BE HOPE

By itszJenna

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Brisa es una joven trabajadora y segura de sí misma, que tuvo que superar obstáculos enormes para llegar dond... More

PREFACIO
Nota de Autora
SORPRESA COLOR ESMERALDA
DOLOROSO DE RECORDAR
ESAS ESTRELLAS
ÉRASE UNA VEZ UNA TRISTE HISTORIA
EXPERIENCIAS DESOLADORAS
CUMPLIENDO
SORPRESAS TOTALMENTE INESPERADAS
VOLVIENDO AL PASADO
EDINBURGO...
SENTIMIENTOS REVOLTOSOS
FUEGOS ARTIFICIALES
CUANDO TODO LO QUE SUBE TIENE QUE BAJAR...
¡NO ESTOY CELOSA!
EN MIAMI...
UNA BODA Y DOS ARRESTOS
COMPLICACIONES...
TODO TIENE SOLUCIÓN...
El Final De Algo, El Comienzo De Otra Cosa.
EPÍLOGO
#MyWattysChoice
Agradecimientos Forevah
NOTA DE AUTORA

EL PERDÓN Y LAS GRACIAS

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By itszJenna

Días después de regresar de Miami, Brisa se encontraba ajustando sus zapatos antes de salir hacia la despedida de soltera de su amiga. Pensaba en como habían cambiado las cosas, en cómo antes ni si quiera se centraba en fiestas o si quiera en vestir bien para ir a trabajar y en ese momento tenía un vestido rojo sangre que le favorecía además de un explosivo peinado. Sonrió ligeramente cuando consiguió que sus zapatos quedaran perfectos y se dispuso a irse de camino al hotel.

La despedida de soltera se haría en una habitación de hotel vip, así que estarían con seguridad, stripers y alcohol. Para ser sincera consigo misma no le divertía la idea de tener que ver stripers y menos que los chicos también tuvieran, pues el novio también haría su despedida el mismo idea y de solo pensar en Ray mirando el cuerpo de otra mujer la enfurecía.

—¡BRISA LLEGÓ! —gritó Natalia con un notable tono de ebriedad.

Eran las diez de la noche y ella como siempre que había fiesta, llegaba ya "contenta" para no perder la costumbre. Brisa negó con la cabeza, diciéndose a sí misma que su amiga no tenía remedio y después entró a la habitación del hotel. Se sorprendió de ver lo moderna que era, tenía decoraciones clásicas geométricas de colores no muy oscuros, amplias ventanas y cómodos sofás para poder descansar después de la juerga.

«Me espera una larga noche...»

No sabía cómo haría para entretenerse pues en lo menos que iba a pensar era en los chicos musculosos que vinieran a bailarles, tampoco en la fiesta, iba a estar pensando en esos ojos esmeralda y no pararía hasta que hablara con él. Estaba arrepentida por todo lo que le había hecho pasar, no dormía casi por aquella situación, no podía estar tranquila ni pensar en otras cosas porque él dominaba su mente, aunque sabía que en realidad si estaba tan presente en sus pensamientos era porque más que su mente dominaba su corazón, por eso debía disculparse cuanto antes.

—Brisa... Hace un buen rato que te llamo y estás ausente —Rose la despertó del trance— Vamos a abrir las bebidas, tu ve a la nevera de allí atrás y trae aperitivos.

Brisa asintió y rápidamente se dispuso a hacer lo que su amiga le dijo, mientras planeaba como sobrevivir a aquella noche.

* * *

—¡Tómate todo, vamos! —le gritaba Chase a Calum.

Eran las dos de la mañana y se encontraban haciendo un reto de bebidas, que después iban a lamentar por mezclar tantos tipos de alcohol. Sean se encontraba entretenido con una striper, así era, él disfrutaba como si su orientación fuera otra y Ray estaba en el balcón, pues al contrario que Sean no estaba interesado en aquellas mujeres y eso que la que a él le tocó había intentado de todo para llamar su atención. La chica acabó rindiéndose y yendo a donde estaba él, pero sin intención de ofrecerle servicios.

Él sabía que por el rechazo que le había hecho a la striper todas quedaron intrigadas en él, pero no le importaba, en lo menos que pensaba era en eso, Brisa estaba en sus pensamientos en todo momento. A pesar de que las cosas entre ellos estaban tensas él seguía pensando en ella, en sus sentimientos por ella, esa situación no era tan fácil de sacar de una mente.

—Debe ser una chica especial la que está en tu mente, tengo entendido que dos de tus amigos van a casarse y sin embargo han aceptado los bailes.—inició la striper una conversación.

Ray rió.

—Es que no puedo pensar en alguien que no sea ella...

—Me sorprendes, muchos dicen lo que tu y siguen disfrutando de las stripers... Te tiene prendido de una manera poco usual.

Se notaba mucho la molestia de la joven ante el rechazo, aunque no sabía porque le había interesado él o porque temía que no le pagaran por no hacer sus servicios.

—No creo que a todos los hombres les gusten las stripers, depende de uno, pero en mi caso se que lo disfrutaría sino fuera porque ella me está volviendo loco —la mujer le sonrió—. Es una mujer fuerte, pasó por muchas cosas y problemas, luchó por una vida mejor para sus hijos —lo observó sorprendida—, me salvó la vida cuando llegué a esta ciudad y... Desde ese momento que está en mi mente, todo de ella me gusta... —Ray sonrió tontamente—, su irritante tono mandón, su orgullo que no me deja llegar a sus sentimientos, su preocupación constante por los niños, su miedo a que ellos me digan papá, su fortaleza y su fragilidad, sus celos sin sentido, su impredecible personalidad, su bondad y valentía para ayudar, su apoyo incondicional, su fuerte opinión, esa... Esa sonrisa que me pierde y esos ojos que me miran estudiándome siempre, esos niños que tiene que son de lo mejor... Seguiría pero se haría más larga la cosa y no quiero aburrir.

La joven rió a carcajada tendida.

Ver a un chico con su comportamiento era algo que no se veía todos los días, era muy tierno y ridículo.

—Me recuerdas a mi novio, él es así conmigo, no se como lo enamoré pero lo hice y ahora estoy muy feliz... A pesar de todo.—se sinceró.

—¿Y él te deja que le bailes a otros hombres?

—Bueno, no es fácil para él pero no tenemos muchos recursos, tenemos un problema gordo con las cuentas... así que por la mejor vida de nuestro hijo de un año, pues... Hay que hacer algo, los trabajos ahora te piden muchos estudios y yo no los tengo así que este trabajo es el que me mueve. A pesar de las dificultades nos amamos... —ella miró al horizonte—Por lo visto tu y esa chica también.

Ray agrandó los ojos sonrojándose al instante.

«¿Amar?»

—No se si es amar, pero lo que se es que estoy enamorado y que ella creo que me corresponde, lo que pasa es que tiene miedo y no se que más hacer para sacárselo.—Inició otro cigarro.

—Pues no intentes nada, si dices que te corresponde no necesitas trabajar más, solo dejar que fluya y que ella recopile ese valor para abrirse, debes relajarte y no querer que pase ya aunque sepas que tendría que ser así.—la joven le pidió un cigarro y él se lo dio— Yo sé que soy una desconocida, pero cualquiera sabe que eso que estás haciendo es demasiado, forzar las cosas arruina todo.

—Tienes razón...

Era la verdad, debía dejar que ella se liberara antes de intentar otra cosa, si seguía así iba a terminar muy dañado por la indecisión de Brisa, además de que a lo mejor entre ellos nunca llegaría a pasar nada si él se empeñaba tanto en hacerlo de ese modo.

A partir de ese momento se inició una buena conversación, en una situación inusual y extraña pero se había iniciado. Ray acabó hablando unas horas con la chica. Se llamaba Yanine y era una mujer bastante trabajadora que intentaba sacar adelante a su niño por medio de ese oficio y con el trabajo de su novio, le contó todas las aventuras que vivió, tanto tristes como felices y eso lo ayudó a comprender otra situación de vida, además de hacer que surgiera una gran unión con ella. Había tantas cosas que tenían en común, tanto las malas como las buenas... Al final se alegró un poco de haber asistido a aquella despedida, había estado divirtiéndose con el novio sin necesidad de pasar por una situación candente con una striper, había sobrevivido a aquella noche, en ese momento se encontraba riéndose con Yanine sin preocupaciones mientras las horas pasaban.

De repente una de las compañeras de Yanine interrumpió la conversación para decirle a ella algo en el oído.

Al principio le dio igual, pero cuando lo observaron y vio una sonrisa sospechosa de Yanine empezó a ponerse ansioso. No le gustaban ese tipo de miradas y tampoco secretos en reunión.

—Me dicen que alguien te espera fuera —le dijo ella al cabo de unos minutos de que se fuera su compañera.

Ray algo extrañado se despidió de ella y de sus amigos, para luego ir a la entrada del local. Se le cayó al suelo la copa que tenía en la mano. Brisa estaba parada frente a él vestida increíblemente atractiva. El rostro de ella estaba en un semblante inexpresivo pero se notaba a leguas que había llorado horas o minutos antes.

Ray ya estaba sorprendido de verla allí, pero ella misma estaba más sorprendida porque aquello que hizo, ir a buscarlo, fue por puro impulso y realmente no sabía que hacer o como actuar después de tenerlo en frente.

—Brisa...

Se abalanzó sobre él para abrazarlo y él la recibió agradablemente.

—¿Ha pasado algo? —preguntó preocupado.

—No, solo quería verte... Quería pedirte perdón, quería... Yo... —lágrimas salieron de sus ojos, entonces él la apretó más fuerte.

—¿Quieres que vayamos a dar un paseo?

Brisa asintió, entonces Ray la tomó de la mano y la llevó con él. Ella se encontraba algo extrañada porque no sabía hacia donde la estaba llevando pero decidió no darle más importancia, se dejó llevar.

—Quiero que me perdones... No me estuve portando bien contigo por mis... celos sin sentido, estaba tan molesta que me alejé de todos y eso no estuvo bien, porque solo estaba enfadada conmigo misma, me enfadaba estar celosa si yo decidí lo que decidí y... Sabía que estaba siendo injusta contigo —comenzó a decir.

—Estás perdonada, Brisa, entiendo lo que te estaba pasando y bueno esa situación fue fea, pero lo importante es que te diste cuenta...

Ella suspiró aliviada ante la respuesta de él. Aunque se quedó algo disgustada, esperaba otra cosa de él, una reacción más esperada como que no la perdonase o que siguiera enfadado ya que no entendía como lograba aguantarla, pero él hacía lo contrario a sus espectativas y la dejaba totalmente en blanco, llena de frustración porque no sabía actuar sobre la marcha. Prácticamente había estado llorando porque se había preparado para que la rechazase, pero afortunadamente no tuvo que soportar ese mal trago.

—Tarde pero sí me di cuenta.

Ray se asomó a Brisa y le dio un beso en la mejilla, el cual hizo que enseguida se sonrojase.

—Siento decirte esto si te molesta pero... ahora mismo te ves adorable —le susurró al oído.

Ella se rió y le propinó un golpe cariñoso, que a pesar de eso, le hizo algo de daño. Ella tenía conocimientos de artes marciales por lo cual era normal que ese golpe hubiera sido más fuerte de lo que se pretendía.

—Gracias...

—No hay de qué —respondió él.

—No solo por ese cumplido sino por todos los que me has hecho, además de salvarme el pellejo en el zoo y también por absolutamente todo lo que has hecho y aguantado. Sé que no soy alguien fácil.

—Ese no hay de qué era para todo eso, entendí el porqué de tus gracias.—Apretó fuertemente la mano de Brisa, brindándole una gran sonrisa.

Tenía unas ganas de tocar sus labios, unas ganas de aproximarse, quería decirle sin usar palabras lo que sentía, quería que supiera que se iba a dejar, que iba a bajar la guardia. No lo resistió más, lo tomó por la camisa y lo aceró a ella.

Él podría haber estado sorprendido de ese acto pero lo esperaba y lo permitió porque al igual que ella estaba deseando hacerlo. Lo deseaba desde el día de San Valentín.

Estaban a pocos centímetros uno del otro, Brisa iba a besarlo, iba a hacerlo porque lo estaba deseando mucho.

—Bésame...—le dijo con voz desesperada.

Ray fue a acceder a su petición, no iba a rechazar nada en absoluto. Sus labios comenzaron a rozarse y luego sonó el teléfono.

—Mierda... —dijo, Brisa sonrió— Hola Rose, si, si, ella está conmigo... Vamos para allá.

Ray colgó.

—Tenemos que irnos, Rose tiene problemas con la alcohólica de Natalia.

—Entonces vamos —dijo ella algo disgustada.

Ambos querían ese beso pero el universo no los dejaba, así que ambos en sus pensamientos se decían que no era el momento, no había otra explicación, pero el momento llegaría de eso no tenían duda, ambos sabían lo que querían, ambos aceptaron sus sentimientos, al fin.

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