La discusión sobre el libro era tema diario entre los hermanos Potter, siempre terminaba igual, él se lo quedaba.
Era un fin de semana, ambos junto con Ron y Luna, caminaban por Hogsmade, ya que, no tenían deberes pendientes, a lo lejos pudieron observar a Lynne y Fred abrazados cerca de Cabeza de Puerco, se podría distinguir la enorme sonrisa de la rubia y la luz que emanaban con solo ver sus ojos.
— Eso es lindo — dijo, Luna que fue la primera en verlos — ella no ha parado de sonreír desde que comenzaron a salir.
— Se veía venir — dijo, Ron — no puedo creer que Fred se haya sacado la lotería de esa manera.
— Tú también te la has sacado y mucho antes que él — aseguro, Luna sonriendo.
— Sí, se pudiera decir que sí — dijo algo seco como sí no supiera que hablaba de Pansy.
— ¿Ya supieron sobre el príncipe mestizo? — pregunto, Luna cambiando de tema.
— ¿Le has hablado de eso? — le pregunto, Harry a su hermana.
— Bueno... me pregunto cómo había estado, le conteste que molesta porque nunca sueltas ese libro y de ahí salió la conversación... discúlpame por ser la sociable ahora — exclamo, Hermione hablando muy pero muy rápido
— ¿Llevas semanas cargando este libro, casi durmiendo con él y no quieres averiguar quién es? — pregunto, Luna a Harry casi abrazando su brazo
— No dije que no tuviera curiosidad y no duermo con él — respondió, Harry
— Es verdad — dijo, Ron siendo ignorado.
— ¿Lo traes ahora? — pregunto, Hermione.
— Sí, pero... — respondió y fue interrumpido.
— A eso me refiero — exclamo, Hermione
— Me gusta conversar antes de dormir, ahora solo lees el libro, es como estar con Hermione — se burló, Ron, logro sacar una enorme carcajada de Luna y Harry, pero un golpe de la castaña fue lo único que recibió.
— Pues yo tenía curiosidad y fui... — comenzó a contar.
— A la biblioteca — la interrumpieron, los tres al mismo tiempo.
— ¿Y? — pregunto, Harry.
— Y nada, no encontré ninguna referencia de un Príncipe Mestizo — aseguro, la castaña con un tono de estrés en su voz.
— ¡Ya está!, asunto concluido — exclamo, Harry emocionado.
— ¡Fillius!, ¡Te creía en Las Tres Escobas! — escucharon al profesor, Slughorn. Harry le dio toda su atención
— Me temo que tenemos un ensayo coral de emergencia, Horace — explico, el profesor de encantamientos.
— ¿Alguien quiere una cerveza de Mantequilla? — pregunto, Harry.
— Será divertido — comento, Luna caminando junto a él.
...
Al entrar, rápidamente encontraron una mesa vacía junto a las escaleras y enfrente de la puerta de los baños, Harry tomo asiento, la rubia intento seguirlo en la acción y sentarse junto a él, pero llamo la atención del pelirrojo para que se sentara junto a él, Luna sin entender el porqué de eso, decidió dejarlo así y conformarse con verlo de frente a frente.
Extrañamente Malfoy se encontraba igual en el lugar, salía del baño algo nervioso, logro observar a Harry mirándolo, dirigió su mirada a Hermione que le daba la espalda, posiblemente no note que él anduvo por esos lugares, ya que, rápidamente salió y se dirigió al castillo.
— ¿Quieren ordenar? — pregunto, un mesero que se acercó a su mesa.
— Tres cervezas de Mantequilla, una con jengibre... — respondió, la castaña lo que normalmente piden — ¿Luna? — realmente casi nunca viene junto a ella.
— Eh... yo solo... eh... igual... con jengibre — ordeno, algo extraña por alguna razón.
— ¡Ay, demonios, donjuán idiota! — exclamo, Ron al ver a Ginny junto a Dean.
— Solo se están tomando de la mano... — comento, Hermione como sí nada.
— Y besándose — dijo al ver que juntaban sus labios.
— No es para tanto, Ron — aseguró, Harry.
— Si fuera Hermione igual te sentirías incomodo, ¿no? — pregunto, Ron, tratando de no quedar como un hermano molesto.
— No tengo que preocuparme por ella — dijo, Harry arruinando su intento.
— ¿Ves? — exclamo, Hermione.
— Solo quiere a uno y no le corresponde — comento, Harry buscando con la mirada al profesor ignorando lo que realmente había dicho.
— Bueno... eso ha sido genial — dijo ofendida, la castaña — gracias... eres un idiota — susurró, pero Luna logró escucharla.
Las cervezas llegaron, las chicas las tomaron rápidamente y comenzaron a beberla como sí tuvieran prisa para irse, lo que realmente parecía, era lo que sucedía, las chicas se encontraban tan incomodas que lo único que querían hacer era escapar de ese lugar y dejar a sus idiotas amigos solos.
— La otra vez en el comedor que comentamos que posiblemente estarían haciendo ya-sabes y ya-sabes casi vomitabas, esto es peor porque lo estoy viendo — comento, el pelirrojo de repente sacando de sus pensamientos a las chicas.
— Esto no es nada — Hermione señalo levemente a Ginny — lo otro es mucho peor y aún sufro con esa imagen que hiciste volver a mi mente — dijo mientras le daba un leve masaje a su cien.
— ¡Harry, mi muchacho! — exclamo, el profesor Slughorn al ver a Harry en el lugar
— Un gusto verlo — dijo, ahora levantado de su asiento.
— ¡Igualmente! — aseguro, Horace.
— ¿Qué lo trae por aquí? — pregunto, Harry muy cordialmente.
— Tengo una larga historia con Las Tres Escobas, demasiado larga — respondió, el profesor — recuerdo cuando era una escoba — bromeo y sin querer derramo un poco de su bebida encima de Hermione — todos a cubierta, señorita... — la mira y al instante volvió con Harry
— Mira en los viejos tiempos a veces organizaba una cena para uno o dos estudiantes selectos, ¿asistirías? — le pregunto a su genio.
— Sería un honor, señor — respondió, dándole un trago a su cerveza.
— Tú también serás bienvenida — señalo a Hermione — señorita... — ella asintió, sabía que recordaba su apellido, era el mismo que el de Harry, pero alguna razón no le gustaba llamarla por ese.
— Encantada, señor — respondió, seca y siguió bebiendo, al llegar al fondo comenzó a prepararse para correr del lugar,
— Espléndido, esperen mi lechuza — dijo algo emocionado, el profesor — un gusto en verte Wallenby — dijo al ver a Ron.
— ¿Qué te traes? — pregunto, el pelirrojo
— Dumbledore me pidió que me acercara a él — respondió, Harry.
— ¿Qué te acercarás? — pregunto, Luna terminando de pasar su último trago.
— No sé, debe ser importante para que Dumbledore me lo pida — aseguro, Harry sin mirarla, eso la cansaba, luchar por la atención de él.
— Tengo que irme... — dijo, luna levantándose de su lugar — olvide hacer la tarea de Cuidados — dirigió su mirada al suelo y salió del lugar.
— Hagrid ni siquiera encarga deberes... ¿Tiene problemas? — pregunto, Ron al verla salir.
— Que yo sepa... no — respondió, Harry.
— La acompañaré de regreso al castillo — aseguro, Hermione aprovechando la situación, además sabía que Luna necesita a alguien para hablar y no creía que su hermana le pudiera ofrecer algo de eso.
— ¡Luna!, ¡Luna!... — corrió hacía ella — hey... hey — al alcanzarla notó que lloraba — ¿qué sucede? — pregunto abrazándola.
— Es Harry... — dijo sollozando.
— Lo sé... es un idiota — comento, tratando de hacerla reír.
— No puedo tener su atención ni por un minuto... — aseguro, la rubia — no he visto el color de sus ojos desde hace semanas... está tan obsesionado con el profesor Slughorn y el estúpido libro — reclamo.
— Pero siempre serás su Luna... — fue lo único que logro decir en la situación, ambas se hicieron camino de regreso al castillo.
...
Cuando los chicos terminaron sus bebidas, salieron del lugar, tenían un juego pronto, el entrenamiento iniciaría en unos minutos, llevaban algo de prisa por llegar al colegio.
— Katie, ni siquiera sabes qué es — escucharon detrás de ellos, era Leanne junto a Katie Bell.
Supusieron que igual iban al entrenamiento pues Katie era una de las cazadoras del equipo, escucharon un grito, se dieron vuelta para observar que sucedía, Kat flotaba en el cielo con los brazos estirados y la cabeza mirando al cielo, segundos después cayó al suelo.
— Se lo advertí, le dije que no lo tocara — exclamo, Leanne.
— No se acerquen — llego Hagrid gritando — échense todos para atrás, no toquen eso, solo la envoltura, ¿entienden? — le ordeno a Harry que se acercaba al paquete que anteriormente tenía Katie en manos.
Lograron ver un hermoso collar, tenía una nota: Para la mejor hermana de todas, perdón por ser un idiota, tomo la nota y la guardo en su pantalón, siguieron a Hagrid de regreso al castillo, cuando entraron, McGonagall les pidió que entrarán en su oficina junto a Leanne, ya que, los tres estuvieron cerca cuando sucedió.
— ¿Segura que Katie no tenía eso en su poder cuando entro a Las Tres Escobas? — la profesora le pregunto a Leanne.
— Como dije... se fue al baño y cuando regreso tenía el paquete, dijo que era importante que lo entregará — explico, lo que había sucedido.
— ¿Dijo a quién? — soltó otra pregunta.
— A Harry — dijo mirándolo — estaba delante de nosotros, quería alcanzarlo para dárselo cuando sin querer lo toco.
— Gracias, Leanne te puedes ir — McGonagall le agradeció por su honestidad y ahora era hora de hablar con los chicos — ¿por qué cuando pasa algo siempre están ustedes dos? — pregunto.
— Créame, llevo seis años haciéndome la misma pregunta — aseguro, el pelirrojo con tono burlón.
— Ah... severus — dijo, al ver al profesor en la puerta, él entro y examino el collar con cuidado
— ¿Qué opinas? — pregunto, McGonagall
— Opino que la señorita Bell tiene suerte de estar viva — dijo, Snape frío como siempre.
— Fue una maldición, ¿no? — pregunto, Harry — conozco a Katie, es incapaz de matar una mosca, si me llevaba eso, no era con su consentimiento — dijo, completamente seguro
— Sí, la maldijeron — aseguro, el profesor.
— Fue Malfoy — confeso, Harry.
— Esa es una acusación muy seria, Potter — comento, McGonagall advirtiéndole.
— Ya lo veo... — dijo, Snape con un nivel de voz muy bajo, casi era un pensamiento — ¿tu evidencia? — pregunto.
— Simplemente lo sé — exclamo, Harry.
— Simplemente lo sabes... — se podría jurar que se escuchó una pequeña risa al final de esas palabras — tus dones me asombran, Potter — se burló — dones con los que los menos mortales solo pueden soñar — realmente lo estaba disfrutando — debe ser maravilloso ser el Elegido.
— Les sugiero que vuelvan a su dormitorio, ambos — ordeno, la profesora McGonagall antes que hubiera más problemas.
...
Los dos llegaron a su sala común, pocos quedaban en el lugar, ellos solo subieron a su habitación y se preparaban para dormir.
— ¿Qué crees que le guste a Dean de Ginny? — pregunto, Ron recostado en su cama.
— ¿Por qué me preguntas a mí? — pregunto sin entender — deberías preguntarla a Blaise... — dijo en tono de burla — además, ¿qué le ve Ginny a él? — soltó otra pregunta.
— Es brillante — dijo, el pelirrojo mientras se metía en sus cobertores.
— Hace cinco horas lo llamaste un donjuán idiota — comento evitando reírse.
— Estaba manoseando a mi hermana, ¿no? — exclamo, ofendido — si algo te enfurece lo odias, es cuestión de principios — aseguro.
— Supongo que sí — dijo, dándose por vencido, sí no, esta discusión seguiría por días y días.
— Llamaste idiota a Cormac y eso solo porque dije que le interesaba Hermione — reclamo, Ron — yo tengo derecho de llamarlo donjuán idiota
— Él si es un idiota — aseguro, Harry — creo que me voy a dormir — antes de quitarse los lentes, saco la nota que anteriormente se encontraba en su pantalón, Para la mejor hermana de todas, perdón por ser un idiota — Hermione — susurró.