CAPITULO 32.

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Cuando se marcha Yoel subo arriba a darme una buena ducha. Me ha dejado caliente y necesito despejar mi mente de todas esas ideas lujuriosas que me hace sentir. Este hombre es puro sexo y me enciende, me enciende…

Dejo caer el agua sobre mí quitando toda la sangre seca de mi cuerpo y me lavo el pelo despacio, necesito darme una ducha tranquila y sin preocupaciones, necesito relajarme unos minutos para pensar con claridad.

Todo se está complicando, casi muere el caballero oscuro y de la nada ha aparecido un ejército de ángeles caídos protegiendo las tierras del restaurador.. ¿Cuántos caídos pueden a ver por aquí cerca?.. Solo de pensar en una cifra me retuerzo incomoda, la mujercilla de mi cabeza está escondida debajo de la cama.

Cuando voy a salir del aseo miro mi reflejo en el espejo, mis ojos verdes están un poco rojizos y mis ojeras van en aumento. Mi cara refleja cansancio pero ahora más que nunca debo de ser fuerte.

De repente como un flash me viene a la mente una imagen mía saltando sobre la espalda de Barruc. Me tenso y sin querer vuelvo a sentir esa sensación incomoda, esa sensación de cómo el filo atravesaba su piel manchándola toda de negro...Me entran nauseas y me apoyo contra el lavabo...se me llenan los ojos de lágrimas y miro mis manos angustiada…He matado…(pero ha sido por proteger a tu Arcángel) me dice la mujercilla de mi cabeza y le doy la razón…no hubiera hecho nada de no ser por Yoel, solo el recordarlo tumbado en el suelo y sangrante se me encoge el alma.. Mi Arcángel..casi pierde la vida por ayudarme.

Un pensamiento de furia y vengativo me pasa por la mente. Mi sangre hierve al pensar que le pueda suceder algo malo y no, antes pasarían por encima de mi. Volvería hacerlo sin dudar.

Tengo un sentimiento encendido y desgarrador que me come el alma cuando salgo del aseo, me siento híper activa y necesito quemar esta energía como sea.

Cuando bajo a la cocina Jude esta sirviéndose un té. No se ha dado cuenta de mi presencia.

-Buenos días, ¿Qué tal la noche? -Le digo mientras me acerco por su espalda y le doy un beso en la mejilla.

-Bueno..hemos tenido noches mejores ¿verdad bonita?

Se gira a mirarme por encima de sus gafas y sonríe, pero la felicidad no alberga en sus pequeños ojos. Me entristezco de verlo así, le pongo una mano sobre el hombro.

-Tranquilo Jude, saldremos de esta ¿siempre lo hacemos no? -Sonríe.

-Si, eso es..-Apaga el fuego de la tetera. -Eres muy optimista Lara, me gusta que pienses así ¿quieres un té?

Asiento con la cabeza. Pone en la bandeja una taza más y yo la cojo para llevarla a la mesa. Nos sentamos mientras pongo las cosas en su sitio.

-Veo que tenemos un despliegue de demonios por las tierras.

-Si, estarán aquí hasta que Yoel ordene lo contrario.

Me quedo pensativa. Me abruma el pensar que Yoel dispone de miles de soldaditos a su antojo. Me deja sin aliento el asombroso poder que tiene sobre esos hombres... Me sirvo té y le doy vueltas con la cucharilla.

-¿Nathael y esos hombres porque cayeron?

-Cuando desterraron a Yoel pusieron a un nuevo líder en las tropas del ejército celestial, Nathael se negó a seguir las órdenes de otro Arcángel por lo que la divinidad lo desterró. Sus hombres, fieles y leales a su líder y a su jefe de escuadrón se negaron y por sus propios pasos cayeron al oscuro abismo de la tierra.

Hace un silencio y me quedo fría en el asiento…Dios santo..esos hombres son leales y me cuesta creerlo en los tiempos que corren. Ah bueno claro, ellos tienen más de miles de años y son inmortales..

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