-¿Quieres que te lleve a casa o al hospital?- pregunta Dante con un semblante preocupado.
Beatriz siente su corazón palpitar con fuerza ante la preocupación de Dante para después toser gravemente y, nada más hacerlo, los dos se preocupan.
-Beatriz, vamos al hospital.
Niega con la cabeza la de los ojos verdes.
-No, tranquilo, cariño. Acompáñame a casa y ahí me tomo un paracetamol o algo para que me baje la fiebre.
El rubio la mira preocupado.
-¿Segura?
Beatriz conecta sus ojos verdes con los de él y fuerza una sonrisa mientras asiente y nota su fiebre subir algo más.
Los dos se incorporan de la cama y empiezan a vestirse mientras se miran de reojo y ambos se sonrojan. La tos de Beatriz vuelve a hacerse más presente de nuevo y más grave que antes, causando una irritación en la garganta de ella.
-Mándame un mensaje esta noche, ¿vale?
Beatriz rodea el cuello del rubio y asiente para besar su mejilla.
-No te preocupes. Estoy bien.
Dante sonríe preocupado y besa castamente los labios de ella.
-Por cierto, acuérdate de tomarte una pastilla para la fiebre.
La pelinegra pone sus ojos verdes en blanco.
-Que sí. Adiós, cariño - se despide adentrándose a la entrada de su edificio.
-Adiós, nena.
La de los ojos verdes observa a Dante alejarse mientras su corazón palpita con rapidez y sus ojos empiezan a doler. Al intentar desviar la mirada hacia otro lado siente un gran dolor en ellos y posa su mano en la frente.
-Joder, estoy ardiendo...- murmura.
Entra en el portal de su casa y saluda a sus padres con una sonrisa para después toser más grave mientras se tapa la boca con su mano.
-No me gusta esa tos, Beatriz. ¿Estás bien? - le pregunta su padre mientras se acerca hacia ella.
La de los ojos verdes asiente rápidamente mientras su dolor de cabeza incrementa.
-¿Tienes fiebre, verdad? - pregunta su madre mientras posa su mano en la frente de ella.- Beatriz, estás ardiendo. Venga, vamos al médico.
***
Salen de la consulta del médico y Beatriz vuelve a toser gravemente mientras sus padres la observan preocupados.
-Necesito parar ya. Me duele todo.
Su padre la toma de la mano mirándola con preocupación.
-Nena, tienes laringitis vírica. A partir de hoy tendrás que tomarte pastillas y estar en la cama, ¿acaso no has escuchado al médico?
Beatriz intenta mirar a su padre, pero sus ojos duelen tanto que no puede sostenerle la mirada y acaba cerrándolos.
-Pero si no sabía ni que tengo... Ha dicho eso por decirlo, papá.
-Bueno, Beatriz, ahora a reposar y tomar pastillas, ¿vale?
La pelinegra posa su mirada en su madre y asiente mientras la tos se vuelve a hacer presente. Sus padres, preocupados, observan a la chica de ojos verdes y se miran entre ellos.
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Recuérdame.
RomantikkInspirada a partir de la historia de Dante Alighieri y Beatriz. Dante la observaba todas las noches en aquella biblioteca abarrotada de adolescentes. Ella charlaba animadamente con una de sus amigas mientras hacia caso omiso a las súplicas de un...