POV Rose
-Liss todo va bien, siente.-
Puse su mano sobre mi ya abultado vientre.
-Wow Rose, 7 meses no lo puedo creer, parece tan irreal por todo lo que hemos pasado en este tiempo, ha ocurrido tan rápido y yo sigo sin poder verte.-
-Pero si aquí me tienes Liss, solo para ti.-
-Sabes a lo que me refiero, quiero verte en persona, abrazarte, estar contigo durante el parto, ser la primera en cargar a este pequeño cuando por fin venga a este mundo, después de ti y Dimitri claro.-
-Te entiendo, no hay nada que desee más pero ha sido un camino muy difícil el que han tomado para llegar hasta ahí, eres nuestra reina y te necesitan.-
Nadie podía comprender el deseo de mi mejor amiga mejor que yo porque también era el mío pero no podíamos hacerlo realidad, no por ahora. Después de que Zeklos y sus secuaces se confabularon contra la corona creí que el reinado de los Dragomir había terminado pero gracias al excelente trabajo que Lissa había hecho hasta ese momento, la mayoría de las familias reales además de dhampir y moroi se pusieron de su lado. Durante estos meses habían existido varios ataques a La Corte donde se refugiaban todos los aliados de Liss, afortunadamente ninguno había tenido éxito. Sí hubieron bajas sumamente dolorosas, el padre de Mia entre ellas pero los números aún estaban de nuestro lado al menos en cuanto a los rebeldes porque los strigoi eran un asunto muy diferente.
El ejército que se preparaba para atacar desapareció como por arte de magia lo que preocupa mucho más ya que no tenemos idea de lo que pretenden, existen rumores de alianzas entre los moroi extremistas y los strigoi que me buscan pero deben ser solo eso porque ¿qué moroi estaría lo suficientemente demente como para unirse a ellos? Era una locura, tendría que ser alguien completamente desesperado y Zeklos pese a todo no me parecía de ese tipo.
Lissa debía mantener su posición, demostrar entereza y liderar como lo venía haciendo hasta ahora, no podía flaquear, un solo paso en falso y todo podría desmoronarse.
-Lo sé pero es tan difícil.-
Lissa se tumbó sobre la cama, el escenario que había elegido esta vez era el de la habitación que compartíamos en el campus cuando habíamos huido de San Vladimir, parecía que había pasado una eternidad desde entonces. Me acosté junto a ella.
-Como todo en nuestra vida pero al menos no es aburrido. Falta poco, lo presiento, sé que todo se solucionará.-
Volteó a verme con duda en los ojos.
-¿Por qué estás tan segura?-
Llevé ambas manos a mi estómago.
-Porque así tiene que ser, este ser que llevo aquí dentro es fuerte, bueno y poderoso, gracias a él volvimos a conectarnos y gracias a él podremos superar esto, ya lo verás, solo tienes que confiar.-
-¿Cuándo me volví la fatalista y tú el rayo de esperanza?-
-Creo que fue cuando te coronaron amiga.-
Las dos comenzamos a reír como locas, y sentí como mis palabras habían logrado tranquilizarla, ya volvía a ser mi moroi optimista favorita. Comencé a percibir cómo alguien me llamaba desde lejos y la habitación se empezó a hacer borrosa.
-Creo que es hora de mis vitaminas, quisiera quedarme más tiempo.-
-Y yo pero no puedes dejar de fortalecer a nuestro milagro o no se cumplirá todo lo que has dicho, además ya nos veremos más tarde, es lo bueno de los sueños, siempre hay tiempo para ellos.-
Se acercó a dar un beso a mi mejilla y uno a mi vientre y luego todo desapareció.
-Rose, Rose, es hora de tus vitaminas.-
Abrí mis ojos poco a poco y tardé un poco en ubicarme, cuando lo hice, me incorporé en la cama y tomé las pastillas y el vaso de agua que me tendía Oksana.
-Gracias.-
Oksana me sonrío y quito el vaso cuando lo dejé vacío. Ella había llegado hace 3 meses junto con Mark y toda la familia de Dimitri y cuando digo toda es toda, Olena, la siempre "tierna" Yeva, Karolina, Sonja, Viktoria y los niños Paul, Zoya y Katya. Fue un regalo de Abe para Dimitri, su cara de felicidad no tuvo comparación. Desde que llegaron, Oksana se dedicó junto a Brigitte, Karp, Sidney y Yeva a cuidar de mí y mi pequeño, le estaba en verdad agradecida, no solo me checaban con todos los aparatejos médicos con los que mi viejo había equipado al lugar sino que también me utilizaban El Espíritu para calmar mis náuseas, aliviar mis ahora constantes calambres y mareos o simplemente revisar que todo estuviera en orden, Yeva y Sidney usaban sus conocimientos en herbolaria para prepararme tónicos homeopáticos que me sirve para dormir bien, relajarme, mantenerme fuerte y son ellas quienes crearon estas vitaminas que ayudan al bebé a crecer sano.
-De nada, es un placer. ¿Cómo te sientes?-
-Bastante gorda.-
-Jajaja es el precio del amor supongo.-
-Jajaja sí, tienes razón y lo pagaría todas las veces que fuera necesario.-
-Y ¿cómo van las cosas en La Corte?-
-¿Cómo?-
-Estabas con Lissa ¿no?-
-Ah, sí, siempre olvido que puedes ver esa clase de cosas. Bueno pues bien dentro de todo, ya sabes, todos están inquietos por la constante amenaza y a Liss le cuesta cada vez más el convencerlos de que se relajen pero es fabulosa y lo está haciendo realmente bien.-
-Es cierto, cualquier otro en su lugar hubiera renunciado hace mucho.-
-Probablemente pero ella es una Dragomir y los Dragomir no renuncian nunca.-
Oksana sonrió ante eso y yo la acompañé sonriendo también, no podía evitar sentirme tan profundamente orgullosa de mi mejor amiga, había superado con creces todas las expectativas que tenía, era la mejor. Por la puerta y con un desayuno digno de una reina, entro Dimitri seguido por Yeva.
-Pero que hermoso semblante, creo que llegamos justo a tiempo. Huevos con tocino, tortitas con mermelada de frambuesa, jugo de naranja y una orden extra de donas de chocolate a la orden.-
Mi amado ruso colocó la bandeja frente a mí y no tardé nada en atacar con todo a la comida, al parecer estaba hambrienta y ni siquiera lo había notado.
-Tranquila Roza, las donas no saldrán corriendo, come despacio.-
Levanté la vista hacia Dimitri y sentí cómo el color subía a mis mejillas, realmente me había visto muy desesperada. De repente Yeva le soltó una buena colleja y comenzó a reprenderlo.
-Déjala tranquila Dimka, ¿no ves que ahora come por 2 y que además debido a toda la situación en que se está dando el embarazo ella necesita de toda la energía que pueda conseguir? Ahora ve a la cocina y trae más de todo esto-
-¿Más comida? Pero...-
Y sí, le soltó otro golpe en la nuca.
-Bien, bien, ya entendí, ahora vuelvo.-
Y se fue con la cabeza gacha y las manos sobando detrás de su cabeza. Cuando terminó de salir, Oksana, Yeva y yo comenzamos a carcajearnos.
-Así es como se debe tratar a los hombres Rose, hay que amarlos lo suficiente como para saber cuándo reprenderlos.-
La cara de Yeva era de picardía total, ella era quien más me había impresionado en todo este tiempo, se había convertido en la abuela que no tuve jamás, no era cursi ni melosa ni mucho menos, era estricta, fuerte y muy divertida, siempre lograba hacerme reír. Tomó asiento al lado de mí y las tres comenzamos a charlar sobre los posibles nombres que podría ponerle al bebé, no había querido que me dijeran el sexo pues quería que fuera una sorpresa del momento pero seguía sintiendo que sería un niño, un pequeño Dimitri, supongo que solo quedaba esperar.
Ya estamos en la recta final, ¿qué les gustaría, una niña, un niño? ¿algún nombre que les gustaría para "el milagro"?