Antes de empezar, quiero aclarar:
Que se den cuenta que es otra versión, es como una secuela como ya lo había comentado antes. (Dejando a lado lo de la perspectiva de Harry) a menos que ustedes quieran que siga como en la novela, pero con la perspectiva de él. Sólo quiero aclarar que es una historia que pasó antes y después de que Harry regresará, sino lo quieren leer de esa forma, entenderé que quieran la versión de Harry con Posesivo y Agresivo...
Sólo les pido que lean antes este capítulo, y si de plano no queda. Dejaré las cosas como están y borraré la obra.
Antes de Harry, el sigue en Roma.
Parte 2
Fue cuando él apartó su mano de mi brazo poniéndose en medio de los dos. Entonces, el hombre de pellejo abundante mira dudoso. Como si realmente no creyera que venía con él.
—Charotte, ¿ya nos vamos?
¿Como me dijo este wey?
Yo seguía tratando de encontrar a mis amigos, pero se habían olvidado de mi, sabía que esto no había sido bueno. Sabía que debí quedarme en el departamento y dejar que el tiempo pasará.
—No te lo creo, yo la ví primero—no supe cómo, pero pareció verse en cámara lenta.
Hombre pellejo empuja al chico y este también hace lo mismo, así que pellejo lo toma de los hombros y lo desliza fácilmente para quedar conmigo, y es cuando me toca los labios.
El chico se levanta, y mira la escena que por mí ya estuviera llorando, lo quita de mi lado y lo golpea en la mandíbula. El hombre que minutos antes estaba sentado en la silla, cae al suelo con el labio partido.
Ahora el que parece atender la barra, un chico no más de veinte corre adentro del mismo club y no lo vuelvo a ver.
Los dos hombres siguen golpeándose y tomándose de entre las ropas y las personas abuchean ¡Pelea! Algunos salen del lugar y los que siguen viendo no hacen más que ver.
Minutos más tarde, el barman, llega con una escoba dándole golpes al hombre mayor que sigue en el suelo, diciéndole que se vaya o llamará a la policía.
¿Cómo es que aún Jamie y Kelsey no saben al menos que hay pelea aquí?
Dos guardias de seguridad llegaron y se los habían llevado a los dos a no sé dónde, y no pude haberle dicho algo al chico que me defendió, así que tome mi teléfono para pedir un taxi.
El chico del bar me dice que si estoy bien o que si me ha hecho daño, pero yo solo tengo los ojos perdidos, pensando en que todo estaba volviendo a lo mismo. Como si el círculo nunca terminará para mi.
—No, estoy bien, me tengo que ir.
—¿Estas segura?—mira por todas partes de mi rostro, como si no creyera que le dijera la verdad.
—Estaré bien, puedo caminar yo sola, gracias—le doy una sonrisa para que vea que no me había hecho nada, y salgo de la barra de bebidas entrando a empujones en la pista entre toda la gente, tratando de buscar a Jamie y Kelsey pero ninguno sigue sin aparecer.
Así que salgo del club y pido el taxi.
* * *
—¿Seguirás enojada conmigo?—ignore hasta el bombón de malvavisco que tiro en mi cara que había caído justo en el plato.
—Perra—le dije apretando los dientes.
Desde que había salido del bar hace dos días llegue al edificio saliendo del elevador. Caminando por el pasillo, llamando a la chica con la que compartía un hogar, pero esta seguía con su teléfono apagado, con lo que me cansé de llamar y llegue al dormitorio.
» Camine hasta llegar al pasillo y ví que la puerta estaba entre abierta, y pensé lo peor, y sin Kelsey y Jamie que estuvieran para saber quién había entrado no tenía algo con que defenderme.
» Tal vez alguien había forzado la cerradura, y quisiera algo para llevarse. Por lo que tuve que respirar varias veces para controlarme y buscar algo afilado con que apoyarme pero estaba totalmente oscuro. A tan altas horas de la noche no había ni un alma y mis vecinos eran ya mayores de edad.
¿Que podría hacer un anciano con un paraguas o un cuchillo?
Ir directo al hospital, porque una chica fue debil y busco a un anciano ochentero para pedir ayuda a un delincuente que era alguien fortachón como los que pasaban en las películas.
Eso sería algo terrible, asi que prefería salir yo lastimada que alguien más.
Empuje la puerta y camine de puntillas para no hacer ruido alguno, estaba que mis emociones querían chillar de la adrenalina que sentía por si algo llegará a pasar, pero no veía nada, las cortinas estaban cerradas y era poca la luz que entraba al salón por la calle y por la vista de la playa, y lo único que pude encontrar fue la escoba–con la que me recordaba que momentos atrás no iba a ser de mucha ayuda, pero era algo–; seguí caminando y escuche un ruido fuerte en el cuarto de Kelsey, lo que provocó que me pusiera más nerviosa.
¿Y si había llegado y la tenían amarrada a la silla, o peor aún, la estaban violando?
En el fondo se escuchaban ruidos como si estuvieran tratando de amarrar a alguien y yo seguía apretando con todas mis fuerzas la escoba, no iba a llamar a la policía porque no parecía que aún hayan dejado desastre así que trataría que se llevarán las cosas y que nadie saliera herido.
Un grito ahogado y unos fuertes chirridos–que se pudieron haber escuchado en todo el salón, ahora sabía que sí había alguien en la casa y peor aún, podría tener un arma–más que preparada para usar la escoba y encender el interruptor, me arme de valor con mis piernas temblandome y con mi cara llena de miedo al enfrentarme a alguien.
Corrí con todo, y golpe todo lo que se atravesará en el camino fuertemente, así que escucho a las personas dándoles en lo que parecía el pecho y la cabeza, gritaron de dolor que ni yo misma me lo pude creer.
—¡Demonios! ¡Pero que dura está!—yo seguía golpeando hasta que se me cansaron los brazos.
Encendieron la lámpara y fue cuando la escoba calló al suelo. Mi cara describía furia y vergüenza.
—¡Cabrones!—grite viéndolos desnudos tapándose lo que pudieran ser sus tetas o su desesperante extremidades bajas.—¿que tú no le vas al bando de que ten por atrás,he?—continúe molesta y caminado de lado a lado.—¡casi un hombre me toma queriendo hacerme daño y ustedes aquí pegados como conejos haciendo ruidos de focas!
Kelsey no podía verse mas roja e ida de lo que se veía a diferencia de Jamie que no dejaba de taparse a su amigo de querer mirar al exterior.
—Acabas de decir "casi"—dice el idiota pelirrojo entre comillas—osea que no paso nada y estas bien.
Mi boca se entre abrió por lo que salieron y acto seguido fue que volví a tomar la escoba del suelo y golpearlo en la cabeza.
—¡Eres un cerdo! ¡alimaña! ¡No!... ¡Ofendes... a... los...pobres... animales, ningún ser se podría comparar algo como... tú!
Jamie tomo a como pudo la escoba tratando de quitarmela y mirando mi expresión, Kelsey seguí ahí abriendo y cerrando la boca, como si no pudiera hablar.
—Es que... bueno... te vimos en la barra y como te tardabas, en serio, fueron como diez minutos—mi boca estaba abierta y pensando que en esos diez minutos fue un desastre que ellos pudieron haber visto—comenzamos a bailar, pensábamos que ibas a venir con nosotros, pero... seguimos y seguimos tomando y e-esto se encendió empezamos a besarnos y cuando tomamos el auto... llegamos... bueno... y... aquí estamos—mira disimuladamente al suelo, apenada.
—¡¿Cómo pudieron dejarme en el bar?! ¡Sola!—Jaime tomo algo de la sabana y puso su ropa interior y ayudo a que Kelsey también, yo tuve que voltearme porque no sabía que podría hacerle a esos dos cavernícolas hormonales ahora—¿sabes que pasaron en esos diez minutos que no fueron a ver porque no llegaba con ustedes? ¡Ese hombre pudo haberme hecho algo terrible!
Y así pasaron los días y yo seguía sin hablar con ella.
* * *
—Dije que lo sentía, ¿okay? Te pedí perdón cuando sacaste a Jaime y te pedí perdón cien veces más cuando fuiste a tu cuarto y te encerraste... no sé qué más hacer.
—¿Pudiste haberme llamado, no crees?—escupo de mal humor.
Cuando termino, voy al refrigerador por leche pero me di cuenta que sólo había pizza de hace tres días y algo de ensalada así que cerré la puerta y suspiré porque ni eso había en la casa. Tome los platos sucios de la mesa y los dejé en el fregadero dejando en el aire la conversación con mi compañera de dormitorio, decidida a salir del lugar de un fuerte portazo.
Sali a la calle y encendí el auto de Kelsey de mala gana. A dirección al supermercado para comprar algunas cosas para comer.
No he podido dormir desde que pasó todo eso el el club y seguía sintiéndome sola al pensar que Hanna no había llamado desde que me mudé con Kelsey cuando la conoci, eso me ponía aún más deprimente.
Abarque el coche en el estacionamiento y fui por un carrito, tómala las cosas sin pensarlo, tratando de despejarme pero era difícil no poder perdonar algo como eso,no aún.
Llegue a la zona de frutas y tome unas cuantas verduras y unas naranjas, hasta que tome la bolsa para depositarlas y está se rompió, haciendo caer al suelo todas y que la gente me mirara. Que buen día, genial. Suspiré llegando a la caja hasta poner todo en el carrito y salir del súper, seguía pensando en si podría o no hacer sufrir un poco más a Kelsey cuando mi teléfono sonó.
Era Hanna.
Me quede con la boca abierta y el carrito chocó con un poste, así que no sabía si ir primero por el carrito y contestar.... El carrito ya casi estaba a orillas y caerían todas las cosas así que corrí y ví a alguien que trataba de cogerlo pero este calló. Sonrojada amablemente un hombre ayudo a recoger la comida y de la vergüenza no podía taparme la cara roja así que llegue lo más rápido posible al auto.
—¡Oye, espera!
Escuche decir de alguien, pero no quería mirar, seguí mi camino hasta llegar al auto cuando...
—Oye.... es...pera—dice exhausto—la naranja de fue rodando y pude alcanzarla—mi piel dio por erizarse y mis ojos a casi derretirse—¿Tú eres la chica del Club, no?
Por supuesto que lo recordaba.
—Yo... si... sabes, nunca te di las gracias por lo del Club.. yo no creí que... enserio gracias, te debo una.
—Está bien, solo que no fue buena idea golpear aquel tipo, ¿verdad?—carraspeó y su sonrisa se elevo para que mirara una sonrisa.
—Fue una mala idea, solo quería hablar contigo... y ese idiota se volvió totalmente loco—me dió la naranja y yo estaba por dejarla caer hasta que mis sentidos volvieron.
Santo dios.
—Cuando te vi—se llevo su mano a la nunca y me miro a los ojos—no pensé en nada de eso... se merecía el golpe que le dí, lo va a recordar.
Tenía unos bonitos ojos azules y llevaba unos jeans con esa bonita camiseta negra.
—Soy Andrew Maschwitz.
—Clary, Clary Montgomery—seguí caminando queriendo llegar más pronto al auto, pero el pareció seguirme.
—¿Harás algo por la noche?
¿Qué?
—Bueno, tenía pensado ir...
¿Por qué carajos estoy hablando con éste?
—Tengo que irme Andrew... de nuevo, gracias.
—¿Podría verte de nuevo Clary Montgomery?
—Ni siquiera te conozco, ya te agradecí por salvarme así que es mejor que me vaya—trato de caminar más rápido.
—¿Puedo invitarte a salir?—se poza frente a mí y sostiene las bolsas en mis manos.
Dios, no.
—N-no... no creo que deba.
—Tú habías dicho que me debías una. Quiero cobrárte.
Maldita sea pensé que se decía solo por decir. Ahora veo que no todo lo que vez en las películas debes de decir.
—¿Sabes dónde está la costa oeste?—asiento, sin comprender.
—Te veré en el muelle, habrá una feria en dos días. ¿Te parece?—volví asentir, sin captarlo, aún.
Andrew sonreía y dejo de caminar, estiro algunos mechones de su cabello y miro a otro lado que no fuera en donde estábamos.
—¿Te pasa algo?—lo mire.
—Ya no se que más decirte para que te quedes—hecho a reír, y volviendo a sacar los dientes que parecían perlas.
—Bueno, algo se te ocurrirá—reí—nos vemos.
—¡Clary! nos vemos a la ocho...
El salió trotando a la esquina y corrió para ya no poder verlo más. Sonreí al pensar todo lo ocurrido esa noche. A dos filas más, encontré mi auto, y me dirigí a él para entrar. Puse las bolsas en el lado del copiloto y antes de encenderlo me puse el cinturón de seguridad y lance mis palmas a mi cara y sonreí como una tonta.
Dije martes, lo sé, pero me quedé hasta las cuatro de la mañana escribiendo, como dije antes, si no les gustó, daré la perspectiva de Harry o borraré la novela si es lo que quieren. Pero quiero decirles que gracias por haber seguido aquí esperandome hasta que publicara, perdón por la tardanza y espero sus comentarios, los amo💕