coche y note que iba muy sería, no dije nada, fuimos a un café muy cerca de su depa, bajamos pidió un café, yo pedí una limonada.

Luisa- nenita, necesitamos hablar. En Verdad discúlpame por lo del otro día, fue muy muy inapropiado eres una niña, eres menor de edad, se que yo me acerque a ti pero sé que eso puede confundirte... y quizás...

Yo- hmmmm, entiendo pero... no me confundes.... jamás me han gustado....los chicos- dije interumpiendola

Luisa- ¿jamas?, ¿nunca has besado a un chico? -dijo mientras sonreía.

Yo- no, no te burles de mi, sólo no me gustan.

Luisa - nena ¿has besado a una chica?­ - dijo con una verdadera expresión de curiosidad.

Yo- hummmnm.... pues.... a ti

Luisa - mi nena... ¿¿soy tú primer beso??- dijo sonriendo muy orgullosa.

Yo- sí..no te burles, me da pena.... ¿y tú?, ¿cuántas chicas has besado?-

Luisa- muchas dijo guiñando un ojo- pero tú boca es la más linda... porque sólo ha sido mía.

Yo- anda hace un minuto dijiste que había estado mal.-

Luisa- es incorrecta... sí, pero no deja de parecerme hermoso- dijo mientras me tocaba la mejilla.

Esa tarde hablamos mucho, me contó que tenía 27 años, que tenía 2 en México, que extrañaba a su familia, el clima, el café y a sus amigos, que a diferencia de mi a ella le costó darse cuenta de que era lesbiana, le gustaba leer, la música, bailar, el vodka con agua quina y las fresas.

De mi le sorprendía que no me guste el chocolate, mi maña de no ver por donde camino, que me gusten las plantas pero deteste las flores cortadas por mi idea de que están muertas. Hablamos mucho, era extraño pero teníamos gustos en común, me invitó a su casa a prestarme un libro a cambio de que la dejara bajar mi música en su compu. La Verdad la tarde había sido perfecta, entramos a su casa, fuimos al estudio donde estaba la biblioteca, su compu, el diván y la tele,... el diván, al verlo, recordé de golpe su cuerpo sobre el mío, las sensaciones que me provocaba.

Me senté en la orilla mientras ella buscaba el libro, me miró, sonrió, se acercó despacio y me dijo:

Luisa- ¿sabes?, te veías tan bonita dormida, tú cabello negro, tus labios, eres muy hermosa....no sé como nadie te había besado.

Yo -pues sólo no pasó supongo.

Luisa- mereces un beso lindo- dijo mientras se sentaba a mi lado, acaricia mi cuello, pasó su pulgar sobre mis labios y se acercó despacio... sentí su respiración en mis labios, su aliento cálido y me besó de nuevo, sus besos eran indescriptibles, sus labios se adaptaban tan bien a los míos, era dulce y apasionada, empezó jugando con mis labios, los succionó y me atrapó el labio inferior entre sus dientes, mientras su mano acaricia mi cuello,... se separó de mi de golpe...

Luisa- nena no... me encantas, eres hermosa, siento muchísimas cosas por pero eres una niña.

Yo- tengo casi 17, ya no soy una niña.

Luisa- sí y yo tengo 27, son 11 años, ahorita no te pesan, pero cuando seas más grande yo también lo seré, no quiero atarte a mí a algo que no sé si durará, aparte, tú eres la pequeña, la que puede entrar a la cárcel por estupro o que la echen del país soy yo.

No supe que decir, sabía que se jugaba mucho...

Yo- yo te quiero... - susurré no te pido que me quieras, siento muchas cosas al estar contigo, me gustas... eres muy lista... eres muy hermosa... cada que te veo siento que me quedó sin aliento, se que arriesgas mucho... sólo.... no quiero estar lejos de ti.

Luisa me miraba fijo después de todo lo que le dije, se puso de pie y caminó alrededor del diván.

Luisa - eres terrible- dijo sonriendo - cuando seas mayor, las mujeres temblaran a tú paso, sabes muy bien qué decir - dijo sentándose a mi lado. Me abrazo fuerte y me pregunto- si no quieres que te quiera ¿que deseas?

Yo- sólo... no me rompas el corazón.

Solo se limito a sonreír, supongo que en el fondo las dos sabíamos que es imposible prometer no hacerle daño a alguien... especialmente cuando se refiere a cuestiones de amor.

Pasamos el resto del día juntas, me besaba, hablábamos, cuando consideró pertinente me propuso llevarme a casa y yo acepté... en el camino se detuvo en un parque... me besó profundamente y empezó a hablar

Luisa - no quiero herirte, eres una niña hermosa, eres dulce y me gustas, si no te busco diario es porque sé que me cuesta detenerme... me encantaría besarte y tocarte y pedirte que seas mi novia pero... eso no se puede, si quieres podemos convivir, salir... sé que me juego mucho, pero, lo que más me pesaría es necesitarte y que tú no me quieras más... podemos ver qué pasa.... sin llamarlo de ninguna manera.

Entendí lo que quería decirme y accedí con la cabeza, me besó de nuevo y me llevó a mi casa... al bajar del coche, jaló mi brazo, me besó en los labios de despedida. Me bajé del coche contenta... mi boca tenía su sabor, mi piel olía a ella y yo me sentía en las nubes.

Entré a la casa, estaba sola, me metí a la ducha y sentía su recuerdo conmigo, sus caricias su calor... salí de ducharme con ella en la mente, cuando escuche mi celular, era ella... decía "mi diván huele a ti". Así que coqueteando le respondí "mi cuerpo huele a ti"... así que inmediatamente escuche timbrar el teléfono...

Luisa - ¿todavía hueles a mí?

Yo- si... un poco...

Luisa- ¿por qué?

Yo - porque recién me he duchado....

Luisa - huyyyyy ....¿estás desnuda?- dijo en un tonito morboso.

Yo - sí, apenas me vestiré

Luisa- no te vistas... me gustaría verte así... como cuando llovió y te dormiste aquí...

Yo - me gusta tú diván, dormir en él y como me despiertas.

Luisa - recuéstate en tú cama... piensa en mi... quiero...quiero

Yo -¿quieres??

Luisa- quiero robarte

Yo- robarme ¿cómo?

Luisa- mañana iré por ti temprano, antes de que enteres a la escuela, así podemos estar juntas un rato... como todo el día...sin preocuparnos del tiempo... ¿qué te parece?

Yo- ok - respondí nerviosa

Luisa- perfecto, pasó por ti a las 7 a la entrada de tú escuela.

Nos despedimos, yo sabía que pasaría, ella también...

Me puse pijama y me metí al Internet a buscar todo lo que pudiera sobre sexo lésbico, ósea, claro había visto porno con escenas de dos chicas, pero pues jamás había tenido relaciones con nadie, lo más cercano era lo que había pasado con ella, así que busqué todo lo que pude... de posiciones y técnicas y que cosas se hacían y al final quedé más confusa que antes... excitada pero confusa.

Me fui a dormir pero no pude... estaba demasiado nerviosa, dormía ratitos, me desperté muy temprano, me duche, me puse linda, me daba nervios y salí de mi casa... caminaba cuando sonó el celular, era un mensaje de luisa.... "quédate quieta" la empecé a buscar con la mirada, estaba justo cruzando la calle, camine hacia el coche, eran las 6:30, me subí, ella también se veía nerviosa, llevaba medio café.

Yo- hola ¿hace mucho esperas?

Luisa- no nena, como media hora.

Yo - quedamos a las 7 ¿no?

Luisa - sí.... sólo tenía muchas ganas.

Me besó y encendió el coche, manejó hasta su casa íbamos calladas, nerviosas, nos bajamos, subimos las escaleras... me besó en la puerta...me besó con ansia desesperada, abrió la puerta y me condujo besándome hasta el diván, sus besos tenían la cualidad de marearme, me hacían perder el piso, me quito la blusa, la falda... se empezó a desnudar, se quitó la blusa y los jeans, no tenía bra, así que sentí el contacto directo de sus pecho contra mi piel... ella era unos 10 cm más alta que yo, así que de pie, tenía que ponerme de puntitas para besarle, lo notó, tomó mi mano y me recostó en el diván, sentí su cuerpo sobre mí, besó mi vientre subiendo hasta mis pechos, pasó su mano por atrás de mi espalda y en 3 segundos me desató el bra, supongo que seme veía o el nervio o la torpeza -shhhhhh , shhhhhh , cálmate. Mi nena - me dijo, respiré, me besó y se puso a mi espalda, me abrazó de cucharita mientras me besaba los hombros.

Luisa- calma nena - me dijo mientras acariciaba mi vientre.

Yo- siento... cosquillas...- dije despacio con la respiración entre cortada.

Luisa- shhhh shhhhhh relájate - dijo mientras besaba mi cuello y bajaba su mano de mi vientre a mi pubis, comencé a gemir despacio, mientras tocó mi clítoris por primera vez, sí un saltito y me dio una mordidita, comenzó a masturbarme despacio, su mano derecha me masturbaba frenéticamente y con la izquierda comenzó a acariciarme los pechos, mis caderas empezaron a moverse al ritmo de su mano, empecé a gemir cada vez más y más fuerte, sentí oleada tras oleada de placer, sacó su mano de mis pantis y me apretó contra su pecho... temblaba... me volteo de frente a ella, la besé profundo, la recosté en el diván, besé su cuello, sus senos, lamí sus pezones, los succioné, los mordí despacio con mis dientes y continúe bajando, besé su vientre, su monte de Venus sobre los pantis gemía cada vez más y más fuerte, levantó sus caderas y le quité los pantis, vi su vulva abierta, húmeda, deliciosa, su clítoris erecto y su vagina que palpitaba despacio... acarició mi cabello, me miró a los ojos y me dijo - ¿estás segura?- claro que no lo estaba, estaba lo que sigue de nerviosa, pero... estaba muy excitada y ella también y la quería y la deseaba... hundí mi boca en su vulva, lamí su clítoris despacio, ella gemía más y más fuerte , mientras acariciaba mi cabello, así que apuré el ritmo comencé a succionar su clítoris despacio y ella empezó a gemir y a decir mi nombre entre gemidos... seguí con el ritmo hasta que comenzó a tener espasmos se vino en mi boca, su sabor era delicioso... me separe despacio... la abracé, nos besamos más y más profundo...

Estábamos recostadas acariciándonos sin decir palabra... cuando de fondo escuche sonar mi teléfono... era mi madre...

Mama- Hellena ¿dónde diablos estas?

Yo- hummmmm, estoy en la escuela

Mama- ¿piensas que me chupo el dedo? Acaban de llamar que no llegaste a la escuela, tienes exactamente 15 minutos para llegar de donde quiera que estés a mi consultorio.

Comencé a buscar mi ropa y a vestirme, Luisa me veía preocupada, se ofreció a llevarme, me dejó en la clínica de mi madre, me besó y me dijo - te amo, pase lo que pase...- mi madre estaba atrás de la puerta de cristal, vio el coche, a Luisa y el beso.

Abrió la puerta y esos 7 metros de la puerta del coche a la puerta donde mi madre estaba parada fueron los más largos de mi vida.

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