ABISMO

By elen_green

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Lara Sylva nunca se imagino que tras aceptar el trabajo de sus sueños su vida daría un giro inesperado... Tra... More

ABISMO
CAPITULO 1.
CAPITULO 2.
CAPITULO 3.
CAPITULO 4.
CAPITULO 5.
CAPITULO 6.
CAPITULO 7.
CAPITULO 8.
CAPITULO 9.
CAPITULO 10.
CAPITULO 11.
CAPITULO 12.
CAPITULO 13.
CAPITULO 14.
CAPITULO 15.
CAPITULO 16.
CAPITULO 17.
CAPITULO 18.
CAPITULO 19.
CAPITULO 20.
CAPITULO 21.
CAPITULO 22.
CAPITULO 23.
CAPITULO 24.
CAPITULO 25.
CAPITULO 26.
CAPITULO 27.
CAPITULO 28.
CAPITULO 29.
CAPITULO 31.
CAPITULO 32.
CAPITULO 33.
CAPITULO 34.
CAPITULO 35.
CAPITULO 36.
CAPITULO 37.
CAPITULO 38.
CAPITULO 39.
Nota de la autora.

CAPITULO 30.

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By elen_green

30***************

Dos hombres llevan a Yoel con una camilla y no les quito ojo. Cuando llegamos a casa aun siento mis piernas temblar…aun no puedo creerme lo que ha pasado.

Cuando entramos en casa y Jude ve el estado en el que nos encontramos se lleva las manos a la cabeza, se preocupa por mí, pero yo solo tengo magulladuras y arañazos, lo único que tengo feo es el brazo que con el impacto contra el suelo me echo una herida bastante grande. Me sangra un poco pero no es nada comparado con Yoel.

 Jude lo examina, sus heridas se están cerrando pero sigue inconsciente. Yo estoy desesperada por que abra esos hermosos ojos grises, me duele verle así.

Lo han subido a mi habitación, necesita reposo según me ha dicho Jude, quería estar con él arriba para cuando despertara pero me lo han negado, no se aun bien porque pero no he rechistado, estoy exhausta.

Oigo a Jude y a Nathael hablar en la cocina, hablan bajo pero de vez en cuando escucho algo. Me retuerzo los dedos nerviosa. Miro hacia la ventana y veo la noche sobre nosotros, han pasado tan rápidas estas últimas horas que apenas he sido consciente de que se ha puesto a llover, una fina lluvia cae en manto sobre las tierras del restaurador purificando todo el ambiente. Suspiro.

Veo a los dos hombres salir de la cocina. A Jude se le ve cansado, tiene mala cara, viene con un botiquín de curas hacia mí.

-Ven bonita…vamos a curarte esas heridas.

-Descuide Jude, yo me encargare de Lara.

Miro a los dos hombres y frunzo el ceño.

-¿Jude estas bien? –Pregunto mientras me pongo en pie y voy a su lado.

-Si bonita...me aveis dado un buen susto.

-Descansa anciano, yo me ocupare de Lara hasta que Yoel despierte, mis hombres están bordeando todas las tierras, si algún hombre de Snake se acerca lo sabremos enseguida.

-Gracias Nathael.

Jude me mira serio y triste a la vez, me acerco a él y le doy un suave abrazo y beso su mejilla.

-Descansa Jude, buenas noches.

-Buenas noches bonita, hasta mañana.

Me mira una última vez como un padre que ha estado a punto de perder a su hija y se va cabizbajo hacia su habitación que esta al final de la sala. Entra y cierra la puerta. Se me encoge el corazón, joder, casi matamos de un susto a este pobre hombre, necesita descansar el también.

Voy hacia el sofá y me dejo caer. No puedo quitarme esas imágenes de la cabeza...Yoel arrancando las cabezas de esos hombres y Barruc sacando esa mortífera daga desgarrándole la piel…

-¿Lara? –Me recorre un escalofrio al sentir ese olor a manzana, miro hacia arriba, Nathael tiene los ojos más verdes que jamás haya visto.

-¿Te encuentras bien?

-Si te digo que si te mentiría.. –Me dejo caer hacia atrás y apoyo la cabeza abatida. Se aproxima poco a poco y se sienta a mi lado.

-¿Cuáles son tus preocupaciones? –Frunzo el ceño.

-¿Mis preocupaciones? pues no sé, hay un Arcángel en mi cama que esta mitad muerto así que quizás puede que sea eso. -Digo irónica mientras ruedo los ojos.

-Yoel es un guerrero, es fuerte, en unas horas estará completamente sanado.

-Creía que los inmortales no podían morir.. –Bajo la mirada al suelo.

-Hasta el inmortal puede morir, es difícil pero cierto, esa daga estaba bendecida por la serpiente, si llegamos a tardar un poco mas...

-¡No sigas! –Me revuelvo incomoda, no quiero oírlo.

-No te preocupes por él, ahora está en un sueño reparador, es un trance llamado el sueño de los dioses.

Abro mis ojos.

-¿y Yoel está en ese sueño ahora?

-Si, cuando estamos muy débiles nos sometemos a ese trance, suele durar poco ya que nuestro organismo se regenera solo, el sueño de los dioses es solo cuando estamos muy mal heridos.

Recuerdo la carne abierta de su costado y esa sangre roja brotar de su interior..me estremezco.

-Veo en tus ojos el miedo, tranquila..

Levanta la mano y toca mi hombro, doy un respingo a su contacto y me giro a mirarlo confundida.

Se ha quitado la chaqueta dejando una camisa blanca impoluta con unos cuantos botones desabrochados dejando ver un principio de pecho firme y duro. Tiene las facciones marcadas y su piel es bronceada al igual que la de Yoel, su pelo es castaño y tiene un pequeño hoyuelo en la barbilla. Sus ojos son fascinantes. Este ser es hermoso.

Veo un brillo fugaz en sus ojos mientras me mira. Esconde una sonrisa y yo aparto la mirada de sus ojos nerviosa. Sin duda los inmortales poseen un atractivo como ningún otro. Miro el suelo.

-¿Te curamos las heridas? –Lo miro de reojo.

-¿Tu no haces eso de la sanación con las manos? –Tuerce una sonrisa.

-No, soy un ángel, solo los Arcángeles tienen ese poder..¿él te sano alguna vez? -Trago saliva mientras pienso que no sé si ha sido buena idea decir aquello, retuerzo mis dedos.

-Una vez me clave un cuchillo.. –Lo escucho reír y paro de hablar.

-¿Qué hacías tu con un cuchillo? –Lo miro con mala cara.

-Pues intentaba hacerme la cena.. –Ahoga la carcajada y yo me hago más pequeña en mi sitio, joder.

-Bueno, está bien..¿te curamos? -Asiento con la cabeza incomoda.

Deja el botiquín sobre la mesa y cuando pasa las manos por mi brazo me da un golpe de electricidad, doy un respingo. Lo miro de reojo y siento que él lo ha notado también, mierda.

Levanta mi brazo con cuidado y lo apoya sobre su muslo, está ardiendo, su aroma a manzanas frescas me invade y me relajo por unos momentos.

Miro a mi brazo. Tengo la herida un poco fea, es una arañazo del hombro hasta el antebrazo, aun sigue sangrando y estoy sufriendo por si hay que coser. Lo veo rebuscar en el botiquín.

-¿Es muy profunda? –Pregunto angustiada.

-No…te la limpiare y la vendaremos bien para que se corte la hemorragia, mañana ya podrás destaparla.

Trago saliva, menos mal que no hay que coser uff...Saca un poco de lo que parece agua oxigenada y veo que va a echarme sobre la herida sin ningún miramiento.

-¡Oh joder espera espera! eso pica… -Pongo una mueca y ladea la cabeza.

-No me digas que eres una gallina. Después de clavarle una daga a un demonio te asustas por un poco de desinfectante. –Sonríe y yo le pongo mala cara, no quiero recordarlo.

-Eso era diferente..

-Y esto también. –Sin previo aviso tira un chorro del bote a mi brazo, grito pero el sostiene mi muñeca sobre su muslo para que no me mueva.

-¡Aaahh joder podías a ver avisado! –Cierro los ojos y miro hacia otro lado, joder como escuece. El ríe y siento que me sopla la herida. Doy un respingo al sentir el frio. Lo miro.

-Ves, ya no pica tanto. –Sonríe mientras vuelve a soplar en mi hombro, muy lentamente, más lento de lo normal…Miro sus labios que forman una pequeña O y tengo que apartar la mirada porque siento que me ruborizo.

Y de nuevo tengo que cerrar los ojos bajo una mueca dolorosa, vuelve a echarme otro chorro y no puedo soportarlo. Escuece muchísimo.

 Oigo que busca algo y acto seguido me noto una venda sobre el brazo. Pasan unos segundos hasta que abro los ojos.

-Ya esta..lista.

Miro mi brazo y veo que lo ha vendado todo, desde mi hombro hasta la articulación de mi codo.

-¿Te apreta mucho?

-No..-Digo asombrada mirando el prefecto vendaje que me ha hecho.

-Gracias.

-No me las des, debería de dártelas yo a ti por lo que has echo. -Recoge las gasas manchadas de sangre y lo veo con intención de levantarse.

-Nathael.. –Gira a mirarme. -¿como sabias que le clave la daga? aun no habias llegado, no pudiste verlo.

Ladea la cabeza.

-Yoel cuando se puso en contacto conmigo me conto lo que paso...fuiste muy valiente, las gracias te las debo de dar yo a ti.

-Pues no sé porque. -Me encojo en mi sitio.

-Yoel es mi líder y un buen amigo. En cuanto me dijo lo que estaba ocurriendo no dude en traer unos cuantos de mis hombres hasta aquí. Le debemos mucho.

Me quedo pensando lo que ha dicho ”Yoel es mi líder”. El caballero oscuro parece un semidiós para estos hombres, es increible. Trago saliva recordando algo.

-Me dijo que tú estabas protegiendo mi casa..en mi tierra. -Veo que apreta la mandíbula en un gesto reservado.

-Si, tengo hombres allí protegiendo toda la zona donde se mueve tu familia, estarán a salvo, no te preocupes.

Respiro aliviada, pero no sé porque me da que hay algo que no me ha dicho. Se pone en pie y va hacia la mesa, deja el botiquín.

Yo sigo pensando en todo lo ocurrido, mi cabeza juega conmigo y no escapa de esa pesadilla, esto me va a costar olvidarlo...lo sé..

Siento que me mira desde la mesa. Levanto la mirada a sus ojos.

-¿Qué?..-Me molesta un poco que me mire tan fijamente.

-Estoy intentando entender algo.

-¿El qué?

Me mira con una sonrisa misteriosa mientras sus ojos penetran en mi. Parpadeo..siento presión en mi cabeza ¿Qué pasa? siento mucha, mucha presión. Me imagino varios bloques de piedra en mi mente.

-¿Qué coño haces? –Le digo molesta al darme cuenta de que intentaba meterse en mi cabeza. Aparta la mirada.

-Nada..ya me dijo que eras dura de pelar.

Ríe por algún chiste del que no me he enterado y entrecierro los ojos en su dirección.

-¿Estabas intentando meterte en mi cabeza? –Sonríe descaradamente y inclina la cabeza muy educado.

-Mis disculpas portadora, solo quería saber una cosa. -Lo miro desconfiada.

-¿Y porque no me preguntas antes de intentar invadir mis pensamientos?

Sonríe y se recuesta sobre la mesa.

-¿El te importa verdad? -Frunzo el ceño ¿Qué mosca le ha picado a este?

-¡Casi se lo cargan ahí fuera por protegerme! ¡joder claro que me importa!

Digo enfadada ¿Cómo me puede preguntar algo así? Me pongo en pie mientras resoplo y voy hacia la ventana. Cruzo mis brazos y observo la lluvia caer suave y despacio, creando un agua-nieve muy singular.

Lo oigo que se acerca y para justo a mi lado a observar también la lluvia. Estoy molesta no le miro cuando le hablo.

-¿Por qué no me habéis dejado quedarme arriba con él?

-Digamos que cuando los ángeles nos despertamos de ese trance estamos un poco..agresivos.

Me giro a mirarlo de reojo.

-No creo que Yoel me hiciese daño. –Sonríe, pero ha sido una sonrisa suspicaz que no me ha gustado nada.

-Nunca sabes lo que te puede deparar un inmortal y más cuando es un caído. -Entrecierra sus ojos verdes en mi dirección y aparto la mirada.

Pasan unos segundos y siento que me mira fijamente. No me gusta nada ¿Por qué me mira tanto? Siento mi sangre arder, lo encaro.

-¿Qué pasa? ¿tengo monos en la cara o algo que no dejas de mirarme? -Tuerce una sonrisa.

-Relájate portadora, te veo un poco alterada. -Respira muy cerca de mí, tanto que casi respira mi propio aire y va hacia la puerta con la cabeza erguida.

-Deberías de descansar. Voy a ver a mis hombres, podéis estar tranquilos esta noche. -Me giro a mirarlo.

-¿Vosotros no dormís? -Me mira con una sonrisa escondida.

-Los inmortales no dormimos pequeña portadora.

Y con una oscura sonrisa se lleva ese aroma a manzanas y me deja sola en el salón.

Respiro aliviada.

Que tío mas raro, bueno, ángel caído más raro...Estaba deseando que se fuera.

Voy hacia el sofá y me dejo caer mientras me hago una bola. Nathael tiene algo raro…se nota que es poderoso y que esos ojos verdes han visto muchos imperios levantarse, es un guerrero, pero hay algo en él que me hace desconfiar, no sé, quizás es la manera en que me mira, pero pensándolo por un lado me recuerda mucho a los principios con Yoel...La mujercilla de mi cabeza frunce el ceño y estoy de acuerdo con ella, estos ángeles se creen con más derecho que nadie y eso nos da mucha rabia.

La casa está en silencio...me dan ganas de subir y arroparme junto a mi Arcángel.. pero lo que me ha dicho Nathael no me deja con muy buen cuerpo de querer estar a su lado cuando despierte. Suspiro y me remuevo incomoda en el sofá pero la verdad es que estoy muy cansada, me duele todo el cuerpo. Las últimas horas han sido rápidas y agotadoras.

Cierro los ojos y me imagino a mi caballero oscuro junto a mí. Esos ojos grises observandome expectantes y la calidez de sus manos recorrer mi cuerpo....

Poco a poco me dejo llevar y mis sueños se mezclan con ojos verdes, hombres negros y lugares sombríos.

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