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Cuando abro los ojos en la mañana siento frio..me remuevo un poco buscando la calidez del cuerpo de Yoel y cuando me doy cuenta veo que no está. Se ha marchado. Me tumbo a mis anchas en la cama recordando..
Anoche no tarde mucho en venir a dormir. Yoel me obligo a cenar algo y se quedo un rato conmigo hasta que logre alcanzar el sueño. Normalmente me quedaba dormida enseguida pero esta noche algo fallo.
Estuve inquieta y sabia que fue por el beso de Nathael, aun sentía ese olor a manzana pegado en mi cuerpo...¿Qué demonios se le había pasado por la cabeza para besarme? ¡si estábamos discutiendo! Nathael es raro…muy raro y ahora me siento mal y tengo remordimientos por no decírselo a Yoel.. joder ¿se lo tenía que a ver dicho? La mujercilla de mi cabeza mira hacia el cielo pensativa…No creo que le gustase saber que uno de sus hombres (el jefe de su escuadrón) haya intentado besarme…bueno, que digo ¡si me ha besado!. ¿Pero porque me ha besado? Si no me soporta y piensa que soy una cría que no vale para nada ¿Por qué me besa? Y mas sabiendo que entre Yoel y yo hay algo…joder me estoy volviendo loca.
Me pongo a pensar y aun no sé bien qué es lo que hay entre Yoel y yo, pero lo que tengo claro es que no pienso preguntar nada hasta que no acabe toda esta locura infernal en la que estamos metidos…Solo me queda esperar. Sé que no me va a dejar sola…Suspiro.
Me levanto de la cama con muchos sentimientos encontrados y muevo la cortina. El cielo sigue sombrio, esta nublado y el viento se cuela por las rendijas de la ventana dejando un sonido escalofriante que me hace encogerme en mi sitio. No abro la ventana.
Cojo algo de ropa y salgo a darme una ducha. Cuando cierro la puerta del aseo oigo voces en el piso de abajo y golpes de la puerta que se abre y se cierra. Me tenso por unos segundos agudizando mi oído y creo que pasa algo ahí abajo.
Me ducho a prisas mientras mi corazón bombea fuerte regando todo mi cuerpo con sangre nerviosa. Me visto rápido y salgo del aseo corriendo al piso de abajo.
Cuando llego Darius esta mirando por la ventana. Me fijo un poco mas y veo su chaqueta manchada de barro y de algo negro.
-Darius que.. –Cuando se da la vuelta me quedo sin habla, tiene una mancha de sangre roja en su frente. Me quedo paralizada.
-Tranquila, tranquila no te alarmes. –Se acerca a mí. –Solo ha sido una visita nocturna.
Pongo una mueca. -¿Visita nocturna?
-Si, mira mis heridas, están cerradas, solo es sangre seca. –Trago saliva angustiada.
-¿Pero qué ha pasado? ¿y Yoel?
Tuerce una sonrisa, me coge del brazo y me lleva a la cocina y la verdad es que se lo agradezco porque ahora mismo mi cuerpo esta paralizado. Me lleva hacia la mesa y me sienta en una silla.
-Vamos a preparar el desayuno ¿te parece?¿café? –Levanto una ceja.
-Darius que coño ha pasado ahí fuera.
-Ehh señorita aguante los caballos por favor. Primero desayunamos y luego te cuento.-Me da una mirada recapacitativa.
-Estas muy flaca...me ha dicho que te haga comer algo, así que por favor se buena y come, no quiero recibir una bronca mas tarde..¿vale?
Suena brusco al principio pero al final me da una amigable sonrisa, sé que no puede ser duro conmigo y no quiero que Yoel le eche la bronca, asi que asiento con la cabeza.
-Vale..cafe. –Digo sin ganas. Se da media vuelta y empiezan a aparecer bollos, cruasanes y cosas de comer por toda la encimera. Me quedo sin aliento.
-Darius.. –Se gira y dejan de aparecer cosas.
-¿Qué?
-Deja de hacer eso..no tengo tanta hambre.. –Sus ojos lilas desvelan un rastro travieso.
-Come lo que quieras y lo demás para mi. –Levanto una ceja y el pestañea dos veces. Ruedo los ojos y lo dejo por imposible. Saca del mueble la cafetera y le pone agua. Retuerzo mis dedos.
-Cuéntame ya Darius por favor...
-Eres un poco ansias ¿no crees? –Sonríe divertido pero yo no estoy nada divertida. No tengo tiempo para bromas.
-Darius.-Digo muy seria. Se acerca a la mesa.
-¿Sabías que cuando pones esa cara das miedo?,con esos ojos tan verdes pareces un gato a punto de saltar. –Se agita retorciéndose y se sienta en la mesa. Sonrío.
-Si, soy un gato y como no empieces a hablar voy a sacarte las uñas.
-Guau valla, que agresiva te has levantado esta mañana. –Levanto una ceja inquisitiva y se pasa la mano por su melena que hoy la lleva suelta. Resopla.
-Esta bien, anoche hubo caza.
-¿A que te refieres con caza?
-Si,caza, demonios que merodean las tierras. Los vimos acercarse y tenemos ordenes de atacar a cualquiera que se acerque a mas de 10 metros. Asi que tuvimos un poco de movimiento esta noche.
Me quedo boquiabierta escuchándolo.
-¿Pero están todos bien? ¿eran muchos? ¿Dónde esta Yoel?
-Woou Lara cuantas preguntas, espera que me centre..-Se mueve inquieto y sonrio al verle. Este ángel caído es muy despistado y me gusta que sea asi, se parece mucho a lo que viene ser una persona normal.
-A ver, desembucha, ¿Cuántos hombres eran?
-Seis.
-joder ¿seis? ¿y están todos…?
-Si tranquila, todos fritos y carbonizados. –Me retuerzo en mi sitio incomoda.
-Fue fácil. –Dice mientras se levanta y va hacia la cafetera que ya esta chirriando. –Aunque la verdad hubo uno que era mas fuerte de lo normal, menos mal que Yoel estuvo allí.
Se me para el corazón.
-¿Dónde está ahora? -Viene con la bandeja llena de comida y la deja frente a mí.
-Se ha tenido que ir.
-¿Dónde? -Me mira pensativo y sus ojos lilas dudan. –Darius..
-Esta bien, ha ido a ver a Ansher.
-¿Y para que ha ido a verla? –Se queda mirandome y ladea una sonrisa.
-Ha tenido que informar del ataque de anoche. Ansher es la mediadora del cielo con la tierra…Lara…-Lo miro.
-No me digas que estas celosa..
-No.
-¡Venga va! Te delatas tu sola portadora…tu misma.
-¿Qué? –Frunzo el ceño. -¿Qué quieres decir?
Alarga el brazo y le da un bocado a un bollo. Se encoge de hombros.
-No sé, tú sabrás, lo que está claro es que a nuestro líder le importas y si tu eres un bien preciado para el también lo eres para nosotros.
Ruedo los ojos.
-No para todos..
-Si lo dices por Nathael estate tranquila. No creo que desobedezca sus ordenes, es su mano derecha.
Lo miro levemente. -¿Tu lo verias capaz de traicionarle?
-¿Cómo? ¿Qué Nathael traicionara a Yoel? –Parece sorprendido. Asiento con la cabeza.
-No creo Lara, ya te dicho que es su mano derecha, no creo que hiciera nada para contradecirle. Yoel es un Arcángel y tiene mucho mas poder y influencia que nosotros.
Asiento con la cabeza pensativa.
De repente estoy mirando a la nada y aparece un ser de ojos increíblemente azules frente a nosotros. Doy un respingo al impacto de la visión. Darius se pone en pie enseguida.
-¿Qué ocurre?
-Señor…-El ser de ojos azules para de hablar y se me queda mirando fijamente sin expresión alguna. Tiene los ojos tan azules que parecen blancos y una cabellera larga y rubia que le dan un aire rudo y de vikingo. Paso saliva incomoda. Darius se gira a mirarme.
-Harael te presento a la portadora. Lara Sylva.
-Un placer portadora.
Inclina la cabeza respetuoso y yo muevo un poco la mano torpemente. No me gustan nada las presentaciones inmortales.
Harael vuelve a mirar a Darius y por el gesto tenso de sus brazos parece inquieto. Se quedan mirándose por unos segundos y Darius gira a mirarme muy serio.
-Lara, no te muevas de aquí. –Se marchan rápido hacia la puerta.
-¡Darius espera! ¿Qué pasa?
Se gira y cuando me mira doy un respingo. Su cara ha cambiado totalmente, tiene la mandibula apretada y esa expresión que todos los caidos tienen. Una mirada fria y peligrosa.
-Hay hombres de Snake. –Abro mucho los ojos. –No te muevas de aquí. Voy a traer a tu guardián, esta en el taller.
Me remuevo mientras noto el corazón rebotar contra mi pecho. Darius me mira una ultima vez muy amenazante.
-Ya sabes. No te muevas de aqui.
Asiento con la cabeza bajo esos penetrantes ojos lilas y desaparece delante de mi. Me retuerzo los dedos. Se que esa mirada que me ha echado lo ha hecho por mi bien, para que me quedara en casa, y aunque me muero de ganas por salir y ver lo que esta pasando me frustro yo sola y me voy hacia la ventana.
No veo nada desde aquí. Hay muchos árboles y la muralla esta a muchos metros. Giro la mirada hacia el taller y veo que Jude camina al lado de Darius. Me voy al sofá inquieta mientras espero a que entren.
Cuando Jude abre la puerta viene directo.
-¿Estas bien bonita?
-Si, estaba aquí con Darius..
-Esta bien…ya estoy aquí..-Jude jadea nervioso, ha venido a prisas del taller y el no puede caminar mucho. Tiene fastidiadas sus rodillas. Darius que está anclado en el marco de la puerta se gira a mirarnos.
-No moveros de aquí.
Me mira una última vez antes de cerrar la puerta y sé que la cosa se esta poniendo fea.
-¿Estas bien Jude? ven vamos a sentarnos. -Cojo del brazo al hombre y lo llevo hacia su sillón. Las piernas le tiemblan y se que se ha llevado un buen susto.
-Estoy bien bonita…solo necesito sentarme un poco.. -Se recuesta y yo me dejo caer a su lado en el sofá.
-Esto ya no es seguro para ti Lara.. –Me incorporo y lo miro muy atenta. –Tendremos que hacer algo, si los hombres de Yoel no llegan a estar aquí se hubieran metido en nuestras tierras.
-¿Pero sin poderes no? no tienen efecto aqui.
-Bueno, si pueden usarlos pero no tienen tanta fuerza como fuera del escudo, sus poderes son casi nulos aquí dentro pero perfectamente pueden entrar y llevarnos fuera a la fuerza.
Trago saliva y me remuevo incomoda.
-Ya no puedo tenerte aquí bonita, esto no es seguro ni para mí..
-¿Y que piensas? ¿cómo lo vamos hacer? –Digo asustada y en tensión mientras me balanceo sobre mi misma.
Noto la mano de Jude sobre mi hombro y paro de balancearme. Lo miro.
-Saldremos de esta…¿no lo hacemos siempre?
Lo miro boquiabierta y asiento con la cabeza mientras recuerdo que yo misma le dije eso una vez. Sonríe y se relaja en su sillón.
A media mañana y apenas sin dar bocado se abre la puerta. Aparece Nathael con el rostro manchado por algo negro. Me estremezco. Miro a Jude de reojo y lo veo que esta adormilado en el sillón.
Me pongo en pie y camino hacia la cocina que es donde he visto por última vez la espalda de Nathael perderse. Cuando llego esta mirando hacia la pared.
-¿Qué ha pasado ahí fuera? –Se da la vuelta y doy un respingo al notar ese olor putrefacto de las manchas negras que tiene por todo el cuerpo. Me mira serio.
-He venido para decirte que Yoel te llevara al trabajo. Pensamos que lo mejor es que salgas de aqui por unas horas hasta que podamos controlar todo el despliegue que tenemos montado.
Paso saliva y me retuerzo los dedos.
-¿Pero qué ha pasado? ¿Por qué estas manchado con sangre de…
-Demonios..serpientes..
Se acerca poco a poco y voy sintiendo su olor de manzanas mezclado con un olor muy agrio. Doy un paso atrás. Sus pupilas se dilatan y tienen un verdor que no me gusta nada.
-¿Sigues pensando que te tengo manía?
-¿Qué estás diciendo? –Da un paso hacia mi y yo retrocedo otro.
-Que si aun sigues con esa idea de que te tengo manía, Portadora..
Su voz es peligrosamente suave y cada vez se acerca mas y mas y yo voy sintiendo la sangre desaparecer de todo mi cuerpo.
-Nathael..¿que coño haces? –Cuando doy tres pasos mas me quedo anclada al suelo. Mi espalda toca la pared. Se para frente a mi.
-¿Qué crees que hago? Protegerte Lara, siempre es protegerte, acabo de despedazar a cuatro demonios ahí afuera por ti. Desde que vine aquí es mi único pensamiento, proteger a la portadora ¿y sabes de lo que me he dado cuenta?
Su tono de voz es filoso y siento que está perdiendo los papeles. Toda esa furia en la lucha de ahí fuera la esta descargando conmigo y estoy a punto de gritar.
-Ni se te ocurra gritar, no querrás despertar a tu guardián ¿verdad? –Lo miro boquiabierta y tuerce una peligrosa sonrisa teñida de sangre.
-Nathael para, déjame irme ¿que quieres?. –Digo con voz firme pero la verdad es que estoy muy muy asustada..¿dónde está Yoel?...oh joder..
Estira la mano y me quedo muy quieta. Pasa un mechón de pelo por mi oreja y siento que su respiración se agita.
-Lo que yo quiero no me lo puedes dar, ya no.–Jadeo cuando lo veo acercarse sinuosamente hacia mi. Me pego mas contra la pared.
-Nathael. –Digo con el corazón a punto de explotar.
-¿Sabes de qué me dado cuenta Lara? De que lo amas, de que el te ama a ti…no me lo podía creer cuando me llegaron los rumores ”nuestro Líder se ha enamorado de una mortal” ¿y que mortal? Nada más ni nada menos que la portadora de la piedra de luz… -Desliza su mano por mi mejilla y me quedo rígida.
-Tan suave, tan dulce y fiera capaz de domar el alma de un inmortal. –Me agito brusca.
-¿Y qué Nathael? ¿Qué quieres decirme con todas esas cosas?
Se separa un poco de mi, lo suficiente para no sentirme tan intimidada y me mira fijamente.
-Solo quiero que me perdones. Me he dado cuenta de lo que significas para él y…-Hace una pausa. -Perdóname portadora.
Inclina la cabeza respetuosamente y su gesto cambia. Frunzo el ceño.
Estoy tan aturdida y siento el cuerpo tan tenso que cuando doy un paso hacia un lado para alejarme se me dobla la rodilla y caigo al suelo. Pero antes de tocar el suelo Nathael me sujeta por la cintura. Me alejo de él y levanta las manos en señal de paz.
-Tranquila no voy hacerte nada. –Jadeo nerviosa y confundida mientras sus ojos verdes se meten en mi cabeza.
-¿Qué coño ha sido eso?¿¡porque mierdas te has comportado asi!? –Digo histérica mientras intento razonar.
-Lara tranquila, solo te ponía a prueba.
-¿A prueba? ¡eres un maldito imbécil! ¡¡gilipollas!!
-Ssh calla, tu guardián.
-¡A la mierda con todo! ¡me vais a volver loca tu, tu líder y la….!
Me callo. De repente siento sus labios pegados a los míos y tengo que dejar de hablar. Abro mucho los ojos y le veo con gesto tranquilo mientras me besa, aprisiona mi cabeza con sus manos y cuando se retira abre los ojos y suspira.
-Eres puro fuego. –Frunzo el ceño, aun tiene aprisionada mi cara con sus manos y estoy estática en mi sitio. No me lo esperaba. El cuerpo no me responde. Me suelta y da un paso hacia atrás.
-¿Por qué…porque me has besado? -Se mueve por la cocina y ya no siento ese aura tan fuerte y desgarradora sobre mí. Cuando llega al marco de la puerta se gira.
-Perdona...no volveré a hacerlo, era la única manera de que dejaras de gritar.
Quiero hablar pero no puedo. Nos quedamos mirandonos fijamente unos segundos y siento un destello de tristeza en esos flamantes ojos verdes. Su expresión esta cambiada..
Doy un respingo. Estoy perpleja...Oh mierda. Acaba de bajar sus barreras delante de mi y me ha dejado en blanco...
Cuando voy a decir su nombre desaparece.
Me giro y me apoyo contra la encimera mareada. Poco a poco voy siendo consciente de todo lo que ha pasado...