ACRIUS

By KravenKnight

24.7K 1.9K 157

ACRIUS, un futuro inminente, una carrera por el poder, y un solo destino... - «Ellos hacen que pienses que t... More

Dedicatoria:
Derechos
Nota de autor
Capítulo 1 Colias (Primera parte)
Capítulo 1 Colias (Segunda parte)
Capítulo 1 Colias (Tercera parte)
Nota de Autor
Capítulo 2 Briet ( Primera parte)
Capítulo 2 Briet (Segunda parte)
Capítulo 2 Briet (Tercera parte)
Nota de Autor
Capítulo 3 Inicio (Primera Parte)
Capítulo 3 Inicio (Segunda Parte)
Nota de Autor
Capítulo 4 Análisis (Primera parte)
Capítulo 4 Análisis (Segunda parte)
Capítulo 4 Análisis (Tercera parte)
Nota de Autor
Capítulo 5 Autómatas (Primera parte)
Capítulo 5 Autómatas (Segunda parte)
Nota de Autor
Capítulo 6 El pasadizo de la Liebre (Primera parte)
Capítulo 6 El pasadizo de la Liebre (Segunda parte)
Capítulo 6 El pasadizo de la Liebre (Tercera Parte)
Nota de Autor
Capítulo 7 Infección (Primera Parte)
Capítulo 7 Infección (Segunda Parte)
Capítulo 7 Infección (Tercera Parte)
Nota de Autor
Capítulo 8 Intrusión (Primera parte)
Capítulo 8 Intrusión (Segunda parte)
Capítulo 8 Intrusión (Tercera parte)
Nota de Autor
Capítulo 9 Contra Fuego (Primera parte)
Capítulo 9 Contra Fuego (Segunda parte)
Capítulo 9 Contra Fuego (Tercera parte)
Nota de Autor
Capítulo 10 Compartiendo un mundo (Primera Parte)
Capítulo 10 Compartiendo un mundo (Segunda Parte)
Capítulo 10 Compartiendo un mundo (Tercera Parte)
Nota de Autor
Capítulo 11 Los corazones solitarios (Primera Parte)
Capítulo 11 Los corazones solitarios (Segunda Parte)
Capítulo 11 Los corazones solitarios (Tercera Parte)
Capítulo 11 Los corazones solitarios (Cuarta Parte)
Nota de Autor
Capítulo 12 Energía (Primera Parte)
Capítulo 12 Energía (Segunda Parte)
Nota de Autor
Capítulo 13 Monstruo (Primera Parte)
Capítulo 13 Monstruo (Segunda Parte)
Nota de Autor
Capítulo 14 Cazada (Primera Parte)
Capítulo 14 Cazada (Segunda Parte)
Capítulo 14 Cazada (Tercera Parte)
Nota de Autor
Capítulo 15 De invitaciones y emboscadas (Primera Parte)
Capítulo 15 De invitaciones y emboscadas (Segunda Parte)
Capítulo 15 De invitaciones y emboscadas (Tercera Parte)
Nota de Autor
Capítulo 16 Rodeada de Lobos (Primera Parte)
Capítulo 16 Rodeada de Lobos (Segunda Parte)
Capítulo 16 Rodeada de Lobos (Tercera Parte)
Capítulo 16 Rodeada de Lobos (Cuarta Parte)
Capítulo 16 Rodeada de Lobos (Quinta Parte)
Nota de Autor
Capítulo 17 Pendiendo de un hilo (Primera Parte)
Capítulo 17 Pendiendo de un hilo (Segunda Parte)
Capítulo 17 Pendiendo de un hilo (Cuarta Parte)
Capítulo 17 Pendiendo de un hilo (Quinta Parte)
Nota de Autor
Capítulo 18 La batalla de las lágrimas (Primera Parte)
Capítulo 18 La batalla de las lágrimas (Segunda Parte)
Capítulo 18 La batalla de las lágrimas (Tercera Parte)
Nota de Autor
Capítulo 19 Epílogo: Acrius (Primera Parte)
Capítulo 19 Epílogo: Acrius (Segunda Parte)
Capítulo 19 Epílogo: Acrius (Tercera Parte)
Capítulo 19 Epílogo: Acrius (Cuarta Parte)
Capítulo 19 Epílogo: Acrius (Quinta Parte)
Agradecimientos
leer.
¡NOTICIA!...

Capítulo 17 Pendiendo de un hilo (Tercera Parte)

228 18 0
By KravenKnight


Pendra, Sylvestris, Ophidia y Rúbus, se detuvieron a una cuadra del edificio, Pendra corrió al edifico más cercano junto al que llevaba el B2, entonces observó por la mira de su ametralladora, observando las ventanas, luego levanto la mano dando la orden de que Sylvestris, Ophidia y Rúbus avanzaran, en medio del grupo se hallaba Ophidia y Rúbus y tras ellos Sylvestris, con su ametralladora lista para disparar, observando a través de la mira. Cruzando en dirección a la entrada principal del edificio.

— Debemos separarnos —dijo Pendra.

— Si hacemos un ataque lateral podremos ser más efectivos —dijo Rúbus.

— Entonces Ophidia ira contigo Rúbus, y Sylvestris ira conmigo —ordenó Pendra.

— Iremos por la parte de atrás del edificio —dijo Ophidia.

— Conecten los comunicadores en la frecuencia Alfa, así sabremos cuando entrar —dijo Sylvestris, presionando el disco lector sobre su oído.

Sylvestris corrió agazapado a la entrada principal del edificio, con Pendra tras él, ambos si colocaron a cada lado de la entrada. Ophidia y Rúbus, corrieron por la calle lateral para llegar a la entrada trasera del lugar, la cámara que ambos llevaba en el rostro, mostraba un callejón con algunos contenedores llenos de basura, seguido de un gran portón, de metal, con un candado en el cerrojo. Ambos Guardias esperaron la llamada de los Apaciguadores.

— Preparado Alfa 1 —dijo Pendra, apuntando a la puerta, mostrando su gesto más fiero.

— Alfa 2 preparado —respondió Rúbus, colocando a un metro de la puerta mientras Ophidia se hacía enfrente, colocando sus manos en el candado.

— A la cuenta de tres, inicia el asalto —susurró Pendra, viendo a Sylvestris, que asentía— Uno, dos, ¡tres!...

Entonces Sylvestris dio una patada a la puerta abriéndola mientras Pendra se inclinaba y lanzaba una granada, la granada estallo iluminando el lugar de un azul intenso, mientras destellos de luz salían por las ventanas y rendijas. Ophidia estrujo el candado mientras las placas de su traje se iluminaban llevando la energía a sus manos iluminándolas en blanco y este caía al suelo hecho pedazos, entonces Ophidia dio un empujón a la puerta dejando entrar a Rúbus, que hacia su mano un puño y avanzaba al interior del lugar con Ophidia tras él. El lugar parecía ser un parqueadero, había un par de autos, Rúbus examino el lugar rápidamente mientras Ophidia se ocultaba tras uno de los autos, al parecer no había nadie allí. Pendra, avanzo observando a través de la mira de su ametralladora, con Sylvestris junto a ella, en la misma posición, pero aquel lugar también se hallaba solitario.

— Aquí Alfa2 de este lado no hay amenaza —dijo Ophidia observando sobre el auto.

— Alfa1 la entrada principal es igual —respondió Pendra.

Pendra, bajo el arma y se volvió a Sylvestris, que aún mantenía la mira en los muros, buscando, el suelo se hallaba completamente destrozado, con cristales y fragmentos de pintura, Sylvestris se agacho observando el polvo acumulado en el suelo, Pendra hablaba por el comunicador y se había alejado a una de las esquinas. Sylvestris observó las huellas en el suelo que se acercaban a los muros y subían por estos, lentamente subió la mira de su ametralladora siguiendo las huellas que subían a los muros hasta encontrarse en el techo, con un grupo de veinte Autómatas que apuntaban a su compañera y a él.

Dannus, Guethius, Otikus y Scomber, corrieron por la calle hasta la próxima cuadra cercana al edificio, que se erguía lentamente más allá, con el gran A1 iluminado por el naranja. El grupo avanzo rápidamente con el sol artificial brillando sobre sus cabezas, Dannus observaba a lo alto de los edificios, mientras Guethius vigilaba la retaguardia. Dannus se detuvo un segundo seguido de Guethius y los demás, que observaban a su alrededor, levanto la mano llamándolos a continuar, pero esta vez avanzaron lentamente, escuchando el asfalto bajo sus pies que brillaba como nieve por el sol.

«La mirada en frente, el arma bien sujeta, atento a cualquier sonido» —Repetía Dannus como un mantra—, mantente concentrado.

Un leve brillo en lo alto se movió lentamente en una de las ventanas y la mirada de Dannus se movió rápidamente, entonces un fuerte disparo sonó y todo quedo en silencio: contuve la respiración por un segundo, cuando la cámara se alejó de ellos y no pude saber que ocurría, me cruce de brazos y observé a mis compañeros, como todos llevaban el mismo gesto.

La imagen volvió y pude ver a Dannus, que permanecía en el mismo lugar junto con Otikus, Guethius y Scomber, entonces la cámara enfoco el suelo a uno cuantos centímetros de los pies de Dannus, se podía ver un agujero hecho por una bala.

— ¿Usan balas reales? — musitó Scomber.

— Nadie mueva un musculo sin mi autorización —ordenó Dannus—, los Autómatas, se guían por el movimiento.

— Es un francotirador —susurró Otikus—, ¿pero dónde está?

— En el edificio de enfrente, el que está junto al edificio marcado, noveno piso tercera ventana a la izquierda —respondió Dannus.

Todos siguieron la trayectoria de la mirada de Dannus hacia el edificio y allí se hallaba lo que parecía ser la cabeza de alguien apuntando con un rifle delgado, de color blanco.

— ¿Otikus porque no te mueves hacia él? —preguntó Guethius.

— El traje no tiene tanta energía, no puedo tele transportarme más allá de un par de metros —contestó fastidiado.

— ¿y cuál es el plan? —preguntó Scomber viendo aun a la ventana.

— Otikus, ¿puedes distraerlo mientras nosotros nos ponemos a salvo? —preguntó Dannus.

— Por supuesto, avanzare lejos de ustedes y cuando no los pueda ver volveré junto a ustedes —dijo Otikus.

Dannus asintió, entonces Otikus se concentró, tomando aire por su boca, entonces se echó a correr hacia delante. El Autómata disparo en su dirección, sus manos se iluminaron seguido de su cuerpo y desapareció como un fantasma, como un velo transparente y volvió a parecer un par de metros adelante, el disparo del Autómata choco contra el suelo dos metros tras de Otikus haciendo estallar el concreto. La mirada de Otikus era severa y sin temor, corría con todas sus fuerzas, sintiendo cada impacto en el suelo que quedaba tras él, mientras desaparecía de izquierda a derecha hacia delante. El Autómata, movía el rifle rápidamente intentando adivinar el lugar donde estaría Otikus. Dannus esperaba pacientemente a que el Autómata alejara la mirada lo más lejos posible antes de dar la orden de moverse, solamente mantenía la mira en el edificio, viendo el cañón del rifle moverse rápidamente sobre el alfeizar de la ventana. Los pies de Otikus se deslizaron por el concreto brillante sintiendo cada estallido, mientras su cuerpo se desvanecía y reaparecía envuelto en aquel velo transparente lo cubría y desaparecía, colocándolo junto a un auto. De repente se detuvo observando al edificio, entonces la bala cruzo el espacio entre él y el auto rompiendo la ventana y chocando frente a sus pies estallando el suelo frente a Otikus que se cubría el rostro para que las esquirlas de concreto no lo cegaran.

— ¡Otikus! —grito Hesperia colocándose de pie.

— Un disparo más y está muerto —exclamó Graphium.

Hazora alejo la mirada nerviosa, y Cycnia se cruzaba de brazos viendo aterrada al campo de prueba. Livia, se había puesto de pie y rápidamente volvió a sentarse tomando la mano de Cycnia nerviosamente.

Otikus observó confundido a su alrededor intentando aclarar la visión, parpadeo un par de veces, mientras el Autómata llevaba la mirada hacia su cabeza, todos en los palcos se pusieron en pie alrededor de la cúpula, viendo a la pantalla en la cual se hallaba Otikus.

— ¡¡CORRE OTIKUS, MUEVETE!!... —grito Dannus, alejando la mirada del Autómata.

Guethius, intento moverse pero Dannus levanto un brazo y lo detuvo, este lo observó confuso, pero aun así no se movió de su lugar. Incluso Scomber gritaba, intentando que Otikus se moviera de su lugar. Otikus se limpió el rostro con su ante brazo y levanto la mirada mientras el océano de gritos se levantaban hacia él, entonces se escuchó el disparo que resonó en todas partes, y un ligero destello se pudo ver en el lugar donde se hallaba Otikus. Hesperia libero la respiración que había contenido y se inclinó viendo a la pantalla, que no mostraba nada, ni al chico muerto ni el concreto dañado por la bala. El rostro de Lontra mostraba casi la misma expresión de todos los que allí se hallaban, miraba a las pantallas buscando a Otikus pero no había nadie allí. Dannus se volvió buscando a Otikus apuntando su arma, deteniendo la mirada junto al auto, y allí, acurrucado junto a la puerta de la camioneta, se hallaba Otikus sosteniendo su antebrazo, con el gesto fruncido, viendo el rojo de su sangre manchar su mano.

Guethius asintió preguntando si se encontraba bien, Otikus asintió, entonces Dannus negó con la cabeza y levanto su mano hecha un puño al aire para que no fuese a avanzar. Pero Otikus, solo se inclinó y rompió un poco de tela de su camisa y la ato haciendo un torniquete alrededor de su antebrazo. Entonces se agazapo de forma defensiva junto a la puerta de la camioneta, rápidamente observó por el cristal por donde había pasado la bala, observando al Autómata que lo buscaba con la mirada. Se ocultó nuevamente observando al grupo, Dannus volvió a negar con la cabeza pero este dejo de verlo y se colocó a un lado de la camioneta.

— No lo hagas —susurró Hesperia—, no seas un tonto, detente.

— ¿de qué hablas? —preguntó Livia.

— El saldrá, volverá a intentarlo —exclamó Hesperia.

— Eso es suicidio —dijo Cycnia.

Volví la mirada a la pantalla viendo como Dannus negaba con su cabeza lentamente, para que este no lo hiciera, pero este hizo caso omiso y salió tras del auto, corriendo rápidamente hacia el edificio, alejando cada vez más la mira del Autómata, solo que esta vez los disparos de este, llegaban de enfrente, adivinando donde estaría Otikus, que se desvanecía entre el polvo y las grandes piedras de concreto que volaban enfrente suyo. Dannus levanto la mirada y ordenó moverse al grupo, corriendo hacia la camioneta donde Otikus se había oculto antes, en tanto Otikus se desvanecía ocultándose en la entrada principal del edificio donde el androide se ocultaba.

Rhus, Oryza, Endro y Triccia, se habían repartido en dos grupo, que caminaban en aceras aparte, los que llevaban armas vigilaban con sus miras la vía que llevaba hacia el edificio. Viendo los autos aparcados en la calle más cercana de los edificios, se detenían cada tanto para estar seguro de que estaban solos, mientras los Apaciguadores cuidaban la retaguardia.

— No me gusta nada este silencio —susurró Rhus, levantando su revólver, sosteniéndolo entre sus dos manos.

— Quizás estén dentro del edificio —dijo Triccia, del otro lado de la calle.

— Aun así estén atentos, no quiero sorpresas —ordenó Rhus, frunciendo el ceño por la luz del sol que la segaba desde lo alto.

Oryza, observaba por la mira de su rifle a lo lejos, mantenía asegurado el lado derecho, con Triccia tras ella, del otro lado, se hallaba Rhus y Endro, que caminaba lentamente examinando cada edificio con su lente verde, que ocultaba la herida en su ojo y parte de las cicatrices que se extendía sobre su piel. Movió su cabeza hacia un lado examinado un par de autos estacionados extrañamente en medio de la vía haciendo una especia de trinchera que se cruzaba sobre esta. Se detuvo lentamente observando a sus compañeros, luego elevo la mirada a lo alto viendo como un mortero salía disparado desde atrás de los autos, dejando una delgada estela de humo para luego estallar en el aire y convertirse en varios fragmentos explosivos, que caían rápidamente en dirección a ellos, Endro corrió dando un salto de más de cinco metros, iluminando su puño mientras le asestaba un golpe al fragmento de mortero y este se cubría de aquella luz y se desintegraba en el aire con un sonido estridente, seguido la luz se alejaba de sus manos como lo haría un relámpago, Endro se movió rápidamente haciendo lo mismo con los demás fragmentos de mortero cayendo al suelo entre escombros que caían desde el cielo.

Rhus, observó esto confundida, antes de echarse a correr junto a Oryza, hacia los costados a los edificios laterales que las cubría de los ataques. Triccia, corrió junto a Endro, que observaba fijo a los autos enfrente de él, mientras más Morteros eran disparados al cielo en dirección a ellos.

— Iré por los de la derecha si no te importa —dijo Triccia.

— Por mi está bien —musitó Endro, antes de correr en dirección a uno de los morteros que aún no había estallado.

Endro, golpeo a este, con sus manos luminosas mientras la energía se extendía en el mortero y rápidamente se desintegraba haciendo aquel sonido desintegrándose en luz. Triccia corrió al lado derecho se inclinó de forma defensiva y dio un salto en el aire, mientras un halo de luz se formaba en su puño que retrocedía para tomar momentum haciendo que el halo se iluminara aún más, seguido, su puño se impulsó de tal manera hacia el mortero que aun caía sin estallar, que salió disparado cuando el halo lo toco en dirección a uno de los coches aparcados, la explosión fue fuerte y la columna de fuego se elevó varios metros en el aire. Ambos se movían rápidamente protegiendo al resto del grupo impidiendo que los morteros tocasen el suelo.

— ¿¡QUE HAREMOS!? —inquirió Oryza sosteniendo su arma contra su pecho, desde el otro lado de la cera, viendo a Rhus oculta tras una cabina telefónica sosteniendo su arma.

— ¡DEBEMOS AYUDARLOS! ¡NO LLEGUE HASTA AQUÍ PARA SER UN ESTORBO! ¡DEBEMOS AVANZAR! ¡FLANQUÉALOS DEL LADO DE ALLÁ YO LO HARE DESDE ESTE LADO! —exclamó Rhus, observando por un lado de la cabina hacia los coches viendo como los Autómatas seguían disparando con los morteros.

Thérium, se arrojó al suelo mientras la explosión del disparo del autómata pasaba junto a él, chocando contra la puerta principal haciéndola estallar: desde afuera se podía ver como las puertas salieron volando en grandes fragmentos y una gran bola de humo salía del interior del edificio. Désus avanzo, esta vez llevaba en sus manos un arma de cañón alargado, no aquel lanza granadas, corrió hacia una de las mesas que allí había y de un fuerte empujón la hizo girarse haciendo una trinchera improvisada. Thérium se puso de pie y dando un salto se deslizo por el suelo hasta alcanzar la trinchera en la que se ocultaba Désus.

— ¿¡Y AHORA CUAL ES EL PLAN!? —grito Thérium, viendo los disparos de los Autómatas pasar sobre la trinchera.

— BUENO, HE ESTADO PENSANDO —dijo colocándose contra la trinchera para asomarse y disparar su arma que disparaba grandes volutas de energía azul, en dirección de los Autómatas—. ¡QUE QUIZÁS ELLOS OCULTAN ALGO ARRIBA!

— ¿¡ALGO, PERO QUE PODRÍAN OCULTAR!? —preguntó Thérium, viendo como Désus disparaba sobre la mesa.

— ¡ESO, MI QUERIDO AMIGO, NO LO SE, DEBEMOS DESCUBRIRLO SUBIENDO! —exclamó Désus, escondiéndose nuevamente, subiendo su mirada hacia el techo junto con Thérium.

Thérium llevo su mano al lector de energía y presiono un botón junto a su sien, la pantalla mostro un grupo de cuatro halos azules que se encendían más allá del piso quince. Thérium, se volvió a Désus que lo miraba confundido.

Observé la pantalla del Equipo C3, seguido la pantalla del equipo B2, A1 y D4, todos y cada uno de los Autómatas protegían algo, aleje la mirada de las pantallas y vi a Dercas que mantenía la mirada en los edificios y no en las pantallas. Cycnia aún me observaba de vez en cuando, con un gesto de pesar, pero aun así no la miraba. Hazora mantenía la mono de Graphium a escondidas viendo a las pantallas con emoción. Volví la mirada a los edificios, cerrando mis ojos deje que la energía llegaran a ellos, muy lentamente se dibujó la imagen de la ciudad frente a mí, luminosa, podía ver la energía que recorría cada circuito, cada cuerpo, cada Autómata. Y en el piso quince de cada edificio un grupo de diez Autómatas, rodeando a cuatro siluetas más, solo que estas siluetas, se iluminaban de un tono más claro, además de estar en posición fetal en el suelo.

— ¡Tienen rehenes! —musité, volviendo la mirada hacia Hesperia.

— ¿¡Tienen rehenes!? ¿¡qué dices Colias!? —exclamó Hesperia, frunciendo el ceño alejando la mirada de la mía para ver a las pantallas.

— ¿Cómo lo sabes? —preguntó Graphium inclinándose entre Hazora y Cycnia para verme.

— Yo... lo deduje —dije viéndolo fijo—, es obvio, no dejan pasar a nadie de cierto punto.

— En eso Colias tiene razón —interrumpió Dercas—, si ven en cada pantalla todos los Autómatas actúan de forma defensiva.

— Eres muy perspicaz Colias —dijo Livia con una sonrisa—, no lo hubiese notado si no me lo dicen.

— Solo es lógica —dije alejando la energía de mis ojos, para ver con normalidad.

Hellian, se ocultó tras un muro viendo como Dárran, levantaba su mano enviando una nueva ola, llena de chispas doradas que estallaban al contacto hacia las escaleras, donde los Autómatas se ocultaban disparando, haciendo que estos volaran en dirección de los muros, deteniendo los disparos de estos, dejando todo en silencio.

— ¡HELLIAN, DARDOS DE PROXIMIDAD! —grito Dárran volviéndose hacia Hellian.

Hellian asintió y corrió hasta las escaleras, levanto ambas manos con las palmas en dirección de los muros, y cientos de rayos color rojo, salieron disparados de sus dedos insertándose en los muros, con forma de cristales rojos brillantes, en una línea recta perfecta, cada dardo se iluminaba cada tanto.

— Con eso no podrán bajar —dijo Hellian, bajando las manos acercándose a Thérium y a Désus, que salían de la trinchera.

Thérium se acercó observando los dardos en el muro, que titilaban en rojo, dio un par de pasos a ellos viendo como las luces rojas dejaban de parpadear, entonces Hellian se interpuso en su camino.

— Es mejor que no te acerque si no quieres morir en pedazos —dijo tan seria como siempre.

Thérium retrocedió, alejándose de las escaleras; Désus observó a su alrededor los muros destruidos y más allá el cubo del ascensor. Parecía ser un bloque de apartamentos.

— Es claro que por las escaleras no podemos avanzar —replicó Thérium, bajando su arco.

— Solo queda el ascensor —dijo Dárran, cruzando los brazos sobre su pecho.

— Genial... ahora podemos subir por allí, esperando un ataque frontal —bufó Désus, colocando los ojos en blanco—, y como si no fuese poco, al parecer hay rehenes en la parte superior.

— El ascensor me parece bien, incluso puede ser de gran ayuda —dijo Hellian, arqueando ambas cejas, en un gesto de poca importancia.

— Si no hay más opción... —mascullo Désus.

Todos se volvieron al ascensor, Dárran presiono el botón y las puertas se abrieron, y todos entraron en el cubo del ascensor.

La mira se deslizo lentamente sobre los muros, siguiendo el rastro de las huellas hasta el techo, con las manos aferradas a su ametralladora, viendo veinte pares de ojos naranja encenderse un Autómata tras otro. Sylvestris, retrocedió viendo como estos se aferraban al techo del lugar aferrándose con manos y pies arrancado yeso del techo. El dedo del gatillo se deslizo rápidamente mientras una ráfaga de balas cruzaba se incrustaban en el techo. Pendra elevo la mirada viendo como los Autómatas se liberaban dejándose caer desde el techo, sobre ellos. El autómata se dejó caer tras de Pendra tomándola de los brazos, para que no se pudiera mover, se aferró fuertemente a ella, impidiéndole volverse para disparar. Sylvestris disparo a un par de los autómatas disparando a sus cabezas, luego se volvió a Pendra que luchaba por liberarse del agarre del autómata, Sylvestris elevo su ametralladora apuntando a la cabeza de este. Solo podía ver como los demás autómatas se acercaban cada vez más a él. Pero de un fuerte golpe su ametralladora salió volando cuando uno de los autómatas se la arranco de las manos y la lanzo lejos mientras otro lo golpeaba en el estómago. Sus mirada se volvió borrosa y solo pudo entrever los ojos naranja que se acercaban a él y la silueta negra que sostenía a Pendra, seguido de lo que parecía ser un flash de luz blanca, que se movía rápidamente junto a él, luego el Autómata que se hallaba enfrente suyo, era alcanzado por aquella luz, que cruzaba su cabeza atravesándola de lado a lado, mientras sus ojos se apagaban en medio de chispas, y Ophidia aparecía frente a él, con las manos brillando, como si llevase guantes de luz, luego su pie izquierdo brillo y de una fuerte patada un androide más se partió en dos desde la cintura, volando en pedazos frente a Pendra, que se sacudía sintiendo las manos del Autómata sujetándola, intento llevar su mano hacia su cuchillo pero el agarre era tal que no podía moverse con facilidad. Ophidia, corrió en dirección Pendra, viendo a dos androides que se lanzaban para matarla, pero ella se deslizo en el suelo viéndolos pasar sobre su cabeza, levantando ambas manos que brillaban con intensidad, los golpeo en el pecho atravesándolos. Luego de un rápido movimiento se incorporó y con una mano partió la pierna del autómata que sujetaba a Pendra haciéndolo caer al suelo, liberándola. Pendra elevo su ametralladora, volviéndose al androide que intentaba levantarse del suelo y apunto a su cabeza.

— Dile adiós a tus amigos —dijo Pendra, disparándole en la cabeza.

Luego se volvió a apuntando a los androides, seguido de Sylvestris que recobraba el aliento y levantaba su arma. Ophidia vio a Rúbus venir corriendo desde el otro lado y dando un salto golpeo el suelo en medio de la habitación, que tembló con ondas de energía que recorría en el suelo haciendo volar a cada Autómata, todo parecía ir más lentamente, Ophidia levanto sus manos y golpeo un par de androides, seguido Pendra disparo a tres más y Sylvestris dos más en sus pechos, mientras estos caían al suelo. Rúbus se irguió separando su puño del suelo viendo a Ophidia seguido de Pendra y Sylvestris.

— ¿Todos están bien? —preguntó Rúbus.

Todos asintieron, mientras Pendra se acercaba y extendía su mano hacia Ophidia, viéndola fijo con el gesto taciturno.

— Gracias por ayudarnos —dijo Pendra.

Ophidia, observó la mano de Pendra seguido sus ojos, luego sonrió y negó con la cabeza, estrechando su mano.

— No es nada, somos equipo, para eso estamos —dijo Ophidia, pasando su cabello negro hacia atrás, mostrando su leve sonrisa en marcada por la alegría.

— Aun así, te lo agradezco —Pendra suspiró volviéndose para observar el lugar.

Las camillas se hallaban acumuladas en uno de los muros, de forma organizada y más allá se podía ver un pequeño letrero que decía urgencia, los muros blancos y el techo blanco se extendía más allá entre habitaciones y consultorios, el suelo bajo Rúbus había quedado destrozado con un gran cráter bajo sus pies que se extendía más de dos metros.

— Debemos seguir subiendo —dijo Rúbus.

— Eso parece, esta vez nadie se separe —ordenó Pendra—, aún no sabemos que es lo que hay arriba.

Pendra y Rúbus fueron adelante, revisando cada habitación con Ophidia y Sylvestris tras ellos, las salidas de emergencia.


Continue Reading

You'll Also Like

Nobilis By YinaM

Science Fiction

352K 32.2K 68
En un régimen estable, donde la calidad de vida es alta y la guerra es solo un mito de antaño, Aletheia es una adolescente a puertas de un compromiso...
602K 46.3K 55
❝ Y todos los caminos que tenemos que recorrer son tortuosos, y todas las luces que nos conducen allí nos están cegando. Hay muchas cosas que me gust...
281K 28.1K 46
[LIBRO 1] No respires cerca de él. No lo mires a los ojos. No le preguntes por su collar. No busques las razones. Es él, la imagen de la perfección m...
538K 62.7K 15
Harry había pasado por varias injusticias a lo largo de su vida. Había perdido y amado; preguntado y respondido. Pero aquella vez, cuando sabiendo qu...