Hacía bastante que estaba buscando a Natalia, pues ella iba a cuidar a los niños después de su jornada en la universidad. Según le dijo un compañero de carrera, ella estaba en el salón de actuaciones, así que fue allí rápidamente. Lo que no esperó fue encontrarse a Ray con ella.
—No sé que decirte...—dijo Natalia con una sonrisa.
—No digas nada, entonces —Ray acarició la barbilla de Natalia.
Brisa se quedó con los ojos como platos.
—Que vas a...
Brisa sintió un profundo dolor en el pecho al ver esa escena, era como si ácido de repente estuviera corroyendo su corazón, hasta hacerlo cenizas. Ray estaba besando a Natalia, la estaba besando y no podía creer lo que veía, sin resistir más se fue del lugar explotando de cólera.
—¿Qué tal lo hice?— le preguntó Ray.
—Muy bien, se te da bien actuar, podrías dejar perfectamente arquitectura para venir a actuación, porque te iría muy bien.
—Gracias, pero prefiero quedarme donde estoy...
—¡No me creo que haya podido hacer la escena sin reírme! —se aplaudió a sí misma— Bordaré ese examen.
—Si, lo harás.
Natalia abrazó a Ray en forma de agradecimiento, pues no sabía qué hacer para agradecerle que hiciera esa escena para ayudarla con uno de sus exámenes finales. Se quedaron mirando a la nada durante unos minutos y luego Natalia se atrevió a decirle lo que llevaba pensando desde que la escena acabó.
—Por cierto, creo que Brisa es afortunada de tenerte detrás de ella, besas muy bien, querido... Espero que lo vuestro comience pronto ¿eh? —Ray soltó una sonora carcajada.
—Yo también lo espero...
Después de unos minutos hablando sobre la obra de Natalia, fueron a juntarse con sus amigos, y en cuanto los alcanzaron, Brisa se fue a comer hacia otra mesa, completamente sola, Ray y Natalia se sorprendieron por aquello, mientras que el resto de sus amigos miraban preocupados a la chica.
—¿Qué mosca le ha picado? —le preguntó Natalia a Rose.
—Lo que le ha picado es que os vio haciendo la escena para tu final —respondió Rose con algo de enfado— Os dije que debíais hablarle de ello.
—¿Y por qué? No tiene ningún derecho a enfadarse, ella no quiso hablar de nuestro asunto después del día de San Valentín, y eso que le insistí... Ahora no vale que se moleste por ese beso y menos cuando sabe que Natalia tiene algo con Skylar...
—Ray tiene razón, amor, no puede enfadarse cuando ella lo rechazó —intervino Calum.
—De todos modos aunque se hubiera besado con otra que no fuera Natalia no puede molestarse y punto, ella decidió no avanzar porque es una cagona —comentó Sean.
Rose no dijo nada más porque sabía que ellos tenían razón, pero de todos modos siguió preocupada por su amiga, pues conocía a Brisa y no le gustaba la idea de que estuviera mal, además de que se alejaba de ellos.
Brisa estaba devastada pero no lo iba a demostrar, sino que iba a hacer algo más increíble, estaba cegada por los celos y no estaba pensando muy claro, pero ya no le importaba, solo quería desquitarse. Recordó que uno de sus compañeros de carrera la había invitado el día anterior a tomar un café, así que decidió ir a buscarlo para aceptar su petición.
—Hola Dake —lo saludó con una amplia sonrisa.
—Hola Bri —dijo el chico.
—¿Sigue vigente esa pedida para salir a tomar un café?
—Claro, aunque antes tengo que estar unas horas en la biblioteca, si quieres lo hacemos más tarde...
A Brisa se le encendió la bombilla.
—O puedo ir contigo allí y desde ahí vamos a tomar el café —propuso ella.
—Es buena idea, entonces vamos para allá y así aprovecho para enseñarte algo...
Fueron juntos hasta la biblioteca bromeando y contándose lo que habían hecho en el día, Brisa se encontraba muy sonriente y con una simpatía algo coqueta. Al entrar se cruzaron con la mirada esmeralda de Ray, que miró extrañado la situación, pero siguió trabajando con sus compañeros en el proyecto final.
Eso le tocó la moral a Brisa, la estaba ignorando. Empezó a ser mucho más expresiva y seductora con Dake, él aceptaba ese coqueteo sin pudor, correspondiéndolo, mientras del otro lado Ray estaba apunto de enloquecer del enfado. Obviamente se moría de rabia, pero era más bien porque sabía que Brisa quería ponerlo celoso con alguien como Dake, estaba apunto de arrancarse los pelos. No iba a demostrarlo, quería hacer algo más inteligente que ella.
Brisa cada vez se reía más fuerte por las bromas de Dake, y Ray estaba rojo de furia, muchos de sus compañeros se dieron cuenta de porqué, no había nadie de su clase que no supiera qué sentía por Brisa y eso que eran más de cincuenta.
—Voy a por unos papeles al aula ahora vuelvo, ¿vale? —le dijo él, Brisa asintió viendo como se iba.
Ray aprovechó eso para ir hacia ella y llevarla hacia las estanterías de la biblioteca.
—No creía que fueras de esas chicas a las que le gusta poner celoso al chico que quieren...
No sabía como se había enterado de sus celos, porque nadie los había notado o eso creía. Odiaba que Ray fuera tan observador.
—¡No se de que estás hablando!
Ray se enfureció más.
—Vamos, Brisa, tu nunca vienes a la biblioteca y cuando vienes traes a Dake contigo. Sé que te molestó ver que Natalia me besó en la sala de conferencias y...
—Nada de eso, puedes hacer lo que quieras con Natalia —respondió intentando hacerse la indiferente.
—Mira lo que estás diciendo... Si te molestó y por eso te digo que la estaba ayudando para su clase de interpretación, porque debía ensayar la escena de un beso que iba a hacer con Sean y él a ese horario tenía su final.
—Pero podría habérselo pedido a Calum —comentó ella entre dientes.
—Sabes que a Rose no le hubiera gustado, además el que todavía está soltero soy yo. Espera un segundo, ¿por qué estoy dándote explicaciones? No tendría porque además, ¿qué diferencia habría entre que Calum o yo la ayudaramos a parte de que a Rose no le gustaria si le hubiera pedido a Calum?
—Que al ser tu es a mi a quien le...—Brisa se calló.
Ray sonrió triunfante.
—Acabas de exponer tus celos en mi cara...
—¿Y qué más da que esté celosa? —gritó Brisa admitiéndolo.
—No deberías porque no somos nada, y eso lo decidiste tu —le dijo él.
Ella se sentía fatal, avergonzada y enfadada consigo misma porque estaba celando a alguien que no era nada suyo. Sin resistir la vergüenza rápidamente se fue hacia el aparcamiento, para después irse a casa. Cuando llegó empezó a atender a los niños después de que la niñera se fuera. Sabía que se estaba saltando el trabajo pero sólo con una llamada podía solucionar eso.
Después de una hora se sentó a pensar en el jardín y comenzó a recordar que dos años atrás había hecho una locura parecida con Chase, él había sido su primer amor, por mucho que hubiera estado con diversos chicos, él siempre fue su platónico hasta el día que la besó en la estación. Chase había sido un pilar fuerte en su vida, al principio el aprecio era como de hermanos, pues se criaron la mayoría del tiempo juntos ya que él era huérfano, luego ese sentimiento de cariño creció a otro nivel que nunca pensó, por otro lado estaba Ray, esa persona a la que le salvó la vida y que desde ese día se transformó en un pilar más robusto y ancho que Chase, que curó varias heridas solo sonriéndole y la hacía vivir lo que jamás pudo. Lo que sentía por Ray era bastante más grande que lo que alguna vez sintió por Chase, era más intenso, era más vivo y de solo pensar en los ojos de Ray se ponía roja.
Quería dejarse querer, quería poder confiar pero aquel miedo seguía ahí y le daba seguridad que estuviera, tal vez se perdería experiencias pero siempre estaría segura, no sabía que iba a hacer pero prefería ir por el camino seguro por muy largo que fuese.
Al día siguiente Rose la llamó para que se decidiera el vestido de las damas de honor, así que fue a la casa de ella para hacerse las pruebas. Había una montaña de vestidos enorme y el modista parecía totalmente empeñado en que se pusieran cada uno de ellos y así fue, porque después de cuatro horas aún le faltaban la mitad de los vestidos.
El timbre sonó mientras Brisa ordenaba los vestidos que ya se habían puesto en un sofá, al escucharle la voz supo que era Chase. Estaba tan liada en vestidos que no se dio cuenta cuando llegó a su lado.
—¿Estás bien?
—Ujum...
Siguió doblando ropa.
—No lo parece —comentó.
—Lo estoy.
—Me dijeron que hoy estuviste con un chico en una cita —comentó haciéndose el desinteresado.
—Es agradable, su nombre es Dake... Es gracioso, le gustan muchas cosas que a mi también —explicó ilusionada.
«Lástima que sea gay»
El chico en serio le caía bien, era alguien interesante y gracioso pero sabía que él no estaba interesado en las mujeres por lo que tenía ninguna oportunidad. Aunque eso no se lo diría a Chase, desde el día que Ray y él se conocieron se hicieron muy buenos amigos, por lo cual sabía que Chase le iba a contar de lo que hablaran, así que prefería guardárselo a sí misma.
—¿Y te gusta? —preguntó curioso.
—Si...
—Que mentirosa eres, jamás habías mentido tanto —le dijo él con cierto enfado— A mi no me puedes intentar mentir, Brisa.
—¡Pero qué te pasa! —le gritó ella.
Rose y Natalia al ver la situación, se fueron con el modista a la parte del jardín, sabían que necesitaban intimidad.
—Tu y yo sabemos que estás loquita por Ray y que querías ponerlo celoso con otro chico...
—¡No es cierto!
—Si lo es, no entiendo porqué sigues negándolo, todo empezó con la escena teatral de Nat y Ray...
—¡Yo lo que no entiendo es que sepas todo esto! —lo interrumpió.
—Ray me lo contó, estaba bastante molesto ayer cuando nos vimos...
—¡¿Él se enfada? ¿por qué?!¡Él se besó con Natalia no yo!
Chase la observó sorprendido, cuando Brisa se dio cuenta de lo que dijo se tapó la boca con ambas manos.
—Estás celosa de tu amiga por un beso interpretado que le dio al chico que te encanta. No deberías estarlo porque tu me dijiste que no sabías si querías algo con él, menos después del beso en San Valentin, eso me dijiste, además de que no quieres hacer daño a Natalia porque está enamorada de ti.
Chase no daba crédito a su amiga, estaba actuando de una forma ilógica e infantil, muy impropia de ella, no le gustaba ni un solo pelo.
—Yo...
—La verdad no te entiendo, quiero hacerlo pero... No lo logro.
Después de decirle aquello, Chase salió de la casa y se dispuso a hablar con Rose sobre la vestimenta de la boda. Brisa se había quedado con las palabras atragantadas, y estaba totalmente en shock, sólo reaccionó cuando él se fue. De tanta impotencia, tiró la ropa que estaba doblando al suelo y rompió en llanto. No sabía qué hacer ni como sentirse, era nuevo para ella experimentar tan malas emociones, no tenía control, por esas cosas se notaba que aún ni era mayor de edad y que seguía siendo una adolescente desatada. Esperaba recuperar la paz en su mente, sino pasaría lo peor.