LOCACIONES
P
ERSONAJES
H
anna se sorprendió por esas últimas palabras de Daniel y lo abrazó.
-No vas a estar sólo nunca más...
Mía llegó en ese momento y se sorprendió al ver el abrazo entre Hanna y Daniel. La muchacha se volteó y agachó la cabeza un poco.
***
En la casa de Parker, éste estaba subiendo las escaleras mientras sostenía una taza de café. Parker abrió la puerta del cuarto de huéspedes y le entregó la taza a Amy, quien estaba sentada en una de las dos camas.
-Gracias, señor -le agradeció la muchacha-. Si mañana no puedo encontrar otro lugar dónde quedarme o el tren se tarda demasiado en pasar, empezaré a pagarle con dinero haciendo de cuenta que soy una huésped.
-No te preocupes -le dijo Parker- ¿Pero sólo viniste de visita a la ciudad?
-No le había contado que también vine para hacer un informe. Soy periodista, y va a ser una lástima marcharme así de ligero sino encuentro otro lugar -le explicó Amy.
-Veremos qué pasa mañana -dijo-. ¿Y tu familia?
-Yo estoy sola -le confesó Amy con tristeza pero en el fondo con una desmedida malicia-. Estoy huérfana y me daría bastante tristeza recordar el pasado, señor Parker. ¿Y usted siempre ha vivido sólo?
-Te entiendo. Y no, hace diez años murieron tres personas muy importantes. Mi hija junto a su esposo en un accidente aéreo y también mi nieta, en un terremoto -le explicó Parker-. Todo se relacionó con el gran terremoto ya que al avión en el que iba mi hija con su esposo, tuvo muchos problemas en el aire por culpa del terremoto y también llovió demasiado, algo que causó turbulencias.
-Oh, lo siento mucho -le dijo Amy-. ¿Su nieta cómo falleció en el terremoto?
-Yo me enfadé con ella ya que se había vuelto muy desobediente. La dejé irse de ésta casa y murió en su casa -le contó el anciano-. Ese día iba ir primero a una discoteca con sus amigos, sin embargo no la dejaron entrar por ser menor de edad. Sus amigos sí pudieron ya que algunos cumplían ese requisito o estaban por hacerlo. Amy no quiso regrese a mi casa y prefirió quedarse en la casa de sus padres. Yo no debí haberla dejado ir.
-No se preocupe demasiado, señor. Su nieta actuó mal... Aunque, ¿cómo sabe usted que sí murió en ese terremoto? -le preguntó Amy irónicamente.
-Ese día encontraron su cuerpo allí, casi que destrozado, calcinado por las llamas, pues al parecer también hubo un incendio causado por una explosión gracias al terremoto -dijo Parker con dolor-. Ni yo pude reconocerla...
-¿Cómo usted estuvo tan seguro de que era su nieta? ¿Nunca se preguntó eso ni pidió un examen al cuerpo? -le interrogó Amy molesta. Parker notó eso y la muchacha trató de calmarse un poco.
-No me encargué de investigar nada porque estaba muy ajetreado con el accidente del avión. Pasaron muchas cosas, yo estaba aturdido -le respondió Parker-. Ahora discúlpame.
Parker dolido se marchó de la habitación y Amy se levantó para cerrar la puerta.
-Tantas excusas... -murmuró muy afectada.
***
En el Imperio Albión, Ashley estaba caminando con Alexander por los alrededores del castillo.
-Debemos estar pendientes de que Hanna no regrese al reino, señora -dijo Alexander.
-No va a ganar nada, Alexander -dijo la reina-. Ella ya no tiene ningún dominio sobre el trono. No hay posibilidades de que regrese.
-Sí las hay, señora. Ella es el linaje que el Rey había dejado y puede volver si lo dispone -comentó el mayordomo.
-Lo sé. No olvido que hay unas escrituras que garantizan que el trono es de ella, algo que asegura que yo no soy la sucesora -dijo Ashley algo asqueada-. Esas malditas escrituras deben estar en algún lugar o alguien las tiene bajo su poder. ¿Quién crees que pueda ser?
-Quizás la mismísima Mía o también el tipo que era la mano derecha del Rey, Daniel -respondió Alexander dejando sorprendida a Ashley.
-Podría ser... -dijo ella con suspicacia-. De todos modos esas escrituras no creo que sirvan para algo. Yo soy la reina y así las escrituras digan lo contrario, no existe posibilidad alguna que mi trono se revoque.
Ambos siguieron conversando. Ashley no contaba con un gran secreto que había en las escrituras, algo muy inesperado para todos que revelaba el destino del imperio y que ya estaba sellado para siempre.
***
En la cabaña de Daniel, éste se encontraba allí y se estaba preparando un té verde. Mía estaba presente y Hanna recién se había marchado.
-Pensé que acompañarías a Hanna -comentó Mía.
-Ella dice que no está lejos y es cierto, estamos casi a las afueras del bosque -le respondió Daniel-. ¿Quieres té?
-Está bien -le respondió Mía-. Supongo que mientras Hanna se recupere, las cosas seguirán igual, ¿no?
-Debe ser así. No hay que tomar todo a la ligera sólo porque está viva la reina -dijo Daniel-. Ella debe retomar sus poderesy sus fuerzas. Eso no va a ser nada fácil, tendrá que entrenarse y prepararse.
-Tienes razón -dijo Mía-. Para destronar a Ashley creo que va a haber una Batalla Final, ¿verdad?
-No lo sé -le dijo a secas muy misterioso mientras le entregaba la taza de té.
***
Hanna estaba caminando por el bosque, no se había dado cuenta que se había perdido.
-¿Sí estoy llegando a las afueras? -se preguntó preocupada.
Hanna miraba para todos lados muy confundida. La noche ya iba llegando. De repente, una sensación de deja vu invadió todo el cuerpo de la muchacha así que se abrazó así misma. El bosque se podía ver a través del reflejo de sus claros ojos de color azul y a su mente, pasaron recuerdos muy rápidos. En su cabeza venían escenas de cuando estaba en el imperio y se paseaba por el campo en compañia de un hombre adulto que parecía ser su padre.
Hanna dejó de recordar y sintió la misma sensación mientras miraba a su alrededor. La muchacha dio un paso más y un frío inmenso se pasó por su cuerpo, por lo que decidió salir a correr desesperada por salir del pesado ambiente en el que se sentía. La salida del bosque estaba cerca y de eso pudo percatarse.
-Sí, es por aquí... -susurró con esperanza.
***
En el Imperio Albión, Charlotte ingresó a la habitación de Alexander. Éste no se encontraba, entonces la mujer aprovechó para ir al armario. Charlotte miró con lujuria la ropa de Alexander y luego sacó una de las prendas, tratándose de ropa interior. Después, se dirigió a la mesita de noche y comenzó a buscar algún objeto que le perteneciera a él, hasta toparse con una foto.
-Perfecto -murmuró sonriente.
Charlotte salió de la habitación con la prenda y la foto de Alexander sin percatarse que una mucama la había observado.
***
Charlotte entró a su habitación con malicia y cerró la puerta. La mujer se adentró a la habitación y terminó llegando a un cuartito, el cual abrió. El pequeño cuarto tenía una especie de altar con velas encendidas. Charlotte dejó allí la foto de Alexander y la ropa interior. La oscura mujer se miró al espejo que había.
-Sólo te vas a fijar en mí... -susurró al mismo tiempo que cogía la prenda y la olía con muchísima lujuria.
***
Al día siguiente, Parker estaba desayunando con Hanna en el comedor.
-No es bueno que salgas tan lejos, Hanna. En el bosque hay mucho peligro -le aconsejó el anciano.
-No te preocupes, me sirvió de mucho porque me topé con dos personas que me conocen -le confesó y Parker se sorprendió-. Ellos aseguraron que soy la legítima sucesora de un imperio que se encuentra en las profundidades del bosque.
-Esa historia parece demasiado extraña, muchacha -dijo incrédulo-. ¿Cómo sabes que es cierto?
-Yo tengo la seguridad de me dijeron la verdad... Yo tampoco podía creerlo, pero todo tiene sentido -dijo Hanna insistente-. Mi hermana es la culpable de haberme quitado la memoria sólo por arrebatarme mi trono. Ella me exilió de ese lugar, pero no cuenta con que voy a recuperar el linaje que mi padre me dejó.
-Se oye increíble esa historia, pero podría ser cierta -comentó Parker sorprendido-. Hace mucho tiempo hubo un rumor de que había un pueblo esclavo escondido detrás de un bosque, quizás esa información en ese entonces se escapó del supuesto imperio.
-Tal vez, a excepción de eso de "pueblo esclavo", porque Daniel y Mía, las personas que me encontré, aseguraron que en el Imperio todo iba bien bajo el mando de mi padre -dijo Hanna-. Estoy desesperada por recordar más cosas...
-Ten paciencia, me imagino que debe ser un proceso muy largo -dijo el anciano-. Aunque si sí eres una poderosa reina, vas a recuperarte más fácil.
-Eso me aseguraron ellos dos -le dijo la muchacha- Estaré visitando el bosque con frecuencia para tratar de recordar más cosas.
Hanna se llevó un sorbo de jugo de naranja a la boca y de inmediato sintió de nuevo una sensación de deja vu. Parker notó ese detalle.
-¿Pasa algo? -preguntó.
-No, no pasa nada -respondió Hanna ya que no estaba segura de lo que sentía. En ese momento se oyó un ruido proveniente del segundo piso-. ¿Hay alguien más aquí?
-De eso quería comentarte, Hanna -le dijo Parker- Ayer vino una muchacha y no tenía dónde quedarse, entonces le di hospedaje por ayer. Dijo que tratará de irse hoy y que sino encuentra otro lugar dónde quedarse, se podría quedar aquí haciendo de cuenta que es un albergue, obviamente con mi permiso. ¿No te molesta, verdad?
-¡No, por supuesto que no! -exclamó Hanna alarmada-. De hecho estoy muy agradecida contigo.
-No hay nada que agradecer, muchacha. Ninguna otra persona te dejaría desamparada encontrándote tú en esa situación -dijo Parker-.
Hanna sonrío angelical y Parker le correspondió.
***
En el bosque, Mía y Daniel estaban platicando artes marciales en medio de un campo baldío. Al parecer eso era lo que más platicaban los habitantes del Imperio Albión. Mía lograba esquivar todos los golpes perfectamente y de hecho era notable que Daniel tenía que lidiar con ella.
-Fue suficiente por hoy -dijo Mía al mismo tiempo que se detuvo.
-¿Por qué querías hacer esto? -le preguntó Daniel.
-Las artes marciales es lo que más me apasiona, además tenemos que estar entrenados para cualquier momento -respondió Mía.
-Quizás jamás pensaste que tendrías que entrenar a la reina, ¿o sí? -le preguntó Daniel.
-¿Qué quieres decir? -le preguntó Mía.
-Nosotros dos nos encargaremos de ayudar a Hanna, eso incluye que debemos enseñarle artes marciales, como primer paso -explicó Daniel.
-Será para mí un gusto -dijo Mía sonriendo con intenciones positivas.
***
Más tarde, en una biblioteca de otra ciudad, Tyler salió de allí y luego cerró la puerta con unas llaves. Una joven se acercó.
-¿Ya no hay servicio? -preguntó.
-No, señorita -le respondió Tyler- Abriré dentro de dos días.
La muchacha asentó con la cabeza y se marchó. Tyler sonrío y también se fue, con dirección a la estación del tren.
***
En el Imperio Albión, Charlotte salió de su habitación después de haber cometido su acto de brujería. La mujer alcanzó a ver el vestido de una mucama al doblar por el pasillo. Charlotte se espantó y fue tras ella a paso largo. Ambas llegaron hasta la cocina principal del imperio, la mucama que estaba observando a Charlotte logró escabullirse entre las demás.
-¿Quién acabó de ingresar a la cocina? -preguntó confundida-. ¡Hablen ahora!
Las miradas de las demás mucamas apuntaban hacia una mujer de esa misma clase. Charlotte notó ese detalle y se dirigió a Rose, la mucama que estaba espiando a Charlotte.
-¿Fuiste tú? -le preguntó Charlotte mientras olía su aroma.
Los ojos de Charlotte se pusieron rojos. Las mucamas aunque se sorprendieron, no se extrañaron, pues todos los empleados del imperio conocen las habilidades de Charlotte por un motivo en especial.
-Yo sólo iba a entrar a limpiar -mintió Rose-. Fue ahí cuando descubrí que estabas haciendo brujería.
Las demás mujeres se sorprendieron y el rostro de Charlotte se transformó ligeramente al de una bestia. De manera inesperada, los dientes de Rose se alargaron, mostrando su faceta vampiresa. La mucama con rapidez, se trató de defender de Charlotte yendo hacia su cuello para morderla antes de que ella la atacara, sin embargo Ashley llegó en ese momento y con sus largas y afiladas uñas, perforó el cuello de Rose muriendo ella en el instante.
Todos estaban sorprendidos, todos al igual que Charlotte ya que temía a que la reina haya escuchado cuando Rose contó que Charlotte estaba platicando brujería.
-¿Qué está pasando aquí? -preguntó Ashley malhumorada.