Nos subimos a su auto y sentí el reconfortante olor a menta.
-¿Elegiste religión o expresión artística?-preguntó.
Su pregunta me tomó por sorpresa pero respondí.
-Religión.
-¿En serio?-dijo conteniendo una risa.
-Sí.-sonreí.
Prendió el radio y puso una canción que comenzó a tararear.
-Cantas hermoso.-dije si pensarlo.
Inmediatamente me tapé la boca esperando que no me hubiera escuchado.
-Gracias.-sonrió. Me encogí en el asiento avergonzada mientras él seguía manejando.
-¿Por qué llevaste a Connor contigo?-preguntó unos minutos después.
-Él me invitó y me pareció una buena idea.
-Pensé que vendrías conmigo.-añadió.
-Yo también lo pensé.-respondí; me miró perplejo al escuchar mi respuesta era obvio que no se la esperaba. Llegamos a mi casa y antes de bajarme me tomó la mano. Levanté la mirada y vi sus ojos verdes confundidos.
- Las cosas no han cambiado entre nosotros Rayan.-aclaré tratando de apartar mi mano de la suya.
- Solo dime por qué.-dijo sin dejar que apartara mi mano de la suya. Sentí que se me hacía un nudo en la garganta ¿Qué debía responder?
-Por qué ya no te quiero.-mentí con todo el dolor de mi corazón.
-Ya veo.-musitó Rayan soltando mi mano.
No me sueltes...-pensé.
Al salir del auto escuché que Rayan murmuró:
-Buenas noches, Valeria.
Entré a mi casa y me recosté sobre la pared. ¿Por qué tenía que pasarme esto a mí?... unos segundos después sentí lágrimas recorriendo mis mejías. Me aproximé a la sala y ahí observé el sobre que me había entregado mi tío días antes, lo tomé y lo abrí cuidadosamente.
-¿Qué es esto?-pregunté en voz alta al sacar una hoja de papel del sobre.
En la parte superior de la hoja decía prueba de ADN, seguí leyendo intrigada y era una prueba de ADN entre mi tío y yo, a medida que continuaba leyendo me ponía cada vez más nerviosa.
-Prueba de ADN positiva.
Una gran confusión y emoción inundaron mis pensamientos, me puse de pie y tomé las llaves de mi casa, salí por la puerta principal y comencé a correr hasta la casa de Rayan, estaba relativamente lejos pero debido a mi emoción corrí lo más rápido que pude y llegué a su casa en menos tiempo del que esperaba.
Me paré frente a la puerta principal y me arregle un poco el cabello, toqué el timbre y salió la madre de Rayan.
-Hola querida.-sonrió.
-Hola Kimberly sonreí.- ¿Se encuentra Rayan?-pregunté nerviosa.
-Pasa cielo, está en su habitación.-sonrió.
-Gracias.-dije mientras me aproximaba a las escaleras.
-Querida, ¿podrías decirle a Rayan que me fui a la reunión de su padre por favor?
-Claro.-sonreí.
-Te lo agradezco.-dijo antes de salir. Al cerrar la puerta subí apresurada las escaleras hasta la habitación de Rayan. Al encontrarme frente a su habitación comencé a sentirme nerviosa,toqué y a los segundos Rayan abrió la puerta.
Lo abracé con fuerza y me rodeó la cintura con sus fuertes brazos, confundido.
Levanté la mirada y mi mirada se encontró con la suya, me paré de puntitas y lo besé en los labios.
Lo extrañaba tanto.....