Me voltee un poco incomoda y me senté en mi escritorio.
_Señoritas.-dijo un profesor nuevo, alto de pelo castaño claro.
¿Chicas? ¿Dónde están los chicos?-pensé.
_Sé que su profesor les había comentado que a partir de mañana recibirían clase de religión pero por cuestiones personales el profesor de Biología no pudo venir hoy así que aprovecharemos este lapso de tiempo para empezar la clase de religión.-sonrió.
_Nos habían dicho que sería opcional, que podríamos elegir entre expresión artística y religión.-replicó Nadia.
_Sí, será opcional, las que deseen expresión artística pueden retirarse al salón de artes.-añadió el profesor.
Prácticamente al decir esto medio salón se puso de pie y salió por la puerta. Voltee a ver para saber cuántas quedábamos y solo se encontraba una chica pelirroja y yo.
_Bueno creo que ustedes serán mis alumnas por el momento.-sonrió el profesor. Se abrió la puerta de golpe y entró una estampida de chicos.
_Permítanme un segundo.-nos sonrió el profesor. Se aproximó al puñado de chicos y les explicó la dinámica de la clase, como era de esperarse todos salieron menos tres, me asombré al ver a Mike entre esos tres chicos que decidieron quedarse, él no se miraba una persona que creyera en la religión.
_Bueno, creo ya estamos todos, comenzaré con mi presentación, Soy el Profesor Andrew Paxton y les impartiré la clase de Religión.-hizo una pausa y continuó.-En esta clase no se llevará material teórico, expresaremos puntos de vista y llegaremos a una conclusión. El único trabajo que haremos consistirá en hacer un diario expresando nuestros sentimientos acerca de unos temas que veremos en clase.-sonrió.
Escuché la risa de Mike al mencionar un diario y no pude evitar sonreír.
_¿Un diario, Andrew?-bromeó Mike desde el fondo del salón.
_Sí, Mike.-sonrió el profesor haciendo caso omiso a su burla. El profesor se sentó sobre la mesa y nos observó a todos.
_¿Para ustedes que es creer?-preguntó.
Todos se quedaron en silencio y repasé la pregunta en mi cabeza miles de veces buscando las palabras para poder describir que era creer.
_Creo que es saber y confiar en algo o alguien.-respondí.
_Muy bien ammm .....¿Cuál es tu nombre?
_Valeria.-sonreí.
_Muy bien Valeria ¿Alguien más que pueda decirme para ustedes que es creer?
Todos se quedaron en silencio.
_Bueno, El creer es la habilidad de saber y confiar en algo o alguien como Valeria dijo anteriormente.-sonrió.-Necesito que tomen un cuaderno y ahora que saben el concepto de la palabra creer quiero que escriban en quien creen y por qué.
Tomé mi cuaderno y comencé a escribir concentrándome únicamente en la palabra creer, sin darme cuenta a los pocos minutos ya tenía tres hojas repletas de mis pensamientos, sonó el timbre para cambio de clases y guardé mis cosas.
Me dirigí al salón de Artes para decirle a Connor Wells que ya podíamos irnos, al llegar a la puerta del salón escuché a alguien tocando la guitarra, me asomé por la puerta y Rayan se encontraba sentado con una guitarra en las manos, Me aparté de la puerta y me recosté en la pared bajando la mirada, a los segundos comenzó a cantar...... no identifiqué la canción de inmediato pero finalmente me di cuenta que era la canción de Scientists que tanto me gustaba.
_¿Valeria?
Al levantar la mirada vi que era Connor Wells.
_Ahh.-dije reaccionando.-Solo venía a decirte que ya podíamos irnos.-dije intentando sonreír. Sus labios se curvaron hacia arriba formando una sonrisa y añadió:
_Perfecto.
Me tomó del brazo y nos alejamos, cada vez el sonido de la voz de Rayan se iba haciendo más distante hasta que desapareció.
_¿Vamos a mi casa a comer?-sonrió mientras entrabamos en su auto.
No me parecía mala la idea, Connor Wells era un amigo, además estarían sus padres no pasaría nada.
_Sí, claro.-sonreí. Arrancó el auto y hablamos un poco de la clase de expresión artística que Connor Wells había elegido.
_Ninguna de las dos clases me gusta pero en Artes no nos ponen a trabajar.-sonrió.
_ ¿Y qué instrumento elegiste?-dije suponiendo que había elegido Música y no pintura.
_Elegí batería.-dijo entre risas.
_No.-dije sin creérmelo.
_Es que lo demás me da pereza.-admitió.
Seguimos hablando hasta que llegamos a una casa muy grande.
_¿Vives aquí?