10:07 AM.
Soraru y Mafumafu yacían en la cama del anterior mencionado durmiendo con una serenidad que daba a pensar que todo estaba perfecto, nadie sufría, nadie reprimía sus sentimientos. Todo estaba bien hasta que un albino abrió sus ojos.
POV Mafumafu
―¿Me quedé dormido?...¿En qué momento? De igual forma hace tiempo no me sentía tan cómodo ―Decía para mis pensamientos mientras restregaba mis ojos con bastante lentitud la verdad―. Ah... Buenos días Soraru-san ―Le dediqué una pequeña sonrisa a Soraru, quien al parecer seguía durmiendo... Qué relajado lucía, más de lo normal―.
―Espe-¿¡Soraru-san!? ―Con este imprevisto pude despertarme de golpe, pero sinceramente ¡¿Qué hace él acá!?... ¡Y abrazándome! Seguramente mi cara debe estar completamente roja, qué vergüenza―.
¡Soraru-san empezó a quejarse! ¡Está despertando! ¿Qué haré? De seguro no me hablará por un tiempo, me bloqueará... ¡Y lo peor es que no puedo soltar su agarre!
-¿Qué es...esto? -Sentía como Soraru me apretaba cada vez más hacia él ¡¿Qué no comprende la situación?!-. Ah, es una persona...
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En eso el mayor levantaba su mirada para lograr observar quién era aquella persona, mientras que por el otro lado el de ojos rojos moría de la vergüenza.
-Mafu... Mafu -En el momento en que el mayor procesó lo que había pasado soltó inmediatamente al albino y consecutivamente se levantó de la cama tratando de ocultar su sonrojado rostro-. Yo... Lo siento
-N-No importa... -El menor aclaró su garganta para disimular su tartamudeo y para relajarse un poco-. ¿Quieres... desayunar?
-Bien... -El mayor salió rápidamente de la habitación en dirección al baño-.
Estaba todo listo en la mesa, ambos chicos sentados uno frente al otro y fingiendo que nada había pasado. No era la primera vez, aunque cada vez que pasaba se sentían algo incómodos.
-Soraru-san... ¿Qué te parece si vamos a comer a algún lugar a la tarde? -Decía el albino con una sonrisa mientras se preparaba un pan que en unos segundos iba a ser devorado-.
-¿Hmm? Está bien, ahora que recuerdo ¿Al final no compraste nada ayer? Podríamos ir a comprar también.
-Cierto... -"Qué ridículo soy, de seguro habrá notado que quería estar con Soraru-san, debí haber pensado más rápido." Se lamentaba en su interior, sin darse cuenta había estado mirando la mesa un largo rato sin decir nada-.
-¿Estás bien? Mafumafu... -El utaite de mayor experiencia se había parado de su lugar para dirigirse a donde estaba el otro. Lo sostuvo por los hombros e inclinó su cabeza para tener una vista de perfil del rostro del contrario-. Después de lo de ayer no pue-
Soraru no pudo seguir hablando, porque Mafumafu había girado su cabeza hacia donde estaba el rostro de aquel, quedando a escasos centímetros el uno del otro.
-¡¿S-S-S-S-S-SORARU-SAN?! - Por inercia el más alto se alejó lo más que pudo y al mismo tiempo tapó su rostro, del cual podría decirse que el estar completamente rojo sería muy poco-.
-¿Q-Qué sucede? -Soraru cubría la mitad de su rostro con una de sus manos al mismo tiempo que evitaba hacer contacto visual intentando disimular que nada había pasado-.
04:30 PM.
El resto del día había transcurrido como cualquier otro, cada uno en su casa, en sus propios asuntos hasta que dieron las 16.30. Hora en que habían acordado juntarse.
Mafumafu evitando su error de la vez anterior había salido 30 minutos antes y ya estaba esperando al otro chico; por otro lado Soraru iba llegando al lugar acompañado por cierta chica, la cual estuvo un largo rato rogándole al otro para acompañarlos también.
POV Mafumafu
Bien, llegué antes de la hora dicha pero al menos me aseguré de no atrasarme, extrañamente estoy orgulloso de mi mismo.
Logré ver de reojo a un chico parecido a Soraru-san, giré mi cabeza para ver quien era, ¡Y era Soraru-san! Pero espera... ¿Viene acompañado? ¿De quién?.
-¿Mafumafu? ¿A dónde estás mirando? Estoy acá... -Soraru-san me sacó de mis dudas al hablarme, pero también podría decirse que las aclaró; como ya estaba al lado mío pude ver a la otra persona, y esa persona era... Lon ¿¡Qué demonios hacía ella acá!?―.
―Ah perdón... ¡Buenas tardes Soraru-san y...! Lon-san ―Intenté sonreír lo más sinceramente posible, sin embargo eso fue casi imposible―.
―Buenas tardes Mafumafu-san, espero no te molestes de mi presencia acá, Soraru-san me dijo que no viniera pero no pude evitarlo ―Lon soltó una pequeña risa -muy molesta para mis oídos- y se aferró más de lo que estaba al brazo de Soraru-san, debe saber lo mucho que me molesta eso...―.
―Ah Lon... Enserio no debías venir ―¡¿Soraru-san también se ríe?! ¡Parecen una pareja! ¿No podían hacer esas cosas en privado?―.
Empecé a caminar en dirección al lugar lo más rápido que pude, cada vez que alguna chica se acercaba a Soraru-san me sucede un sentimiento extraño en mi pecho, un sentimiento que es llamado por la gente -e internet- como "celos", pero sinceramente ¿A Soraru-san realmente le gustará Lon? Ah, recuerdo que anoche me dijo algo de gustar, pero no recuerdo a la persona que le producía eso... Agh, estos sentimientos están creciendo...
POV Soraru
¿Qué le pasa a Mafu? Ayer estaba mal lo sé, pero está muy callado sinceramente ¿Dónde está esa molesta risa y esa voz chillona? Creo que estoy empezando a extrañarla... Por otro lado ¿Qué fue esa sonrisa horriblemente falsa al saludar? Qué molesta se veía, si llega a hablarme con esa misma sonrisa me voy al instante.
Maldición, quiero hablarle pero no puedo, Lon está horriblemente pegada a mi brazo, aunque eso qué importa, le hablaré de todos modos.
Iba a hablarle a Mafu cuando siento a Lon decir algo completamente emocionada, inconscientemente asentí con la cabeza y ahora estaba siendo llevado a una máquina de fotos... ¿Qué acabo de hacer?
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Mientras el mayor estaba tomándose fotos con la chica, el albino estaba por su lado viendo tiendas de música y cosas que llamaran su atención, el chico se sentía bien con tal soledad, pero mal porque la persona con quien debía estar ahora estaba con una chica sin preocuparse por él -o eso es lo que creía-.
07:45 PM.
Pasaron unas tres horas sin nada especial, la persona más feliz en todo esto parecía ser Lon, pues estuvo todo ese tiempo con el mayor, algo que ella y Mafumafu adoraban hacer; los tres se empezaban a dirigir a sus respectivas casas, la primera persona en despedirse fue Lon, sin embargo como estaba anocheciendo el mayor de los tres dijo que esperara para ir a dejarla.
―Bueno... Es hora de irme supongo ―Habló el menor mirando al suelo con una leve sonrisa en sus labios, intentó sonar normal, pero su voz sonaba algo decaída y triste, el chico pensó que el contrario no lo había notado, pero él lo conocía muy bien―.
―Espera... Mafumafu, suenas algo decaído ¿Estás bien? Además estuviste muy callado durante la tarde... ―El de cabellos azules se acercó al oído de el chico y empezó a susurrar―. Perdón por haber estado toda la tarde con Lon, pero tu sabes como es ella ―Soraru no pudo evitar reír un poco, por más serio que estuviera, no podía evitar pensar en Lon de una manera muy infantil y graciosa para él al mismo tiempo que regresaba a su postura normal―. Ah, lo siento.
―No te preocupes Soraru-san, estoy bien ―Decía el albino negando con la cabeza delicadamente, sin despegar su mirada del suelo.
"Estoy bien, o eso me gustaría creer, estos sentimientos se sienten mal, pero al mismo tiempo bien..." pensó el de ojos rojos con una sonrisa en sus labios, o eso creía él, sin darse cuenta había dicho en voz baja -pero audible para el mayor- una parte de lo que estaba sintiendo actualmente.
―Mafu...maf-
―¡Ah! ¡Lo siento, recordé que debía hacer algo en casa! Nos vemos, Soraru-san ¡Lon-san, adiós! -El albino se fue lo más rápido que pudo, no estaba seguro de si había sido escuchado o no, pero prefería no arriesgarse―.
―¡Adiós Mafumafu-san! -Se escuchó decir a la rubia mientras movía su mano de un lado a otro suavemente, algo extrañada por lo que acababa de suceder-.
-U... ¿Por qué no me dejaste terminar de hablar? -Se lamentaba Soraru mientras caminaba hacia la chica, para ser tomado de su brazo una vez más―.
Mafumafu simplemente quería creer que nunca había dicho nada y que todo seguiría como siempre, sin embargo desde que Soraru escuchó esas palabras, que no dejaban de retumbar en su mente, una intriga por saber lo que quiso decir no dejaba de aumentar.