Recuérdame.

By unpozodepensamientos

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Inspirada a partir de la historia de Dante Alighieri y Beatriz. Dante la observaba todas las noches en aqu... More

Sinopsis.
Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Personajes.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Mi primer amor.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Tráiler.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo 55.
Capítulo 56.

Capítulo 36.

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By unpozodepensamientos

-¿Quieres que te lleve a casa o al hospital?- pregunta Dante con un semblante preocupado.

Beatriz siente su corazón palpitar con fuerza ante la preocupación de Dante para después toser gravemente y, nada más hacerlo, los dos se preocupan.

-Beatriz, vamos al hospital.

Niega con la cabeza la de los ojos verdes.

-No, tranquilo, cariño. Acompáñame a casa y ahí me tomo un paracetamol o algo para que me baje la fiebre.

El rubio la mira preocupado.

-¿Segura?

Beatriz conecta sus ojos verdes con los de él y fuerza una sonrisa mientras asiente y nota su fiebre subir algo más.

Los dos se incorporan de la cama y empiezan a vestirse mientras se miran de reojo y ambos se sonrojan. La tos de Beatriz vuelve a hacerse más presente de nuevo y más grave que antes, causando una irritación en la garganta de ella.




-Mándame un mensaje esta noche, ¿vale?

Beatriz rodea el cuello del rubio y asiente para besar su mejilla.

-No te preocupes. Estoy bien.

Dante sonríe preocupado y besa castamente los labios de ella.

-Por cierto, acuérdate de tomarte una pastilla para la fiebre.

La pelinegra pone sus ojos verdes en blanco.

-Que sí. Adiós, cariño - se despide adentrándose a la entrada de su edificio.

-Adiós, nena.

La de los ojos verdes observa a Dante alejarse mientras su corazón palpita con rapidez y sus ojos empiezan a doler. Al intentar desviar la mirada hacia otro lado siente un gran dolor en ellos y posa su mano en la frente.

-Joder, estoy ardiendo...- murmura.

Entra en el portal de su casa y saluda a sus padres con una sonrisa para después toser más grave mientras se tapa la boca con su mano.

-No me gusta esa tos, Beatriz. ¿Estás bien? - le pregunta su padre mientras se acerca hacia ella.

La de los ojos verdes asiente rápidamente mientras su dolor de cabeza incrementa.

-¿Tienes fiebre, verdad? - pregunta su madre mientras posa su mano en la frente de ella.- Beatriz, estás ardiendo. Venga, vamos al médico.


***

Salen de la consulta del médico y Beatriz vuelve a toser gravemente mientras sus padres la observan preocupados.

-Necesito parar ya. Me duele todo.

Su padre la toma de la mano mirándola con preocupación.

-Nena, tienes laringitis vírica. A partir de hoy tendrás que tomarte pastillas y estar en la cama, ¿acaso no has escuchado al médico?

Beatriz intenta mirar a su padre, pero sus ojos duelen tanto que no puede sostenerle la mirada y acaba cerrándolos.

-Pero si no sabía ni que tengo... Ha dicho eso por decirlo, papá.

-Bueno, Beatriz, ahora a reposar y tomar pastillas, ¿vale?

La pelinegra posa su mirada en su madre y asiente mientras la tos se vuelve a hacer presente. Sus padres, preocupados, observan a la chica de ojos verdes y se miran entre ellos.




***

Dante: Hola, cariño. ¿Cómo estás?

Bloquea su teléfono y empieza a hacer la cama, la cual está deshecha al no haberla arreglado tras haber acompañado a Beatriz.

Una vibración de su teléfono provoca que se detenga de hacer su labor. Lo saca de su bolsillo y lo desbloquea rápidamente.

Beatriz: Tengo laringitis vírica, o eso dice el médico. No te preocupes, de verdad ♥. Te quiero.

Beatriz suspira cerrando sus ojos mientras siente el escozor de sus ojos y espera a que la pastilla baje su fiebre algunas décimas.

Por otra parte, Dante se encuentra negando con la cabeza, acaba de hacer la cama y va corriendo a una floristería para comprarle sus flores favoritas. Nada más hacerlo, se marcha hacia la casa de su novia.




La madre de Beatriz se hace presente en la habitación de su hija con una sonrisa. El novio de la chica de los ojos verdes ha llamado a la puerta hace unos minutos, sorprendido así a su suegra.

-Cariño, mira quién ha venido.

La madre de Beatriz se hace a un lado y deja pasar a Dante con un ramo de tulipanes en su mano. La chica, sorprendida, sonríe enamorada mientras conecta su mirada con la de su novio.

-Hola - susurra él nada más sentarse al lado de ella.- Son para ti.

-Yo os dejo a solas - comenta la madre mientras le guiña un ojo a Dante junto una sonrisa.

Le cae bien el novio de su hija.

-No hacía falta, Dante... - murmura Beatriz nada más marcharse su madre.

-No, tranquila, tampoco es para tanto - comenta mientras observa los ojos rojos de la chica. -¿Cómo te encuentras, cariño?

Dante desliza su dedo índice sobre la mejilla encendida de ella, y nada más hacer contacto, siente el calor que desprende su novia.

-Fatal... La fiebre ha subido algo más, la tos es la misma y el dolor de ojos me mata. No puedo ni sostener la mirada, Dante.

Beatriz lo abraza mientras siente como él besa su cuello dulcemente, causando que brote una sonrisa en los labios de ella.



***



-Te he traído tus galletas favoritas, se las he dado a mamá - le anuncia José tomando la mano de su hermana pequeña, la cual observa a Sara.

-No hacía falta que hayáis venido, ¿no trabajáis?

Sara niega con la cabeza y se sienta al lado de su hermano.

-Yo he trabajado de mañana y José tiene el día libre.

Beatriz asiente y cierra los ojos de golpe a causa del dolor de vista.

-¿Estás bien? - la chica asiente.

-¿Qué pasa, bichito?

-Nada - murmura.- Es solo que me duele la vista.

-¡Bea, te traigo los deberes! -exclama una voz familiar para dos de los tres presentes.

Camila retumba la puerta de la habitación de su mejor amiga mientras sostiene en uno de sus brazos los libros de Beatriz.

Los ojos de los tres se posan en la chica rubia que tiene su pelo recogido en un moño junto un piercing nuevo en la nariz.

-Hola, Camila -saluda la chica de los ojos verdes.

Camila ignora el saludo de su amiga ya que está más interesada en la mano entrelazada de José con aquella chica cuyo nombre no sabe. Una nueva grieta se hace presente en su corazón mientras se acerca a ellos con una falsa sonrisa y saluda a la chica con dos besos en la mejilla, al igual que a José.

Este, nada más sentir el contacto de la mejilla de ella, nota su corazón latir desmesurado.

-¿Cómo te encuentras? - le pregunta la rubia a Beatriz ante la atenta mirada de José y Sara.

-Mejor, ¿y tú?

Camila asiente junto una sonrisa.

-Bien, te traigo esto y luego me voy con Dan.

Beatriz alza las cejas sorprendida.

-Bueno, bichito, nos vamos.


La pareja se despide agitando la mano mientras los ojos de José no dejan de estar conectados a los de Camila y viceversa.

Cuando finalmente se marchan, la rubia toma asiento donde anteriormente estaban sentados los dos y toma la mano de su amiga.

-¿Cómo estás? - le pregunta Beatriz con respecto a lo que ha pasado hace dos minutos.

Se encoge de hombros mientras sonríe intentando darse entender a ella misma que está bien.

-¿Te sigue doliendo?

Asiente.

-Con el tiempo todo se arreglará, ya veras, Beatriz.

La de los ojos verdes sonríe y toma los libros que lleva Camila.

-Estando así dudo que vayas al concierto de dentro de dos días, ¿no?

Niega con la cabeza junto una mueca.

-Le diré a Dante que vaya él junto a Ángel.

-Que confianza que tenéis...

-Porque esté enferma no le voy a impedir que no vaya, Camila.

-Si quieres lo puedo vigilar desde la distancia.

Beatriz frunce el ceño.

-¿Por qué?

-Estará Ana, alias la guarrilla.

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