A Different Omega-Larry Styli...

By Jovensolitario

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¿Por que te vas? ¿Por que me dejas solo? ¿Donde quedo todo el amor que me juraste? Sigo siendo yo, aquel chic... More

Nota.
Prologo.
Capítulo II.
Capítulo III.
Capitulo IV.
Capitulo V.
Capitulo VI.
Capitulo VII.
Capitulo VIII.
Capitulo IX.
Capitulo X.
Capitulo XI.
Capitulo XII.
Capitulo XIII.
Capitulo XIV.
Capitulo XV.
Capitulo XVI.
Capitulo XVII.
Capitulo XVIII.
Capitulo XIX.
Capitulo XX.
Capitulo XXI.
Final 1/2
Final 2/2
Epilogo.
Carta del Autor.

Capítulo I.

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By Jovensolitario

18 años después.

Niall estaba recargado en sus codos mirando como dormía plácidamente el pequeño bebe que le mandaron a cuidar, aunque ciertamente ya no era un bebe. Tenía 18 años recién cumplidos. Había crecido mucho, tenía unos lindos rizos esponjados que le adoraban la cabeza, hermosos labios rodados y esos ojos verdes brillantes que lo deslumbraban. Su nombre era Harry.

Niall se habían encargado de que una buena familia lo adoptara y así fue. El hombre que lo adopto se llamaba Robín el dueño de una constructora, era fuerte y de familia adinerada, su mujer era una modista de nombre Karin bastante agradable y bella.

El rubio mordisqueo su labio observando con detalle las facciones del menor. ¿Cómo algo tan hermoso podía ser hijo de un demonio? Siempre se hacia la misma pregunta. Niall sentía una gran conexión con ese joven, era solitario y tímido. Prefería pasar horas leyendo a salir a fiestas, y aunque quisiera no tenía muchos amigos, el rubio lo había visto crecer y sabia cada detalle de la personalidad de Harry. Era un poco desordenado y siempre escuchaba música a todo volumen. Prefería el frio antes que el calor, amaba estar solo y tomar largas duchas, siempre le quitaba la corteza de su pan, su máxima adoración era una gatita de nombre Mify, tenía el mejor promedio en la escuela, nunca había tomado bebidas alcohólicas y tampoco le interesaba, pensaba que todas las personas eran superficiales y prefería no mezclarse con ellas. Nunca había tenía una pareja aunque le gustaban varios chicos y jamás se había quitado ese collar que le había enviado su padre. Pero había algo en lo particular que le llamaba la atención a Niall. Últimamente había tenido pesadillas y al parecer muy feas.

Y esa noche no era la excepción.

Harry se despertó de golpe sintiendo el corazón a mil por hora, la garganta la tenia seca y su respiración era demasiado pesada. Se sentó en la cama cubriéndose un poco la cara, siempre la misma pesadilla durante dos semanas, había llegado hasta tomar pastillas para dormir para no tener que soñar, pero siempre era lo mismo. El rizado se seco el sudor con la mano intentando tranquilizarse. Esa mujer y esos enormes colmillos acercándose hacia él. El solo pensarlo le causaba un escalofrió por todo el cuerpo.

Sentía una extraña sensación de que estaba en peligro, seguramente alucinaciones suyas.

El pequeño omega se recostó una vez más cubriéndose perfectamente bien. Cerró los ojos con la esperanza de no tener ese mismo sueño.

Niall quien yacía a los pies de Harry hizo una mueca, aun no lograba descifrar que ocasionaba aquellas pesadillas. Cada noche era lo mismo y eso bastante inquietante. Esperaba que solamente fuera una etapa y ya.

—Espero que duermas bien Harry—susurro Niall tocándose un poco los labios. Nunca lo había dejado solo. Había estado observándolo dormir por 18 años.

*





A la mañana siguiente Harry se despertó por las manos de su madre que lo movían con un poco de fuerza.

— ¿Qué? —dijo abriendo un poco los ojos. Karin le sonrió un poco dejando un beso sobre su cabeza.

—Amor es hora de levantarte, tienes que ducharte y desayunar, recuerda que hoy tenemos ese evento—le guiño el ojo.

Harry gruño un poco. Escucho los tacones de su madre resonando por el piso de madera.

Odiaba los eventos sociales.

Después de media hora de pensarlo demasiado por fin se levanto, se puso sus pantuflas de conejo y camino hacia el baño medio dormido, no había pasado una buena noche, aquellas ojeras comenzaba a arruinar su cara. Suspiro de forma profunda, hizo sus necesidades y lavo sus dientes de forma perfecta.

Harry siempre se había sentido extraño y no por el hecho de ser un Omega. Tenía la sensación de que alguien lo observaba y seguía todo el tiempo, quizá era una locura pero así se sentía. Prefería no pensar en eso. Solamente se sugestionaba.

Con un fuerte suspiro Harry bajo las escaleras encontrándose con su padre leyendo el periódico como siempre.

—Buenos días—dijo acercándose a ese hombre de cuerpo voluminoso. El rizado le beso la mejilla tocándole el hombro.

—Hola hijo ¿Cómo dormiste? —pregunto aquel hombre, Harry le había comentado el problemita que tenia cada vez que dormía.

—Bah—Harry se encogió de hombros caminando hacia la cocina. Su madre le preparaba un plato de cereales con un poco de fruta.

—Ve a sentarte amor, ya tengo tu desayuno.

—Yo me lo llevo.

El rizado tomo el plato y una chuchara y regreso al comedor sentándose a un lado de su padre que bebía café con una dona.

— ¿En verdad tengo que ir? —suspiro Harry, esperaba que su padre dijera que no.

—Eres de la familia.

Con eso lo decía todo, sabía que protestar no tenía sentido.

—Habrá muchos chicos de tu edad—Robín bajo el periódico dedicándole una mirada de complicidad a su hijo. Harry se sonrojo y siguió desayunando aunque un poco intimidado.

Su padre era el mejor papa del mundo, siempre apoyándolo y defendiéndolo, lo admiraba y quería llegar a ser como el algún día. Su madre también era un amor, estaba orgulloso de la familia que tenia. Eran increíbles con él.

*




La noche había llegado, aquel evento era demasiado importante para el padre de Harry, era el 15° aniversario del patronato "Unidos para ayudar". Harry sabia que siempre era lo mismo gente presumiendo cuánto dinero tenían en sus cuentas de banco, mujeres vestidas a la "moda", era una de las muchas cosas que odiaba, se gastaban miles de dólares en ropa de marca y no donaban lo suficiente, esas fiestas eran pura hipocresía.

La noche paso tranquila, Harry estaba sentado en un rincón mirando como todos bailaban y se divertían. El rizado tomo un poco de refresco soltando un enorme suspiro, tenía un poco de sueño y estaba cansado de ver a la misma gente, sus padres estaban atendiendo a los invitados. Ellos eran muy carismáticos y amaban ayudar a la gente que lo necesitaba.

Los ojos brillantes del menor se pasearon por toda aquella enorme habitación mirando con detalle a todos los invitados. Harry fijo sus ojos en una mujer de vestido rojo y grandes curvas, su piel era blanca y parecía muy tersa. El pequeño Harry se quedo helado, esa era la mujer de sus sueños o más bien de sus pesadillas. Sintió un escalofrió recorrerle todo el cuerpo.

Ella lo estaba mirando fijamente, esa mujer le sonrió haciendo que Harry abriera mucho los ojos tenia esos colmillos que parecían muy afilados, estaba tan y como la había estado soñando, tenía que ser una alucinación.

Harry se tallo los ojos, eso no podía ser posible, tal vez estaba soñando, cuando volvió la mirada ella ya no estaba, Harry movió su cabeza de forma negativa, quizá el sueño le estaba jugando una broma.

—No es un sueño bebe.

Harry se estremeció por completo al escuchar esa voz femenina cerca de su oído. Paso saliva de forma pesada, podía sentir la respiración de la mujer en su cuello y un escalofrió recorrerle cada centímetro de su piel.

La mujer se rio, provocando que Harry se cubriera los oídos con sus manos, era el sonido más horrible que había escuchado, cerró los ojos rogando por que se fuera, quería despertar porque eso no podía estar pasando, ella solo estaba en sus más oscuras pesadillas, sus lagrimas corrían por sus mejillas estaba desesperado y con un miedo indescriptible.

Después de unos minutos el omega abrió los ojos percatándose que todo seguía tan normal, la música sonando, las personas charlando. El pequeño se giro con miedo, no había nadie, y no era un sueño, sin pensarlo dos veces se levanto rápidamente de su silla. Necesitaba encontrar a sus padres.

Harry completamente desesperado, secaba sus lágrimas constantemente para poder ver mejor, soltaba pequeños suspiros mientras seguía caminando. El rizado se detuvo de golpe al mirar a esa mujer de nuevo. Abrió mucho los ojos y negó con la cabeza. Se dio la vuelta y comenzó a caminar todo lo que sus piernas temblorosas de lo permitían.

Aun seguía buscando a sus padres con la mirada, pero no había rastro de ellos. Miro hacia atrás percatándose que ella caminaba a poco centímetros de él. Estaba a punto de alcanzarlo.

Entonces sucedió. Harry ignoro a la persona estaba delante suyo con un copa de vino tinto en las manos. El rizado choco contra él haciendo que derramara el líquido sobre su traje que seguramente era finísimo.

—Lo... Lo siento—tartamudeo el rizado mirando aquella enorme mancha morada sobre el traje gris.

—No te preocupes—le hablo de manera cálida. No parecía estar molesto.

Harry alzo la mirada. Un chico de ojos celestes, una linda barba adorándole el rostro y una sonrisa pequeña. Pero hermosa.

—Es solo un tonto traje—dijo de manera tranquila. Para Harry no era normal encontrarse personas como ese chico que se tomaban aquel accidente tan bien.

—Soy un torpe. Lo siento tanto.

—Perdóname tú a mí por atravesarme en tu camino—Sonrió un poco de forma divertida.

Ese chico parecía agradable y bastante relajado.

—Arruine tu traje.

—No importa, no vale mucho—se encogió de hombros restándole importancia. Aun seguía con esa hermosa sonrisa.

Harry le sonrió un poco tímido. No podía evitar sentirse nervioso ante la mirada insistente de aquel Alfa que olía tan bien, le provocaba una especie de cosquilleo en el estomago y no entendía por qué.

—Toma una servilleta guapo.

Harry se quedo helado. Otra vez esa maldita voz que le provocaba un escalofrió indescriptible. Con miedo Harry se volteo a ver a esa mujer. Estaba ahí. No era un sueño o una alucinación. Era tan real como el chico guapo y el.

—No es necesario. Estoy bien—dijo el joven de ojos claros mirándola fijamente.

Ella sonrió, desvió la mirada hacia el pequeño rizado que tenía los ojos bien abiertos.

—Qué lindo niño— ella extendió la mano hacia el rostro de Harry intentando tocarlo.

—Gracias por tu amabilidad— el Alfa se paro frente a Harry evitando que ella pudiese tocarlo.

La mujer hizo una mueca y con una sonrisa falsa se fue de aquel sitio.

Harry respiro de forma profunda. Se había salvado no sabía de qué pero se alegraba que no lo hubiera tocado.

—Tranquilo ¿Cómo te llamas? —el castaño se giro hacia Harry mirando aquellos ojos verdes brillantes.

—Harry.

—Soy Louis. ¿Ella te estaba molestando? —pregunto elevando una ceja.

Harry dudo en negar con la cabeza pero al final lo hizo, sería algo extraño que un chico le tuviera miedo a una mujer tan hermosa como esa.

—Pues tu actitud me hace pensar otra cosa.

—No— dijo el Omega rápidamente, sonrío de lado intentando convencerlo.

—Si es por el traje... En verdad no vale mucho.

El rizado se sonrojo al ver esa enorme mancha. Debería ofrecerse a lavarlo o algo por el estilo o quizá a pagarlo.

—Amor te he estado buscando— Harry dio un pequeño respingo al sentir una mano tocándole el hombro. Pero solo era su madre— ¿Estás bien? —pregunto al verlo nervioso.

—Si— respondió rápidamente dedicándole una pequeña sonrisa, no quería que su madre pensara cosas que no eran por el simple hecho de estar frente a ese guapo Alfa.

—Hola Louis ¿Como estas? ¿Y tus padres? —Harry mordisqueo su labio, esa situación era bastante incómoda, su madre conocía a ese chico de lindos ojos.

—Hola Karin, deben estar por ahí, los he perdido de vista—la forma en la que se expresaba Louis hacia que Harry se derritiera un poco cada vez que hablaba.

— ¡Oh cielo! ¿Que te paso en el traje? —dijo Karin mirando esa gran mancha.

Harry se sonrojo aun más. Su madre lo regañaría por su torpeza.

—Un pequeño accidente—Louis sonrío un poco. No le importaba que estuviera arruinado.

— ¡Vaya! Y te costo una fortuna—expreso la mujer negando con la cabeza.

—Eso es lo de menos Karin—el castaño intento no prestarle mucha atención al asunto del traje, no quería incomodar más al chico.

El rizado miro a Louis sorprendido, entonces su traje si valía y mucho. Eso era una situación vergonzosa.

—Es solo un traje—Louis seguía con lo mismo. No quería que Harry pensara que era materialista.

—Bueno, me tengo que llevar a mi hijo, quizá después nos veamos ¿De acuerdo?

Louis asintió convencido.

Karin se despidió del joven con un dulce beso en la mejilla, él le correspondió sin dejar de mirar al pequeño Omega. Que a decir verdad era bastante atractivo.

—Hasta luego Harry—sonrío un poco mirando como aquel joven estaba completamente sonrojado.

—Adiós Louis—Harry sonrío débilmente. Esperaba que le disculpara por arruinar su traje, aunque Louis digiera que no valía, el conocía la ropa fina.

—No, no, hasta luego—volvió a repetir. Louis sentía que quería volver a verlo.

La madre de Harry lo jalo despacio. El rizado aun no entendía lo que había pasado. Todo había sido demasiado extraño y paso de manera extraña. La forma en la que Louis lo cubrió con su cuerpo para que esa mujer no lo tocara, seguramente instinto de Alfa. ¿O había algo más? Se preguntaba el rizado sintiéndose sonrojado.

La fiesta había terminado. Harry se encontraba en su cama durmiendo comidamente.

Niall estaba acostado aun lado del rizado mirándolo un poco preocupado. No sabía quien había sido esa mujer, aunque intento alejarla no lo logro, ella era mucho más fuerte y eso le inquietaba demasiado. Tuvo que utilizar a ese chico de nombre Louis para evitar que lo tocara. Tuvo miedo de que algo le sucediera al menor.

El rubio suspiro mirando al techo. Necesitaba saber que quería esa mujer y que quería con su protegido.

—Niall— el rubio dio un brinco sentándose rápidamente en la cama.

—Que susto— dijo tocándose el pecho. Entre la oscuridad la podía ver. Una chica de cabello rojo y ojos negros— ¿Qué haces aquí? — pregunto confundido. Era extraño que esa chica de nombre Luna estuviera en el mundo de los mortales.

—Des quiere verte, me ha mandado para que cuide a su hijo mientras duerme. Creo que estas en grandes problemas—la chica se cruzo de brazos negando despacio con la cabeza.

Niall trago en seco. Eso era lo que el temían. Sería su fin. Des lo castigaría por no cuidar bien a su hijo. El pobre chiquillo lo había pasado muy mal al ser perseguido por esa mujer, demonio o lo que fuera.

—Cuídalo por favor—suplico levantándose de un brinco, le dedico una última mirada a Harry, esperaba volver a verlo.

—Lo hare— dijo ella sentándose a un lado del menor. 



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