POV Brigette
No me había vuelto a dormir desde que había golpeado a Sherlock, en realidad lo hice por el poco coraje que había tenido conmigo misma. Recordar a...Tom, me causaba mucha tristeza, pero lo que no dejaba de preguntarme era por qué al verlo a él me recordé de lo que me había pasado, fue como si sus ojos pudieran descubrir mis más grandes secretos.
Para ser precisos, no sé qué impresión pude llegar a causarle, y no me importaba. Mejor dicho, había sido su culpa el que yo le golpeara a sus detectivitos ¿A quién diablos se le ocurre dispararle a la pared a las tres de la mañana? Rodé mis ojos, me sentía muy cansada, como si hubiera corrido una maratón. Me levanté para intentar recobrar los ánimos, esperaba no encontrarme con el Sir. Presumido abajo, no quería empezar el día con el pie izquierdo.
Cuando llegue a la sala de estar no vi a nadie, ni escuche ruido alguno por ningún sitio, así que sonreí. Eso calmó un poco el horrible malestar de cabeza que sentía, cuando iba a entrar en la ducha un sonido me distrajo, provenía del cuarto de Sherlock. No le tome importancia al ruido, solo me encogí de hombros. Había tomado una decisión, lo que hiciera Sir Presumido me vendría valiendo un pepinillo. Al fin y al cabo, lo que yo hiciera también le importaba muy poco a él.
∞
La ducha me resulto muy gratificante, cuando salí ya me sentía mucho mejor, por el ruido del agua no había escuchado los gritos que de repente habían llegado a mis oídos. Las voces eran de Sherlock y de John. Ellos peleando me parecía algo extraño se miraba que eran muy amigos, pero en toda amistad hay percances.
Me apresuré a vestirme, no quería estar en medio de una charla matrimonial, reí para mis adentros. Aún faltaba una hora para entrar a Scotland Yard, puse mis ojos en blanco, de una u otra forma tendría que soportar a la pareja de amigos. Pero entonces escuche otra voz que me paró la respiración por un momento. Era la voz de Mycroft.
Cuando lo escuche a él, ya no me importaban los otros dos el asunto de repente se había convertido en mío también. Salí del baño e inmediatamente los ojos de Mycroft se posaron en los míos, eso hizo que se distrajera de la charla que mantenían los mejores amigos.
— ¡¿Qué haces aquí?! — Gritó llamando la atención de Sherlock y John hacia mí — ¿Cómo es que estas aquí?
— ¿Y tú por qué estás aquí? — Empezaría mi juego de preguntas, este era mi territorio aquí mi juego mandaba.
—Eso no te incumbe — Sentenció mientras se acercaba más a mí — Te pregunté algo, quiero que lo contestes.
— ¡Que lastima Myc! Pero por el momento no quiero hablar contigo — Él se aproximó aún más, hasta quedar enfrente, sentía la mirada curiosa de los otros dos hombres pegada a nuestra escena — Así que si me disculpas — Iba a subir a mí cuarto, pero Mycroft me tomó del brazo para mantener mi vista pegada a la suya.
— ¿Cómo llegaste aquí? — Preguntó con un tono amenazador, cosa que me hizo sonreír — ¿De qué te ríes? Y no me llames Myc.
— ¿Cómo quieres que te conteste una pregunta si haces demasiadas? — Hice que mi tono de voz se escuchara igual que el de él y hasta aún más meloso — Myc.
—Debemos hablar — Me soltó, pero nunca aparto la mirada —Sube.
— ¡Ja! Muy buen chiste — Hice una sonrisa falsa, para luego volver a la seriedad— no tengo por qué hacerte caso.
—El enarco las cejas, mientras yo entrecerraba los ojos — Ah, ¿no?
— ¿Se conocen Mycroft? — Dijo John sacándonos a los dos de nuestra "Lucha de miradas", Mycroft pareció recobrar su postura la cual yo nunca había perdido en su choque de histeria — ¿Mycroft?
—Es algo difícil de explicar — Contestó mientras movía su paraguas — Ella es, bueno... Ya saben...
—¿Mycroft quién es ella? — Sherlock me miraba a mí y luego a él, pero entonces me di cuenta de algo, ellos se parecían mucho, calculaba unos siete años de diferencia entre él y Mycroft — para que la conozcas.
Como si me hubieran abierto los ojos por primera vez miré a Sherlock y luego a Mycroft, mi cerebro no alcanzaba a comprender lo que estaba viendo ellos eran...Hermanos.
—Hermanos — Dije con sorpresa, eso hizo que Mycroft me mirara con ojos casi echando fuego — Espera, él...
—Brigette será mejor que hablemos eso después — Yo hice una sonrisa de lado sin dejar de verlo — Me escuchaste.
Y ya no pude aguantar más. Me empecé a reír mientras caminaba a mi cuarto, lo último que había visto era la cara de enojo de Mycroft, todo el estrés que pude haber tenido se había desvanecido de repente. Me parecía muy gracioso el hecho de que Sherlock y él fueran hermanos, por eso la actitud tan detestable de los dos, pero entonces ya sabía cómo llegarle a los dos Holmes... En más de alguna vez me sentiría Magnussen. La imagen de él paso por mi mente.
No me retarde mucho en mi cuarto, ya solo tenía 45 minutos para llegar a tiempo, el haberme reído me había consumido unos 15 minutos, cosa de la que no me arrepentía para nada. Empecé a bajar las escaleras, aún con una sonrisa en el rostro, sin quererlo el día se me había vuelto el más hermoso del mundo.
— ¿A dónde vas? — Escuché la voz de Mycroft cuando pasé por la sala de estar.
—Al trabajo, Myc, creo que deberías dejar de preocuparte por mí y preocuparte más por tu hermanito— Dije haciendo un puchero — Es lo mejor que puedes hacer.
—Brigette ¿No comerás algo antes de irte? — John Watson, este hombre me caía muy bien y eso que no lo conocía mucho — Te ves un poco pálida.
—Los "Hermanos" Holmes me observaron, pero al tener sus dos miradas sentí un escalofrío pasar por mi espalda —No, Gracias John — Se me salió una pequeña risa — Pero debo hacer... otra cosa. Y no te preocupes estoy bien, aquí es mejor ser un poco pálido de vez en cuando.
Dicho esto, me acerque hasta Mycroft.
—Hoy ya sé un punto débil tuyo — Susurre a su oído — ya no me eres una amenaza total.
—Quiero que recuerdes que sigo siendo una amenaza para tu vida — Me reí en su oído, y negué con la cabeza.
—Tal vez, pero yo puedo destruir la de tu...hermanito — Me separé de él para observar los ojos que a lo lejos tenían un toque de terror — Y sabes que lo puedo hacer.
—¿Ya de donde se conocen ustedes dos? — John estaba parado a la par de Sherlock, solo sonreí. Mycroft, nunca diría de donde nos conocíamos, yo tampoco, por lo que inventar una mentira era lo más viable.
—Nos conocemos desde hace años, cuando viaje a América por primera vez. El FBI me necesitaba y ahí la encontré sirviendo cafés a sus superiores — Lo observé con furia, yo nunca les había servido café a mis superiores.
—Al igual que yo vi a Mycroft como un idiota con un paraguas en pleno verano — Él carraspeo la garganta mostrándome su molestia, yo solo le sonríe con sarcasmo.
—O sea que ya es de tiempos — John nos observaba intercaladamente, a diferencia de Sherlock que solo miraba a su hermano— Y ¿Qué relación tienen?
¿Relación? Fruncí el ceño, ni siquiera sabía si había una relación de trabajo, ya que Mycroft había arruinado mi vida al reclutarme a los 12 años, siempre me dijo que todo estaría bien, pero, eso terminó con mi vida.
—Ninguna que pueda ayudar a un ser humano — Dije sintiendo como los resentimientos enterrados empezaban a salir, me dirigí hacia la puerta para encaminarme ya a donde sea que estuviera Greg. John solo había fruncido el ceño ante mi respuesta
— ¿Por qué lloraste anoche, Brigette? — Me pare en seco. Mycroft había arrastrado las palabras como si quisiera recalcar lo — No engañas a nadie, tienes los ojos hinchados, características claras de un llanto inconsolable.
Lo volví a ver con rostro serio, había algo que no me cuadraba, si él quería hacerme sentir mal lo podía hacer solo, siempre lo había hecho sin ningún resentimiento. Me fijé en el rostro de John tenía un rostro de compasión, al parecer en esos momentos todos tienen buenos dotes de observación
—Es eso o pudiste haber vuelto a tus antiguos vicios — Dijo haciendo que los otros dos hombres me observaran con el ceño fruncido.
—Si volví a ellos es cosa que a ti no te importa — Lo miré a él — Quisiera que aun estuviera vivo, tal vez así te quedaras callado — Eso no lo quería decir en voz alta, pero había sido muy tarde cuando me di cuenta yo ya había hablado una estupidez.
—Ah, así que es eso de nuevo. Sabes cuál es la cura, por lo tanto, no me preocupo — Las ganas de llorar se me vinieron de nuevo, cuando iba a decir algo un mensaje cayó en mi celular. Saqué el teléfono, pero me quede helada, lo que estaba leyendo no podía ser cierto.
Yo volví a ese mundo ¿podrás sacarme?
MM
Casi grito con ese mensaje "MM" eran las iniciales de mi mejor amigo, Mike Miller, un chico alto muy apuesto con unos enormes ojos verdes que hacían suspirar a cualquier chica, pero de qué mundo hablaba, había entrado a muchos y salido de algunos. La mitad del tiempo no era agradable recordar de donde salí si no pensar a donde podía llegar. Mycroft me observó detenidamente y fue su mirada la que me regreso al presente.
— ¿Qué te pasa Brigette? Palideciste aún más — Sherlock no observó a los dos hombres que le habían hecho miradas inquisitivas. Yo solo trague grueso.
—Nada, no pasó nada. Solo debo irme — Mi voz se escuchaba temblorosa como si lo que decía lo hablara forzado — Adiós. Los veo en la noche ¿Te quedaras John?
—Sí es que Mary está en una excursión de dos días con Adele — Asentí para darme la vuelta y salir del departamento.
Me sentía muy nerviosa, a cuál mundo había regresado Mike, él y yo habíamos salido con ayuda de... Tom, pero ahora la única persona que nos podía poner en cintura había muerto y por mi culpa. Debía encontrar a Mike lo antes posible y preguntarle qué le pasaba.