ALÉJATE [1]

By LeddyStrong

1.7M 93.8K 17.7K

Desde el principio siempre tuvieron razones para no mirarse ni hablarse, pero ambos saben que lo prohibido y... More

Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capitulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64 [FINAL]
Agradecimientos

Capítulo 42

21.1K 1.2K 147
By LeddyStrong

― Grace... ¡Grace! ―me gritan y me despierto con una fuerte sacudida―. No quería gritar, pero me vi en la necesidad.

Me estrujo los ojos y luego miro a Harry ceñuda. Odio que me despierten.

― Tu teléfono no para de sonar. ―me dice―. Debiste apagarlo como yo hice con el mío.

― ¿Por qué no apagas el mío? ―refunfuño y me acurruco en la cama―. Yo estoy igual que tú, no quiero hablar con nadie. ―digo con voz adormilada. Escucho que se ríe.

― Eres adorable cuando te levantas, ¿Lo sabes?

― Déjame dormir...

― Son las once de la mañana.

― Bueno, en L.A. deben ser las... ¿Tres de la madrugada? ¿Cuatro? Que importa... ―susurro y cierro los ojos.

― Pero ya hice el desayuno. ―murmura y resoplo―. Así que... ―grito cuando me quita las sabanas completamente―. Buenos días. ―canturrea.

― ¡Harry! ―chillo y él se ríe.

― Levántate.

― ¡No! ―exclamo―. Dame las sabanas. ―le ordeno.

― Te espero en la cocina. ―me dice y miro como camina hacia la puerta arrastrando el edredón por el piso.

― ¡Harry Coleman! ―chillo, pero él no me hace caso y sale de la habitación.

Me muerdo el labio y luego sonrío mientras negó con la cabeza. Qué bueno es empezar el día viéndolo hacerme enojar.

Salgo de la cama y camino con paso perezoso hacia el baño, el cual queda en el pasillo. No me importa que horas sean, tengo sueño. Pero, estaría mal hacerle un desplante. Al fin y al cabo el hizo el desayuno y... ¿Lo amo? Eso es razón suficiente.

Camino hacia la cocina arrastrando los pies. No pienso salir de aquí hoy así que, me puse un short de lana de color blanco con pecas azules y una camisa azul claro.

Harry se encuentra sentado con una sonrisa radiante.

― ¿Qué me ves? ―pregunto acercándome a la mesa. Él sólo sonríe.

― Anoche no pude dormir. ―dice y me encojo de hombros―. Hace mucho frío acá y nadie me dió calor.

― Ajá, ¿Quién te daba calor antes? ―tomo siento y miro mi taza de Corn Flakes... hay tostadas... jugo... entre otras cosas que pienso devorar.

― Arruinas mi plan ¿Estás enojada porque te desperté? ―pregunta como si nada.

― No. ―musito y decido comer primero las tostadas―. Espera, ¿Cuándo compraste esto? ―pregunto sorprendida.

― Bueno, hace... ¿Dos horas?

― ¿Por qué no me dijiste que ibas a salir? ―espeto preocupada.

― Bueno, te llamé mil veces.

― ¿A dónde fuiste? ―pregunto y él resopla y bebe de su jugo de naranja.

― ¿De qué hablas? ―dice y entorno los ojos―. Creo que me dijiste que olvidara algo, ¿No? ―habla con voz neutra―. Creo que no recuerdo de qué me estás hablando...

― Perdón. ―musito mirando la tostada―. Perdóname... soy una tonta.

― Insisto, ¿De qué hablas? ―repite y lo miro. Él no se inmuta.

Respiro hondo y asiento. No hablaré más del tema, confío en él.

De verdad que soy una completa idiota. Él está tratando de olvidar y yo... me empeño en hacer lo contrario. Creo que Harry me está dando una lección de...

―Retomando el tema anterior ¿No tenías frío anoche? ―él me saca de mis pensamientos.

― Bueno, un poco. ―murmuro evitando sonreír―. Bastante, de hecho. ―agrego y empiezo a devorar las tostadas.

― Yo... conozco una solución. ―dice y lo miro―. Podemos ponerla en práctica hoy.

― ¿Exactamente de qué estás hablando? ―me hago la que no sabe nada.

― Podemos dormir juntos. ―me propone y le da una mordida a su tostada.

― Oh.

― ¿Por qué te sonrojas? ―pregunta y lo miro.

― Emm, está bien. ―farfullo―. Pero, controla.. ―hago una mueca―. A tu amigo. ―él mira hacia abajo.

― Eso es sumamente difícil teniéndote lejos y si estás cerca es imposible pero intentaré. ―dice y luego sonríe con picardía.

Este idiota me quiere derretir con sus sonrisas. Joder, hace que me sonroje a cada momento.

― Tengo que llamar a mi madre.

― ¿Y qué piensas decirle? ―me pregunta y hago una mueca.

― No puedo tener el teléfono apagado toda la vida.―mascullo―. Tengo que... aclarar las cosas.―trago duro―. Tengo que hablar con la verdad.

Él no dice nada, sólo me mira. Él está dudando de lo que voy a hacer y no lo culpo. Yo también estoy dudando.

― ¿Estás segura? ―pregunta ceñudo―. O sea, no estoy diciendo que no lo hagas, pero si quieres...

― Tendré que hacerlo algún día, ¿No? ―murmuro―. Además... no voy a esconderme porque no hice nada malo. ―digo en voz baja―. Y yo tengo que... ―trago―. Seguir estudiando.

― Pensé que ibas a dejar de estudiar.

― Pues, no es así. ―le digo y él asiente.

― Eso me alegra.

Me concentro sólo en desayunar y él también. La decisión de hablar tan rápido con mi madre la tomé un minuto antes de quedarme dormida. Creo que fue fácil, algo me hizo pensar que... si Harry no me hizo a un lado como pensé que iba a pasar cuando se enterará de la verdad entonces, ¿Por qué mi padre lo haría? Es mi padre, ¿No?

Considerando que desayunamos a las diez de la mañana, le dije a Harry que prepararía el almuerzo a las dos de la tarde. Y que él se encargaba de la cena, aceptó sin problemas y decidimos salir hacia el pequeño patio a charlar un rato. Creo que este es el momento de decirle que... tiene que irse a L.A. a ocuparse de su tesis.

― Harry quiero hablarte acerca de... algo. ―balbuceo y él coloca su silla delante de mí y se sienta―. Pero, no es necesario que te pongas tan cerca, estás consiguiendo que me intimide.

― Me gusta intimidarte.

Estamos sentados debajo de un pequeño mirador, hay una pequeña mesita de vidrio, con dos sillas de acero a juego. Nuestro alrededor es un bosque sin tanta maleza.

Ahí voy.

― ¿En cuál semestre vas? ―pregunto y él mira hacia el suelo.

― Noveno. ―murmura mirando hacia otro lado, menos a mí.

― Entonces, explícame algo. ―digo con voz suave―. ¿Por qué no te importa la tesis? ―él resopla―. Harry.

― Sí me importa, el caso es que yo tengo...

― Tienes que preocuparte por la tesis Harry Coleman. ―le riño.

― Cuando regrese a L.A. lo primero que voy a hacer es apagarle un ojo a Andrés. ―me dice y me paso las manos por la cara―. Sabía que él iba a decírtelo, a pesar de todo no es tan cobarde.

― Olvida a Andrés, sólo quiero que te enfoques en tu tesis. ―él niega con lo cabeza―. Por favor, tienes que preocuparte por terminar.

― Yo sólo tengo que preocuparme por ti, lo demás... puede esperar.

Respiro hondo. Sé que lo que dijo es tierno, pero no me va a ablandar el corazón. Él tiene que ir a terminar su tesis, no puede pasar todas sus vacaciones aquí.

― Tienes que entender que tu futuro está en Los Angeles. ―le digo mirándolo.

― Mi futuro está aquí. ―afirma.

― Eso piensas ahora. ―refuto.

― Lo pensaré cada vez que te vea.

Me pongo de pie para aplacar las mariposas que revolotean en mi estómago. Sus palabras no me harán cambiar de opinión.

― ¿Ahora quién estresa a quién? ―pregunto―. Tendré un ataque si abandonas tu tesis.

― Grace, no me chantajees. ―dice poniéndose de pie.

― No es un chantaje, de verdad tendré un ataque. ―espeto masajeando mis sienes.

― Escucha, la tesis... ya está lista. ―me dice y lo miro ceñuda. Él parece avergonzado por lo que acaba de decir.

― ¿Qué?

― Resulta ser que... ―mira hacia el suelo―. Siéntate, te contaré algo. ―me dice y tomo asiento con dudas.

― No pongas esa cara, me asustas. ―murmuro.

― Es que no acostumbro a hablar de eso. ―balbucea―. De hecho no hablo de eso. ―carraspea.

― Empieza.

― Mi padre murió cuando yo tenía diez años. ―explica y trago―. Él era... Arquitecto.

Mientras él habla no me mira, lo cual me dan ganas de decirle que no siga si... le duele hablar de eso. No sabía que me iba a contar de su padre.

― Él tenía otra mujer fuera del matrimonio, mi madre como es lógico no sabía, entonces... cuando se enteró simplemente le dijo a mi padre que se largara de casa. ―explica―. Mi padre se fue de la casa, mi madre estaba embarazada, pero perdió el bebé por causa de... ―se encoge de hombros―. Ella no le importaba estar embarazada, no se alimentaba como era debido y perdió a mi... al bebé. ―traga―. Mi padre nunca trató de volver con ella, dos años después murió en un accidente automovilístico. ―carraspea―. Mi mamá no me dejó ir al... funeral. ―respiro hondo al ver sus ojos llenarse de lágrimas―. Todo cambió.

― No tienes que seguir si...

― Mi madre tampoco me permitía verlo antes. ―manotea. No sabía esa parte de Elena―. Decía que yo no tenía por qué conocer a la mujer que le robó su felicidad. Y las veces que lo vi fue a escondidas de mi madre.

― Oh. ―no sé qué decir.

― Me enteré que había muerto por mi abuelo. ―susurra y no sé por qué aún sus lágrimas siguen en sus ojos, eso me indica que se está conteniendo―. Él fue a mi casa. ―carraspea―. Mi madre empezó a llorar, y lo supe.

― Luego mi abuelo me dijo que podría irme con él. ―él continua―. Me negué, no podía dejar a mi mamá sola. Entonces, me dijo que mi papá me había dejado todo su dinero y propiedades.

» Mi mamá no me había dicho eso. Cuando le dije... ella dijo que no tomaría nada y que me olvidara de ese dinero. Así lo hice hasta que decidí estudiar arquitectura. Todo ese dinero iba a ser mío cuando cumpliera los dieciocho años, así que... simplemente lo reclamé. Mi tía Elizabeth me ayudó, ella es abogada.

» Tengo un borrador de la tesis de mi padre, sólo la arreglé y... quedó perfecta. Mi madre no sabe.

― Espera, ¿Elena no sabe que la herencia...?

― Mi madre sabe que la herencia está en mi poder. ―me interrumpe―. Ella no puede decirme nada porque no tiene nada que ver con eso.

― Y... ―trago―. ¿Qué hiciste con ese dinero?

― No he... gastado ni el cinco por ciento. ―me dice―. Sé... administrarlo. Mi tía Elizabeth, es mi abogada y ella me tiene al tanto de todo.

― ¿Al tanto de todo? ¿A qué te refieres? ―pregunto y él hace una mueca.

― No importa. ―suelta―. ¿Ahora desistirás en tu afán en que me vaya? ―pienso haciendo un sonido con mi boca.

― No lo sé. ―musito. Él se pone de pie y me rodea con sus brazos―. Gracias por contarme eso. De verdad.

― Hay muchas otras cosas de las cuales no hablo con nadie, Grace. ―su voz es un murmullo―. Podemos hablar de ellas cuando quieras.

― Si te hiere hablar de ello, entonces no.

― Tarde o temprano sabrás todo sobre mí. ―dice.

― Bien, eso lo decidirás tú. ―le doy un beso casto en los labios―. Por ahora, puedes quedarte conmigo.

― Tú no quieres que me vaya, acéptalo.―musita y me besa con fuerza.

No entiendo por qué me hace sentir así. Su forma de besarme siempre es pidiendo algo más, pero él se contiene. Y lo admiro por eso, sólo me está dando espacio.

Y yo quiero que él invada mi espacio.

Continue Reading

You'll Also Like

179K 13K 63
La vida de Blake era perfecta, vivía sola y en paz, tal y como ella deseaba. Nadie la molestaba, nadie le prohibía nada. Era feliz, de alguna u otra...
16.8K 1.7K 20
La humanidad está al borde de la extinción por culpa de los vampiros que han acabado con la mayoría de humanos a excepción de algunos pocos sobrevivi...
2M 96.4K 57
El verdadero amor de Cloe es su escritor favorito. O eso cree ella. Compartir su amor por cantantes, bandas y su crush solo la ayuda a seguir escrib...
74K 5.9K 49
Llevaba cuatro meses desaparecida. ¿La ironía? Es que no recordaba cómo había pasado todo. Cómo me había olvidado de mi familia, cómo había dejado de...