Llegamos a un edificio en una calle con iluminación tenue. Tenia alrededor de 5 pisos, pero el departamento de Harry era el 3ero. Subimos por las escaleras para asi poder hablar un poco más. Cuando llegamos Harry abrió la puerta , el tenía unos sillones en cuero de color marrón y un televisor. En la mesita de café había cd's de juegos y películas. La habitación de Harry quedaba al fondo, en lo oscuro del pasillo.
Yo inspeccionaba el lugar sin que el se diese cuenta. Todo parecía estar en orden, solo una casa normal de un chico no tan normal. Podia escuchar mis propios pasos con la tranquilidad del ambiente, era acogedor estar aquí. Ya me estaba sintiendo un poco extraña, embebida en mi propio mundo cuando me di cuenta de dos grandes ojos verdes mirando cada centímetro de mi ser. El sonreía.
-Siéntete como en casa . Dijo Harry
Yo no respondí sino con una leve sonrisa, ocupando uno de los grandes sillones marrones de los cuales colgaban mis pequeños pies. Podía escuchar la risa de Harry cuando volteé la cabeza para ver lo que le parecía tan gracioso.
-Que sucede? dije despreocupada
-Emm, tus pies...
Yo no entendía el motivo de la risa ya que ni el mismo podía articular bien las palabras que salían de su boca. Lo mire con el ceño funcido mostrando mi confunción.
-No alcanzas el piso... Eres tan pequeña. (Harry dijo mientras se reía cada vez más)
Yo miré hacia abajo y vi como mis pequeños pies colgaban del gran sillón marrón mientras los movía de arriba abajo. El me miraba mas bien mostrandome compasión que otra cosa.
-Si, ya lo sé. Estoy un poco acostumbrada a esto.
Harry me dió un ultimo vistazo antes de guiñarme el ojo y gritarme desde su habitación:
-Las bajitas son muy bonitas...
Yo sonreí como estúpida, agradeciendo que el no estuviera presente para ver mi cara. Pasaron alrededor de 15 minutos yo jugando con mi pelo y Harry no aparecía, tampoco se escuchaba el sonido del agua al caer en la ducha. Planté mis pequeños pies en el suelo y me dirigí al oscuro pasillo; nada. Me fui acercando cada vez más a la puerta de el baño que no estaba del todo cerrada. De ahí brotaba un vapor caliente, eché un vistazo y no vi a Harry. Solo di unos cuantos pasos más hasta llegar a la puerta color caoba de la habitación del muchacho de ojos bonitos. Estaba abierta así que me asomé un poco y allí lo encontré, de espaldas a mi con la toalla en las caderas y manos adentro del aquel cabello ahora mojado. Yo me deleítaba mientras los definidos músculos de su espalda se movían. De repente Harry se volteo hacia mí y sus ojos se dirigieron hacia los mios. El sonrío.
-Hola (dijo con un tono pícaro)
Yo le sonreí caminando un poco mas adentro, no estaba como antes pero seguía tímida. Esto no era algo que yo acostumbraba hacer, ¿Entrar a una habitación sin ser invitada? estaba lejos de mis expectativas, pero con Harry me sentía tan segura, era algo parecido a la confianza, algo que me hacía dudar de mí misma. Yo paré de caminar al analizar la situación.
- ¿A dónde vas? pregunto Harry mientras yo me volteaba para salir de su habitación.
Yo lo miré por encima de mis hombros y sonreí débilmente.
- A la sala de estar. Respondí tranquila
-¿ Por qué? Me dijo con esa estúpida sonrisa que tanto me gustaba.
-No me haz invitado a pasar, pero yo no sabía dónde estabas y...Y por eso entré.
-Emm, no me molesta que estés aquí conmigo
Yo no reaccioné con palabras ya que no sabía que contestar a eso, así que solo retorné mi cuerpo a la posición anterior de frente a Harry y me senté en su cama. El seguía solo en toalla, hecho que en realidad me ponía nerviosa pues no sabía que iba hacer o donde mirar cuando se quitara la misma. Harry ahora estaba de nuevo de espaldas a mí, buscando qué ponerse. Cuando por fín lo encontró lo lanzó un poco hacia arriba para que un segundo más tarde cayera devuelta en sus grandes manos y cerró la gabeta de un rodillazo. Se volteó a mí; yo lo miraba a sus ojos y le sonreí. El seguía dando vueltas en la habitación.
- ¿Ya sabes que te pondrás? Le pregunte para que el silencio un poco incómodo se fuera.
-No... Pero tu puedes elegir algo para mí... Me dijo inmediatamente guiñó su ojo picaramente.
A decir verdad, pensé en que eso sería muy divertido, pero eso se escapaba de mis manos. Cuando iba a continuar la conversación Harry habló nuevamente.
-Y puede ser que la próxima vez, yo elija lo que tu te pondrás. Dijo haciendo énfasis en "Yo"
-No, esta bien... Creo que ya estoy un poco grande como para que alguien elija lo que tengo que ponerme. Dije irónica
Ambos, Harry y yo sonreímos mutuamente.
-Me voy así te cambias tranquilo
-.No, quédate aquí
Por un minuto pensé que iba a desnudarse enfrente de mí, lo que me pondría en una situación muy incómoda, pero en cambio, Harry tomó su ropa interior y se dirigió al baño. Yo no esperé más de 3 segundos hasta que me paré y camine de nuevo a la sala. Esta vez no me senté, sino que me quedé dando vueltas por todo el espacio. Al cabo de varios minutos sentí una puerta cerrarse y casi inmediatamente, la alta figura a pocos metros de mí acercándose a paso normal.
-Bueno... ¿A dónde quieres ir? dijo Harry
-¿Cómo que a donde quiero ir? Tu decidiste el lugar.
-Bueno, lo tenía pero hemos perdido la reservación. Dijo casi lamentándose
-¿No tienes algun plan B?
-Éste es. Que tú me digas a donde quieres ir
-Yo en realidad no se... Algún lugar calmado, sin muchas personas en el ambiente
-Enserio? Me parecías un poco mas explosiva. Dijo el, riendose un poco
-Solo en personalidad, en todo lo otro, prefiero la tranquilidad... Claro que eso no quita que me gustan las fiesta. Dije pensándolo mejor.
-Tengo una idea... Que tal si nos quedamos acá... Tenemos un área en la última planta, es tranquila y a esta hora no hay nadie
Yo lo pensé y decidí que me gustaba la idea. Harry fue a la cocina mientras seguíamos hablando.
-Que quieres para beber? Gritó
-Mmm, que tienes?
-Ahhm...Te gusta el vino?
-Supongo que sí
Harry salió de la cocina e hizo lo mismo con el sacacorchos que con su ropa interior, lo lanzó para segundos después agarrarlo; tarareaba una canción que no logré reconocer. El siguió caminando hasta la puerta, la que con un poco de dificultad abrió debido a las cosas que llevaba en las manos y me hizo algún tipo de reverencia para que saliese primero; ambos afuera Harry cerró la puerta, le ofrecí agarrar por lo menos el sacacorchos y el me lo dio en las manos, realmente nuestra caminata por las escaleras no fue muy entretenida, los dos estábamos muy callados.
Ya en el 5to piso, me paré en el borde protegido por una especie de hierros para apoyar las manos. La vista era hermosa, podías ver todas las luces opacas de los antiguos edificios, cerca había una que me llamaba mucho la vista; una pequeña casa un poco apartada de las demás, destacada por un conjunto de pequeñas luces que la rodeaban. El viento apartaba mi cabello del rostro, y podía ver como hacía lo mismo con los pequeños rizos de Harry.
-Yo.. Amo venir acá arriba.
-Te entiendo, es hermoso. Siento como si podría quedarme aquí toda la vida, sino fuese por el frío (Dije mientras me reí un poco acariciando mis brazos para calentarlos)
-Toma. Dijo Harry cuando me pasó la chaqueta marrón que llevaba puesta.
Yo me rehúse a coger la chaqueta pero Harry la colocó encima de la agarradera del balcón, dijo que si no la usaba yo, el tampoco lo haría así que yo la tomé y me la puse. Me quedaba realmente gigante. Harry trató de sujetar mis manos pero se rió al darse cuenta de que todo lo que sostuvo fue un puñado de la manga del abrigo, al darme cuenta yo también sonreí y ajuste las mangas un poco más arriba. Harry cogió mi mano nuevamente y me llevo hasta un la parte techada de el 5to piso. Esta tenia luz, una mesa de café, varios muebles y más al centro una cama flotante. Siempre he sido amante de éstas así que de inmediato solté a Harry y salí casi disparada, iba a tirarme cuando me di cuenta de que llevaba vestido, por lo que disminuí la velocidad y solo me senté. Harry tomo la botella de vino de la mesa de café y se sentó conmigo en la cama flotante.
-Yo amo las camas flotantes. Dije emocionada mientras me recosté totalmente en la misma.
Harry me miro, solo fue una mirada, simple, no buscaba nada, no insinuaba nada, solo una mirada inocente, de esas que te puedes quedar mirando el resto de la vida, de esas que no guardan nada y sin embargo lo tienen todo. Yo tan solo, me quede mirándolo también, y al cabo de un rato sonreí, Harry bajo su cabeza mientras reía.
-Cuéntame más sobre camas flotantes, dijo mientras se dirigía a la mesa de café para colocar la botella de vino nuevamente ahí.- Parece que no abriremos esta hoy.
-Y quien te dijo que hay una historia sobre las camas flotantes, dije mirando el techo todavía
-Tu siempre tienes una historia, dijo Harry riendo, en tono de broma.
Harry se recostó a mi lado en la cama, mirando el techo también, yo me incliné un poco más hacia el y recosté mi cabeza sobre su pecho, abrazándolo0 con mi mano izquierda.
-Pues acertaste, si hay una historia detrás de las camas flotantes... Cuando era más pequeña, tenía un tío con una casa en la playa, el tenía un patio gigante también, y en el patio cerca de los arbustos una cama flotante con un techo de madera, cada vez que íbamos a visitar a mi tío, mi papá y yo solíamos recostarnos en la cama, yo recostaba mi cabeza en su pecho y lo abrazada, en ese momento te juro que no me importaba nada, yo no pensaba en ir al mar, ni jugar con los perros, yo solo quería estar ahí con papá, algunas veces hablábamos, en otras el silencio predominaba, pero siempre era feliz, de una manera u otra... Ya eso no pasa, creo que ya crecí. Y esa es la razón por la cual amo las camas flotantes, me traen los mejores recuerdos.
Harry se quedó en silencio por un tiempo, yo en realidad no esperaba ningún comentario. El comenzó a jugar con mis orejas y yo a reír.
-Pues cuando quieras recostarte en una cama flotante, me dices y te consigo una almohada o algo así en que apoyar. Harry comenzó a reír, solo fue una broma pero yo puse cara de ofendida para seguirle el juego.
Harry y yo seguimos hablando y después de un largo rato, nos retiramos del 5to piso, Harry se ofreció a llevarme a casa de nuevo.
Ya en el recibidor del edificio, el abrió la puerta y me dejo pasar primero. Seguimos derecho a donde estaba el carro, el me volvió abrir la puerta del pasajero y luego dio la vuelta para entrar.