Solo fueron dos días que Tony no estuvo al lado de Steve y este ya se sentía a morir, pero no había de otra, pues el capitán hacía esto mucho antes de relacionarse con el moreno.
Steve regresaba de la misión en la misma nave donde se habían transportado hace dos días. Llegando así a la base, bajaron todos y entraron a la base de los vengadores. Primero Nat, después Sharon y hasta el último Steve. Recibiéndolos Nick.
-Perfecto, señores. La misión, a la perfección y sin un error. Sabia que harían un gran trabajo.
-Gracias señor.
Natasha se dirigió al cuarto de entrenamiento, seguida por Fury.
Sharon y el Capitán América se quedaron solos en la entrada.
-Eso salió bien.
-Sí, para una novata como tú.
-Jaja no quisiera decepcionarlo, capitán. ¿Seguirá por aquí?
-No lo sé, el cargo de entrenar a los nuevos vengadores terminó para mi desde que me casé. ¿Y usted, agente Carter?
-Sí, me quedaré aquí por un rato. Ya sabe, si me necesita aquí estaré.
-Muy bien-Steve dio un paso adelante igual que Sharon, pero ese momento fue interrumpido por Clint.
-Hey! Steve, que bueno que ya estas de regreso- Ambos se separaron y la agente Carter se retiró mirando de mala forma a Clint.
-Clint, que gusto. ¿Cuándo llegaste?
-Ayer, a medio día. Por cierto, Tony estaba ayer aquí. No se suponía que estaba fuera de SHIELD.
-¿Tony? ¿Estuvo aquí?
-Aja-se había dado cuenta de que había metido la pata.
-Tengo que irme. Que gusto Clint.
-Igual, cap.
Steve salió y se subió a su motocicleta conduciéndola hacia la torre.
Llegó a su destino y subió por el elevador. Ya se imaginaba todas las excusas que le dirá el moreno.
-¿Tony? Ya estoy en casa-vio que este no le respondía, pero tenía idea de donde podría estar. Así que bajo al gran taller, un poco desordenado.- ¿Tony?- el nombrado se encontraba hincado con un aparto en las manos que trataba de colocar en uno de sus autos.
Dejo aún lado la pieza y se acercó a Steve.
-Hola Steve. ¿Qué tal tu misión?
-¿Cuándo me lo ibas a decir?-Tony se quedó con cara de confusión al no saber de lo que le estaba hablando el capitán. ¿O sí lo sabia?
-¿Decirte? ¿sobre qué?
-No estoy jugando, Tony.
-Yo tampoco, ¿pero no sé de qué diablos me estas hablando, Steve?
-¿No lo sabes? ¿Qué hacías ayer en SHIELD?
-Ah, eso-ahora recordaba y también recordaría estrangular a Barton por abrir la boca.-Solo fui a halar con Fury, eso es todo.
-¿Y se puede saber sobre qué cosas hablaron?
-¿Mejor dime de que hablaron tú y la agente Carter, quieres?
-¿Qué....cómo sabes? Natasha, ¿verdad?
-Me vas a decir, tengo cosas que hacer, mentiroso.
-No hice nada.
-Exacto, no hiciste nada. Porque según yo recuerdo, hace dos días me dijiste que todos los días me ibas a llamar y a mandar mensajes, pero adivina que. No recibí nada! Ni una maldita llamada, ni nada.
-¡Ay por favor Tony, solo fueron dos días!
-Dos días que no supe como estabas o si por lo menos estabas vivo.- tocó su frente y cubrío sus ojos.
-Es verdad, lo siento, perdón.
-Si, bueno, no importa. Si te hubieras comunicado conmigo, sabrías porque fui a hablar con Fury.
-Esta bien. ¿Sabes? No quiero pelear.-fue lo ultimo que dijo y salio del taller, dejando a Tony sólo y con la palabra en la boca.
-Bien.
Así el se concentró de nuevo en lo que estaba haciendo anteriormente.
Ya eran las cinco en punto de la tarde, Tony seguía en su taller y Steve en el gimnasio de la torre golpeando un saco. Cuando paró y sintió como su estómago le pedía de comer. Es cierto, no había ni comido, ni desayunado nada, así que salió de ahí y se dirigió a la cocina, decidido a preparar una cena especial para arreglar las cosas con el hombre de hierro.
Ya tenía todo listo y solo le hacía falta una persona que se sentara a su lado para disfrutar de ese gran momento. Tony.
Bajó las escaleras encontrando a este enfrente de un monitor donde hacia algunos cálculos, por lo que observaba Steve para su nuevo traje. Así que sólo lo abrazó por detrás y escondió su cara en el cuello de el moreno.
-Preparé la cena-dijo besando el cuello de este.
-Bien... No tengo hambre.
-Tony, por favor. No me gusta que estemos enojados-sabía que si no decía que él también estaba enojado, de seguro seguirían peleando.
-Yo no lo inicié.
-Está bien, es mi culpa, lo lamento. ¿Puedes ir a comer conmigo?
-Está bien, capi.-Tony se levantó de la silla y le dio un beso a Steve en los labios.
Ambos subieron y se sentaron de frente.
-Esto se ve delicioso, gracias Steve-dijo tomando la mano del contrario.
-No tienes porque agradecer, quería pasar el resto del día, contigo.
-Yo igual
Terminaron de cenar y se dirigieron a la recámara. Otra noche juntos, donde no sólo se dedicaban a dormir.