Narra Guillermo:
1 MES DESPUES
-Vamos Guille, se nos hace tarde.
-¡Ya voy! –dije mientras bajaba por la escalera, como siempre me había tardado en hacer la maleta por dejarlo para el final, aunque tanto mi abuela como Samuel me habían dicho que lo hiciese con antelación hice caso omiso, y ahora íbamos con retraso.
Había pasado un mes desde que Samuel y yo nos habíamos vuelto una pareja, en secreto claro, pero al fin y al cabo pareja. Ha sido un maravilloso mes si me lo preguntáis, quedarme en su casa, el en la mía, ir al cine, noches sin dormir por quedarnos hablando por Skype, salir a cenar juntos... aunque claro, fue raro el que nuestra "cena romántica" como decía el, haya sido en un McDonald's
(...)
-¿Esta es tu idea de una cena romántica? – Pregunte riendo para picarle.
-Tío que no fue culpa mía el que mis padres hayan llegado a casa en el momento justo que íbamos a preparar la comida, ¡Ha sido mucha casualidad! – dijo excusándose, era divertido verle así, no era en plan ser mala gente, pero cuando las cosas no salían como el quería se desesperaba, y debo decir que MI NOVIO se ve muy lindo cuando se desespera.
-Ya tranquilo, no te preocupes, mientras estemos juntos soy feliz – dije para calmarle, el me miro sonriendo, mientras seguimos comiendo esas hamburguesas que parecían de plástico – Joder... están malísimas.
-Lo se... ¿se te antoja un helado? Le daremos las hamburguesas a un perro callejero o algo.
-Trato.
(...)
-Ay Guille... te dije que la prepararas hace una semana... - Dijo mi abuela mientras se cubría la cara con la mano – disculpe el retraso de mi nieto Sebastían – le dijo al padre de Samuel, quién se había ofrecido a llevarnos al terminal, donde tomaríamos el autobús donde viajaríamos.
-No se preocupe, siempre he dicho que su nieto es un gran chaval, solo que es muy desaplicado.
-Con cuerdo con usted.
-Papá...
-¡Eh! Que ya estoy listo, ya podemos irnos.
-Déjame ayudarte – Dijo Samuel tomando mi maleta, fue directo al auto de su padre donde la monto para poder irnos, me despedí de mi abuela y tomamos rumbo al terminal.
Eran actos como esos los que hacían que la gente sospechara que había algo entre nosotros, pero él era así, siempre se le escapaba cuando me veía cargando libros, al ofrecerse llevarlos por mí, cosa a la cual claro, me negaba, eso hacía que se molestara conmigo y tuviésemos pequeñas discusiones, las cuales resolvíamos casi inmediatamente.
Pero mentiría si dijera que esos eran los únicos problemas que habíamos tenido este mes.
(...)
-Vamos Samuel, deja de ser tan celoso, ya te dije que solo vamos a hacer un trabajo.
-¡Ese no es el problema! ¡El problema es que tengas que hacerlo con Oscar! – dijo reclamándome, ya me estaba acostumbrando a que cada vez que le mencionase al peliverde se pusiera Celoso e histérico – Pudiste perfectamente hacer equipo con Frank o Alex...
-Ellos se pusieron juntos, y no iba a hacer un trabajo de 30 Páginas yo solo, no tenía opción.
-¡Pues hubieses hecho pareja con alguien más!
-¡Deja de ser tan celoso!
-¡Yo no estoy celoso!
-¡Si lo estas!
-¡Él te quiere follar!
-¡Samuel!
(...)
-¿De qué te ríes? – Pregunto curioso, con una sonrisa divertida en el rostro, justo igual que la mía, mi sonrisa se amplió aún más al verlo así, mientras recordaba lo celoso y posesivo que podía llegar a ser.
-De nada... solo... recordando cosas – dije divertido, el alzo una ceja y volteó a mirar por la ventana, hice lo mismo solo que del otro lado.
Mirando a la ventana vi salir de una cafetería una pareja tomada de la mano, lo cual me hizo pesar que era increíble el que el día de hoy se cumpla un mes de novios, pero lo más increíble de todo sin duda, es que solo me haya cabreado con él una vez.
(...)
-¡No me puedo creer que no me hayas dicho que mis dos mejores amigos sean pareja!
-Guille por favor... ellos me pidieron que no te lo contase porque ellos querían hacerlo ¿Qué querías que hiciera? ¿Qué te lo contase de todas formas?
-¡Es exactamente lo que hubiese querido que hicieras, Parguela! – Estaba indignado por ambos lados, Mis mejores amigos no me tenían la confianza suficiente para decirme que se habían vuelto novios el mismísimo día que yo me volví novio de Samuel, cuando yo se los había contado inmediatamente después de que Samuel se fuese con esa estúpida sonrisa de tonto enamorado, y por supuesto, ¡Estaba indignado de que mi novio no me lo haya contado!
-¡No podía!
-¿¡Que no podías!? ¡CLARO QUE SI PODIAS!
-¡También son mis amigos! –dijo justificándose, elevando la voz un poco, no tanto como yo, ¡Pero es que estaba cabreado!
-¡Pero yo soy tu maldito novio!
-¡Guillermo Diaz!
-¡A mí no me llamas por mi nombre completo Samuel de Luque!
-¡Tú tampoco me llamas a mí por mi nombre completo!
-¡Hoy duermes con el perro!
-¡Pero esta es mi casa! ¡Y TAMPOCO TENGO UN MALDITO PERRO!
(...)
El que me esté viendo pensaría que estoy loco, estaba aguantándome la risa de solo recordar nuestra absurda discusión, si es que hasta parecíamos un matrimonio...
Ese día recuerdo que me fui molesto de su casa, pero no paso mucho para que nos disculpáramos el uno con el otro por ser tan tontos, disculpar a Frank y a Alex si tomo un poco más de tiempo, ambos aprovechaban cualquier ocasión para pedirme disculpas, al final les comprendí y acepte sus disculpas, también recuerdo lo absurdo que fue que después de estar cabreado con ellos haya estado tan feliz de que ambos estuviesen juntos, me consideraba muy tonto al no haberme dado cuenta antes, si es que se les notaba tanto como Samuel y a mí.
-Hemos llegado chicos.
Bajamos del auto, tomamos nuestras maletas y nos reunimos con los demás, después de despedirse de su padre Samuel había tomado una actitud un tanto triste a mi parecer, subimos al autobús.
(...)
En este momento nos encontrábamos en un gran autobús de camino a Andorra para el próximo partido, La semi-final. No puedo negar la enorme ilusión que me hizo que ganásemos el anterior partido por goleada y que este fuese nuestro siguiente destino... Me había informado mucho sobre Andorra y los nervios aumentaban a cada minuto que nos acercaba a nuestro destino.
-Dicen que estos días nevará. –Le comente a Samuel con una enorme sonrisa ilusionada. Tanto en las habitaciones como en el autobús habíamos decidido ponernos juntos.
-Si... eso dicen –Respondió de forma seca. Llevaba con esa actitud triste y negativa todo el camino.
-Amor... -Susurre en su oído, con mucha vergüenza por el apodo que había usado. Observando como sonreía débilmente por unos instantes-. ¿Sigues triste por lo de tu padre? ¡Seguro que le hubiese encantado verte en este partido! Pero tampoco puedes hacer nada con su trabajo, le venía muy mal ir tan lejos.
-Ya lo sé, pero siempre pone escusas. Seguramente no me verá nunca jugar.
Rocé sus manos de forma cariñosa e intenté que mirase el lado positivo de todo ¡Este era un partido súper importante y en un sitio súper hermoso! Incluso compartiremos habitación...
Tuvimos que pasar cerca de nueve horas en el autobús... y era realmente una tortura estar tan cerca de Samuel sin poder besarle. Lo peor era que él parecía súper tranquilo, como si actuar de forma fría conmigo fuese pan comido. La mayoría del tiempo lo único que hacía era evitar cualquier tipo de contacto delante de otras personas por que sabía perfectamente que podía dejarse llevar, por momentos parecía paranoico... pero, bueno, el lado positivo es que ya no volveremos a pisar un autobús en una semana ¡Porque por fin hemos llegado a nuestro destino!
(...)
Lo primero que hicimos fue recibir una charla de nuestro entrenador diciendo lo orgulloso que estaba y las miles de precauciones que debíamos tomar, luego de eso nos permitió ir a nuestras habitaciones, colocar las maletas y descansar un poco después de tanta carretera.
-Mira eso... hay tres camas... que raro ¿no? – Dije esperando una respuesta de él, pero lo único que recibí fue un sonido extraño afirmando lo que decía - ¿Qué te ha pasado en todo el camino? –Pregunté armándome de valentía tras cerrar la puerta de la que sería nuestra habitación.
-¿A qué te refieres?
-Has estado muy... frio. Como si no te apeteciese estar conmigo. –Respondí de forma sincera y las mejillas calientes.
-No es eso, Guille.
-¿Ah, no? Pues yo me moría por besarte constantemente y tú parecías tan tranquilo como siempre.
-¿Pero qué dices, chaval? –Se quejó, riéndose un poco y acercándose a mí para susurrarme-. No te imaginas las ganas que tenía de besarte.
Y en ese momento sobraron las palabras. Sus dulces labios volvieron a apoderarse de los míos, comenzando ese baile de sentimientos incapaces de explicar. Pasando las horas como minutos y haciendo cada instante único.
Desgraciadamente –como todo en esta vida- tuvo que acabar. Dejándonos con las frentes juntas e intercalando respiraciones agitadas. Como si acabásemos de correr un maratón... con la diferencia de que, sin duda, esto era más intenso.
-¿Quieres dar un paseo?
-¿Y separarme de tus labios? Ni de broma.
-Es que está nevando fuera y me apetecía salir -Dije aún sonrojado por su anterior respuesta-. Podemos ir al patio que hay en la parte trasera del hotel, está cubierto de nieve y es bastante probable que no haya nadie. Todos estarán descansando.
-Bueno... Vale, pero abrígate bien, chiqui. –Terminó accediendo mientras depositaba otro corto beso en mis labios. Toda la tristeza por lo de su padre se había esfumado por completo.
(...)
-¿Ves? No hay nadie –Dije contento mientras hacía el tonto corriendo y bailando por la nieve. Tampoco había tanta, pero era más que suficiente-. Todo es tan... bonito.
-Como tú -contestó dándome un abrazo por la espalda y besando mi cuello de forma cariñosa. No pude evitar sonreír.
Me giré lentamente y cogiéndole del mentón junte mis labios con los suyos, creando un inocente pico que pocas veces conseguía comenzar.
Samuel se sorprendió al verme tomar la iniciativa y sonrió de forma inconsciente, dando paso a que continúe.
Metí la lengua de forma torpe y despistada, haciendo gestos que ni yo entendía. Ya sé, no era mi primer beso, pero cada uno era único... no podía evitar ponerme nervioso.
Nos separamos con una enorme sonrisa y como si nos hubiésemos leído la mente nos tumbamos en el suelo cubierto de nieve.
-Sigo sin creerme que estemos aquí -Dijo Samuel mirando el cielo, perdiéndose en las nubes.
-Bueno... nuestro equipo es muy bueno. Nos merecíamos estar aquí.
Últimamente el equipo había mejorado mucho, incluso los jugadores nuevos se habían motivado y esforzado a tope. Luzu está súper orgulloso.
-No me refería al equipo... me refiero a nosotros -Hizo una pausa mientras me miraba con esos ojos que tanto me derretían-. Estar aquí, de esta manera y con estos sentimientos, incluso cuando casi nos queríamos matar después de lo que paso con Gisell...
-Ni lo menciones, tienes razón -Reí ante el recuerdo de cuando nos llevábamos mal-. La vida da muchas vueltas.
-Me gusta que la vida de muchas vueltas... siempre que sean contigo.
Sus palabras me mataron, creando nuevamente ese sentimiento, haciéndolo cada vez más intenso.
El amor es como un virus. Empiezas con pequeños síntomas y sonrojos constantes. Luego se va expandiendo y terminas sin poder controlar tantos sentimientos. Inundando tú estomago de mariposas... pensando en esa persona a cada momento.
¿Sabes cuándo estas realmente jodido? Cuándo los sonrojos empiezan a ser algo común a su lado... Cuándo le extrañas después de cinco minutos sin veros... y sobretodo cuándo no quieres parar de estar con esa persona, cuando sus labios se han vuelto tú mayor adicción y los problemas se esfuman estando juntos.
En ese momento, puedes considerarte jodido.
Y yo estoy jodido. Muy jodido. Pero realmente vale la pena estarlo con alguien como él, que me aguanta, me entiende, me escucha y me enamora a cada instante.
Esa persona que es capaz de derretirme incluso estando en la nieve...
-¿podemos... hacernos una foto? -Pregunté vergonzoso mientras acariciaba su mejilla.
-Claro, Guille.
¿Os he dicho ya lo mucho que me enamora cuando me llama así? Bueno, mejor me callo, pues si me pongo a hablar de todo lo que me enamora de él me faltan hojas en el mundo.
Saqué el teléfono de mi bolsillo trasero y coloqué la cámara sobre nosotros, enfocando nuestras caras sonrientes con el objetivo y sacando la foto.
Justo cuando iba a sacar otra foto por si la anterior salía movida noté como me tomó del mentón, girando mi cabeza. Dejando nuestros labios a centímetros.
-Me gustaría tener una foto así -Me comentó... y así fue. Unimos nuestros labios y pulse el botón de la cámara.
Es curioso como capturas tal momento en tan solo un segundo... ya no solo en las fotos, ni en la mente: También en el corazón.
Sonreí al ver cómo había quedado la foto y tras darle un dulce beso en la mejilla le abracé. Cerrando los ojos, escuchando solo la naturaleza y el palpitar de nuestros corazones. Dos corazones enamorados.
Tan solo somos dos enamorados en la historia de la vida, la cual no tiene un final escrito. Compartiendo momentos y emociones.
Fui a darle otro pico, pero en ese instante noté como algo frio se interponía en mi camino mientras Samuel reía.
-Te arrepentirás de esto, Samuel De Luque -Respondí en forma de amenaza cuándo caí en la cuenta de que me había lanzado una bola de nieve. Dando lugar a una pequeña lucha para ver quién conseguía estampar más nieve en la cara del otro.
(...)
-Estas hecho un lio... - dijo riendo, mientras quitaba pequeños copos de nieve que quedaban en mi cabello. Nos encontrábamos en el pasillo de las habitaciones, más concretamente en la puerta de nuestra habitación
-Deberías ver cómo estas tu – sonríe al verlo, él tampoco se encontraba en la mejores condiciones, ambos habíamos dado todo en esa absurda guerra de nieve.
-Ala... - dijo acercándose a mí, estaba a punto de besarme una vez más, pero escuchamos una puerta abrirse y nos separamos rápidamente.
-Ahí estabais vosotros dos, he estado buscan... ¿Estáis bien? – preguntó en el entrenador Luzu, su pregunta seguro vino a que nos habíamos puesto pálidos por el susto.
-Emm... si... estamos bien ¿no Guille? – Afirme con la cabeza efusivamente, el entrenador mantenía una ceja arqueada, me percaté de que había salido de nuestra habitación y Samuel también, ya que enseguida le pregunto – ¿Qué hacía en nuestra habitación, entrenador?
-¡Ah sí! A lo que venía, ha habido un problema con las habitaciones, verán... iba a compartir habitación con un alumno pero hubo un error y nuestra habitación solo tiene una cama, así que si no es mucha molestia, ya que su habitación tiene una cama extra, ¿podrían dejar a su compañero dormir con ustedes hasta que resolvamos el problema?
-Claro... - dije para ser amable, aunque prefería quedarme a solas con Samuel, sería solo hasta que se resolviese el problema - ¿Y bien? ¿Quién es el que se quedara con nosotros?
-¡Hola chicos! – Escuche su voz salir detrás del entrenador, pase saliva y mire a Samuel, de seguro no estaría contento de que duerma al lado de él.
De todos tenía que ser él... tenía que ser Oscar.
Mia: Holaaa espero nuevamente que os haya gustado el cap. Quería agradeceros por todo vuestro amor leyendo, votando y comentando para apoyarnos en este lindo proyecto que se le ocurrió a dos amigos locos shippers de wigetta z4 También quería agradecer a mi compañero Nachete, que siempre me apoya y me ayuda... te quiero un huevo!!
Nuevamente disculpen la demora y espero que hayáis disfrutado el cap :33
Pd: Parecía discurso de oscar xDDD (Leonardo pls)
PD2 By Nachete: Mi compañera es tonta la pobre y solo publico la mitad del cap :3 me imagino las personas que lo han leído hasta ahora y no entienden nada xD disculpad el error de mi compi y os invito a volver a leer el cap x3
*Mia en estos momentos*