Jueves 9:40 pm.
Jueves por la noche casi final de semana y hacía ya 7 días exactamente en los que sin falta cada noche llovía en aguacero cerrado, acompañado de vientos fuertes y de cuando en cuando uno que otro estruendoso rayo.
El viento pasaba entre los arboles con un leve y agudo silbido desprendiendo hojas naranjas y amarillas a su paso, en la estación de tren cientos de personas caminaban a paso apresurado; cada quien inmerso en sus propios asuntos, eso sí, todos ellos se aferraban a sus paraguas como si sus vidas dependieran de ello. En las calles de Seúl, que a esas horas de la noche estaban empapadas por toda la lluvia que caía desde las 6 de la tarde, autos de todo tipo pasaban a altas velocidades levantando a su paso cortinas de agua y a veces empapando peatones.
Una noche bastante ordinaria, nada fuera de lo normal. Y ese quizás era el problema principal.
En el área residencial de Gangnam, el corazón de la ciudad donde la gente importante vivía, donde actrices, demás figuras del entretenimiento y políticos se codeaban seguido.
En particular en uno de los edificios de apartamentos más grandes y lujosos del momento, en el penthouse las luces seguían prendidas.
Desde la cocina la tetera hervía emitiendo un agudo silbido justo cuando _____ salía a tiempo de la tina, el cabello negro húmedo y pegado a su ovalado rostro mientras una bata rosa pálido cubría su cuerpo. Con cuidado apago la estufa y lleno de agua caliente la taza blanca de porcelana pequeñas burbujas de agua se formaron en la acción, luego deposito dentro de la taza un sobrecito de té de jazmín, su te favorito y él té que Hongbin había comprado para ella cuando había estado trabajando en Japón.
"Una muestra de que, aun cuando estoy lejos pienso en ti a cada momento." Había dicho Hongbin cuando le entrego la fina caja de te la noche en la que había regresado de Japón tras 2 largos meses de promocionar Depend on me, el corazón de ____ se había detenido por un momento y sus ojos se cristalizaron en lágrimas.
Añadió una pequeña cucharada de miel al té y eso fue todo, tomo la taza entre sus pequeñas y delgadas manos y se fue a la sala del departamento, donde un montón de trabajo la esperaba sobre la mesa con la promesa de que estaría ahí por al menos las siguientes 3 horas.
El departamento había sido un regalo de su padre, un famoso doctor latinoamericano que era el director general del mejor hospital privado en Corea del sur, cuando se había cumplido 18 años, en el momento había sido demasiado para una adolescente, ¿una casa para ella sola? Había sido un sueño del que no quería despertar.
En sí el departamento era bastante espacioso, la sala de estar era amplia y con una cálida chimenea de ladrillo para los días fríos como ese en especial, el comedor tampoco estaba en un espacio reducido y la mesa era una obra de arte tallada en caoba, tres habitaciones y 4 baños, una oficina y claro el lugar favorito de ______, la cocina, el sueño de cualquier chef con acabados en granito y acero inoxidable. La decoración tampoco era un juego, de arriba abajo todo estaba meticulosamente elegido por uno de los decoradores de interiores con más experiencia, su madre.
y sin embargo nada nunca fue como cuando conoció Hongbin y luego de un año de noviazgo se mudaron juntos. Pensó ___ revisando la tarea de sus alumnos, termino de corregir uno de los trabajos y lo coloco en la pila de los revisados, tomo otro de la carpeta e inicio otra vez. Era de una niña, yoolji, su nombre estaba escrito en temblorosa caligrafía con una pluma rosa de brillantes, ___ lo levanto un poco de la mesa y de entre las hojas callo una pequeña nota purpura.
La imagen de los ojos traviesos de Yoolji en forma de media luna y su sonrisa con un par de dientes faltantes se dibujó en la mente de ___ cuando recogió la nota del suelo alfombrado.
Era un dibujo pequeño que hizo que el corazón de ____ se detuviera por un segundo y al parecer Yoolji había hecho su mejor esfuerzo en el coloreado.
Era un dibujo de ____ y de quien parecía ser Hongbin tomados de la mano, rodeados de un monton de flores de colores, un sol sonriente en la esquina y un par de nubes blancas en un cielo celeste. Abajo escrito en plumón rosa con brillos en temblorosa caligrafía decía:
"Gracias por su trabajo señorita ____"
Una sonrisa se formó en los labios de ____ y sus ojos se llenaros de lágrimas de ternura, significaba tanto para ella el afecto y pequeños detalles de esos niños que simplemente no podía imaginar su vida su hubiera tomado otro camino. Y eso la hizo extrañar aún más a Hongbin que no había podido volver a casa desde hacía dos semanas, los muchachos se estaban preparando para un comeback Ravi y Leo aun ponían ciertos arreglos finales en las canciones y estaban ocupados con prácticas vocales y coreográficas además de pruebas de vestuario y el sin fin de cosas que acarreaba un comeback, tan ocupados estaban que Hongbin no tenía tiempo de viajar desde los dormitorios en Seúl hasta el departamento en el corazón de Gangnam a pesar de que era un viaje de media hora, normalmente según había escuchado de Hakyeon terminarían sus obligaciones y agenda por ahí de las 3 de la madrugada e iniciarían su día a las 6 en punto y así desde dos semanas atrás.
Lo extrañaba tanto cada mañana al despertar y cada noche al ir a dormir, el solo pensar en lo cansado que debía estar probablemente saltándose comidas y teniendo apenas un par de horas para dormir le partía el alma a ___, pero no había otra persona a la que admirara más que a Hongbin por su duro trabajo ¡y estaba tan orgullosa de el!
Era tan dulce con los niños de la escuela cada vez que la llegaba a recoger por las tardes cuando tenía tiempo, siempre llevaba dulces con el sin importar cuantas veces ___ le repitiera que no era necesario y era tan amable con ellos que el solo hecho de pensar en que algún día Hongbin pudiera ser el padre de sus hijos le subía todos los colores al rostro.
____ tomo la nota entre sus manos y alisó el papel con sus dedos, guardo la nota en el interior de su agenda personal justo en la primera página, así podría verla cada día al despertar.
En el sofá acurrucado entre los mullidos cojines Felix, el gato ruso azul que Hongbin y ___ habían adoptado unos meses atrás emitió un ronroneo desde el fondo de su garganta al estirarse. Félix hizo su camino silenciosamente hasta el comedor donde de un salto trepo en el regazo de ____ maullando por un poco de atención. ____ rasco tras la oreja de Félix y el gato enrollo su suave cola en la muñeca de _____.
Felix también habia extrañado a su papá, cada vez que ___ llegaba a casa o escuchaba el tintinear de las llaves Felix salía de donde sea que estuviera hasta la puerta principal en busca de Hongbin, a veces incluso lo encontraba dentro del closet dormido sobre las camisas de Hongbin.
-También lo extraño felix.- murmuro ___ aun acariciando el suave pelaje del gato que ronroneaba en su regazo.
A las doce menos cuarto ____ termino de revisar todos los trabajos de sus alumnos, Felix aun dormía en su regazo y las luces de la ciudad entraban por el ventanal, la chimenea que había tenido leña en algún momento de la noche ahora solo tenía brazas que brillaban en un rojo vivo emanando calidez en toda la casa. La taza de té de antes ahora estaba vacía y un paquete de galletas integrales le hacía compañía. El reloj de pared que colgaba sobre la chimenea emitía un "tick-tack" mecánico cada segundo.
Debía irse a la cama, de hecho ___ debía de haber estado en la cama hace rato y para esas horas tenía que estar en el séptimo sueño, pero, tan cansada como estaba no conseguía entregarse a Morfeo. Ligeramente ordeno las tereas en una pila sobre la mesa y apago su portátil después de guardar todo. Tomo a Felix en brazos como un bebe y el gato apenas se movió; en una mano tomo la taza vacía de té y la llevo a la cocina, dejo a felix sobre el sofá donde el gato se acurruco en si mismo. En su trayecto a la habitación principal apago la luz de la sala y dejo que las brasas de la chimenea iluminaran tenuemente con sus últimos suspiros.
Cepillo sus dientes y su largo cabello castaño, humecto con crema su piel morena y de pijama se puso una camisa de algodón que pertenecía a Hongbin.
Las suaves cobijas de la cama la arroparon y como tortura ___ se abrazó a la almohada de Hongbin que aún mantenía su aroma en ella, el aroma de la piel de Hongbin era algo que jamás había encontrado en nadie más, masculina y sutil, olía a su loción para después de afeitar pero también olía a jengibre y canela con un toque de menta, todos esos aromas se mesclaban para crear uno del que solo Hongbin era dueño.
____ abrazo la almohada con más fuerza en su pecho y hundió su rostro en ella, el cansancio se mantenía pesado en su cuerpo sin embargo no podía caer dormida, seguía pensando en Hongbin y automáticamente mil preocupaciones la inundaban, deseaba llamarlo pero tampoco quería interrumpirlo en medio de una práctica o algo importante. ¡Cuánto deseaba oír su voz! Masculina y embriagadora, una voz de la que se había enamorado profundamente, a sus ojos no había otro hombre más que Hongbin, ninguno le llegaba ni a los tobillos. Tan educado, considerado y amoroso, quizá lo que la enamoraba mas era lo sorprendetemente buen hijo que Hongbin era para con sus padres y lo buen yerno que se esforzaba por ser con los de ____, que a decir verdad no tenía obligación con ellos, pero el aun así se esforzaba.
También era el mejor novio de la tierra, amable, preocupado, cariñoso, gentil, mimador y apasionado. Lo que ____ hubiera dado por tenerlo entre sus brazos en aquel momento.
La cama se hundió a los pies con un nuevo peso y ____ pego un brinco de susto en la cama, en la oscuridad de la habitación pudo distinguir una alta figura masculina de anchos hombros y su estómago se contrajo en emoción. Conocía esa colonia, conocía el aroma que la cara colonia intentaba disimular en vano, y conocía esos anchos hombros y la silueta de esos musculosos y fuertes brazos.
-¿Qué haces aun despierta? ¿No puedes dormir princesa?- La voz de Hongbin fue dulce miel para ____, sutil y tranquilizadora se sentía como volver a casa luego de un largo viaje. Hongbin se quitó el pantalón de mezclilla y el abrigo seguido de una camiseta blanca, quedando solo en boxers entro en la cama acostándose al lado de ___. - ¿Necesitas que te ayude a dormir?- pregunto sin ninguna segunda intención totalmente inocente, envolvió sus brazos alrededor de la pequeña figura de _____, sus manos estaban frías sobre la piel tibia de su novia y sus mejillas estaban casi congeladas pero ___ se acurruco en la curva del cuello de Hongbin que estaba totalmente cálida y abrazo las afiladas caderas de su novio con una de sus piernas.
- ¿Cómo es que estas aquí? – Pregunto ____ intentando contener las lágrimas que amenazaban con resbalar por sus mejillas, no quería que Hongbin pensara que era una llorona pero ¡lo había extrañado tanto!
- Tengo el fin de semana libre y sabía que mi joven dama esperaba por mí en casa. ¿no es así?- ___ rio contra el cuello de Hongbin y el la abrazo más fuerte, depositando besos en la coronilla de ___.
- Te extrañe tanto que casi me volví loca.-
- Entonces te harás un idea de como me sentí yo, no tengo idea como pude llegar vivo hasta hoy.-
Las mejillas de ___ se pusieron rojitas y en la oscuridad levanto la cabeza buscando a ciegas los labios de Hongbin, labios que tomaron los suyos dulcemente, con delicadeza y ternura; ___ enredo una de sus manos en el cabello negro de Hongbin tirando de el suavemente y con la otra acariciándole los hombros desnudos.
Las manos de Hongbin corrían libres bajo la camisa de algodón que cubría el cuerpo de ___, iniciando desde sus redondas caderas pasando por su delgada cintura y llegando a sus llenos senos.
-Te amo.- Susurro Hongbin bajo la noche, con su voz tan baja que solo ____ pudo escuchar.
-Te amo mi amor.- respondió ____ y se aferró a él.
Poco después ambos estaban profundamente dormidos, Hongbin que moría de cansancio y ____ que finalmente podía dormir en paz sabiendo que su novio estaba bien.