06/06/2000
Para mi esposa.
Confío en que pronto tendrás la suficiente fuerza para levantarte, que volveremos a pasear como hasta hace unos meses, y sobretodo que podrás mantenerte despierta por más de diez minutos tan solo para que logres admirar a la pequeña.
No me cansaré de escribirte cartas a diario y leerlas cuando despiertes, creo que esa sonrisa que se pinta en tu rostro es gracias a las palabras que plasmo en papel.
Sabes, estoy creando algo para ti, un regalo que te daré muy pronto.
Rompiste el concreto con el cual estuvo cubierto mi corazón durante tantos años, reavivaste cada sentido que se encontraba entumido dentro de mí, esculpiste sobre un bloque de mármol a un hombre nuevo. Devolviste las ganas de continuar una profesión que creía olvidada y todo gracias a tus cartas.
Es curioso, ahora mis frases riman y se llenan de sentimientos que estuvieron ocultos tras una bruma espesa, eres el ángel que debía aparecer en mi camino para hacerme ver que hay algo más allá de los negocios y el dinero.
Te amo, Selene y como lo prometí ante el altar... Juntos en la salud y en la enfermedad.
Atte. Mateo.