ABISMO

By elen_green

235K 15.7K 718

Lara Sylva nunca se imagino que tras aceptar el trabajo de sus sueños su vida daría un giro inesperado... Tra... More

ABISMO
CAPITULO 1.
CAPITULO 2.
CAPITULO 3.
CAPITULO 4.
CAPITULO 5.
CAPITULO 6.
CAPITULO 7.
CAPITULO 8.
CAPITULO 10.
CAPITULO 11.
CAPITULO 12.
CAPITULO 13.
CAPITULO 14.
CAPITULO 15.
CAPITULO 16.
CAPITULO 17.
CAPITULO 18.
CAPITULO 19.
CAPITULO 20.
CAPITULO 21.
CAPITULO 22.
CAPITULO 23.
CAPITULO 24.
CAPITULO 25.
CAPITULO 26.
CAPITULO 27.
CAPITULO 28.
CAPITULO 29.
CAPITULO 30.
CAPITULO 31.
CAPITULO 32.
CAPITULO 33.
CAPITULO 34.
CAPITULO 35.
CAPITULO 36.
CAPITULO 37.
CAPITULO 38.
CAPITULO 39.
Nota de la autora.

CAPITULO 9.

6K 390 22
By elen_green

9***************************

-¡Kenzo!, espera…

Estábamos a punto de salir de casa, Kenzo rascaba la puerta con sus patas mientras yo preparaba el desayuno. Me había despertado entre babas y ladridos, fue un poco asqueroso pero la verdad es que había dormido toda la noche de un tirón, un lado de mi cabeza había desconectado gracias a la compañía del perro, me sentía más fresca y descansada que de costumbre.

Desayunamos algo y tuve una idea –salir a correr- Kenzo sería una buena compañía y así lo cansaría para que estuviera quieto en casa, ¡no paraba!

Cuando salimos por la puerta mire al cielo, seguía nublado, apenas unos rayos de sol se colaban entre las nubes grises. Nos pusimos a correr.

-¡despacio bonito!

Kenzo tiraba de mi, iba en  la delantera, le pegué un ligero tirón y continuo a mi lado corriendo a mi paso, fuimos poco a poco por el camino de tierra seca atravesando árboles, piedras y maleza. 

Nos adentramos por el bosque, absorta en mis pensamientos cuando quedo a la vista el arroyo… me pare en seco, inconscientemente había llegado aquí. Kenzo vino a mi lado con la respiración agitada y la lengua fuera, olisqueo un par de veces.

-bueno, ¿seguimos?

Le dije mientras recordé los pasos que se dibujaban en el barro seco que estaba a mi lado. Trague saliva mientras un escalofrio me recorría.

Seguimos corriendo por el bosque, pero esta vez cambie de dirección, no quería volver a pasar por alli... solo haría recordarme la angustia de ser perseguida por algo invisible, así que cogimos un camino por el que no había ido nunca, ni siquiera cuando Linda vino conmigo, nos adentramos al bosque.

El sol se había ocultado bajo una espesa nube, el camino que habíamos cogido de tierra seca hacía rato lo habíamos dejado atrás, corrimos a través de un seco césped en el que los arboles no habitaban, me pare en seco, algo en la tierra llamo mi atención.

-espera Kenzo..

Dije jadeando, mire la hora y me di cuenta de que llevábamos corriendo 40 minutos, mire al perro que estaba igual que yo y decidí que ya era suficiente, era el momento perfecto de volver a casa.

Mire de nuevo a la tierra, algo me había hecho pararme allí. Me agache mientras observe una mancha oscura, seca y áspera al tacto, era como una especie de charco pequeño seguido de pequeñas gotas que formaban un camino, las seguí con mirada curiosa, di unos pasos siguiendo el rastro, hasta que al final di con unos matorrales, allí se cortaba, mire a mi alrededor, me agache pensando de que se podría tratar de algún animal herido.

-¡kenzo! ¡no!

En un momento de descuido se me soltó la correa del perro y este salió corriendo hacia el bosque.

-¡kenzo vuelve!

Grite con el corazón en la mano, pero el perro no me hizo caso, ya lo había perdido de vista entre la maleza y los arboles. Corrí tras él, no podía dejarlo, si lo perdida Jane me mataría. Joder esto no estaba pasando.

-¡kenzo!

Corrí siguiendo los ladridos, el muy cabron no paraba de correr, cada vez lo sentía más lejos.

-¡kenzo ven aquí ahora mismo!

Me dio miedo cuando me di cuenta de que estaba siguiendo el camino que llevaba a la montaña. No me hacía nada de gracia. Seguí corriendo, siempre orientándome por los ladridos ,¿Qué coño habría visto?, joder, estaba cansada y preocupada por qué no pudiera coger al perro, mi único pensamiento era Jane.

Tras pasar varios árboles me quede quieta. No escuchaba los ladridos.

-¿kenzo?

Lo llame, pero nada, el perro no ladraba, un presentimiento malo me recorrió el cuerpo poniéndome los pelos de punta.

-¡Kenzo!

Grite más fuerte y acto seguido se escucharon una serie de ladridos a lo lejos,  pero más feroces y potentes, como si hubiera encontrado algo y se había vuelto loco ladrando amenazador. Salí corriendo, pase un roble muy viejo cuando sentí que alguien me cogía fuerte y me tapaba la boca.

-shhh.. Silencio.

Mi corazón se acelero por la adrenalina al sentir unas cálidas y firmes manos alrededor de mi cintura y mis labios. La voz era de Yoel, permanecí quieta, sin aliento por la rapidez con la que me había movido, apresaba mi cuerpo contra el suyo, mi espalda tocando su fuerte pecho que ni siquiera estaba agitado, lo contrario que el mio que se hinchaba a cada respiración dificultosa que realizaba bajo su palma. Su aroma me rodeo. Me estremecí cuando sentí su respiración en mi oído, había girado la cabeza, y yo sentía mi estomago revolotear hasta sentir una humedad  cálida... Mis piernas temblaron.

Se escucharon pisadas y yo me tense. Yoel apretó ligeramente su brazo a mí alrededor como calmándome, protegiéndome, dejándome claro que no me moviera, y la verdad es que no tenía pensado hacerlo. Las pisadas pasaron muy cerca, chasquidos de hojas sueltas, pero siguieron de lejos. Su respiración volvió a mi oído provocándome temblores internos, me estremecí de nuevo por la caricia inconsciente que me estaba haciendo.

-no hables.

Susurro en mi oído provocándome un escalofrio. Asentí. Poco a poco quito la mano. Me di la vuelta y conforme mis ojos se posaron en los suyos me quede sin habla, su pelo negro alborotado  dandole un aire de lo mas sexy, una camisa negra con algún botón desabrochado dejando la insinuación de un pecho bronceado y marcado, sus ojos se veían mas claros a la luz del día, unos ojos grises claros con motas más oscuras, con una mirada fría y dura sin ninguna compasión, sus pupilas estaban dilatas y algo me decía que estaba enfadado. Trague saliva.

-¿Quién era?...- pregunte temerosa.

-dirás, ¿Quiénes eran?

Me revolví incomoda.¿por que siempre me hacia sentir asi? uf.

-¿entonces?

-eran dos hombres de Snake.. Están rastreando el bosque.

-¿Por qué?

-buscan al hombre que mate.

“La daga en alto, un rugido sobre humano, el sonido de la piel desprenderse mientras la daga se clavaba en el corazón…”  Los ladridos de Kenzo me hicieron volver a tierra. Trague saliva.

-kenzo…

Mire hacia todas direcciones para ver de dónde venían los ladridos. Tenía que atraparlo como fuera antes que esos dos locos le hicieran algo malo.

-veo que tienes una mascota..

-si, pero por poco tiempo… ¡Kenzo ven!

Grite, escuche una risa entre dientes, me recorrió  un escalofrio por la espalda, estaba detrás de mí y sabia que miraba. Gire a verlo con mala cara, de la nada apareció Kenzo por su lado, suspire aliviada de verlo, le olisqueo un poco y se sentó mirándolo, pasando de mi, después de a verme dado un susto de muerte el perro hacia como si no existiera.

-¡kenzo!, ¿Dónde te habías metido?, perro malo.

Me acerque a él y le rasque la cabeza, el seguía mirando a Yoel, sentado, a su lado, como esperando alguna orden del caballero oscuro o algo por el estilo, parecía más contento de verlo a él que a mí. Retorcí mis manos nerviosa. Yoel se agacho a su lado, los observe en silencio, el perro estaba quieto mientras él le acariciaba la cabeza con su mano grande y firme, se miraban el uno al otro como si con la mirada estuvieran manteniendo una conversación. De repente pensé en una estampa, Yoel y Kenzo, viéndolo así parecía buena persona, un chico normal, hasta parecía que le gustaban los animales y sin duda a Kenzo le caia bien -Traidor-. Tras unos segundos encantadores se puso en pie apartando la mirada del perro  y comenzó a caminar por la maleza sin siquiera mirarme.

-¡oye! ¿Quién es Snake? ¿y para que buscan a ese hombre?...!Yoel!

La curiosidad me invadió. Cogí la correa de Kenzo y eche a correr tras él, justo cuando fui a tocarle el hombro se dio la vuelta.

-ssh…

Me quede en silencio, estática, Yoel estaba tan cerca que senti el pulso desaparecer, tenía la mirada puesta en un punto fijo por encima de mi hombro ,con esa mirada de depredador a punto de coger a su presa, no me quería mover, no podía ni pestañear.

-¿hay-hay algo?.. –dije en un susurro, mi corazón se estaba acelerando. Tras unos segundos infernales puso sus ojos en mí. Trague saliva.

-vuelve a casa.

-pero necesito saber…

-ahora no.

Dijo tajante y con una mirada que en otros momentos harían que me escondiera debajo de la cama.

-¿entonces cuando? ¿Eh?, ¿Por qué siempre apareces en los momentos más oportunos dime?, ¿o porque siempre vienes a amenazarme y asustarme? ¿O porque coño me ayudas una y otra vez si en realidad no te importo nada?..¿Que eh?, ¿Qué me dices?, ¡por que estoy harta de tus jueguecitos!

Temblando de pies a cabeza saque el colgante de mí pecho y lo deje a la vista.

-¿esto es lo que quieres?, ¡ven!, intenta cogerlo, ¡pero te aseguro que luchare aunque sea lo último que haga!

Estaba furiosa, ida, esto había colmado el vaso, ya no podía mas con esta incertidumbre y había explotado como un volcán en erupción, lo mire con rabia al no ver ninguna mueca, ni ninguna señal en su bonito rostro, nada que pudiera hacerme sentir mejor al pensar que estaba arrepentido por no contarme la verdad, nada, absolutamente nada. El seguía con su mirada fría y vacía mirándome. Fui hablar cuando vi sus labios despegarse.

-esta noche.

-¿esta noche qué?... ¿oye?...joder fantástico..

Dio un par de pasos y se esfumo delante de mis ojos, mire a mi alrededor dándome cuenta de que había pasado de mi cara, ¡argg! lo odiaba.

Esta vez no me impactó tanto el verlo desaparecer, ya me estaba acostumbrando. Cogí a Kenzo y fuimos hacia a casa malhumorada y dándole vueltas a la cabeza. Mi corazón se había recuperado de la adrenalina al sentirme tan furiosa, pero mi cabeza iba en una sola dirección. Buscaban a ese hombre, pero ese hombre estaba hecho cenizas, ¿para qué lo buscaban si no quedaban restos de el? ¿y exactamente quien era Snake? -un ángel caído- me vino enseguida a la cabeza, pero Yoel también lo era … o bueno si, no sé..¿quien era Yoel?

Seguí dándole vueltas al tema, pensando en que tenia que volver hablar con Jude. Mientras caminábamos por el bosque pense en que iba a tener una noche bien movidita.. Mire a Kenzo.

-tu vas a ser mi guardián esta noche, ¿verdad?

El perro me miro con la lengua fuera y siguió caminando a mi lado, si pudiese hablar… confiaba en que la presencia de Kenzo en la casa fuera para bien, esperaba que si algo malo me pasase el perro me defendiera. Eso quería creer.

En el trabajo estuve de lo más inquieta, evite todas las conversaciones y estuve entreteniéndome con cualquier cosa para dejar la mente en blanco, haciendo todo lo posible para que pasara rápido, aunque cuando llego la hora de marcharse me arrepentí, sabía lo que me esperaba en casa.

Por un lado quería verlo, hablar con él, intentar que me explicara su mundo oscuro para lograr encajar el puzle con la historia que me habia contado el restaurador, pero por otro lado me daba miedo de que se le cruzaran los cables y que de esta noche mi vida no pasara. Tenia que medir bien mis palabras, era un tío duro y frio que no podías hacer cabrear, a la mínima podía hacer tu vida hecha pedazos sin ningún miramiento, daba miedo.

Recordé sus brazos fuertes y  posesivos sobre mí, acunándome, protegiéndome  de aquellos hombres malvados… Mi cuerpo se retorcía de dolor al estar a su lado, un dolor húmedo y caluroso que hacia hervirme las entrañas hasta en lo más profundo, estaba muy muy confusa… ¿amor odio? alomejor no era tan malo como aparentaba... ¿Cómo podía ponerme tan caliente con un solo rocé de su cuerpo? ¡argg!, que rabia.

Me despedí de Linda en su puerta y me encamine a casa mirando la hora. No sabía si ya estaría allí o si vendría más tarde, tuve la maldita duda hasta que abrí la puerta de casa y vi solo a Kenzo, ladro un par de veces y se acerco.

-¡hola bonito!, ¿me has echado de menos eh?, oh sí, me has echado de menos…

Me agache y lo acaricie, era precioso, su pelo claro suave como la seda, aunque con una boca un poco babosa, me chupeteo la cara.

-basta… ¡basta!, ya…

Reí, era muy cariñoso. Me puse en pie y subí arriba, Kenzo se quedo en el umbral de las escaleras esperándome. Me di una ducha rápida y me cambie por unos pantalones cortos crema y una camiseta fina azul. Mire la hora, eran casi las 9. Baje abajo y antes de hacer la cena saque un rato a Kenzo por los alrededores. Mi cabeza no paraba de pensar.. pensar preguntas que podía hacerle si se llegaba a presentar aquí…sentía el corazón a mil por hora cada vez que recordaba esa mirada y esos brazos rodeandome.

Cuando terminamos el paseo nos metimos en casa. No tenía ganas de cocinar así que me hice un sanwich de jamón y queso y a Kenzo le puse un poco de pienso del que me había traído Jane para él.

Mire la hora, eran las 10 pasadas, ¿Cuándo pensaba aparecer?, me estaba desquiciando.. enchufe la tele y me estire en el sofá, el perro bajo mis pies relajado. Busque algún canal y en cuanto vi una película que trababa sobre zombis, vampiros y más seres extraños la deje, parecía irónico que estuviera viendo una película así.

La película termino, aunque la verdad no me había enterado de mucho, estuve más pendiente de los ruidos de la casa y de la hora que de la historia que contaban..  Aun no había aparecido. Volví a mirar de nuevo el reloj de cuco mientras bostezaba, casi las 12 de la noche. Suspire. Me puse en pie y desperté a  Kenzo que estaba espatarrado en el suelo. Me daba que no iva a venir.

-Kenzo a dormir, vamos.

Apague todo y subimos arriba, Kenzo se estiro en su sitio, yo me acerque a la ventana a observar antes de correr la cortina. De repente el perro se puso a ladrar como un loco pegándome un susto de muerte.

-¡shh!, Kenzo, ¡ya!

Grite mientras lo veia salir corriendo de la habitación.

-¡kenzo!

Cuando fui a ir tras él la puerta se cerró delante de mi cara, me quede estática, anclada en el suelo con el corazón encogido. Poco a poco se me pusieron todos los pelos de punta. Esa fragancia empezó poco a poco a brotar por mí alrededor.

-¿Yoel?...

Pregunte, me lleve las manos al pecho mirando la puerta.

-¿me buscabas?

Esa voz sensual inconfundible hizo que diera un respingo. Mire a la cama, allí estaba recostado con sus manos pasadas por la cabeza, en una pose tranquila y segura de sí mismo, los rayos de luz que entraban por la ventana dejaban a la vista un pecho bronceado descubierto y unos ojos tan brillantes como un día estrellado, dos diamantes pulidos mirándome de manera abrasadora. De nuevo volvía esa atracción fatal, hay madre...

-deja de hacer eso, me has asustado..¿y Kenzo?

-abajo.

-pero…

-no te preocupes, el perro está bien.

Lo mire inquieta desde mi posición, asimilando que estaba ahí, en mi cama. El corazón se me iba a salir por momentos.

-¿no ibas a dormir?, ven…

-no pienso dormir, y menos contigo en mi cama.

-es una pena.. – Toco el colchón a su lado-..Ven acércate

-no.

-¿tienes miedo?

Trague saliva, ¿miedo?, no, estaba aterrada, no sabía bien por donde iva a salir este tío. En un momento estaba sobre mi cama y al siguiente estaba parado frente a mí, me sobresalte y di dos pasos atrás hasta que toque con la espalda la pared –mierda- .

-¿te asusta tenerme cerca?

Trague saliva al ver su sonrisa ladeada, eso era lo que queria, asustarme, estaba jugando conmigo.. ¿Quería jugar? Allá vamos.

-no.

Pareció sorprendido por mi respuesta pues note levemente como abría los ojos, se acerco un poco más a mí, tuve que hacerme la valiente.

-entonces… si no te da miedo tenerme cerca ¿Por qué tu corazón dice lo contrario?

Oh joder mi corazón, mi corazón iba desbocado a cada respiración que daba, su sola presencia, su olor, esos ojos, ese cuerpo, ¡este ser endemoniado podía ser mi perdición!

Quise hablar pero un nudo en la garganta no me dejo.

-¿Qué pasa?, ¿ahora no te haces la dura?

Se acerco lentamente posando los brazos sobre la pared a la altura de mi cabeza, me tense pero no me movi de mi sitio, se inclino poco a poco hasta que pude saborear su aliento que se mezclaba con el mío, eche la cabeza hacia atrás apoyándola sobre la pared. Sonrió de esa manera amenazadora, me tenia donde quería, se inclino y supe lo que estaba a punto de hacer

-no.

Se aparto un poco de mi.

-¿no qué?

Volvió a inclinarse vacilante, estaba a punto de besarme.

-no… basta, por favor.

Me deslice hacia abajo escapando de su trampa, ¿a que venia esto ahora?, el no me cogió ni forcejeo conmigo para que estuviese quieta. Poco a poco se puso recto y comenzó a caminar hacia mí con esa sonrisa arrebatadora.

-Yoel… no, escucha… necesito saber cosas…

Camine de espaldas por la habitación tanteando la distancia entre nosotros, sintiendome confusa por no saber que estaba haciendo, creia que de un momento a otro saltaria sobre mi, no se si para matarme o para... uf, -no pensar-... Pare en seco, mire de reojo por mi hombro y me di cuenta de que estaba a los pies de la cama, ¿Cómo podía ser? ¡Si estaba caminando hacia el lado contrario!, abrí mucho los ojos y lo mire palida.

-un pequeño truco.

Sonrió y sin darme tiempo a reaccionar se abalanzó sobre mi acostándome en la cama mientras que con las manos apresaban las mías por encima de mi cabeza.

-¡basta! ¡Quítate!

-querías que viniera esta noche...

-¡joder! ¡basta! ¡No para lo que tu estas pensando!, ¡quita de encima!

Se inclino hacia adelante pero antes de que sus labios se estrellaran sobre los mios hablé.

-se que sois ángeles caidos.

Fuí firme con mis palabras y parece que dio resultado porque paró en seco, cedió su agarre en mis muñecas y poco a poco se levanto  de encima con una expresión indescriptible. Me incorpore sobre mis codos recordando lo poco que me habia dicho Jude.

-lo sé todo Yoel… se que quereis la piedra de luz para oscurecer la tierra, quereis acabar con los humanos… quereis destruir mi mundo ¡y no pienso dejaros hacerlo!

-veo que ya has conocido al viejo loco.

Me quede callada al escucharlo.

-¿Cómo?, ¿co-conoces a Jude?.. –fruncí el ceño, esto sí que no me lo esperaba. Se acerco a la ventana.

-no creas todo lo que dice, no siempre tiene razón.

-¿entonces sabes quién es?.. ¿Por qué a mí?, yo no quería formar parte de esta maldita locura..

Me incorpore llevándome las manos a la cabeza, nerviosa, era todo verdad, estaba a punto de que me diera una crisis de ansiedad al estar al lado de un demonio, como no hablara ahora mismo me iba a volver loca.

-no todos somos iguales Lara, además tu no lo entenderías.

Me puse en pie.

-¿el que no entendería?, ¡perdona que te diga pero esto tiene que ver mucho conmigo! y necesito que me digas todo para poder entenderlo mejor, ¡si no voy acabar en un manicomio!

Sentí la furia por mis venas y una realidad que no queria creer, se dio la vuelta.

-¿Quién eres?

Era la primera pregunta que debía hacerle.

-soy quien tú quieras que sea. –levante una ceja por el repentino cambio de humor.

-enserio, por favor…

 Suspiro mientras se apoyaba de espaldas a la ventana con la mirada fija en la pared.

-como ya te habrá dicho ese viejo loco somos demonios…-Giro a mirarme y yo trague saliva, continuó.

-somos ángeles desterrados del cielo.. Nos quitaron las alas pero no nuestras habilidades como bien has comprobado.

Lo mire y guiño un ojo. Creido.

-vale esa parte me la se… -me deje caer de nuevo a la cama, sentándome.- pero dime.. ¿tu de que bando estas?

Frunció ligeramente el ceño mientras dibujaba una fina sonrisa en sus labios.

- yo no acepto ordenes de nadie. -Dijo indiferente. Me retorcí los dedos.bueno esa respuesta la dejaba hay por ahora.

-¿Quién es Snake? -siguiente pregunta.

-Snake es el líder de los radicales, un demonio que ha estado buscando la piedra de luz miles de años hasta que uno de sus hombres la encontró…

Me miro duro, desafiante, me hizo sentir mal y más pequeña de lo que era, joder.

-um, creo que no te di las gracias por aquello… gracias..

Dije mientras se me revolvia el estomago al recordar el "momento daga", me revolvi incomoda.  

-¿y esos hombres de esta mañana?

-eran hombres de Snake, perdieron el rastro de su compañero hace unos días, sabían que había descubierto la piedra de luz en un lugar cerca de aquí. Estaban buscándola.

Trague saliva.

-eso quiere decir que si me hubieran encontrado…

-estarias muerta en estos momentos.

Firme y contundente, así era Yoel, sin ningún miramiento sin ninguna compasión, decía las cosas como eran, se me revolvió el estomago.

-¿y tú que hacías allí?...

Me atrevi a preguntar.

-vigilando.

-¿a mí?

-a la piedra.

-oh…

Siento un puñetazo interno al escucharlo y mi corazón da un vuelco. Todas mis ilusiones se vienen abajo, que estúpida llegar a pensar que se preocupaba por mí. Me vino algo a la cabeza.

-¿para que quieres la piedra?, ¿y porque la tengo aun?, si tan facil es matarme como dices...

Vi que apretaba sus puños dejando los nudillos casi blancos por mi atrevimiento, trague saliva. No estaba segura de lo que habia dicho, ni de querer oir su respuesta. Me estaba arrepintiendo ahora mismo.

-creo que son demasiadas preguntas por esta noche.

Se fue hacia la puerta dejandome confundida. ¿donde estaba esa agresividad?. Fui tras él mientras cogía aire.

-Yoel… por favor, espera, necesito saber una cosa ¿sigues aun con la idea de hacerme daño?

 De repente una sonrisa se dibujo por la comisura de sus labios dejando mi cuerpo hecho un flan… uf…  respire aliviada. No estaba enfadado y no quería matarme (o eso esperaba), ya se le había pasado la neura del dolor y el sufrimiento, suspire tranquila hasta que sentí un tirón de mi brazo, me estampe contra la pared, pero no llegue a tocarla por los fuertes brazos que me sujetaban, pego las manos a mi cintura, fue todo tan rápido y tan inesperado que aun lo estaba asimilando, se acerco a mi oído poco a poco mientras mi cuerpo se contraía del miedo.

-hueles bien..

-Eso es un ¿no te voy a matar?.. -Dije sin aliento, sentia que estaba bailando con la muerte.

Una ligera sonrisa a través de mi cuello me hizo apretar los labios. Me quede quieta, tensa, torturada bajo su respiración.

-seria una pena matar a la portadora… cuando me lo puedo pasar muy bien con ella..

Se aparto de mi cuello y por un momento pensé en contestarle, pero esa mirada hizo que ardiera el mismo infierno, oh… sus pupilas se habian dilatado, pero su mirada era otra, distinta, habia fuego, deseo... sentí que algo bajaba entre mis piernas...oh oh... Se inclino hacia mí, su aliento entrelazandose con el mio, casi podía rozarle los labios.

-no.. no creo que sea buena idea..

Mire sus labios. Gruesos, suaves, rosados, masculinos, una boca en la que perderte en oscuras noches de pasión… sonrió levemente.

-si me sigues mirando de esa manera  voy a creer que…-de repente  apreta los dientes y oigo un rugido desde el fondo de su garganta- … Lara

Mi nombre es una orden y el detonante de que mi cuerpo se sacuda entre sus brazos. Todos mis valores se vinieron abajo cuando pasó una mano posesiva por mi cabeza y hundió sus labios con fuerza y pasión sobre los mios, un beso con furia, un beso animal que haría girar la cabeza al más puro ángel que estuviera mirándonos, un ardiente beso condenado que no nos llevaba a ninguna parte. Pensé en deshacerme de él, empujarlo, quitarlo… pero no podia  ¡joder estaba sedienta! necesitaba más besos.

Sus besos no descendían , aprisionaban mi lengua y mordisqueaba mi labio inferior…oh… cada vez tenia más calor. Apretó su cuerpo contra el mio y exhalé.. sentí su erección contra mi pierna, dura y caliente. Levante un poco la pierna y el se inclinó para que las rodeara por su cintura, apoyó mi espalda contra la pared y  apreto su erección contra mí.

-aaah…

Gemí al sentirlo justo entre mis piernas. Pasó una mano por encima de mi camiseta tanteando mis pechos, oh... Sentí  que nos movíamos por la habitacion pero no podía dejar de besarle, esta pasión desatada me estaba consumiendo. Le pasé las manos por el pelo, suave y sedoso, pegué un ligero tirón mientras mordia su labio, rugió contra mi boca y lo saboreé dulcemente mientras sentia que me estiraba sobre la cama, apretó su cuerpo poco a poco contra el mio, en un movimiento lento, suave, sinuoso y sensual… -aaah-… gemí al sentirlo.. estaba tan caliente que no podía pensar en otra cosa, me dolia todo. Sus embestidas eran tan condenadamente lentas que necesitaba más, mucho más. Sentía la tela del pantalón húmeda y ansiosa por algo más… agarro un pecho y tuve que sofocar otro gemido…oh dios estaba a punto.

-Yoel…

Dije jadeando. Siguió con la tortura de besos y caricias.

-Yoel, basta…si no paras…

Pego un tirón duro sobre mi pezón.

-¡aaaa!…

Grite, pero no de dolor, si no de lo que estaba a punto de avecinarse.

-si no pasaras yo…luego no podre….-Mi cuerpo se arqueó, no podia seguir hablando, oh no...cerré los ojos.

-eso es, córrete para mi Lara

Y conforme oigo mi nombre me dejo ir… llego al cielo y mi cuerpo estalla en mil pedazos bajo su cuerpo posesivo que sigue torturándome con besos y caricias. Gimo en su boca y el los saborea de una forma sensual a la vez que condenadamente suave... Siento mis labios hinchados y  todavía sigo jadeando, intento relantizar mi corazón cuando noto que se aparta y se acuesta a mi lado. Me cuesta abrir los ojos… ha sido increíble… abro los ojos y veo que esta recostado sobre su codo mirándome serio y expectante, siento mi cara arder de la vergüenza. Se inclinó hacia a mí con una fina sonrisa en sus labios y me besó con una endemoniada suavidad que me hizo pasar una mano por su pelo  y atraerlo a mi… estos besos también me gustaban, dulces con toques amargos... Se aparto poco a poco hasta ponerse en pie, me incliné de golpe desorientada.

-¿donde vas?

Le dije recobrando el aliento.

-volveremos a vernos, a sido un placer.. Lara.

Y cuando esa sonrisa se mete en mis ojos se que se ha reido de mí, siento mi cara arder de furia, toda la magia se va de golpe… joder ¿Qué acababa de pasar?. Fruncí el ceño dandome cuenta de lo que habia echo y sin darme tiempo a reaccionar desapareció en mitad de la habitación.

-¡eres un maldito cabrón!

Grite rabiosa, mientras de golpe me tiraba en la cama y me llevaba las manos a la cara.

-joder ¿Qué hecho?, mierda mierda mierda….

Apreté los dedos contra mis ojos, solo así podía quitar todas estas sensaciones que acababa de experimentar… ¿Qué había hecho?…joder, ¿Cómo había caído en sus garras?…esto no había pasado, esto no podía ser, se había reido de mi…

Escuche a Kenzo detrás de la puerta.

- ¡ya voy!

Chille, fui a la puerta y Kenzo entro disparado dando vueltas entre sí , Salí fuera hasta el aseo, abrí el agua fría y me metí dentro con ropa lloriqueando mientras Kenzo me miraba desde el umbral.

-¿Por qué me tiene que pasar todo a mi?

Llore hasta que no salieron más lágrimas. Me sentía mal conmigo misma, sucia, usada, cansada.. Eran tantos sentimientos encontrados que no podía, no podía… me cambie de ropa y me metí en la cama sintiéndome de mil maneras diferentes, tantas que hasta me dolía el pecho, un dolor que nunca había sentido por nada ni por nadie, un dolor insoportable que me estaba haciendo enloquecer.

Su dulce aroma se había quedado impregnado en las sabanas.

-oh joder no no… ¿Por qué?..

Dije mientras me revolvía y revolvía intentando encontrar una postura que no me recordara a él. Al final me deje caer rendida, cerré mis ojos hinchados intentando alejar esas sensaciones, estaba tan cansada que no me costó dormirme… mis sueños estuvieron entre bosques oscuros, caricias desenfrenadas y promesas de sangre…

Continue Reading

You'll Also Like

949 114 7
Montana, 1925. Los acaudalados hermanos Phil y George Burbank son las dos caras de la misma moneda. Phil es impetuoso y cruel, mientras George es im...
547 85 14
Lleva ocultando por mucho tiempo, el mal que lleva dentro, pero cuando lo conoce bien, le gusta, y ya no puede parar. *Por Viviana Valeria V .
58.4K 3.1K 17
mientras player corría de catnap algo callo en el felino y este se se transformo en su forma pequeña/peluche de caricatura y los demás smile crittert...
1.7K 87 7
Se trata de una chica que digamos que ah sufrido bastante en la vida es una chica mala y ve el camino de elegir entre la mafia o una vida normal...