ABISMO

By elen_green

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Lara Sylva nunca se imagino que tras aceptar el trabajo de sus sueños su vida daría un giro inesperado... Tra... More

ABISMO
CAPITULO 1.
CAPITULO 3.
CAPITULO 4.
CAPITULO 5.
CAPITULO 6.
CAPITULO 7.
CAPITULO 8.
CAPITULO 9.
CAPITULO 10.
CAPITULO 11.
CAPITULO 12.
CAPITULO 13.
CAPITULO 14.
CAPITULO 15.
CAPITULO 16.
CAPITULO 17.
CAPITULO 18.
CAPITULO 19.
CAPITULO 20.
CAPITULO 21.
CAPITULO 22.
CAPITULO 23.
CAPITULO 24.
CAPITULO 25.
CAPITULO 26.
CAPITULO 27.
CAPITULO 28.
CAPITULO 29.
CAPITULO 30.
CAPITULO 31.
CAPITULO 32.
CAPITULO 33.
CAPITULO 34.
CAPITULO 35.
CAPITULO 36.
CAPITULO 37.
CAPITULO 38.
CAPITULO 39.
Nota de la autora.

CAPITULO 2.

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By elen_green

 2     *********************



Sobre las 8 de la mañana abrí los ojos como platos, no había podido dormir mucho después de la pesadilla de anoche y ya no aguantaba más estar en la cama, así que decidí que era un buen día para comenzar a correr. Cuando estaba en casa solíamos correr por las mañanas carolina y yo, era un hobby, todas las mañanas salíamos temprano a correr y luego acabábamos en mi casa almorzando. Así que sin querer romper la rutina me puse unos pantalones cortos y una camiseta blanca de tirantes junto mis zapatillas de deporte y Salí  campo a través.

La mañana era fresca, comenzaba a salir el sol entre las copas de los árboles y los pájaros ya revoloteaban en busca de algo de comida. La casa de Linda estaba silenciosa, igual que el resto de la avenida sin movimiento y sin ninguna señal de personas. Todo esto se me hacia raro pero era tranquilizador.

Eché a correr en dirección al bosque, no sabía bien a donde me dirigía pero  lo único que tenía claro era que como muy tarde volvería a las 10, había quedado con Linda a las 11 y quería ducharme y tomar algo antes de ir al pueblo.

Pase un camino de tierra seca mientras atravesaba árboles, rocas, arbustos y  una especie de arrollo que seguramente fue un pozo en el pasado, ya que habían restos. Conforme mas corría mas sentía que me adentraba en el bosque, lo sabía porque los arboles se hacían más frondosos y aumentaba el sonido de insectos y animales...¿animales?.. Bueno esperaba no tropezarme con un jabalí o un lobo.. Dios..

Al cabo de un rato me detuve cerca de unas rocas prominentes que sobresalían de la tierra, me apoye en una de ellas para descansar, mire el reloj y para mi sorpresa me di cuenta de que había estado corriendo por casi una hora larga –guau- y yo sola sin la ayuda de carolina motivándome.

 Sonreí, podría seguir el ritmo yo sola sin fatigarme o querer volver a casa a la media hora.

Me puse en pie rápido, motivada,  ahora debería de volver... pero ¿por dónde?.. Algo en lo que no había pensado –mierda-, mire hacia todas direcciones, sabía que había venido por aquel árbol inclinado que estaba allí, pero ¿por dónde seguía?, -joder- estas cosas solo me podían pasar a mí, no había pensado que aventurarse a correr por el bosque podía traer estas consecuencias, llegaría tarde a casa y Linda se marcharía al pueblo sin mí, me quedaría sin comida oh!...

-uUUUuuhh!....UuuUUhh!...

Dí un respingo, mire hacia arriba, un travieso búho me observaba desde una rama.

-fuuch fuch!!..-agité mis manos para asustarlo, pero la que estaba asustada era yo, el búho ni parpadeaba y volvió a emitir ese sonido escalofriante hacia mí. Fruncí el ceño y le saque la lengua mientras le daba la espalda no sin antes dar dos pasos y volver a mirar hacia atrás para asegurarme de que aun seguía en su posición y no me seguía, pero en cambio me di cuenta del que el búho ya no estaba en la rama, me pare en seco y volví a mirar de nuevo, las ramas no se movían y no había movimiento de algún árbol cercano, el búho había desaparecido sin dejar ningún rastro en su vuelo. Me dio un escalofrió lento y frio por la espalda que me hizo salir a paso rápido entre los arboles del bosque.

Me puse a correr intentando no asustarme, pero a cada paso que daba sentía que alguien corría tras de mí, como en este momento, estaba corriendo y escuchaba las pisadas y sabia que no era el búho que había venido a buscarme. 

Me pare en seco y mire hacia atrás, nada, trague saliva volviendo de nuevo a la marcha, pero  antes de dar dos pasos seguidos escuche un ruido a mi espalda, gire rápidamente para ver quién diablos me seguía, quedándome quieta y mirando cada detalle de mi alrededor observe que no había nadie... los sonidos habían parado, ya no se escuchaban a las chicharras cantar ni el alboroto de los pájaros, hasta la suave brisa que mecia mi pelo pareció esconderse en algún lugar lejano..  Tuve la maldita sensación de que estaba rodeada, rodeada por algo que era incapaz de ver, sabía que había alguien allí...

-¿Hola?...

 Mi corazón se disparo al escuchar el sonido de mi propia voz,  sentía como me faltaba el aire poco a poco y como  descendía una gota de sudor helada a través de mi nuca... Eché a correr sin dirección, presa del pánico y con el corazón en la mano,  corría y corría, solo necesitaba llegar a casa o algún sitio en el que poder orientarme, -mierda y mierda- , no quería desmayarme por un ataque de pánico y menos en mitad del bosque, no no y no. Hoy no.

A cada paso que daban mis pies  a través de arboles delgados y mohosos escuchaba esos pasos tras de mí, pero no me di la vuelta, no quise volver a mirar a tras, mi carrera ya no era por puro placer si no que se había vuelto angustiosa y terrorífica, sentía que  cada vez se acercaba mas a mí, por lo que yo apretaba la carrera haciendo zancadas largas. Sentí que las lagrimas se formaban en mis ojos al no ver una salida, por más que corría no me sonaba nada y más me daba la sensación de que estaba perdida. Salte unas piedras de arcilla de un gran salto, al llegar a tierra me salpique de barro la cara y la camiseta.

-¡Oh! Fantástico...

Me dije mientras me ponía en pie quitando restos de barro de mi pelo. Observé  horrorizada hacia atrás, no venia nadie, suspire y  mire a mi alrededor. Me di cuenta de donde estaba.

-¡El arroyo!

  El arroyo y el pozo estaban a mi frente (con gracias) abriéndome los brazos y tranquilizándome  -¡bien!- porque ya estaba cerca, recordaba que había pasado por aquí antes.  Me incorporé un poco apoyando las manos en mis rodillas, cogía bocanadas de aire de forma irregular, mi corazón aun iba desbocado, lo sentía palpitar fuertemente en la cabeza. Estaba cansada de tanto correr y mis piernas estaban entumecidas por el fuerte entrenamiento a las que las estaba sometiendo.

Escuche pisadas, eran como si caminaran por algo mojado o algo resbaladizo. Mire en su dirección, pero allí no había nadie. Baje la mirada  y atónita vi como la arcilla del suelo se dibujaban unas huellas que venian en mi dirección. Dios mío... 

No quise seguir mirando y ahogando un grito salí impulsada por algo más que el horror pendiente abajo. No me lo pensé dos veces en tirarme por la colina que estaba a mi derecha, pero ahora ya lamentaba el no a verlo recapacitado antes. Resbalando pendiente abajo caí al suelo conforme la primera piedra se cruzó en mi camino , seguí rodando,  raspando mis brazos con ramas secas, viendo como todo daba vueltas a mi alrededor y las rocas pasaban casi a un centímetro de mi cara, -ups- tragué saliva y me impulsé dejando caer mi culo en la superficie, hice esfuerzo contra el suelo para poder frenarme y justo pare delante de un conjunto de rocas grises  que tapaban mi visión, me sujete a ellas y me levante por la inercia palpando mi trasero que sentía que me ardía .

-Augh!!..

Mire a mi alrededor y me situé, detrás de las rocas estaba el camino de tierra seca que me había traído hasta este infierno, la hierba crecía a su alrededor y los arboles eran más dispersos. Cuando fui a rodear las rocas para salir de aquella pesadilla escuche un rugido, pero no de un gato ni ningún animal que pudiera a ver por aquí, si no parecía un rugido humano, una mezcla de grito desgarrador  y lamento a la vez. Sin querer mirar atrás corrí hacia el camino y cuando estuve lo bastante lejos pude volver la mirada atrás.

Solo me sentí segura cuando  traspasé  la puerta  de casa y puse  el cerrojo tras de mi.

 -¡Jesús!.

Apoyé la espalda contra la puerta un poco más segura. Aun me faltaba el aire y mis piernas temblaban, me lleve las manos al pecho intentando controlar la respiración. Fui a la nevera y saque una botella de agua, estaba chorreando de sudor, le di un gran trago. Acto seguido y aun temblorosa subí las escaleras y me di una ducha  rápida para quitarme todo el barro y suciedad de la aventura. Me sumergí en el chorro de agua tibia y deje que el agua me purificara calmando los espasmos de mis piernas.

-Había alguien... había alguien seguro...

No podía dejar de pensar, lo había sentido, sabía que allí en el bosque había alguien más, ¿alguien invisible?..-joder- no sabía bien lo que había pasado, pero de lo que estaba segura era de que algo (no normal) me había estado siguiendo.  Esas pisadas en el barro.. Un pie grande, no eran imaginaciones, las había visto... Solo el recuerdo hizo que se me pusieran los pelos de punta. Tendría que preguntarle a Linda si habían animales sueltos o algún fantasma  por aquí cerca.. Trague saliva.  Aun no me lo podía quitar de la cabeza.

Cuando Salí del baño ya vestida  en unos pantalones cortos y una blusa rosa, escuche el timbre. Baje corriendo las escaleras mientras secaba mi pelo con una toalla. Abrí la puerta para encontrarme con los ojos muy abiertos de Linda.

-¿Qué te ha pasado?.-levanto un dedo en mi dirección.

Los ojos de linda se pusieron en mi antebrazo, yo seguí su mirada con horror. Me di cuenta de que un hilo de sangre corría hasta la palma de mi mano –mierda-.

-Oh! No es nada.. Me raspe esta mañana en el bosque. Sali a correr...

Su mirada me repaso de arriba abajo mientras limpiaba la sangre. Por un momento me sentí demasiado incómoda bajo su mirada.

-¿Por qué no me avisastes?, podría a ver ido contigo... sabes.. Me hace falta quitarme un par de kilos.

Abrí los ojos y sonreí nerviosa. No quería que en mi cara se dibujara el horror que había pasado escasa una hora.

 Algo detrás de Linda llamo mi atención, habían 4 árboles uno al lado de otro y en uno de ellos me pareció ver algo, una sombra oscura agazapada.. ¿O quizás era la sombra del árbol de al lado?. Linda volvió su mirada atrás y de nuevo me miro a mí. Parpadee dos veces. Me estaba volviendo paranoica.

- ¡Oh!, vale. Perdona.. la próxima vez te avisaré. –Dije centrando mi visión en ella.

-¡No te preocupes!, -Levanto sus manos. -No se si aguantaría mucho, no estoy acostumbrada hacer deporte, en cambio tu pareces deportista.. ¡Tienes unas piernas estupendas!

-Gracias. –Le dije sonrojándome un poco, nunca me habían gustado los cumplidos.

-Entonces...¿estas lista para ir al pueblo?

-¡Por supuesto!

Tire la toalla a una silla cercana y cogí mi cartera. Salimos hacia el cacharro rojo al que ella llamaba coche y fuimos hacia el pueblo.

Ya me sentía mejor con las despensas llenas de comida. Linda me había comentado que hacía unos tacos para chuparse los dedos, así que sin más nos fuimos a comer al medio día a su casa. Su casa resultaba ser una réplica exacta de la mía. Toda hecha de madera clara, con los mismos sofás y sillones, muebles... pero la tenia mas decorada, con fotos de sus padres y amigos por todos lados, hasta una foto de su perra con la lengua sacada chorreante de babas estaba allí. Gracias a ella no había pensado en lo sucedido en el bosque, aunque mi mente me traicionaba aveces.

Ahora estábamos de camino al trabajo. Linda me comento que hoy vendría alguien muy importante a recoger unos encargos, unos pergaminos de hace muchísimos años que jude había restaurado.

-Alomejor hoy estarán Karina y Sam...

La mire. -¿Las pijas repelentes?

Sonrió.

-¡Si!, ¡esas!, pero tranquila tampoco se relacionan mucho con nosotras.

-Oh.. –Suspire,  supongo que era mejor así...

Pasamos la carretera del pueblo y nos sumergimos por la autovía. Esta vez me dio la sensación de que Linda aceleraba un poco más el coche. Una vez llegamos al aparcamiento me quede boba mirando hacia la puerta, Linda maniobraba sin parar, tenía un hueco justo para meter aquel cacharro.

-¡Dime como voy!, ¿le doy por ahí?.

Escuche la voz de Linda muy lejana,  pero mis ojos y mis sentidos  observaban a un chico muy singular en la puerta de la tienda.

-¡¡Lara!!.

-Si si, vas muy bien...-Dije rápidamente sin interés mientras giraba mi mirada a ella y volvía de nuevo la vista a aquel elemento... El tío que estaba en la puerta me estaba mirando ahora.  De repente sentí mis mejillas arder, ¡me había pillado!.

-¡Oh! Santa maría, lo que me has costado de aparcar.- Linda dio un par de golpecitos en el volante del coche. -¿Lara?, ¿Qué miras?.

Antes de poder contestar y volver a tierra Linda ya miraba hacia la puerta. Me sonroje por lo que sabía que estaba a punto de decir. Pero en cambio frunció el ceño mientras volvía la mirada a mí.

-¿Qué?..-Le pregunte intentando esconder mi sonrojo.

-¿Qué  mirabas con tanto interés?

Puse una mueca, volví la mirada a la puerta y allí seguía aquel tío de traje y chaqueta bajo este sol abrasador mirándonos.  – no... ¿lo ves?..

Pregunte siendo lo menos descarada posible. El pensar que ahora teníamos que pasar al lado de él  me hizo darme un puñetazo interno por a ver abierto la boca.

-¿Ver?, ¿el qué?... ¡oh! , Víctor a limpiado por fin el cartel, se ve bien ¡he!

¿Cómo?, volví la cabeza rápidamente clavando mis ojos en los de aquel extraño que nos miraba recostado desde la puerta. Sonrió ligeramente y a mí se me corto la respiración.

-Si se ve bien... pero... ¿no hay alguien hay en la puerta?-No quise volverme, pero Linda examinaba todo el lugar con expectación.

-¡No hay nadie!, ¿Qué pasa?.

Creo que mi cara se volvió pálida de repente, no estaba aquel tío. Me incorpore un poco en el asiento, abrí la puerta del coche alzándome para mirar por el aparcamiento. ¡Dios!.. ¿Cómo había desaparecido tan rápido? No veía ningún motor encendido ni nadie que caminara por el lugar.

-Lara dime, ¿Qué miras? ¿Qué pasa?.

Escuche la voz preocupada de Linda mientras salía del coche.

-No nada... me había parecido ver a alguien... –La mire intentando quitar el ceño de mi frente. -¿Vamos?.

Le dije sonando de lo más natural. Cerramos el coche y caminamos hacia la puerta. No deje de mirar a todos lados en el camino.

Estabamos en el trabajo y hacia la media tarde hizo entrada por la puerta trasera una mujer rubia exuberante (que seguro tenía mi edad) acompañada por un viejo alto y delgado. Eran las personas "importantes" que venían a por los pergaminos, Linda me había dicho sus nombres y lo que debía de hacer.

-Buenas tardes señor Banks, si me acompaña le entregare su pergamino, ya está todo listo.. –Dije de manera profesional. La rubia de labios fucsia me hecho una mirada de lo mas despreciante y alzo la cabeza en cuanto mis ojos se posaron en ella –deag-.

-Muy bien, vallamos pues.  A mi mujer y a mí nos gustaría volver lo antes posible a nueva Orleans...

-Oh... síganme.

Valla a Nueva Orleans ,y por las pintas que tenían me jugaba el cuello a que por aquí cerca había un jeep privado para ellos. Sin duda gente muy pastosa.  Lo que no me cuadraba es que hacia una chica más o menos de mi edad con un viejo asqueroso,  solo de pensar en ellos juntos en la cama me daban nauseas, (la típica arpía).

 Los lleve hasta una habitación que había continua en la que teníamos los encargos de la gente. Saque una caja de un armario empotrado, -bajo la mirada asquerosa del señor Banks puesta en mi culo-  y un sobre en el  que estaban todos los datos del pergamino. Lo puse sobre la mesa de madera tallada a mi lado y le entregué el sobre al  asqueroso hombrecillo que estaba frente a mí.

-Aquí tiene todo lo necesario, incluye la copia de garantía y su copia de autenticidad.

-Muchas gracias señorita... -inclino su cabeza a esperas de que dijera mi nombre.

-Lara.. Me llamo Lara.

-Gracias señorita Lara, ha sido un placer.

-Lo mismo digo, vuelvan cuando quieran.

Hice una de las más  encantadoras sonrisas de mi repertorio –forzada- y aguante las ganas de escupirles en la cara. La rubia de labios fucsia  me frunció el ceño mientras pasaba por mi lado para perderse con su viejo marido... –chupa sangre-... le dije en voz baja.

Suspiré una vez me quede sola en el cuarto. Cerré el armario empotrado. Anote en la lista que el encargo ya había salido de la tienda y  cerré la libreta metiéndola en el cajón .Sentí que había alguien mirándome desde la puerta. Levante la mirada para encontrarme con unos ojos grises clavados en mí.

Me petrifique, era el hombre que había visto en la puerta... estaba allí parado frente a mí, con sus manos metidas en el pantalón negro haciendo que su chaqueta callera hacia los lados de manera sutil y elegante, joder.. ¡Parecía un modelo de revista! su mirada bajo lentamente por mi boca hasta llegar a mi cuello y finalmente posarse sobre mi escote...- ¡será cerdo!- Me lleve una mano al pecho molesta, fruncí el ceño.  Cuando subió la mirada de nuevo sus ojos brillaron y sus  labios ladearon una sonrisa al mismo tiempo que avanzaba escondiéndose de mi vista.

Rodee la mesa y salí de la habitación. Alomejor era un cliente y quería comprar algo... Cuando asome la cabeza no estaba. Seguí caminando por las habitaciones mirando hacia todos lados, un escalofrió recorrió mi espalda cuando me di cuenta de que allí no estaba, no estaba. Seguí recorriendo la estancia.

-¡Lara!, ¡ee Lara!

Escuche a Susi y Linda que me llamaban cuando pase por su lado. Levante la mano en su dirección mientras seguía buscando a aquel hombre. ¿Dónde demonios se había metido?. Finalmente llegue a la puerta de salida. Sali fuera y lo mismo. Nadie. ¿Cómo era posible?.

-Lara.. ¿estas bien?

Escuche los pasos rápidos de susi y linda venir. Gire nerviosa a ellas.

-Si.. solo necesitaba aire

Me lleve la mano al pecho y cogi el pequeño colgante en mi mano dándole vueltas, tranquilizándome.

-Nena parece que te haya dado un ataque de ¡nervios!

Susi  sonrió tranquilamente pero la cara de Linda era otra cosa, tenía el ceño fruncido y me miraba fijamente.

-¿Te encuentras bien?, ¿quieres ir a casa?- me dijo con una suave voz.

-No... estoy bien.. Gracias, solo necesitaba un poco de aire. –Sonreí.

-¡Esta chica es de acero!, bueno.. ¡vuelvo dentro churris!

Susi se perdió por la puerta dejándonos solas a linda y a mi.

-Seguro que estas ¿bien?..te he notado un poco distante. -Puso la mano en mi hombro.

-Si de verdad, no quería preocuparte, ¡estoy bien!

Me dió una mirada recapacitativa, mi voz había sonado un poco más fuerte de lo que quería –nervios-. Finalmente  la despiste con un par de preguntas y entramos dentro a  seguir con el trabajo.

  El resto de tarde en el trabajo había pasado mejor, -quitando el momento del chico misterioso-.  Linda no me había quitado el ojo de encima y susi estaba tan animada como siempre, habían mencionado algo de una barbacoa el viernes por la noche en el lago. Me gusto la idea.

Ya hacía rato estaba en casa. Estaba recostada sobre el sofá, Daniel no paraba de mandarme fotos de su día de pesca con los chicos, me enseño varias muestras de peces y algún que otro cangrejo –extraño-, le encantaba ir a pescar, eran unas de sus pasiones. Carolina seguía de niñera con sus sobrinas que eran dos pequeñajas duras de roer, no paraba de quejarse en todos los mensajes que me mandaba. Estuve entretenida con ellos el resto de la tarde comentándoles lo que había visto y lo atenta que era Linda, aunque tuve la tentación de contarle a carolina sobre aquel extraño ... en mi mente aun seguían clavados aquellos ojos grises  oscuros y escalofriantes..

Ya era tarde por lo que pase los seguros de las puertas y subí por la escalera hacia mi cuarto. Restregué mis ojos un par de veces, me sentía cansada, más que de costumbre.. El recuerdo de cómo había comenzado el día me hacía sentir punzadas  de dolor en la cabeza...

-¡Esto es de locos!..

Dije en voz alta mientras entraba en la habitación y dejaba la puerta entornada tras de mí.

-¿Qué es de locos?.

Una voz masculina, grave y suave sonó tras de mí. Me quedé sin sangre. Me dí la vuelta rápidamente. Junto a la ventana había una sombra oscura.

-¿Qui-quien eres?.. -Dije tartamudeando mientras en mi cara se dibujaba una mueca angustiosa.

Todo el vello del cuerpo se me había puesto de punta y el estomago había dado un vuelco a la cena. Todos mis sentidos se pusieron en alerta máxima. ¡Había un extraño en mi casa!. No dijo nada, solo escuche el sonido de su respiración fuerte y desacompasado con el mío que estaba a un ritmo muy acelerado. Estire la mano hacia el interruptor , pero cuando le di la luz no quiso encenderse. Le di varias veces. Nada. Estaba a oscuras con alguien metido en la casa, ¿un asesino? ¿Violador? –¡hay madre!- quite rápidamente ese pensamiento de la cabeza. Escuche una risa entre dientes.

-¿Qué haces aquí?, voy a llamar a la policía. –Dije con un hilo de voz, apenas me oía a mí misma.

La sombra oscura se movió vacilante, dejándome ver bajo la luz que se filtraba por la ventana unos ojos grises que me miraban de manera abrasadora.

-Tu...

Su sonrisa se hizo notar cuando vio mi cara de pánico y asombro. ¿que hacia aquí?. Di dos pasos atrás. Quise voltearme, salir corriendo, coger el móvil y llamar a Linda, a la policía, a mi madre, pero permaneci quieta, no podía moverme. Algo en aquella mirada me decía que no me moviera, estaba anclada a la entrada de la habitación... -con lo fácil que seria correr-, pero sabía que lo lamentaría mas tarde.

-¡Fuera de aquí antes de que llame a la policía!.

Grite, no podía flaquear en un momento asi, aunque mi corazón estaba apunto de sentir un paro cardiaco por ese extraño, no podía, tenia que buscar una salida a todo esto y salir entera y victoriosa.

Dió dos pasos en mi dirección.

-¡No te acerques!

Le dije llevándome las manos al pecho, ahora que me daba cuenta no iva muy vestida, solo unos shorts cortos blancos y una camiseta de tirantes amarillo palido, mi pelo estaba suelto y sentía que los mechones se me quedaban pegados en la espalda por el  sudor frio que brotaba de manera descontrolada.

 Su mirada me recorrió de pies a cabeza, de nuevo concentrándose en mi escote. Apreté mas las manos contra mi pecho.

-Bonito pijama...

Su voz grave dejo una estela de diversión en sus ojos, cosa que me hizo sonrojar, ¿y porqué me sonrojaba con un extraño en mi casa?  -joder-.

-¡Fuera de aquí!

-Sssh...Ven aquí.

Nuestras miradas estaban fijas,  desafiantes, si pensaba que me iba a acercar a él estaba de coña. Pero algo en su melodiosa y sexy voz hizo que se me nublara la vista. Me lleve una mano a la cabeza por el aturdimiento.  Joder esto no estaba pasando. Estaba mareada.

-Eso es... no te resistas. Ven aquí.

Algo en mi cabeza hizo "clic". Fui a paso lento hasta ponerme delante de el.

-Buena chica, ahora siéntate.

Como si fuera una marioneta me deje caer en la orilla de la cama, consciente de lo que estaba haciendo, pero mi cuerpo no me respondia.

Dio dos pasos  hasta ponerse delante de mí. Su mirada fija en la mía. Por alguna endemoniada razón no podía moverme de donde estaba. Sentía un aturdimiento –molesto- en la cabeza. No tenía ningún pensamiento racional de salir corriendo, ni ninguno otro que pudiera pensar con claridad, cuando los pensamientos comenzaban a aparecer una niebla espesa me nublaba la mente dejándola en blanco.. Oh..  Solo quería volver a escuchar su voz.. Lo deseaba con ansias,  era como una especie de elixir que me daba la calma y apaciguaba mi cabeza revuelta.

-Muy bien... ahora acuestate.

Bajo su potente mirada levante lentamente las piernas y me tendí sobre la cama boca arriba sin quitar la mirada en ningún momento de la suya. No veía nada a su alrededor, solo dos sombras grises en sus ojos clavándose como estacas en los míos.

Sentí el peso de su cuerpo a ambos lados de mi cadera, sus manos casi rozaban el mini pantalón corto que tenia puesto y algo en mi interior se estremeció.  Estaba a horcajadas sobre mí. Sentí el roce cálido de unos dedos sobre mi pie derecho, acariciándome...  y poco a poco por la espinilla hasta llegar al interior de mis muslos.

-Mmm  tan dulce...

Algo en mi cabeza hizo de nuevo "clic" y para entonces me dí cuenta de la situación en la que estaba. salí del aturdimiento y lo miré con pánico en los ojos.

-¡Apártate! ¡Fuera!

Le empujé con todas mis fuerzas y  grite histérica incorporándome de la cama. Pero ya era demasiado tarde el apretó su cuerpo contra mí y paso mis manos con fuerza por encima de mi cabeza. Como si supiera que iba a entrar en pánico. El se adelantó. Grite mil maldiciones porque se apartara de mí, me agitaba y enloquecía pero de nada servía, era demasiado fuerte y yo demasiado débil e histérica como para poder pensar en todo lo que estaba ocurriendo. ¿Qué coño había sido eso?, ¿me había drogado?, maldita sea.

-SSsh.. Tranquila..

-¡¿Tranquila?! ¡y una mierda!, ¡Que coño me has hecho!, ¡vete de mi casa o si no..!

-¿O si no que?

Paré de patalear, si vale no lo había pensado, no podía hacer nada con el encima de mi asfixiándome, joder estaba en desventaja. Su sonrisa siniestra me lo decía.

 –Si no.. llamare a la policía. – Le mire desafiante con un nudo en la garganta.

-Sabes tanto como yo que eso es imposible. –Tragué saliva. La tranquilidad en su voz me dejo más helada aun de lo que estaba.

-¿Qué quieres?..pu-puedo darte dinero si es lo que necesitas..

-Sssh...

Agarró con una de sus manos mis dos muñecas que se sentían aprisionadas y deslizó su dedo índice sobre mi boca. La cerré. Mis ojos estaban a punto de estallar en lágrimas.

-No quiero tu dinero.

Bordeó suavemente el contorno de mi labio inferior mientras que una lágrima se deslizaba por mi mejilla.

-No llores. -Suavemente deslizo el pulgar recogiendo la lágrima.-Si te portas bien y me das lo que quiero no pasara nada.. De lo contrario...

-¿De lo contrario qué? -Me di un puñetazo interno conforme abrí la boca.

-De lo contrario me lo voy a pasar muy bien contigo...

Tragué saliva. Apretó sus caderas contra mi entrepierna haciéndome dar un respingo al contacto duro e intenso en mi intimidad. Abrí bien los ojos. Su  mirada decía problemas, y en mayúsculas, sabía que este tío iba enserio. Mis brazos apenas regaban sangre con normalidad, sentía ya un cosquilleo en las palmas de las manos y por si fuera poco parecía un pervertido sexual, joder magnifico.

-¿Qué quieres? -Le dije mientras intentaba separarme de su maldito cuerpo, ¡como pesaba!

-¿Dónde está la piedra de luz?

Fruncí el ceño y por primera vez me estuve quieta. -¿La piedra de luz?

-No te hagas la tonta. -Apretó mas su agarre en las muñecas.

-¡Aah! ¡Cabrón!. –Grite del dolor.

-Tienes una lengua muy larga...-Me miro fijamente la boca. -Me encantaría arrancártela.

Trague saliva.

-Dime donde esta y no tendras problemas.

-¡No se dé que me estás hablando!, ¡suéltame maldito cabròn!

Volví a patalear histérica, pero lo único que conseguí fue que apretara más su cuerpo contra el mío. Mi voz estaba desgarrada de tanto chillar, las lagrimas salian descontroladas de mis ojos cuando comenzó a olerme el cuello y sujeto  mi culo con una mano fuerte y posesiva.  No tenía fuerzas para empujarlo más, no tenía fuerzas para gritar,  no tenia fuerzas para seguir  forcejeando, sentía mis brazos fríos y débiles de la fuerza con la que apretaba, hervía el roce de su piel contra la mia... quemándome, abrasándome, no podía respirar, yo... no podía pensar... no veía nada.... mis ojos se nublaban... me estaba ahogando...

-Yo...

Mi voz fue un susurro que se apago en la nada.

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