• El Primer Beso De Yuu-chan •

By YlemHE

110K 12K 12.9K

En una noche de verdad o reto Shinoa y los demás se dan cuenta que Yuu no ha dado su primer beso. Su mejor am... More

Capítulo 1: "La pelea por el primer beso."
➺ Estrategia: Sangū Mitsuba.
➺ Estrategia: Saotome Yoichi.
➺ Estrategia: Shihō Kimizuki.
➺ Estrategia: Shindou Mikaela.
• Especial • Estrategia: Espiar su noviazgo.

➺ Estrategia Hīragi Shinoa.

13.3K 1.6K 1.7K
By YlemHE


Disclaimer: Seraph of the End (終わりのセラフ) Historia de Takaya Kagami e ilustrado por Yamato Yamamoto.

Titulo: "El primer beso de Yuu-chan"

Fandom: Owari no Seraph.

Autor: Ylem H.E

Rating: Rating (PG-14)

Parejas: Mikaela Hyakuya x Yūichirō Hyakuya.

Palabras: 7405

Tipo: | Slash | Comedy | Short Fic |

Advertencias: Ninguna.

Aclaraciones: Ninguna...

N/A: ¡Gracias por leer!  





—Los he reunido aquí porque creo que el día más temido ha llegado.


Comenzó su dramático discurso un joven rubio en frente de una pizarra blanca. En ella se podía apreciar a duras penas algo escrito con marcadores de agua, sin embargo su espalda impedía ver por completo que era.



Plan: ...


Y era lo único que podía leerse.


En ese salón amplio y lleno de pupitres tan solo tres pupitres estaban siendo ocupados por Mitsuba, Kimizuki y Yoichi. Mikaela en su lugar estaba en el escritorio del profesor frente a ellos. Con las manos bien puestas en el escritorio junto a un semblante tenso y serio. Los juegos ya habían terminado. Esta era la amenaza mayor.



Ninguno de los tres sentados en un pupitre sabía exactamente qué decir. Seguían aturdidos de que de un momento a otro fueron secuestrados en la salida, sacándolos de la cafetería escolar en donde estaban para ser privados de su libertad en ese salón junto a un Mikaela ojeroso y al parecer estresado.

Los tres se miraron entre sí y ni uno de los tres sabía que ocurría. Viendo que nadie pensaba en tomar la iniciativa, Mitsuba se arriesgó en ser la primera valiente y preguntar ignorando todo lo que dijo antes Mika.




—¿Por qué nos encerraste aquí? ¿Vas a arreglar mi rodilla con magia?



Preguntó con cierta brusquedad y  enojo a su compinche de cabello. Si, Mitsuba seguía enojada con Mikaela por hacerla caer al piso porque ahora tenía que usar una rodillera en su pobre rodilla lastimada. Al parecer esa aparente caída inocente fue más seria de lo que pareció. Cuando Mikaela apareció en la cafetería jalandola del brazo esperaba al menos una disculpa por lastimarla, no que la llevara a una "reunión secreta".




—... Creí que cambiaremos los casilleros.





Yoichi se atrevió a decir esta vez con timidez al ver que Mitsuba se animó a mostrar su queja. Él también pensó que Mikaela lo sacó de la cafetería para enmendar su error y hacer el cambio de casilleros. No ser secuestrado en un salón de clases.





—Y yo creí que me darías unos lentes nuevos.





Siguió Kimizuki en decir su queja, molesto de tener sus preciadas gafas pegadas con cinta adhesiva en medio de éstas. Cuando Guren lo pateó hasta tirarlo al suelo sus anteojos se rompieron por la mitad.

Ya con los tres diciendo cada uno la queja que les correspondía miraron de forma acusadora a Mikaela. Habían sufrido de verdad por esa competencia; en caídas, casilleros maltratados y anteojos partidos a la mitad. Mika sin saber bien cómo librarse de esto fingió toser para aliviar la tensión provocada por sus amigos.


—El pasado es pasado.




Se defendió como pudo Mikaela y Yoichi tuvo que sostener a Mitsuba por los hombros para que no lo golpeara. Kimizuki tuvo que contenerse también para no hacerlo.




—Me largo de aquí. —contestó Kimizuki, harto de escuchar las ridiculeces de Mikaela. —... Necesito buscar más cinta adhesiva para mis lentes.





Kimizuki terminando de decir eso y comenzó a caminar directo a la puerta para salir de ahí. Mikaela al darse cuenta que uno intentaba escaparse salió corriendo para bloquear la salida. Ninguno iba a escaparse.





—No bromeó. —dijo seriamente Mikaela bloqueando la puerta. —Los necesito más que nunca, es de vida o muerte.




Mitsuba y Kimizuki no podían creer que Mikaela hablaba tan en serio. El chico estaba de mal humor por no poder salir del salón de clases, volvió a sentarse en su pupitre. Mitsuba seguía con los brazos cruzados, con disgusto de tener que estar encerrada con hombres y Yoichi con una pequeña risa nerviosa trataba de imaginar que no podía ser peor.


Los tres, llenos de resignación decidieron que saldrían más pronto de esto si le seguían la corriente a Mikaela. No querían perder el almuerzo por su culpa.


—Habla de una maldita vez.




Kimizuki dijo primero sosteniendo lo mejor posible sus lentes rotos y Mitsuba siguió con una voz molesta.



—Y que sea rápido. —alegó la chica, dispuesta a ser dura con Mikaela sin importar que.




—O puedes tomarte el tiempo que quieras.— ofreció por último Yoichi amablemente, ganándose las miradas molestas de Kimizuki y Mitsuba, de solo verlos los nervios llegaron a él.—... Mejor date prisa, Mika-kun.




Mikaela comenzó a sentir cierta aura cansada en el aula y hasta pudo sentir un poco de culpa por lo que les ha hecho a sus amigos. No sabía que estaban tan molestos hasta ahora, pero tuvo que mantenerse firme. Este era el último enemigo que debía enfrentar, estaba tan cerca.


Recobrando la postura, Mika volvió a hablar en voz alta para comenzar su discurso motivacional. En un tono convincente para ganarse a esos tres y que estén de su lado. Ya no es tiempo para ser orgullo trabajando en solitario, odiaba admitirlo, pero necesitaba un equipo.




—Los he traído aquí... —comenzó a decir Mika, sonando lo más seguro posible. —Porque necesito reclutas para vencer a mi peor rival.



Y dicho eso, Mikaela se movió a la derecha. Dejando a la vista el pizarrón mostrando lo que estaba escrito en este.



Plan: Destruir a Shinoa.





Los tres se callaron sin saber cómo reaccionar a lo que acababan de leer. Los celos y sobreprotección de Mika ya eran normales para ellos, pero ahora éstos recobraron fuerza desde que comenzó la pelea. No querían ni pensar en cómo sería un duelo entre Mikaela y Shinoa. Pensando al mismo tiempo, los tres acordaron en una mirada que que quizá deberían recurrir al psicólogo Shinya antes de que ocurriera una verdadera tragedia en el Instituto.

A pesar del verdadero plan, que Shinoa y Mika sean rivales les causaba temor.



—Mikaela... —lo llamó con voz comprensiva Mitsuba para hacerlo entrar en razón. —Nosotros podemos ayudarte.




Escuchó y a Mika le brillaron los ojos. Por fin comenzaban a entender su punto de vista y estaban de su lado.



—Sí... —siguió esta vez Kimizuki, tratando de sonar igual de comprensivo que Mitsuba.  —No es necesario que actúes como un loco y te metas con Shinoa.




Ahí se fue todo el brillo en los ojos de Mika. Comenzando a entender a que se estaban refiriendo Mitsuba, Kimizuki y Yoichi. Era demasiado bueno para ser verdad.





—¡Olvidaremos todo! —terminó por gritar Yoichi bastante preocupado. —Pero por favor no te suicides de esta forma.





Con eso que Yoichi dijo la paciencia de Mikaela se agotó. Esto ya era el colmo para él y más en este momento tan crítico donde no podía perder tiempo. Sin poder contenerse, Mikaela golpeó el escritorio con ambas manos llamando la atención de los tres y asustandolos a la vez.




—¡Hablo en serio, esa enana debe caer! —gritó Mikaela con una voz un tanto desesperada. —¡Y no estoy actuando como un loco y tampoco quiero suicidarme!




Eso fue lo que dijo, sin embargo su aspecto decía todo lo contrario: Con ojeras profundas debajo de sus ojos, un desordenado cabello y desalineado uniforme del Instituto, Mikaela estaba cerca de ser la viva imagen de un cúmulo de estrés. Eso sin contar, el ligero tic en su ojo de la tensión al imaginar que Shinoa haría un movimiento en cualquier momento.  


Shinoa, Yoichi o Kimizuki nunca imaginaron ver el día en que Mikaela enloqueciera de esta manera. Llegar a los extremos si, muchas veces lo han visto y más si es por Yuu-chan, pero enloquecido jamás. Sobre todo que con su pálida piel y ojeras, Mikaela parecía más un vampiro que humano.

Sin recibir una respuesta, Mika se dio cuenta que solo provocó miedo y desconfianza en aquellos tres. Quienes lo miraban perplejos sin atreverse a articular ninguna palabra. Esto pintaba mal y él lo sabe.


Ahora lo que le quedaba por hacer es unirlos a él con lo que tienen en común uniendolos en cualquier adversidad. Ese vínculo entre ellos cuatro que nunca podrían romper y provocar su sed de venganza: Ser víctimas de Shinoa.





—Mitsuba, ¿Recuerdas cuando Shinoa toco tus pechos para compararlo con el suyo?




Mika lo dijo sin pena o en voz baja. Tomando por sorpresa a Mitsuba de que tocara ese tema de la nada. El rostro de la chica se volvió rojo en un segundo, claro que lo recuerda. Ese vergonzoso día nunca lo podría olvidar aunque quisiera. Estaban en clase de actividad física a punto de hacer diez vueltas a la cancha y a Shinoa no le importó estar a la vista de todos, chicos y chicas por igual.


Ante tal recuerdo Mitsuba bajo la cabeza. Ahora solo en lo que pensaba era en todos los comentarios ofensivos de su mejor amiga con poco busto en contra del suyo y como siempre lo tocaba sin su permiso. De solo pensar en todo eso su enojo se volvió única y exclusivamente a Shinoa.


Mikaela al ver que Mitsuba estaba roja sonrió levemente. Ella era la principal en caer en las bromas o comentarios fuera de lugar de Shinoa y ya la tenía en sus manos. Seguía la segunda presa. Él único chico tan amable que jamás le ha podido poner un alto.





—Yoichi. —lo nombró Mika y este comenzó a temblar de nervios—¿No recuerdas cuando te obligó a usar una blusa de tirantes rosa para mujer?






Al escuchar a Mikaela el pobre de Yoichi dejó caer su rostro en el pupitre sin importarle que le doliera. Ese día perdió su dignidad para nunca poder recuperarla. Todos se enteraron que una chica más baja que él destrozó su playera y lo obligó a la fuerza usar una femenina blusa rosa.

Lo peor es que en lugar de recibir solo burlas, recibió algunos halagos de chicos, diciéndole que se veía bien.

Yoichi aun con la cara en el pupitre, no hacía más que pensar en lo mal que la pasó ese día y todas esas veces en que Shinoa se burlaba de él por ser demasiado blando. No parecía enojado con ella como Mitsuba, pero si hundido en una repentina depresión y con eso bastaba para Mika.  

Ahora faltaba el último para reclutar: Kimizuki. Si bien no lo dejo por ser el más difícil lo hizo porque definitivamente este ya se había cuenta de sus intenciones al recordarle a esos dos lo peor que les ha hecho Kimizuki. Pero para buena suerte de Mika, el era quien tenia mas sed de venganza. Solo era cuestión de saber que ha sido lo que más le ha molestado de Shinoa. Y él sabía perfectamente que es.  


Kimizuki esperaba en silencio que diría Mikaela para convencerlo. Bien pudo hacerlo con los otros dos, pero con él no. No había nada que pudiera cegarlo de tal forma. Mika lo miró confiado.



—...  ¿Ya olvidaste cuando difundió el rumor de tu homosexualidad? Todos hablaban de eso.


Oh, ese punto frágil.


Ese día Shinoa les dijo a todos que Kimizuki era gay sin estar completamente segura. Después de eso, el chico se negó a hablar con ella por casi un mes hasta que la perdonó y volvieron a ser amigos. Nunca vieron a Kimizuki tan molesto y Shinoa arrepentida de algo que hizo.


Kimizuki se removió de su silla incómodo. De verdad eso lo hizo enojar y en frente de Shinoa le juró regresarle la jugada. Era tentador, pero no podía caer.


—Pero resultó ser verdad el rumor, ¿No?



Exclamó Yoichi levantando la cabeza del pupitre interrumpiendo los pensamientos de Kimizuki, pero apenas dijo eso su cabeza volvió a golpearse con el pupitre. Kimizuki había empujado su cara devuelta al escritorio.




—No importa si resulto ser verdad. —expresó con molestia Kimizuki luego de soltar la cabeza de Yoichi..—Decir mi orientación me concierne solo a mi.




Por fin Mikaela se sentía satisfecho con este impecable trabajo. Ahora Kimizuki estaba enojado, lo que significaba que estaba de su lado. Fue más fácil de lo que pensó.

Lo que no podía imaginar, es que a pesar de haber logrado que los tres se molestaran con Shinoa, compartían una mirada cómplice. Igual que en una emboscada, esos tres en el fondo ocultan algo. Por ahora, le harían creer que estaba bajo el mando, pero si les gustaba la idea de algún día unir fuerzas con él para vengarse de Shinoa.





—Entonces, Mikaela —procedió a preguntar Kimizuki para no levantar sospechas. —¿Qué es lo que quieres lograr? 




Mikaela seguía sin sospechar absolutamente nada de lo que los tres pensaban en realidad y dio por hecho que logró convencerlos por completo. Si, la idea principal es detener a Shinoa evitando que robe el primer beso de Yuu-chan, pero también seguía molesto con esa idea para empezar. Tiene que darle una lección para que no vuelva a meterse con algo tan importante como su primer beso.




—Esto no solo es por esta estúpida competencia.




Reveló Mikaela y eso si desconcertó a Mitsuba, Yoichi y Kimizuki, por lo que escucharon lo que diría sin interrumpirlo esta vez. Mika, al ver que los tres parecían confundidos procedió a explicar en lo que estaba pensando.



—¿No están hartos de sus bromas?—con una voz fatigada, Mikaela continuó explicando. —Que todos seamos siempre sus víctimas y tenemos que soportar sus bromas pesadas u ocurrencias.


No hubo respuesta y tan solo los tres bajaron la cabeza un tanto pensativos. Ahora que lo procesan bien, ¿Por qué rayos son amigos de Shinoa? Deben ser unos masoquistas.

Mikaela aprovechando la distracción de su nuevo equipo, continuó hablando para hacerles ver de qué hablaba.




—Yoichi —lo nombró de la nada y este temió por lo que diría. —¿Quién te creó hace unas semanas un perfil falso buscando un hombre con buenas proporciones.


El castaño casi grito de la vergüenza que sentía.  El pobre apenas había levantado un poco la cabeza y ahora con eso dicho volvió a esconderla en el pupitre. Con voz fuerte y todavía refugiándose en el pupitre, Yoichi contestó.


—Shinoa...


Mikaela estuvo complacido de tener una respuesta y dirigió la mirada para ver quien seguía. Mitsuba en un intento por evadir a Mika, escondió su rostro abriendo un libro que estaba sobre el pupitre en donde estaba. Justo como lo hace en clase de Álgebra con Guren. Pero no funcionó esta vez.  

Mikaela la señaló esta vez y procedió a dejarla en vergüenza.





—Mitsuba... —la llamó en voz alta y ella quería salir corriendo. —¿Quién hizo públicas tus medidas?




—Shinoa...




Contestó Mitsuba resignada con las mejillas sonrojadas. Yoichi, Kimizuki y hasta Mikaela la miraron con pena, siendo Kimizuki el que se atrevió a decir algo.



—En serio tiene una obsesión con tu cuerpo ¿Sabes que no es normal?



Ella asintió a lo que dijo Kimizuki. Estaba cansada de dar explicaciones del comportamiento anormal de su mejor amiga y le asustaba el hecho de que comenzaba a acostumbrarse al acoso incómodo de Shinoa.


Luego de ese bochornoso momento, Mikaela regresó a sus prioridades. Faltaba uno de avergonzar y sin perder más tiempo fijo la mirada en Kimizuki, apuntándole con su dedo índice. Antes de que tuviera la oportunidad de decir algo, el chico con anteojos rotos lo interrumpió con un semblante bastante serio.



—Te ayudaré si no dices nada mío.




Mika retiró su dedo índice y lo bajó lentamente, decepcionado de no poder decir algo sobre Kimizuki. Tenía una muy buena.


Pero volviendo al tema central, Mikaela volvió a verlos con una mirada decidida. Todo esto lo hace por el bien de todos y el de Yuu-chan. Era algo así como la justicia que tardó en llegar.





—Es mi amiga y lo acepto. —contestó con sinceridad Mikaela. —... Pero es tiempo de que el reinado de Shinoa llegue a su fin.




Con eso, Mikaela terminó su discurso, siendo acompañado de aplausos de Mitsuba y Yoichi quienes fueron lo más influenciados con sus palabras. Mikaela-sama cerró los ojos, subiendo su pecho orgulloso de al ganarse el público, pero Kimizuki aprovechó ese gesto para hacerles una seña a Mitsuba y Yoichi que estaban cegados por las palabras de Mikaela.

Kimizuki negó varias veces con la cabeza e hizo la seña de una línea horizontal en su propio cuello simulando un corte. Ellos asintieron, estaban olvidando el verdadero plan que con tanto esfuerzo han hecho desde esta mañana.

Tenían que llevar a Mikaela con Yuu justo en este momento si querían que el pan resultara bien. Kimizuki pensó en algo, al igual que Mika hizo, daría justo en lo que le puede: Sus dotes de acosador personal.





—Mikaela, muy bien. —contestó Kimizuki de parte de todos. —Te ayudaremos a que Shinoa no sea quien gane el primer beso de Yuu, ¿Pero el idiota dónde está?



El rubio al escucharlo se quedó unos momentos en silencio. Había perdido de vista a su princesa... Y tampoco ha visto a Shinoa en toda la mañana.




Al ver la expresión llena de pánico en la cara de Mika, Kimizuki con la mirada le dio a entender a sus otros dos secuaces que siguieran alentando la paranoia de Mikaela. Mitsuba fue la primera en entender esa mirada cómplice y continuó con el trabajo de preocupar a Mikaela, quien seguía callado e incluso algo ido después de escuchar a Kimizuki.




—Tampoco he visto a Shinoa.




—¿N-no estarán juntos? —agregó esta vez Yoichi. —¡Es decir! Mika-kun... no se encuentra con Yuu-kun como todo el tiempo.




Con eso último, el rubio cayó en cuenta en lo grave que era el asunto. Yoichi tenía razón: Él siempre estaba al lado de Yuu-chan, excepto hoy. De hecho, no ha estado a su lado desde que la maldita competencia comenzó.


Después de escucharlos, Mikaela no perdió ningún segundo más y se echó a correr, dejando a Mitsuba,  Kimizuki y Yoichi en el aula sin despedirse, pero satisfechos de lograr que se fuera. Pocos momentos después, ellos de igual forma se retiraron para ir a al lugar en donde acordaron. No podía haber fallas en su plan.


Mientras tanto, el pobre chico rubio corría entre los pasillos lleno de temor por un descuido tan grande. Lo único que repetía en su cabeza era en lo idiota que fue por no tener vigilados a ambos al estar concentrado para prepararse en cómo vencer Shinoa sin sospechar que ella bien podía realizar una jugada.

Camino por todos los rincones de la escuela, tratando de ver desde lejos el llamativo color morado del cabello de Shinoa o el alborotado cabello de Yuu-chan pero no encontró rastro de ellos y el corazón comenzó a latirle deprisa. De pie en uno de los pasillos del jardín, Mikaela se mantuvo quieto para recobrar el aire. Y también recargándose en una pared para deslizarse lentamente terminando sentado en el suelo.


Esto no se trataba de un juego o competencia. Eso era mucho más y sabía mejor que nadie que podía ser sobre protector, con celos asfixiantes y algo extremista... Pero estaba enamorado sinceramente. Si bien es cierto, aceptaría sea lo que pasara al final, pero eso no quitaba el pavor que siente de solo sentir que perderá al amor de su vida.


Cuando estaba a punto de rendirse e ir a otra área del Instituto para buscarlos, Mikaela escuchó levemente la voz de Yuu y fijó la vista en ese punto. Desde donde estaba inclinó su cabeza al ver sombras de dos personas escondidas en un rincón angosto bien oculto por arbustos, lejos de los pocos estudiantes que quedaban después de clases y difícil de ver a simple vista. Con ciertos celos, Mikaela fue hasta donde estaban las sombras escondiéndose detrás de una pared de ese rincón y escuchar de lo que estaban hablando.



—Yuu-san —se escuchó la voz de Shinoa y Mikaela vio cómo se inclinó hacia Yuu acercándose.—¿Qué quieres decirme?




El puño de Mikaela se tensó al escuchar y ver a Shinoa, pero lo que le provocó un dolor en el pecho fue ver la actitud de Yuu-chan que estaba mostrando frente a la chica. Con la mirada hacia abajo, mejillas rojas y avergonzado.



—Deja de jugar Shinoa. —con una voz ansiosa Yuu volvió a bajar la mirada aún más avergonzado.—Esto es importante para mí...




De nuevo el pecho de Mikaela sintió que lo oprimían con una piedra. Estrujando su corazón, al parecer entendiendo para qué dirección iban. Sus pies parecían estar fijos al suelo, incapaz de moverse y solo escuchando.





—Yo nunca... —comenzó a decir Yuu, respirando hondo y volviendo a hablar. —... Nunca lo pude decir porque no quería arruinar nuestra amistad...





Los latidos de Mika eran tan fuertes que dolían. Se preguntaba porque no se movía o hacía algo para alejarlos. Pensar en cualquier cosa para arruinar ese momento, pero no podía, esto no era igual a que las otras veces. Estos eran los verdaderos sentimientos de Yuu-chan.





—... P-pero me gustas. Creo que desde siempre he estado enamorado de ti.





Escuchó a Yuu-chan declararse y Mikaela solamente pudo jurar escuchar el sonido de su corazón al romperse en mil pedazos. No hubo lágrimas en ese instante, sin embargo sonrió decidiendo que no haría nada para impedir que siguieran.

Shinoa miraba a los ojos a Yuu, manteniendo una sonrisa suave y calmada en sus labios. Con las manos detrás de su espalda, la chica no dejaba de contemplar el rostro sonrojado del moreno e igual, tenía sus mejillas coloradas.

Su declaración de amor fue tan sincera que por un segundo su peculiar corazón se aceleró un poco. ¿Cómo no hacerlo? Si sus sentimientos por él seguían estando latentes.

Ella, una chica de la cual todos se alejaban por su peculiar forma de ser. Que nunca tuvo personas cercanas a ella, disfrutaba burlarse de la gente y no hablaba mucho. Inclusive era fría en ciertas cosas. Pero el mundo que ella misma creó fue deshecho el día en que conoció a Yuu.

El único chico que siguió a su lado a pesar de burlarse de él. Y con su llegada, más gente llegó a su solitario mundo. Fue la primera vez para Shinoa que tuvo a una persona importante en su vida. Por ello, era inevitable enamorarse de él.

Pero sobre todo, Shinoa sabía que con Yuu tuvo una "familia" a quien pertenecer. Y haría todo por ellos (a su manera. Por supuesto, eso incluía empujar a la felicidad del amor verdadero a sus dos amigos; Mikaela... Y su primer amor, Yuu-san.


Los pensamientos de Shinoa fueron interrumpidos al ver los ojos de Mikaela escondido detrás de una pared escondido, pero asomando sus ojos para ver qué ocurriría. Yuu estaba de espaldas y ella era la única que podía verlo. Los dos viéndose fijamente por unos momentos, Shinoa sonrió con tristeza para luego volver a mirar a Yuu. Este miró alrededor para ver si había alguien, sin embargo nunca miró hacia atrás para asegurarse de que estaban a solas. Ya estando seguro de que solo se encontraban ellos dos, Yuu se acercó poco a poco con un sonrojo en las mejillas y torpemente acercándose a los labios de Shinoa.






—¿No vas a hacer nada, Mika-san?





Habló de repente Shinoa interrumpiendo por completo al momento y Mikaela y Yuu se tensaron de inmediato. Ella al tener la mirada fija a donde estaba escondido el rubio, hizo que Yuu se diera la vuelta encontrándose cara a cara con Mika, quien había salido de su escondite.  

Mikaela miró discretamente a Shinoa sin entender nada. Había ganado sin hacer nada. Yuu fue el que quiso besarla y aún así lo interrumpió. ¿Qué le sucedía?

Pero lo que menos entendía es tener frente a él a un Yuu-chan completamente pálido, alejándose lo más que podía de Shinoa. Con los labios temblando, como si estuviera ansioso.



—Mika... No es lo que imaginas.




Mikaela negó varias veces en silencio con la cabeza teniendo una sonrisa forzada en sus labios y lágrimas acumuladas en sus ojos negándose a salir. Quería imaginar que tal vez Yuu-chan estaba nervioso por ser descubierto, pero el otro chico se sentía fatal de ver los ojos azules de Mikaela llenos de lágrimas a punto de llorar.

—Lo siento Yuu-chan. —trató de decir, forzando aún más su sonrisa. Sin querer estropee tu confesión.

Sin saber qué decir Yuu negó con fuerza moviendo la cabeza y trató de acercarse a él para explicarle, pero Mikaela dio un paso hacía atrás evadiendo la mirada. Con eso, Yuu sintió un golpe en la boca de su estómago y las ganas de llorar vinieron a él, reprimiendo las lágrimas con orgullo.




—No fue una confesión.




Respondió enseguida Yuu, tratando de convencer a Mikaela de lo contrario, sin embargo no funcionó.



Sentenció con sumo dolor. Cortando cualquier intención de Yuu para seguir hablando en su defensa. Ahora ambos miraban al suelo, junto a un incómodo silencio.


Ya los dos sin saber que decir y en silencio mirándose fijamente con cara afligida acabaron con la paciencia de Shinoa. La chica sin poder creer lo estúpidos y lentos que eran caminó hasta ellos para darle un buen golpe en la cabeza primero a Mikaela por no impedir el supuesto beso entre Yuu-san y ella. Y después golpeó a Yūichiro por no ser lo suficientemente valiente.

Ante tal golpe, el dúo MikaYuu miraron a Shinoa expectantes de recibir tremendo golpe en la cabeza. Ella, sin estar arrepentida en lo más mínimo miró a ambos con un gesto aburrido aparentemente inexpresiva, aunque en el fondo estaba molesta con esos dos.





—Estropearon todo nuestro maravilloso plan con este melodrama de novela.





Dijo Shinoa y ninguno de los entendió a lo que se refería. Sin oportunidad de preguntar qué ocurría, la misma Shinoa silbo a dirección a los arbustos y de ellos salió toda la manada que eran Yoichi con una cámara profesional colgando de su cuello, Kimizuki con una cámara de video y Mitsuba... con una bolsa de palomitas de maíz.


Yoichi sonreía un tanto desanimado y Kimizuki todavía con la cámara de video grabando cerró la tapa del lente, teniendo una clara molestia en su rostro.



—Tenían que arruinar todo nuestro esfuerzo.





—No, déjalo. —Mitsuba dijo, deteniendo a Kimizuki con una mano y con la otra sosteniendo sus palomitas. —Esto causa más drama. Mikaela cree en serio que Baka-Yuu ha confesado su amor a Shinoa. Está muerta.



Shinoa de escuchar a Mitsuba giró a ella para verla directamente y decirle con la mirada que se callara. Luego de eso, volvió a girar rápidamente con la futura pareja, encontrándose a Mikaela ya sin ninguna lágrima, serio e hirviendo de furia mientras Yuu estaba detrás de él, confundido y con los ojos llorosos por hacer llorar a Mika.


Yuu estaba a punto de llorar y Mikaela daba pasos lentos y pequeños hacia ellos sin despegarle la mirada. No sabía todavía que ocurría y tampoco entendía que pasaba, sin embargo algo estaba seguro; Cometieron una estupidez como siempre lo hacen. Mitsuba tenía razón, Shinoa está muerta pero no solo ella. Todos estaban a punto de morir a manos de Mika por provocar lágrimas en los ojos de Yuu que luchaba por no dejar salir.

.




—¡¿De qué estúpido plan hablan?!  —explotó Yuu de tanta confusión y coraje reprimido, luego de eso se dirigió a Shinoa. —¡¿Por qué hiciste que Mika escuchara todo eso y...






Antes de que Yuu terminara de hablar un sollozo interrumpió lo que estaba a punto de decir y cubrió su boca con vergüenza. Odiaba llorar, mostrarse débil o como un llorón cuando no era nada de eso. Siendo terco y caprichoso, Yuu bajo la cabeza mirando directamente al suelo para tallar sus ojos con las manos, apretando sus labios para evitar otro sollozo.

Mikaela de ver eso se dirigió a Shinoa dispuesto a matarla primero que a los demás. Todos palidecieron al ver que el rubio se acercaba y Shinoa, sin cambiar su tono de voz habitual comenzó a hablar.







—Mika-san, antes de que nos asesines a sangre fría déjame explicarte todo. —con voz calmada, Shinoa movió sus brazos fingiendo desesperación—Yuu-san no se me declaró a mí. Era una práctica, pero no quería que te enteraras.





Shinoa soltó toda la verdad y Mikaela se detuvo de casi asesinarla. Ahora estaba más confundido que antes, mientras que Yuu dejó de llorar, teniendo ahora la cara roja como un tomate y enfurecido con su amiga de haber revelado eso.





—¡Cállate de una vez, enana!





Gritó Yuu sin poder contenerse ni un poco y Shinoa dejó salir una risita traviesa que ocultó cubriendo su boca con la mano y susurraba un "Ops". Yuu al ver ese gesto tan molesto por poco temblaba de coraje. Era increíble que esa mujercita tan pequeña lo haga enojar tanto. Estaba a punto de seguir reclamando, sino fuera porque Mikaela seguía esperando que aclaren todo.





—¿Entonces ibas a declararte a otra persona?







Preguntó Mikaela interrumpiendo a Yuu en su venganza contra Shinoa y este volvió a un grave sonrojo en sus mejillas. Sin poder articular ninguna palabra a causa de la vergüenza, Yuu se vio obligado a la opción de aceptar decir la verdad asintiendo con la cabeza y sin poder verlo a los ojos.






—... Si no era a Shinoa y no querías que me enterara entonces para quién... —Mikaela detuvo su hablar, atando cabos sueltos y subiéndole los colores a la cara. —... Oh... Eso quiere decir que tu...yo...



—Sí.


Se apresuró a confirmar Yuu y finalmente después de tanto tiempo el cerebro de Mikaela comenzó a funcionar, mirando el sonrojo de Yuu mientras lo miraba y dándose cuenta de una vez por todas. Él al igual que el moreno, se sonrojo levemente y ahora ambos estaban rojos viendo al piso.

Sus amigos estaban más que emocionados de ver que sus dos amigos sin necesidad de palabras se entendieran a la perfección. Ahora faltaba un empujón nada más, que uno de ellos dijera las primeras palabras y sean esa añorada pareja feliz.







—...Ya sé que no me puedes ver de esa forma.






Terminó por decir Yuu con voz decaída, estremeciendo a Mikaela quien ya estaba negando rotundamente tratando de explicarle a Yuu que estaba equivocado. Shinoa, Yoichi y Kimizuki dejaron caer su palma en sus rostros consecutivamente. Esto definitivamente cruzaba la línea de tolerancia y por ende, terminaron con la paciencia de Shinoa. Quien parecía estar calmada, aunque con una sonrisa tensa en su rostro. Deseando desde lo más profundo de sus entrañas golpear a esos dos amigos incompetentes que tiene.



Era tiempo de que la líder del escuadrón de tremendos idiotas tomara el mando. Sin payasadas, ni las bromas ridículas que tanto le gustan.








—Ya he tenido suficiente de ustedes dos.  —se quejó Shinoa aun con una voz calmada mientras miraba de fijo a Yuu y Mikaela.  —Les diré todo y ninguno se atreva a interrumpirme.








Los otros cinco asintieron sin dudar. Inclusive Mikaela se sintió en un juego del ejército y tanto él como Yuu pudieron olvidar un poco del bochornoso momento. Eso y que también querían saber que se tenían todos de una vez. Shinoa al verlos en línea recta y alineados, aclaró su garganta para continuar.







—Estos sujetos... —señalando a Yoichi, Kimizuki y Mitsuba, un tanto ofendidos por la manera en que se dirigió a ellos. —Fueron mis aliados desde un principio. Ellos harían que tu, Mika-san buscarás a Yuu-san mientras que yo lo animaba a practicar una confesión para confesar sus sentimientos.







—Nosotros íbamos a grabar y tomar fotos cuando llegaras y explotaras de coraje.—comentó un Yoichi tímido y sonriente, mostrando la cámara y Kimizuki la videocámara. —Mika-kun, nunca esperamos que fueras tan noble de hacer a un lado tus sentimientos.







Yoichi terminó de decir y Mikaela se quedó en silencio. Esta bien. El rubio ni siquiera iba a comentar nada sobre la (quizás) reacción obsesiva/compulsiva que todos sus amigos pensaban que tendría en lugar de una bondadosa y sincera. Sin embargo, para su mala suerte aquellos tres siguieron picando el tema, continuando contando como si nada el "maravilloso plan" que armaron.



—Exacto, Yoichi tiene razón. —Mitsuba dijo, estando de acuerdo en todo. —Todos creímos que cuando escucharas la confesión te enojarias tanto que ibas a alejar a Baka-Yuu de Shinoa.





—Y terminarias confesandote por celos como el idiota que eres.





Dijo por último Kimizuki y un pequeño sonrojo se asomó en sus mejillas debido a la manera en que sus amigos lo veían. Bien, al menos estaba seguro de que esos tres brutos no podían decir algo mucho más penoso en frente de Yuu-chan.



Oh, pobre gran Mika-sama. Si tan solo supieras que eso no era lo último.



Shinoa desde donde estaba era la unica callada, esperando el momento adecuado para dar el último golpe en un comentario acertado vergonzoso. Mikaela al darse cuenta de ese pequeño detalle, intentó acercarse a ella y evitar que dijera algo penoso frente a Yuu, pero fue demasiado tarde. No pudo callar la boca de Shinoa a tiempo, quien ya tenía una sonrisa floja y burlona en la cara.






—Que lástima que Mika-san resultara un idiota que prefiere la felicidad de la persona que quieres aunque sea con alguien más.





—Igual que nosotros...




Susurró por lo bajo Yoichi y Kimizuki le dio un ligero codazo debajo de las costillas. Solo aquellos tres fueron capaces de escuchar lo que el pequeño castaño dijo, obteniendo un diminuto sonrojo, sobre todo en Shinoa al ser descubierto. El niño tenía razón, ellos tres eran unos idiotas al dejar el camino libre a Mikaela.


Más no se arrepienten. Si eso significa la felicidad de sus dos amigos para ellos esta bien.





Para ese trío de idiotas buena suerte estaba del lado de ellos (a diferencia de Mikaela) y al parecer ninguno de los dos lograron escuchar aquello vergonzoso que Yoichi dijo por lo bajo al estar en su propio mundo; Yuu se mantenía confundido, procesando tanta información mientras que Mikaela estaba enrojecido hasta las orejas a punto de estallar de la ira por ser emboscado de esa manera.  



—Son unos...





Y no pudo seguir su infinito insulto como se debía... Porque Yuu lo interrumpió abruptamente al tener por fin las ideas claras y captando (demasiado tarde) todo lo que estaba pasando.




—.... Entonces Shinoa... ¿Me usaste para que Mika se enfadara y se confesara al creer que estaba enamorado?... ¿De ti?




Aquello último Yuu lo pregunto con una perfecta cara de asco como si la solo idea fuera descabellada. Shinoa tuvo que reprimir las ganas de estirar sus mechones por hacer esa mueca. Ella es bonita, tenía lo suyo.


No obstante, de nuevo un casi asesinato fue interrumpido. Esta vez por Mikaela, quien cegado por el enojo terminó (sin saber) abriendo la bocota mucho más de la cuenta.




—¿Y también toda esa maldita competencia del primer beso de Yuu fue una farsa?






Se le escapó. Realmente no había otra explicación para lo que dijo, lo había dicho en un impulso por querer saber toda la verdad de una vez, sin tomar en cuenta que Yuu estaba con ellos, escuchando todo

... Y más atento que nunca. Cuando Mikaela vio las caras de sus amigos con los ojos bien abiertos se dio cuenta de su error.




—¿Competían por un beso mio?





Mikaela escuchó detrás de su espalda y el miedo recorrió su espina dorsal en un escalofrío. No solo para él, de hecho los cuatro ya temían por su vida. Tanto así que se arrinconaron a la pared al mismo tiempo que Yuu se acercaba a ellos.



La verdad era que ni Mitsuba, Yoichi y Kimizuki estaban enterados del plan de Shinoa cuando ideó todo el enredo de la competencia, pero lo que no sabía Mika es que ese mismo día los tres hablaron por un grupo de Chat que la misma pequeña demonio creo.


Todos terminaron por aceptar lo innegable y como los buenos amigos que eran acordaron el meticuloso plan para juntarlos de una vez por todas. Pero claro, al final nada resultó como esperaban y más por la bocota de Mikaela.

Yuu estaba tan molesto que dejó pasar el enorme detalle de que al parecer todos sus amigos querían besarlo (cosa muy rara). Ahora lo único en que pensaba era en lo imbéciles que podían llegar a ser.




—Yuu-kun... —con voz temblorosa lo llamo Yoichi, siendo abrazado por Kimizuki aunque este también tuviera cierto miedo a pesar de no demostrarlo abiertamente.  —N-no era una competencia del todo...




—¡Lo hicimos por el bien! —se protegió con los brazos Mitsuba, negándose a salir lastimada por segunda vez en este plan.  —¡Ustedes nunca se hubieran dado cuenta!






—¡Yuu-chan, yo solo quería proteger tu primer beso!






Cuando Mikaela dijo eso mientras cubría su cabeza protegiéndose, Shinoa mordió sus labios. Esa maldita boca de Mikaela no dejaba de ocasionar problemas. Solo ella y Yuu sabían la verdad. Un pequeño secreto que la inspiró para poner en marcha todo este plan.


El enojo que sentía Yūichiro se incrementó al doble y en un segundo tomó el cuello de la camisa de Mikaela, estrujandolo varias veces para saciar su coraje.




—¡Eres un idiota. Un maldito idiota Mikaela!





Escucharon a Yuu gritar al mismo tiempo en que volvía a estrujar a Mikaela con fuerza y este se movía como un muñeco de trapo.




—¡Yuu-chan, quería proteger tu primer beso!






Bastó que el rubio volviera a gritarlo solo una sola vez para que Yuu parará de estrujarlo sorprendiendo a todos por el repentino cambio y sobre todo porque el moreno ahora se encontraba con un gran sonrojo en sus mejillas, junto con una mirada aún más enojada.



El mismo Mikaela confundido se mantuvo firme y en silencio. Era inusual que Yuu dejara de golpe sus arrebatos impulsivos, pero lo que más temía era su enrojecida cara, a punto de estallar en unos pocos segundos. Y no se equivocó, Yuu-chan volvió a jalar el cuello de su camisa más bruto que antes.







—¡Deja de decir eso! —gritó Yuu dejando a un lado toda pizca de autocontrol. —Yo ya lo tuve, ¡Tú me lo robaste en el kindergarten!







El silencio pronto apareció y la atmósfera se volvió tensa e incómoda. Los tres presentes abrieron su boca con sorpresa y Shinoa mantuvo una sonrisa calmada. El pobre de Mikaela fue el más afectado, quien incluso pareció que olvido hasta cómo hablar.


Los pocos alumnos que se acercaban a la escena murmuraban a su alrededor y veían con interés la escena que se estaba formando. Sin embargo, ninguno de ellos se atrevió a quedarse mucho tiempo debido a la fama de ese peculiar grupo de amigos. Tan escandalosos que siempre se metian en problemas.

El rubio seguía sin poder articular alguna palabra, buscando únicamente entre recuerdos borrosos las memorias de preescolar encontrando por fin uno en particular, el más olvidado y vergonzoso de todos: Uno en donde tomó con sus manos llenas de acuarelas las mejillas de Yuu y le plantó un suave beso en sus labios.



Un suave e inocente picoteo en los labios que Yuu-chan lo considero su primer beso y él olvido.


Y la cosa se ponía peor. Porque acababa de recordar que justo después de ese picoteo en los labios el mismo Mikaela con la inocencia de un niño le dijo que lo amaba. La culpa pronto llegó a su interior quemando todo su pecho por la vergüenza que sentía. Bien, no todos tienen la habilidad de recordar perfectamente el jardín de infantes.

En realidad estaba impresionado de que Yuu lo recordara.





—Se lo conté antes a Shinoa.





Contestó Yuu en seguida antes de que Mikaela se disculpara. Con la cabeza agachada y completamente rojo en su rostro, Yuu siguió explicando en voz baja y extremadamente avergonzado.





—... No le conteste en el juego de verdad o reto porque imagine que se estaba burlando de mí para que lo dijera a todos.




En el instante en que Yuu reveló eso todos y sin ninguna excepción dirigieron la mirada a la mencionada, quien simplemente encogió los hombros. Con ese gesto, Mikaela ya no lo soporto más y fue rápido con ella tratando de acercarse, pero esta se puso detrás de la alta espalda de Kimizuki.



—¡Maldita uva, te voy a exprimir!





Y ya no pudo desquitarse más. El pobre Mikaela fue jalado por Yuu, sosteniendo su brazo y Shinoa refugiándose en Kimizuki mientras le sacaba la lengua. Por primera vez el chico de lentes al parecer protegía a su diminuta y diabólica amiga. Podía ser una bastarda con sus bromas, pero Shinoa tenía algo que a fin de cuentas todos la protegían cuando se metía en problemas.




—¡Tú fuiste quien lo olvidaste! —gritó Yuu para sorpresa de sus amigos, que se ganaron una mirada acusadora y molesta. —¡Todos aquí saben lo horrible que es Shinoa y le siguieron el juego!



Shinoa tuvo un ligero problema con lo que Yuu dijo. Doblando los brazos, claramente ofendida por ser llamada horrible, pero bueno. Eso no le quitaba la verdad.


Sin quitarles la vista de encima a su problemática "familia", Yuu esperaba una sincera disculpa de cada uno. El primero sin duda fue Yoichi, quien con ojos llorosos pidió disculpas. La segunda inesperadamente fue Shinoa, pero sabían que con su tono despreocupado no se podía tomar con seriedad. La tercera fue Mitsuba, que a regañadientes susurró una disculpa con una expresión entre molesta y avergonzada.

El último fue Kimizuki, pero éste dobló la cara y solo se escuchó un quejido de sus labios. Yuu no tenía ni siquiera la intención de pelear con él, así que dejo pasarlo y aceptó ese quejido como disculpa.


Ahora... la mirada de Yuu fue puesta en una sola persona; Mikaela. Decir que estaba sonrojado era poco, el pálido y fino rostro de Mika estaba en un rojo encendido, recreando en su cabeza una y otra vez ese pequeño y fugaz roce de labios.




¿Siquiera se podría considerar un beso? No lo sabe y no se arriesgaría a preguntar. Basta con ver la mirada decaída de Yuu para saber que efectivamente para él contaba. Y era algo sumamente importante como para no olvidarlo nunca.




—Y-yuu-chan... Lo siento en verdad.




Se disculpó Mika, estando cabizbajo y un tartamudeo por la increíble vergüenza que sentía. Yuu al ver eso desvío la mirada, quizás estaba exagerando y siendo sincero... Ese beso estaba destinado a su mejilla como despedida. Solo que debido a la torpeza infantil de Mikaela no se percató que rozó sus labios. Fue un beso accidental y al parecer Mika no recuerda eso.


Con el orgullo que lo caracteriza, Yuu frunció el ceño mientras se sonrojaba el doble. Tal vez sería hacer trampa... En realidad lo es, pero a fin de cuentas no podía desaprovechar el plan de Shinoa y los esfuerzos de sus amigos ¿Verdad?


Reuniendo coraje, el impulsivo y caprichoso Yūichirō se inclinó a Mika. Besando suavemente su mejilla, casi como un roce y dejando a todos con los ojos bien abiertos. No solo al famoso escuadrón Shinoa, también a los que pasaban por los pasillos.


El corazón de Mikaela parecía golpear con fuerza su pecho, pero antes de tener una respuesta, el moreno se alejó completamente de él evitando verlo a los ojos.





—Termina el desastre que empezaste.



—¿Yuu-chan...?



Mikaela lo llamó con voz dudosa. De verdad se sentía confundido por lo que Yuu dijo. Tanto que no estaba seguro si su corazón podía soportarlo. Apretando con fuerza la quijada, Yuu trató de ser más explícito en lo que se refería.




—Le ganaste a ellos, pero al final yo soy quien decide besarte o no.




Y dicho eso Mikaela pudo entender al fin a que se refería. Abriendo bien los ojos por la sorpresa, Mika fue terriblemente lento para reaccionar. Para cuando quiso sostener a Yuu en sus brazos este ya había corrido lejos de él por la vergüenza, dejando a Mikaela con un color carmesí en sus mejillas y a sus amigos más que felices. Todos estaban en silencio... Hasta que Shinoa lo interrumpió.





—Ara, ara... —agregó la chica con un tono divertido por la escena. —¿Al fin, veremos en acción la gran estrategia de Mika-san?





Mikaela de solo escucharla sintió un imaginario pesar en su estómago. Se ha esforzado tanto arruinando los planes de los demás y al fin era hora de su turno. Lo peor de ser un experto arruinador de planes es que ahora necesita un plan...Y su mente estaba en blanco.

Un fuerte bajón emocional se apoderó de Mikaela, tan extremista que lo hizo caerse de rodillas y lamentarse (todavía) del peor error de su vida.

El gran Mika-sama había olvidado su primer beso con su dulce Yuu-chan.




Continue Reading

You'll Also Like

24.7K 2.9K 10
"Dazai con "D" de diablo". Pensó Mori cuando lo vio sonreír aquella vez, mientras planeaba como borrar aquella sonrisa burlona. Tardó tiempo, pero...
120K 8.3K 33
la ONU mando a un estadounidense para cuidar a un peruano que pasa por una pequeña crisis política pero siempre muestra una hermosa sonrisa para evit...
27.7K 1K 65
Hola,esta es mi primera historia espero que les guste . . . tweek es un chico de 16 años que se muda de Denver a un pequeño pueblo llamado south par...
331K 32.9K 86
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...