What About Angels? (Camren)

By camrenswizzle

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SECUELA DE "ANGELS TO FLY" Después de un largo año, Lauren Jauregui está de vuelta en el mundo humano. Ambas... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33 (FINAL)
Epílogo

Capítulo 24

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By camrenswizzle

Ódienme. No me arrepiento de esto.
-Italy
....................................................

Había pasado ya un mes desde que Lauren había dejado en paz a Camila.

Las pesadillas de Lauren trataban sobre el momento en el que Camila había salido del auto corriendo, pero no tenía caso que la ojiverde la buscara, pues le había jurado ya algo.

Camila amaba a alguien más, se lo había afirmado con sus propias palabras.

Ese día llegó a casa y cayó sobre el sofá. Se sentía muy débil y apenas podía caminar, así que no entendía cómo había llegado si quiera a la puerta de su apartamento. Lo único que sabía, era que cada día se sentía más enferma, aunque trataba de ignorarlo.

Camila, por otro lado, habló con sus amigas acerca de que ya no dejaría la universidad, así que ya no tenían que ayudarla a idear un plan para decírselo a Austin, o a sus padres.

Ese día había peleado con Becky, pues se había enterado de que la ojiazul ayudaba a Lauren, sin embargo, la perdonó y siguieron con sus vidas normales.

Lo más normal que Camila y Lauren podían llevarla, al menos.

Ambas sentían el gran vacío al estar separadas, pero no había nada por hacer ahora.

Todo había terminado ya. Eso fue lo que creyó Camila.

Su relación con Austin seguía avanzando como cualquier relación, y llegó un momento en el que el chico castaño aceleró el paso.

Camila no estaba segura de cómo reaccionar, pero no sabía que esa semana sería la que cambiaría el giro de toda la historia.

Era martes, y las clases habían comenzado, pero Lauren iba retrasada, aunque realmente no le importaba. 

Últimamente ya nada le importaba. De igual forma Dinah, Normani y Ally ya no le hablaban, así que sólo tenía el apoyo de Vero y Lucy, e incluso tal vez el de Becky y Troy. 

Tenía que recoger unas cosas en su casillero, así que de mala gana fue a este, que estaba a un lado del cuarto de intendencia.

Al cerrarlo, escuchó unos ruidos muy extraños, y al poner más atención se dio cuenta de que se trataba de los gemidos más falsos que había escuchado en toda su vida, más bien sonaban como gemidos de auxilio.

Notó que venían del cuarto de intendencia, así que decidió abrir la puerta, encontrándose con una sorpresa.

Dicen que la curiosidad mató al gato. Lauren comprobó lo cierto que era ese dicho.

-Vaya doctor, qué bien revisa a sus pacientes.- fue lo que Lauren dijo a Austin, quien besaba salvajemente el cuello de Camila y no se había dado cuenta de la presencia de Lauren.

Al escuchar la voz de la ojiverde, Camila aventó al castaño lejos de ella.

"Soy yo quien debería tocarla así, pero con la delicadeza con la cual merece ser tratada" pensó Lauren, pero no sabía que Camila la había escuchado.

-Lauren... Yo... Yo...- trataba de hablar Camila, quien tenía la respiración demasiado agitada, el rostro enrojecido. Cuando Lauren prendió la luz, notó las marcas en el cuello de ésta, las cuales estaban demasiado rojas que parecían dolorosos moretones.

-Deberías estar en clases, Lauren. - regañó Austin.

-Creo que ustedes también, pero comencé a sentirme mal y decidí buscar al doctor. La profesora me dijo que podía buscar a un estudiante de medicina, pero si vas a revisarme de esa manera, entonces prefiero ir a casa y esperar mi lecho de muerte.

-Lauren... No digas eso...

-Camila.- se sorprendió Lauren al escuchar la voz de la morena. –Creí que te había comido la lengua el gato... Literalmente.- dijo, viendo fijamente a Austin con ojos retadores.

-Lauren, por favor. Austin, déjanos un momento a solas.

-Oh, lo siento Camila, no entraré a ese cuarto de intendencia contigo. Quién sabe cuántas personas te cogieron ya allí.

Inmediatamente recibió una bofetada. Creyó que Camila se la había dado, pero en realidad Austin reaccionó más rápido y la golpeó con la palma de la mano.

Lauren se lanzó furiosa hacia él y lo golpeo un par de veces en la cara. Camila sabía que la ojiverde estaba irracional por el enojo y, por lo tanto, golpearía a Austin hasta dejarlo inconsciente. Tal y como sucedió con Noah alguna vez.

Camila empujó a Lauren fuera de Austin, quien se levantó ligeramente adolorido y con la nariz sangrando, pues los golpes de Lauren no habían sido tan fuertes como para dejarlo desmayado en el suelo.

A Camila le extrañó, pero no sabía que el ángel al cual sostenía lejos de su novio se estaba debilitando cada vez más, y aunque el ataque de ira le devolvió mucha energía, no era la que un ángel necesitaba.

-Lauren, tranquilízate por favor.- forcejeó Camila para sostener a la ojiverde. –Habla unos minutos conmigo.

La ojiverde se soltó bruscamente del agarre de Camila y entró al cuarto de intendencia.

-¿Vas a venir o qué?- le preguntó a Camila, y seguido se dirigió a Austin. –Más vale que no te vea aquí cuando salgamos.

-No voy a dejar sola a Camila, no contigo.

-Austin.- llamó Camila. –Está bien. Ve a clases y te veré al rato en mi casa.

La puerta se cerró, y cuando Camila volteó hacia su ex novia, ésta estaba con los brazos cruzados y sus ojos eran de un verde tan oscurito y apagado, que no supo si estaba enojada o triste.

Tal vez un poco de ambos.

-¿Qué estabas haciendo aquí con él?- preguntó enojada la chica de las alas.

-Lauren, no es lo que parece.

-¿Entonces qué es? Si yo no hubiese llegado, quién sabe qué tanto se hubiera puesto a hacerte aquí.

-Ya te dije que no es lo que parece.

-¿Te has acostado con él?

-Lauren, no se trata de eso...

-Por supuesto que sí, Camila. Tú no puedes acostarte con alguien que no sea yo, simplemente no puedes.

-¿Y tú sí puedes acostarte con la primera chica que veas frente a ti? Te acostaste con Keana, y no sé con cuántas chicas más has estado. No es justo, Jauregui. Entiende que ya no somos nada.

-Somos todo y nada a la vez, Camila, y lo sabes.

-Prometiste que ibas a dejarme en paz, creí que eras alguien de palabra.

-Te dejé en paz, pero no soporto la idea de que estés con alguien más, que alguien te toque como yo lo hacía... No puedo soportarlo, Camila.

-¿Y crees que a mí me alegra que tú sí puedas cogerte a la gente que quieras?- preguntó Camila, bastante molesta.

-Es diferente...

-No, no es diferente.

-Dime si te has acostado con él. Tienes que decírmelo.- exigió Lauren.

Hubo un muy largo silencio que pudo haber durado botas, hasta que Camila finalmente respondió.

-Sí, me acosté con él.

***

Toda esa tarde Lauren estuvo dando vueltas por toda la ciudad en su motocicleta ya reparada.

No sabía a dónde ir.

Se sentía perdida.

Camila era su hogar, pero Camila ya no era suya. Ya no más.

Decidió estacionarse en el primero lugar al cual el viento la llevara.

Por azares del destino, cayó en unos de los bares más escondidos de Nueva York.

Al entrar era un lugar muy poco higiénico, pero al verdad no le importó. De igual forma no había nada de lo que pudiera enfermarse ahí.

Tomó asiento y pidió su primer ronda.

***

-Mila.- llamaron desde el otro lado de la puerta. –¿Por qué demoras tanto?

-Ya voy.- gritó Camila.

Se encontraba en el baño de su habitación, usando una bata rosa pastel, la cual escondía su cuerpo cubierto con un conjunto de lencería negra bastante sensual.

Se miraba fijamente al espejo, recordando la escena con Lauren.

Hablando con ella, se dio cuenta de que jamás podrían ser libres, porque un vínculo las unía aún.

Jamás podría dejar de ser de Lauren, y Lauren tampoco podría dejar de ser suya, a menos que rompiera esa enorme vínculo que las unía.

Jamás se había acostado con nadie que no fuera la ojiverde, y creyó que su error estaba ahí.

Llamó a Austin, y le dijo que finalmente quería hacerlo.

El chico castaño le había insistido mucho, y finalmente se le estaba haciendo realidad el sueño, sin saber que Camila sólo lo estaba utilizando, que Camila en realidad no quería eso.

Finalmente salió del baño y se encontró con Austin acostado en una pose seductora y sólo en bóxer encima de su cama.

La escena la asqueo, pero no podía hacer nada al respecto.

-¿Estás segura de que quieres hacer esto, Mila?

La morena cerró los ojos y suspiró.

Era la única forma.

Camila tomó dos copas de champaña llenas, le ofreció una al castaño y ella tomó de la otra. La botella estaba llena en el buró.

La morena decidió que si iba a hacerlo, lo mejor era no recordar nada.

-Sí, quiero hacerlo.- dijo, acto seguido desamarró la bata y la dejó caer al suelo, exponiendo esa lencería que acababa de comprar.

***

Se supone que, por las más alcohol que consuman, los ángeles no pueden embriagarse. Pero el querer es poder, y Lauren quería ahogar todo su dolor. ¿Qué mejor forma de hacerlo que con unos cuantos shots?

Bebió y bebió hasta que perdió el uso de la razón, y fue cuando se dio cuenta de que no estaba sola en aquel bar.

Un chico al que conocía de la universidad y que siempre trataba de ligar con ella estaba ahí. Bradley Simpson, tenía entendido que se llamaba.

Caminó con dificultad hacia él y se sentó a un lado. Su sistema estaba lleno de alcohol y, aparentemente, el del otro chico también.

No supo cómo es que comenzó a ligar con él, pero de un momento a otro ya se encontraban besándose fuera del apartamento de Lauren.

Entraron, y no pudo recordó nada de lo que sucedió ahí.

***

Por favor, envuélveme con tus brazos borrachos, y dejaré que esta noche me llames "tuya".

Labios se unían en una danza que era desconocida, pero tampoco era una sensación agradable.

Porque estar un poco rota, es justo lo que necesito, y si tú me das lo que quiero,
entonces yo te daré lo que te gusta (lo que deseas, quieres).

Poco a poco la ropa caía lentamente al suelo.

Por favor, dime que soy la única para ti, o miénteme y dilo al menos esta noche.
Tengo un nuevo antídoto para la soledad,
si tú me das lo que quiero, entonces yo te daré lo que te gusta.

Las yemas de sus dedos exploraban territorio desconocido, y a pesar de que era la peor sensación del mundo ante la poca suavidad del acto, se sentía bien el saber que se rompía otro vínculo.

Cuando apagas las luces, tengo estrellas en los ojos, ¿es esto amor?
Quizás algún día.
Así que no enciendas las luces. Te daré lo que te gusta.

Ya no había rastros de amor, o al menos eso fue lo que creyó en el momento.

Las emociones, no son tan difíciles de prestar,
cuando "amor" es la palabra que nunca aprendiste.
Y en una habitación llena de botellas vacías,
si no me das lo que quiero, entonces, recibirás lo que mereces.

Tenía la idea de que no recordaría nada al día siguiente, pero la sensación de culpa comenzó a hacerse presente, deshaciéndose de su estado de ebriedad.

Te daré una última oportunidad de abrazarme, si tú me das un último cigarrillo.
Ya es pronto por la mañana, ahora que te di lo que querías, todo lo que yo quiero es olvidar.

Y cuando ambos cuerpos eran uno solo, se dio cuenta del gran error que había cometido. Sin embargo, ya era tarde para arrepentirse.

Cuando apagas las luces, tengo estrellas en los ojos, ¿es esto amor?
Quizás algún día.
Tengo la escena en mi cabeza, no estoy segura de cómo termina, ¿es esto amor?
Quizás un día, así que no enciendas las luces, te daré lo que te gusta.

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