Me levanté por la mañana con un dolor terrible en el pecho, levanté la vista y vi a Patrick recostado sobre mí, sonreí para mi adentros mientras me ponía de pie, me bañé y me vestí para la Universidad, no tenía ganas de ir pero... mi vida tenía que seguir, por muy difícil que fuera aceptarlo..... Mis mejías se inundaron de lágrimas y me las sequé rápidamente.
-Hoy no me pondré maquillaje, esto de las lágrimas será todo el día.-dije viéndome al espejo. Salí del cuarto de baño y me encontré a Patrick en la cocina.
-Hola hermanita.-sonrió nervioso.
-Hola.
-¿Te encuentras mejor?
-No, pero estaré bien.-dije lo más positiva que pude.
Patrick me dio una tímida sonrisa y entró en su cuarto para cambiarse para la Universidad, recibí un mensaje y era de Rayan. Una parte muy grande de mí se alegró que me hablara y otra pequeña parte me decía que no abriera el mensaje y lo ignorara.
-Hola Valeria, sé que no quieres hablarme pero quería desearte suerte en tu primer día de trabajo.
Increíblemente el mensaje de Rayan me había levantado los ánimos.
-Gracias.-respondí.
Terminé mi café y me despedí de Patrick, salí del apartamento y caminé hasta la Universidad, el día pasó tranquilo, tocaron el timbre de salida y me fui al baño para ponerme un poco de maquillaje, terminé con el maquillaje y salí de la Universidad para mi nuevo trabajo. Caminé por la acera y me detuve frente al edificio de la editorial (no había notado la gran M frente al edificio) entré y Vanessa corrió hasta mí.
-Me dijeron que te mostrara donde vas a trabajar.-sonrió, subimos el ascensor y me llevó a una gran oficina.
-Bienvenida a tu oficina.-sonrió.
-¿Mi oficina?
-Sí, mi jefe me dijo que tendrías que leer los manuscritos que te dé, criticarlos y hacer todo lo que se te indica en este folder.
La abracé emocionada, ¿Mi oficina? Es que no lo podía creer, era mi primer día y ya tenía oficina.
-Te dejo para que te instales y comiences a trabajar.
-Gracias.-sonreí emocionada. Me dejó sola en mi oficina y me senté sobre un pequeño sillón junto a la ventana, tenía una vista perfecta hacia parte de la cuidad.
-Espero que le guste su nueva oficina.-dijeron a mis espaldas.
-Si gracias Señor....-dije acordándome que no sabía quién era.
-Señor Mooshrrom.-sonrió.
Ah por eso la gran M en el edificio.
-Me encanta, muchísimas gracias.
-Es un placer, sobre tu escrito he dejado los manuscritos, debe terminarlos lo antes posible.-dijo antes de salir por la puerta de mi oficina. Tomé los manuscritos y comencé a leerlos, había unos muy buenos pero otros no tan buenos. Uno llamó mi atención se llamaba Eres tú, comencé a leerlo y me dejó enganchada, revisé la parte de atrás del manuscrito donde estaban los detalles y vi que era un libro de Wattpad, esa aplicación me llenaba la cabeza de libros y este no era la excepción. Seguí leyendo hasta que lo terminé revisé la hora y aun me quedaba media hora, tomé el siguiente manuscrito y era la segunda parte de Eres Tú (Desde cero, así se llamaba) pasaron los minutos y me quedé sumergida en la historia hasta que sonó mi celular.
-Hey ¿Vas a venir o no?-bromeó Vanessa.
-¿Ah?-dije aun sumergida en la lectura.
-Habíamos quedado en almorzar.-rio.
¡Lo había olvidado!
-Emm sí ahorita bajo-añadí.
-Justo para eso te llamaba voy a salir con.... Con..... Mejor lo dejamos para mañana.-rio.
-Con Patrick.-dije terminando la oración por ella, está bien, que se diviertan.-dije antes de colgar. Metí dos manuscritos más a mi cartera y salí de mi oficina, llegué al apartamento y me tumbé en la cama.
Sonó mi celular y contesté sin ver de quién era la llamada.
-¿Hola?
-Hola.-Esa era la voz de Rayan.- ¿Cómo te fue en tu día?
Esto era extraño, le había dicho que conserváramos distancias...... a la chingada la distancia.
-Muy bien, cansado ¿Y el tuyo?
-Pues hoy regresé al pueblo y me atoraron de trabajos.-dijo exhausto.
-No seas haragán.-bromee.
-Ve quien habla, la que no quería levantarse para ir a la Universidad.-rio.
-Ay bueno..... ¡Rayan!-reí.
-¿Qué? ¿Me dirás que no es cierto? Tenías un chorrito de baba saliendo de tu boca cuando quise despertarte-bromeó.
-Te quiero.-dije riéndome.
-¿Te has dado cuenta que esto de la distancia no funcionará con nosotros verdad?
-Es posible, pero es lo mejor.-añadí nerviosa.
-Te quiero.-añadió. Hubo un silencio reconfortante y escuché su respiración.-¿Cómo te fue en tu nuevo trabajo?