Eat Me, Drink Me → HunHan

By ohbany

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«Luhan tiene tanto apetito como sonrisas furtivas debajo de sus labios, siempre necesita comer, comer «comer»... More

p r ó l o g o
u n o
d o s
c u a t r o
c i n c o | f i n a l

t r e s

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By ohbany

«Pseudo Normalidad»

Dos semanas después del hecho se podía decir que la vida de Sehun y Luhan estaba marchando normal, dentro de lo que la situación les permitía. Ambos asistían a la facultad y tenían salidas con Tao y Yifan, a veces con Baekhyun quien se unía al grupo. Sehun había insistido en que podían hacerlo pese a todo lo que les había dicho Kyungsoo; podían vivir sin pensar en el daño, sólo concentrándose en lo que era importante para ellos, estar juntos. Sehun ayudó a Luhan a vencer la ansiedad de estar rodeado de tantas personas y le aseguró que iba a cuidarlo en todo momento, que siempre que tuviese hambre podía buscarle y juntos transitarían el camino.

Era una locura, su relación avanzó de la forma más extraña posible porque las películas en las noches fueron sustituidas por el placer de Sehun y el de Luhan mismo. A veces Sehun en las madrugadas cerraba los ojos con temor, creyendo que lo hacía para siempre pero al amanecer se miraba al lado del cuerpo desnudo de Luhan bañados en sangre seca y suspiraba no sabiendo cómo sentirse. Había una gramo de contrariedad liderando su corazón, por un lado estaba la ansiedad de amar a Luhan con su cuerpo, de demostrarle que en su vida no había nada más importante, pero por otro estaba el dolor que se esmeraba en apaciguar porque odiaba la expresión deprimida de su chico mientras mordía su carne y sus huesos crujían entre sus dientes. El dolor lacerante nunca se fue y a veces el proceso se hacía lento porque mientras Luhan mordía por un lado, su piel se regeneraba por otro.

Era contradictorio sufrir y disfrutar al mismo tiempo, era contradictorio mirar lágrimas en los ojos de Luhan y a su vez sonrisas ladinas por el sabor de su piel y el placer que le estaba proporcionando con el movimiento de sus caderas.

Dos semanas transcurrieron y su vida podía considerarse normal. Tan normal como para esconderse detrás de los colchones del gimnasio mientras Luhan besaba con parsimonia la piel del cuello de Sehun, preparándose para morder más profundo.

Esa vez Luhan tenía la camisa abierta y el torso descubierto, la piel blanca se dejaba ver con un júbilo que Sehun jamás había conocido, sus ojos estaban cerrados pero era esa la imagen erótica que le obsequiaba y que lo hacía delirar. Sentado sobre su pelvis, Luhan llevó un vaivén exquisito. Gimió fuerte y de vez en cuando liberaba sonidos más guturales, más erráticos, más sonoros. La estancia se llenaba de «Sehun-ah, tu olor es delicioso» «Sehun... Más rápido» nunca imaginó que Luhan fuese tan vocal, tan sensual, y tan único, pero no estaba quejándose en lo absoluto, Luhan le daba un placer inmesurado que quizá dolía un poco pero que valía la pena.

Cuando Luhan llegó al orgasmo Sehun hizo lo mismo pero segundos después su cuerpo dejó de emitir movimientos y su corazón de latir. Nunca supo exactamente lo que pasaba cuando él dejaba de respirar, lo único que sabía era que al abrir sus ojos, tenía la ropa limpia y Luhan lo miraba con los ojos hinchados y las mejillas mojadas pidiéndole con la mirada perdón.

—Sólo quiero que estés bien.

Era lo único que Sehun respondía levantándose del piso para ir a clases como si nada hubiese pasado. Ambos se encargaban de limpiar el desastre de fluidos y sangre y con sonrisas tímidas se tomaban de la mano dejando atrás un escenario más de sus vivencias.

Luego de comer mientras hacían el amor, Luhan se sentía completamente satisfecho y su mirada lo revelaba, antes sólo se mostraba ansioso y sudoroso, incluso una vez asustó a Tao cuando este les mostró a todos su nuevo perfume con olor a coco. A Luhan le fascinaba el coco, y eso más la carne de Tao estaba haciendo estrago dentro de él. La crisálida insistía en comer y entre chistes y comentarios Sehun sacó a Luhan de la cafetería para encerrarse en el baño menos inutilizado de la facultad y servirse como platillo delante de él.

—Soy un monstruo.

Luhan no se cansaba de repetir la misma oración cada que el hambre le atacaba de forma inesperada durante esos días que transitaban a paso lento y mientras él comía sin poderse contener. Era en aquellos momentos en que Sehun insistía en afianzar sus besos y penetraciones, repitiendo una y otra vez cuánto lo quería sólo para apaciguar el dolor interno que estaba sintiendo Luhan que, aunque no era comparado al suyo, era doloroso de alguna manera.

Los días se acumulan en el calendario, Kyungsoo suspiró alguna vez una solución pero aquel hombre era tan vago y efímero como su presencia. Todo lo que decía parecía un misterio y Sehun no deseaba hacerse falsas esperanzas de curación.

Luhan y Sehun caminan por una ruta nueva rumbo a su casa, habían dejado de transitar el parque porque aún guardan malos recuerdos y porque tampoco deseaban encontrarse con el chico raro Kyungsoo y su aún más extraño asistente Jongin.

—¿Podemos comer sopa hoy? —pregunta Luhan mientras juega a mecer su mano unida a la Sehun.

Sehun asiente sin preguntar nada más, desde que Luhan reemplazó muchas cosas por la carne cruda su paladar se ha hecho débil en frente a comidas que antes solía tolerar muy bien. La sopa no obstante es algo que se mantiene en su cuerpo, sin hacerle daño. El estado de ánimo de Luhan es muy notorio y aunque Sehun intenta disiparlo es imposible cuando las escenas frívolas entre ellos se repiten una y otra vez.

Al llegar a su casa Sehun hace todo lo posible por hacer sentir cómodo a Luhan, lo envía a bañarse y mientras, él se pone cómodo y comienza a picar las verduras y condimentar el agua de la sopa. Quiere darle un instante de tranquilidad a Luhan, quiere que por un segundo olvide todo lo que le está pasando.

Sehun ama tanto a Luhan que por encima de él mismo, está su bienestar.

Con esmero sirve algunas entradas que tenía ya hechas y guardadas en el congelador sólo de calentar y servir. Prepara dos tazones e incluso decora la mesa con algunas flores.

Con una sonrisa y suspiro se dirige a buscar a Luhan y cuando entra a su habitación lo encuentra dormido recargado del espaldar de su cama. Aquella imagen le parece tierna. Luhan desprende una dulzura única que aún cuando se ha convertido en algo irreconocible sigue mirándose puro. Luhan es un ángel.

Quiere dejarlo dormir tranquilo, pero también quiere compartir un rato a su lado.

—Lu... —llama Sehun, moviendo levemente el hombro de Luhan.

Cuando Luhan abre los ojos sonríe pero luego se siente apenado por no haber podido ayudar a preparar la cena. Sin importarle nada, Sehun deposita un beso sobre sus labios y lo lleva de la mano hasta la mesa para disfrutar de la sopa bajo el silencio de una habitación y el reflejo de la luna colándose por su ventana.

Es una cena silenciosa pero no por eso incómoda, las miradas furtivas y las sonrisas van de aquí para allá haciéndolos sonrojarse. La dinámica de su relación se ha saltado muchos pasos importantes. Las citas, las charlas y los descubrimientos juntos habían sido dejados atrás para llegar al punto en que sus pieles se fundían con desmesurada necesidad. Y no es que Sehun estuvo buscando contacto carnal desde el principio, más bien es todo lo demás, es la ausencia de los detalles, es el hecho de que su relación nació en el momento menos propicio para disfrutar.

Pero Sehun es el rey de las diferencias, puede hacer un punto y aparte con Luhan y disfrutar en medio de la desdicha que los merodea con saña y malicia.

Con cariño y acciones Sehun se encarga de hacerle entender a Luhan que más allá de las adversidades, más allá de los dilemas y problemas, dentro su corazón fulgura el cariño que le tiene. Aunque Luhan nunca expresa con palabras precisas cuánto quiere o desea a Sehun eso no le impide a éste repetirle como prédica lo que su corazón le grita a cada rato.

—¿Cómo pasó?

Sehun seca el plato donde estaban servidas las entradas y se voltea a mirar a Luhan quien está recargado sobre la encimera de la cocina. Tiene un bonito sonrojo en las mejillas y los ojos brillosos mientras la luz de la luna sigue traspasando las ventanas, aquel haz le da un suave contraste a su piel.

Es una imagen muy tierna, Sehun sonríe aunque la duda le carcome.

—¿Acerca de qué?

Luhan camina hasta él a paso tímido, parece avergonzado por la pregunta, cuando llega a sólo centímetros de su rostro, el sonrojo se mira más de cerca, Luhan se ve muy tierno, puro y hermoso.

—¿Cómo te enamoraste de mí?

Sehun no quisiese ver en algún espejo su reflejo porque apuesta todo lo que tiene a que está sonrojado. Es una pregunta muy directa, y hasta ahora no había podido respondérsela a Luhan con lujos y detalles. No obstante Luhan, con miradas sinceras y silencios cómodos pregunta acerca de ese amor que Sehun predica y éste piensa que ha sido demasiado tiempo como para ahora acobardarse y no responder.

—Pasó hace mucho, tanto que a veces siento que he nacido amándote.

Luhan se sonroja y Sehun inspira en el calor de su proximidad, continúa expresando las palabras cándidas que se aglomeran en su corazón cuando de Luhan se trata; un sincero «Te vi sonreír un día y dije, ¿Luhan es bonito, no lo crees, Yixing?» vuela en el aire haciendo a Luhan suspirar porque Sehun acompaña su relato con caricias que van desde su pelo lacio hasta sus mejillas rojizas, pasa por sus labios cuando dice «Una vez sentí tanta ganas de besarte mientas dormías que no me pude contener» Luhan se sorprende ante la revelación y Sehun le pide disculpas sólo por no haberle avisado antes porque luego en sus labios rebota un «Sólo por eso porque no me arrepiento de haber sido tu primer beso aunque no lo recuerdes».

Entre caminatas delicadas, trastabilleos y tropiezos con muebles se besan mientras Sehun se llena la boca de «Te amo desde épocas que no recuerdo, desde entonces no he parado de hacerlo». Llegan a la cama de cualquiera de los dos y caen sobre los hilos tersos que acarician sus pieles. Luhan es el cobertor de Sehun y éste sus sábanas, la tela que arropa su piel. Fundidos entre besos y caricias Sehun insiste en que «Me enamoraste no sé cómo, y no he buscado nada más que permanecer a tu lado aunque no fuese de la forma en que yo quería».

Con ansias imposibles Sehun desprende la ropa de Luhan y éste hace lo mismo. Entre jadeos bloquean el mundo exterior y los sonidos se convierten en sólo gemidos que a veces más que respiración agitada llevan palabras compactas, palabras que saben a «Te he soñado todos los días».

Luhan se aferra a la espalda de Sehun y deja que éste le bese con delicadeza la curvatura del cuello, que con cariño diseñe caminos de besos por su pecho.

Entre las aguas del reloj se van los momentos, los suspiros, y las preocupaciones.

—Sehun-ah, ¿p-podemos hacerlo diferente h-hoy? —pregunta el mayor, haciendo puños las sábanas debajo de sus manos.

Sehun se pregunta qué significa hacerlo diferente, más aún cuando Luhan luce cohibido y apenado.

—¿Cómo diferente?

Luhan voltea hacia otro lado y se tapa los ojos con una mano. El cuerpo le tiembla, y tiene los labios atrapados entre los dientes.

—Sin hacerte daño...

Sehun abre los ojos porque no lo puede creer, sabe lo difícil que resulta para Luhan contenerse de morderle, que es casi imposible no comer mientras le hace el amor.

—¿Estás seguro? Mira, yo puedo aguant...

—No, quiero q-que sólo estemos a-así, sin lastimarte —Aunque Luhan no lo dice lo demuestra, con sus acciones se encarga de gritarle a Sehun que lo ama, absteniéndose de comer, de infringirle dolor. Es la muestra más real de cariño, así como lo es para Sehun morir entre sus dientes una y otra vez—. No quiero lastimarte.

Sehun lo sabe, y aferrado a las palabras impresas entre líneas abraza a Luhan prometiendo protegerlo de todo aquello que le hace daño, incluso si es de sí mismo.

El amor todo lo puede, dicen. El amor es sacrificio, y el sacrificio siempre conlleva al dolor. El dolor nos recuerda que estamos vivos y que somos afortunados de respirar cuando otros no pueden.

En el velo de la noche se escapan los suspiros, el roce de piel y los gemidos que manan de forma sincera de bocas con apremio. Entre las sábanas por primera vez en aquella noche no se derrama sangre ni lágrima alguna, sino promesas que saben a «Todo va a estar bien...».

🌹

Como siempre Yifan insiste en salir por ahí con la intención de que Luhan y Sehun digan que no para él irse solo con Tao murmurando un «Puesss, lo intenté», pero esa tarde ambos se sienten con ánimos para salir así que aceptan escuchando los chillidos de alegría de Tao y los bufidos de fracaso de Yifan.

Luego de la última clase de Luhan y Yifan, los cuatro se embarcan al primer autobús de la ruta que pasa. El viaje se va entre risas y comentarios acerca de la nueva pareja que parece haber salido de la nada, Luhan se sonroja cuando Tao insiste en los detalles, Sehun y Yifan le dicen que deje de intimidar a Luhan de esa forma.

Se deciden por el norebang más cercano a la terminal de buses en Hongdae, compran botanas y frituras y se adentran en una de las salas para minutos después verse riendo a carcajada limpia escuchando las manera tan soez que Tao canta y baila Anaconda de Nicky Minaj y Yifan haciendo malas imitaciones de Eminen.

Luhan se ríe de las payasadas de sus amigos y Sehun disfruta del sonido que emite su risa. Le parece grato y confortante disfrutar de un rato de alegría observando como el chico se olvida de los problemas y lo que pueda estarle pasando a ambos.

La tarde la agotan entre miles de canciones en idiomas variados. Sehun está tan embelesado escuchando a Luhan cantar que no nota la vibración en su bolsillo, cuando busca su teléfono se da cuenta de que tiene nueve llamadas perdidas de un número desconocido.

Justo cuando está a punto de desechar las llamadas un mensaje entra a su buzón.

Al leerlo Sehun entra en pánico.

—¡Chicos, Luhan y yo tenemos que irnos! —exclama de repente percatándose de la duda que se planta en el rostro de Tao, Yifan y en el mismo Luhan.

Tao apaga la música dejando que la sala sólo se llene de vacíos y murmullos.

—¿Por qué se quieren ir? —pregunta Tao, demasiado molesto con Sehun.

—¿Quién te envió mensaje que te puso tan alterado?

Sehun rápidamente protege su teléfono pero Yifan logra quitárselo de las manos con una rapidez no propia de él. Abriendo la aplicación de mensajes y leyendo él mismo el contenido del mismo, Yifan bufa.

—¿Nos estás abandonando porque hay un 50% de rebajas en la carne de res? —Yifan enarcando una ceja pregunta.

Sehun está nervioso y no sabe qué hacer, preso del pánico decide asentir porque es mejor que los chicos se mantengan lo más lejanos posibles del asunto.

—A Luhan le encanta la carne de res, y hay que ir. No la conseguiremos más barata en ningún otro lugar. Esta es una cosa que sólo pasa el primer miércoles de cada mes.

Rápidamente y sin querer alargar más la situación, toma la mano de Luhan y despidiéndose de los chicos sale del lugar escuchando como Tao le susurra a Yifan algo que suena como «Está mintiendo. Hoy ni siquiera es miércoles».

Sehun hace oídos sordos sujetando a Luhan y corriendo por el extenso pasillo del lugar doblando en cada esquina y buscando la calle para correr al bus más cercano y protegerse en su hogar. Luhan asustado le pregunta a Sehun acerca de lo que está pasando pero de los labios del menor no sale palabra alguna.

La salida se visualiza y Sehun casi siente la seguridad pero antes de siquiera atravesar el umbral del lugar un tipo excesivamente alto y de pinta desfachatada le intercepta y les sonríe de forma sínica y siniestra. Sehun busca esconder a Luhan detrás de sí mientras el tipo les observa con sorna en su mirada.

—Vaya, vaya, pero miren a quiénes tenemos aquí —dice con aquella gruesa voz—. Son los pequeños monstruos...

Sehun teme por la vida de Luhan, por su seguridad e integridad más que por sí mismo. Tiene miedo de no protegerle, se culpa por no haber respondido las llamadas a tiempo, quizá si lo hubiese hecho hubiese tenido más tiempo de huir. Con culpa la imagen grabada del mensaje que recibió se reproduce en su mente mientras el miedo le congela la sangre.

De: Número desconocido.

—› ¡¡¡!Salgan de ahí de inmediato!!! —Do Kyungsoo.

—Hoy me voy a divertir mucho —musita con sorna el alto hombre.

Luhan aprieta el brazo de Sehun mientras éste con los ojos le asegura que su promesa y palabras no han sido en vano en ningún momento. Él velará por él...

«Todo va a estar bien, Lu».

🌹

!!!!Hola Carnívoras!!!!
Lo hice con amors mientras escucho Excited de Luhan, ✌

🌹

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