Una Nueva Aventura /Inazuma E...

By AlbinDrago

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¿Alguna ves te has sentido atada? ¿O te han obligado a pensar que lo que te hace feliz es malo? A mi sí. Por... More

Prólogo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Cargando...
Gracias

Capitulo 17

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By AlbinDrago

Inazuma Eleven no es de mi propiedad, el anime pertenece a LEVEL-5, yo solo secuestro a sus personajes e historia por mera diversión.

__Capitulo 17__ 

¿Kido ¿Kido Yuuto? ¿Enserio? ¿Él entraba en Raimon? Lo que pasa en este equipo cada vez se vuelve más surrealista.

Kido había decidido entrar en Raimon solo con el pensamiento de vengas a sus compañero, no podía seguir viviendo con esa rabia, y menos si Raimon comenzaba a incitarle para entrar en el equipo. El reglamento permite que cualquier jugador, que haya sido trasferido a esa escuela, pueda jugar con el equipo de fútbol, siempre que el partido no haya comenzado. Todos sorprendidos y algunos entusiasmados miraban al recién llegado, ver a tu mayor rival en tu equipo era chocante para cualquiera. Mientras que todos se reunían alrededor del castaño Ren se acercaba al chico apoyado en unas de las barras para sostener la parte cubierta de la banca.

― Tú lo sabías, ¿verdad?― Le dijo serio a ver esa sonrisa de lado que tenía.

― ... ¿Ahora quieres hablar?― Dijo seco poniéndose recto mirándole directamente a los ojos.― sera una serte que aguantes unos minutos.

Chasqueo la lengua, ¿cómo lo sabía? Sabía a que se estaba refiriendo, era a esos entrenamientos tan duros que estuvo haciendo hasta hace unas horas. No solo tenía las horas y horas de entrenamientos si no que el añadía unas cuantas más, y a llegar tarde a casa, en lo que cenaba y hacía las tareas le quedaba poco tiempo para dormir, sus leves ojeras le delataban.

― No sabes nada...

― No, no sé nada. Tampoco sé quien ahí abajo.

Ambos se volvieron a mirar, esta ves serios y casi se podría decir que peleaban con la mirada. Aun que ellos no se daban cuenta su discusión ahora era presenciada por Endo. A verles tan apartados, y con el entrenador empezando a dar la alineación, debía de ir a por ellos.

― Goenji... Ren...― Susurró a notar la tensión que había entre ellos dos.

Sus serias miradas cambiaron a la del castaño, a verles ambos se relajaron un poco, el moreno más que el goleador estrella de equipo.

― ¿Ah? Lo siento capitán.― Rió levemente acariciando su nuca mientras se alejaba de ellos dos acercándose a los demás.

― Ah... si... Goenji.― Mira al chico estirando la mano cuando va a seguir el mismo camino que el otro. ― ¿Qué... qué es lo que os pasa?

― Um... El partido va a comenzar.― Le dijo sin verle antes de correr junto a los demás a su puertos en el campo.

Un confundido Endo miraba a ambos chicos antes de negar y golpear con suavidad sus mejillas. Debía concentrarse.

No estoy orgulloso de mi comportamiento los días anteriores al partido, ni los que vienen más a delante. Pague con Shuuya-kun mi enfado cuando él solo quería ayudarme. Ese partido si que lo jugué, estaba en la banda izquierda de central defensivo y Kido en el medio del campo atacante. El partido no fue nada fácil, nos ganaban por uno y no había forma de marcarles, su Muro Invencible, era asombroso. No podíamos hacer nada, todo nos salía mal. Incluso durante los diez primeros minutos, no sabíamos ni como dar un pase, parecíamos negados. Menos mal que Kido estaba en el campo para echarnos una mano. Desde la primera vez que le vi no me agrado para nada, pero ahora... después de tanto tiempo se podría decir que le aguanto un poco más, aun que solo un poco. Con solo estar diez minutos con nosotros ya sabía como jugábamos y pudo solucionar nuestro problema.

La primera parte terminó y el marcador seguía igual, y eso que intentemos marcar como fuera, con la Veleta de Fuego, Tornado Drago, Tornado de Fuego. Daba igual que usáramos, no había forma de romper su defensa... incluso yo... comenzaba a perder la paciencia. No llegué a perderla del todo, no me cegué con la idea de marcar, como aquella vez, y por suerte, "no herí a otro dragón".

Todos estaban reunidos cerca de la banca. Aunque estaba cerca de ellos, y medio oía la táctica que proponía Kido, él solo sostenida con rabia y fuerza su botella mirando el suelo del mismo modo. No lo soportaba, no podía aguantarlo, nunca pudo. Que las jugadas no salieran como el quería le hacía perder la paciencia, querer echar a correr de un lado a otro sin importar como acabara, solo deseaba marcar. Debía anotar.

― En el segundo tiempo Someoka ira a la delantera

― ¿Eh? ¿Él ira solo?― Preguntó Endo sorprendido.

― Entiendo que el Muro Invencible se le ve imponente, pero tiene una debilidad. Ustedes vieron que esa técnica es realzada por tres personas. Someoka, necesito que hagas un finta, y procura alejar al jugador cinco del cuatro, ¿entendido? Solo de esa forma no harán el Muro Invencible.

Esa revelación asombro a todo. "con que era eso". Aun que todo veían bien cambiar la formación del equipo a Handa no le hacía ninguna gracia. El Raimon jugaba con dos puntas: Goenji y Someoka. Nadie más ni nadie menos, era imposible que solo Someoka se quedará en la punta. Era una locura.

― Veo que no lo entiendes.

― ¿Qué dices?

― Escucha. Este es el Torneo Fútbol Frontera, aquí solo los equipos más fuertes se quedan hasta el final, en estos momentos ustedes se encuentra a la mitad de un partido, se equivocan si vinieron hacer amistades. ¡Entiendan, están a nivel nacional!

Las palabras de Kido dejaron a todos asombrados, al menos a la mayoría. Tanto Goenji como Ren, bueno, quien hay debajo de Ren, han jugado un Torneo Fútbol Frontera o algo parecido. El mayor el año pasado, y el otro un torneo muy parecido cuando vivía en España. Las palabras del castaños dejaron pensando al único moreno del equipo. ¿Qué estaba haciendo?... esto no era un pequeño partido, o torneito. Esto no era una tontería. Era el Torneo Fútbol Frontera.

― Confiamos en ti.

Miró sorprendió a su amigo, incuso él había madurado tanto... mordió su labio inferior comenzando a darse algo de cuenta con lo que estaba haciendo. Este no era el momento para sus chiquilladas, no podía seguir de esta forma. Este no era el camino. No solo el de extraña mancha en su cuello se sorprendió por sus palabras. Someoka por unos segundos también lo hizo, pero enseguida decidió aceptar. Handa aun no estaba muy convencido, pero aun así tuvo que aceptarlo. Su capitán se lo estaba pidiendo.

El segundo tiempo comenzaba con el saque de centro del Sembayana, el equipo no se lo pensó ni un poco lanzándose al ataque, pero en uno de sus pases Kido consiguió detenerlo y subir junto a los demás, como tenían planeado Someoka se adelantó llevándose consigo al defensor número cinco. Era el momento. Kido centró, dejándolo para que Kabeyama y Goenji lograrán marcar con su Gol Relámpago. El gol era para ellos, pero no. No lo fue. el defensa, consiguió llegar a tiempo realizando el Muro Invencible como siempre.

― No entiendo, ¿cómo llegó tan rápido ese defensa?

― Que veloz.

Ren miraba al los defensores del equipo contrario serio, como estaban todos sus compañeros, esto comenzaba a ponerse cada vez más feo.

"Tú velocidad, es tu mayor virtud"

Una y otra vez razonaba esa frase en su cabeza. El partido continuaba, y mientras seguía luchando con sus compañeros para conseguir anotar, y defender para que le diferencia no aumentase, en su mente no paraba de sonar la voz de su hermano repitiendo una y otra vez la misma frase. ¿¡QUÉ DEMONIOS QUERÍA DECIR?! Una nueva jugada, esta vez era la Veleta de Fuego, pero no cambio nada, no había forma de anotar. El partido continuaba, y ahora Matsuno se debatía con un jugador contrarío para que no le quitará el balón. Kido, nervioso comenzaba a buscar el modo de romper esa muralla, pero lo veía muy negro, bueno, lo vio hasta el momento que se percató del gran hueco que había en el centro. Llamó a Endo y este lo entendió en seguida, saliendo de su portería para subir corriendo a realizar su técnica con Goenji. El Gol Relámpago Uno.

 Pero ni esta técnica cambio nada, al menos en el terreno de juego y por ahora.

El castaño a ver como sus compañeros estaban tan decaídos no pudo dejar las cosas así.

― oooh, oigan. Muchachos... ¿Qué les sucede? ¿Por qué eso rostros? No me digan que ya se resignaron y que ya no harán nada al respecto. El partido todavía no se termina. ¡Domon, Kurimatsu, Kazemaru!

― Pero... no podremos con ese muro destructible...

― No cabe duda que necesitamos más súper técnicas.

― ¡Aun contamos con una! Y no me refiero técnicas como: la Veleta de Fuego, o el Gol Relámpago Uno. Nuestra verdadera súper técnica es: ¡Mantener la esperanza hasta el final! ¡Desde que jugamos con Teikoku hemos echo eso! Con la escuela Sobrenatural, Con la secundaria Salvaje, con la secundaria Gris, con la secundaria Otakus, y hace poco con la secundaria Ninja. ¡Rendirnos a estas alturas sería algo absurdo! Lo siento pero yo no me resignaré, sé que si lo hago todo se acabará. ¡Este no es nuestro estilo de fútbol! El de nosotros se mantiene con gran entusiasmo hasta el final, ¿no lo creen? Entonces... ¡Continuemos jugando de esa forma! ¡Demostremos nuestro fútbol!

Las palabras de Endo causaron un fuerte golpe en el cuerpo de todos sus compañeros. Su fútbol no consistía en quien jugaba en la punta o en la defensa o centro del campo, su fútbol era ese en el que nunca se rinden, en el que dan todo para ganar, cuesto lo que cueste. Aun que solo quedaran diez minutos, el partido no ha acabado, aun pueden ganar. Con los corazones agitados y con ganas de ganar fuera como fuera, Kido comprendió la fuerza del Raimon, esa fuerza que le había llegado hasta ese lugar.

Mientras miraba al castaño notaba como su corazón latía con mucha más fuerza. Sus sentimientos se agitaban y con ellos sus ganas de luchar para ganar, incluso esas palabras que no paraban de resonar en su cabeza comenzaban a tener un pequeño sentido.

― Mi virtud... pero... cual es mi virtud...―Susurró antes de sonreír a entender las palabras de su hermano.― ¡Chicos! Tengo una idea.

El grito del moreno y su sonrisa llamó la atención de todos, no pensaban que él llegaría hacer algo así en un partido. Sin perder más tiempo se reunieron para escuchar la idea que tenía.

Raimon tenía que sacar de esquina y quien sacaría sería Handa, miró a su alrededor viendo a todos los jugadores, Hasta Endo había subido atacar. Su mira se cruzo con el chico de cabello moreno, asintieron y con el pensamiento de: "Espero que este en lo cierto", Handa lanzó con todas su fuerza un pase central, iba para Someoka. Este se quito de su marca, pero no le sirvió de nada, el portero, despejo con los puños. El balón llegó a Endo, quien le paso con la cabeza a Ren. Este que había sido pasado por alto entre los jugadores del Sembayana, por su juego tan brusco y directo en la primera parte, no era ninguna amenaza o eso pensaban. Mientras que sus compañeros distraían a los jugadores contrarios, él podría corres desde su propio cambio hasta el otro, sorprendiendo a todos, y recogiendo suficiente fuerza para su técnica.

― ¡Os tengo!― Dijo con una sonrisa a encontrarse a escasos metros del portero sorprendido.

Con el balón aun en el aíre chuto de lado apoyándose con una pierna en el piso. Del balón salieron unos pequeños rallos de color plateado, pero no duraron mucho. Una vez pateo acabó cayendo la suelo viendo como su disparó era rechazado a perder casi todo su poder por no estar acabada la técnica, vio impotente como el balón se alejaba de donde estaba.

― ¡Esto no se acaba aquí! ¡Kido, Goenji!

El primer nombrado se sorprendió y con unos rápidos movimientos atrapo el balón. Chuto sin pensarlo, haciendo que el balón fuera recubierto por una potente luz morada mientras se elevaba, una vez en su punto más alto unas descargar eléctricas doradas salieron del balón mezclándose con otros de color blanco y morado. Los tres chicos saltaron para chutar a la vez. Kido desde la parte de arriba, Endo y Goenji de chilena, el primero al lado izquierdo y el segundo al derecho. Un disparó lleno de energía y poder fue directo a puerta. El Sembayana les esperaba ya con su Muro Invencible. Pero esta vez ni eso pudo detener su tiro, su Relámpago Destructor. Habían destruido la muralla que les había hecho invencible.

― ¡Kido!― El joven portero se acerco al nombrado con una sonrisa. El de rasta le respondió con una sonrisa de lado y asintiendo. ― ¡Un gol más y lo lograremos!

/_·_·_·_/

En el televisor se podía escuchar como se narraba el partido de Raimon contra el Sembayana. Su mirada oscura y con aburrimiento se levantaba del suelo, para ver que era lo que provocaba tanto jaleo en aquella barbería. Su mujer le obligó a pasar por ahí para que le recortara algo el cabello, lo que él no sabía es que habría un televisor donde estaría echando el partido de un torneo juvenil.

― No sé como ese muchacho puede estar en la cancha. Ni siquiera a podido anotar.― Se quejo un hombre que miraba la pantalla atento.

― Si, en que estaría pensado el entrenador.

Algo curioso miró la pantalla, en ese memento la cámara apuntaba al joven de cabello negro sentado en el suelo a fallar su disparo. La imagen duró segundos ya que enseguida pasó a los otros tres jugadores para ver como realizaban la técnicas. Sus ojos se abrieron mucho más de lo normal. ¿Sus ojos les engañaban? Levantó sus gafas para flotar sus ojos, no podía ser. No... no podía ser. Solo había sido una ilusión, ese jugador no tenía esa marca en el cuello. No podía... solo su hija y la familia de Shino tenían esas marcar. Era imposible... nadie más en esa familia podría estar allí, las edades no coincidían. Y su hija no era, no era ese chico, su hija estaba en casa...

― Disculpe por la espera.― Se disculpó el hombre mayor antes de ponerle una bata para impedir que los pelos cortados quedaran dentro de su ropa.― Bien, señor...

― Fire, Katsu Fire.

/_·_·_·_/

El partido había acabo, al final acabaron ganando. El contrario estaba tan sorprendido por la destrucción de su mayor técnica defensiva que a Someoka no lo fue complicado anotar con su Impacto Dragón. De vuelta en Town Inazuma, Goenji y Kido, este ultimo guiado por el primero, caminaban para subir a la parte más alta de la ciudad, la torrea Inazuma, aunque el castaño no tenía ni idea de a donde iban. Según comenzaron a subir escaleras se podía escuchar pequeños sonidos de esfuerzos, una vez en la parte de arriba vieron perfectamente como Endo recibía un golpe con el neumático cayendo de espalda.

― ¿Endo?

― Al final as venido, ¿eh?

El mencionado retuvo por unos segundos el dolor que sintió antes de ver confundido a los dos compañeros. Se quito el neumático de la espalda y se sentó con el de rasta en la banca comenzado hablar, mientras que el otro estaba más pegado a la valla de seguridad mirando la ciudad.

― Pero no veas la sorpresa que me dio verte de repente en el campo. Ni se me había pasado por la cabeza que eras tu quien venía.― Dijo con tono feliz y bromista el portero.

― Bueno, pues, perdona por la sorpresa.

― Pero me alegro muchísimo. Porque siempre lo estuve pensando: lo genial que sería jugar contigo. Te lo digo de verdad. Desde la primera vez que detuve uno de tus remates. Pensar que en este mundo había alguien capaz de lazar un balón así. Además con tu visión de juego, y tu talento.

― Pero en el fútbol no vasta con eso para poder ganar. Si me paro a pensarlo, creo que fue en aquel entonces. Se me ocurrió la temeraria idea de que existe un fútbol completamente distinto.

― ¿Un fútbol distinto?

― Si. La verdad es que no sé muy bien de que se trata. Pero, cuando jugábamos juntos me vino a la cabeza. Y me parece que aquí podría descubrirlo. Si tuviera la oportunidad de volver a chutar un balón con Goenji.

― Kido, entonces encantados de contar contigo.― El de banda se puso a su lado tendiéndole la mano, el otro le sonrió juntando sus manos para sellar eso. Volverían a jugar juntos.

El de cabello en punta no interrumpió en la conversación de los dos castaños, a Endo se le daba mejor hablar que a él, y aparte de eso su mente estaba bien lejos de ahí. Sabía que Kido tenía que acabar viendo el loco entrenamiento de Endo y hablar con él, y sabía que si no le llevaba él, Kido nunca llegaría a conocerlo. Pero aun así, una vez ellos dos se pusieron hablar su mente comenzó a perderse entre sus diferentes pensamientos, y en la mayoría de ellos había dos nombres propios: Rosenthal y Ren. Comenzaba a preocuparse por su amiga, y más que comenzaran a tratarse de ese modo, no lo soportaba. Prefería mil veces estar tranquilo con ella hablando de lo que sea, y no teniendo que regañarle por pasarse con los entrenamientos. Se preocupaba por ella. Que le iba hacer si comenzaba a comprender porque le dolió tanto que Rosenthal se fuera hace seis años, sus ansias por descubrir si Ren era ella y que se molestara cuando miraba de esa forma a su amigo. Seguía mirando el horizonte, viendo como al cielo le queda menos de unos minutos para ponerse completamente oscuro... quería hablar con ella, ayudarle con su técnica... pero claro... acabarían discutiendo.

/_·_·_·_/

Aki terminaba de guardas sus cosas para mañana ir a la escuela cuando su teléfono comenzó a sonar. A levantar la carcasa no reconoció el número, no lo tenía en su agenda.

 Contesto a la llamada y lo que escucho al otro lado le sorprendió, y heló un poco su sangre.

― No puede ser... ¡Ichinose!

Continuará...

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