Mariano Bondar [editando]

By Ludmi99

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Todo comenzo con una mudanza, cuando el chico de al lado grababa un video. Enamorarse no formaba parte de los... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4

Capítulo 5

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By Ludmi99


Valentina

Llegue al momento de la noche en la que estaban borrachos y se volvía todo un descontrol, para no tener problemas decidí irme.

Salir de esa casa se me hizo eterno, parecía que nunca terminaba, al igual que ir a la parada del colectivo.

Al llegar veo a Mariano, sólo, parado esperando el colectivo mirando para todos lados.

-¿Estás hace mucho? -pregunto intentando sacar algo de conversación.

-Hola -me sonríe y me quedo casi tonta de lo hermoso que es sonriendo- Mas o menos, son las dos de la mañana, así que van a tardar

Miro a la dirección donde se supone que viene el colectivo y no pasa ni un auto, lo único que hay son los semáforos cambiando de color. Parece que vamos a tener que esperar bastaste.

-¿Fuiste a la fiesta de acá? -.Él me responde con un movimiento de cabeza confirmandolo-. ¿Sólo?

-No, con Lucas -mira para arriba como algo fastidiado- Esta vomitando de todo el alcohol que tomó -hace una pausa mirando, donde creo, que está Lucas- Por eso me estoy yendo ahora.

Parece que Lucas estaba escuchando que estábamos hablando de él y se nos acerca con una sonrisa y levantando sus brazos

-¡AAAH! ¡TENEMOS QUE SEGUIR LA FIESTA! -Exclama, baja sus brazos y me rodea con ellos, comenzando a saltar, despeinando mi cabello.

Mariano con sus manos hace que Lucas y yo tomemos distancia.

-¿Qué querés decir con eso? -Mariano alza una ceja, cruzando sus brazos. Me da la espalda.

-Que seguimos la gira -responde algo tambaleandose. Da un paso hacia el lado y me mira esperanzado- ¿Venís, Valen?

-No, no tengo muchas ganas de seguir saliendo... -digo, pero es demasiado
tarde para arrepentimientos.

Cuando caigo en cuenta que no es buena idea salir, me encuentro dentro
de la sala de un karaoke, con Lucas a mi derecha y Mariano a mi izquierda. Unas bebidas y cervezas sobre la mesa.

En la sala hay gente alocada y cantando la canción que uno de ellos
canta. La pantalla frente a la sala, indica la siguiente frase para cantar.
Todos desafinados, intentan cantar la canción y yo, sólo puedo preguntar
¿Cómo llegué hasta acá?

-¡Vamos, Valen! -me anima Lucas, dándome un codazo en el brazo-¡Canta! -parece que se fue un poco el efecto del alcohol, lo único que tomó cuando entramos fue café.

Unas luces de todos los colores del arcoíris causan que el rostro de todos cambie de color.

-¿Se pueden besar, por favor, de una vez? -dice Lucas algo cansado. Lo miro confundida al igual que Mariano y sé que me puse colorada.

Extiendo mi brazo nerviosa para agarrar mi vaso, pero antes de tomar un sorbo, Mariano cubre mi boca.

-Ese es mío. -le da un trago su vaso, hasta vaciarlo.

Agarro mi vaso con bebida y lo bebo al seco. Paso el dorso de mi mano sobre mis labios, mirándolo con desdén.

Antes de que él diga algo. Los gritos de los demás chicos lo interrumpen, dejándolo con la boca entre abierta. La canción Wonderwall, empieza a sonar y parece enloquecerlos a todos, incluyéndome. Mariano se levanta de golpe del asiento y le arrebata el micrófono a uno de los chicos, quien está bastante borracho como para molestarse. Avanza hasta quedar frente a la pantalla, pero en vez de mirarla, gira hacia mí.

Y empieza a cantar, como si me la cantara.

***

Todo el mundo parece disfrutar la canción y de la voz de Mariano. Y aunque trato de prestar atención a la letra en la pantalla, es Mariano quien captura mi atención. Y como si nuestros ojos tuviesen imanes, no podemos dejar de mirarnos.

El corazón se estremece bajo mi piel, y siento en el estómago un cosquilleo. Mariano, en definitiva, me pone más nerviosa que cualquier otra cosa.

Al terminar la canción, Mariano le da el micrófono a Lucas para que cante
la siguiente canción. Lucas lo mira sorprendido, agarrando con dificultad el micrófono. Pero finalmente se levanta decidido, y empieza a cantar una desafinada canción que casi nos rompe los tímpanos a todos.

Mariano, al sentarse de nuevo a mi lado, exhala el aire de sus pulmones
con pesadez, como si en vez de cantar hubiese corrido.

-No sabía que cantaras tan bien, vecino -le comento, mirando el baile que está haciendo Lucas frente a la pantalla, mientras aplaudo. No me
atrevo a verlo-. Con esa voz podes tener a cualquiera arrastrándose -le digo en joda.

De reojo veo como Mariano, agarra la botella de cerveza y la sirve en el
vaso.

-Con lo lindo que soy no es necesario que me escuchen cantar, nena -no sé qué cara puse al girarme para verlo, pero se echa a reír.- ¡Basta! -exclama después, con los ojos muy abiertos-. No sabía que podías arrugar tanto la nariz.

Instintivamente, llevo una mano a mi nariz, cubriéndola. Mariano deja el
vaso en la mesa y yo vuelvo a ponerle atención a Lucas.

-Valentina, mírame -susurra Mariano en mi oído de forma suave. Puedo sentir su respiración entrelazarse con mi cabello despeinado-. Me pareces muy hermosa y no sé si me atrevería a decirte que me enamoraste porque nos conocemos hace poco. ¿Vos?

Volteo, encontrando su rostro cerca del mío.

-¿Có-cómo? -sin poder creer lo que escuche sacar de sus labios, ni la forma en que lo dijo.

-¡Dije que Lucas canta horrendo! -aclara Mariano, levantando la voz. Le da otro sorbo a su cerveza y mira como Lucas empieza a bailarle a una chica.

¿Imaginé lo que Mariano me acaba de decir? No. Parecía bastante real lo que escuché.

¡Ay, no!, me volví una loca.

-No, Mariano, ¿qué dijiste antes? -le pregunto con inseguridad casi al borde de la desesperación, pero su rostro parece confundido.

-No te dije nada más, Valen -responde.

Entonces me lo inventé. Todo. ¡Quizás hasta la canción! Debe ser causa de la falta de sueño o es que estar lejos de casa me pone mal y provoca que imagine cosas.

***

Me levanto por culpa del sol que entra a mi habitación, automáticamente me tapo la cara con una almohada para al menos dormir cinco minutos más pero se me hace imposible porque me pongo a pensar cómo llegué a mi habitación. Algunas escenas aparecen en mi cabeza, en un momento estaba con Juan en la joda y después aparecí con Lucas y Mariano en un bar de karaoke, me acuerdo de Lucas bailando en el escenario, Mariano diciéndome cosas lindas que al final parece que lo imaginé y después no me acuerdo de nada.

Me levanto de la cama, me hago un café y salgo al balcón para respirar aire fresco, siento que mi cabeza está por estallar del dolor y mis ojos cansados aunque haya dormido demasiado. El sol me alumbra la cara y hago un gesto de desagrado.

-Buenos días vecina

Escucho a alguien hablarme del balcón de al lado y hace que me asuste, Mariano está sentado con un envoltorio en la mano y una sonrisa.

-Buenos días.

Su mirada se pasa por todo mi cuerpo y se queda en mi rostro, no puedo evitar mirar lo que tengo puesto, un pantalon largo grande y ancho, una remera vieja con el nombre de una banda que me gustaba a los catorce y arriba una manta con muchos colores. No puedo evitar cerrar más la manta por la vergüenza de que vea así vestida.

Si tengo vergüenza de mi vestimenta, no me puedo imaginar ni de como está mi cara de recién levantada y con resaca.

-Valen. Vámonos juntos. Dejemos atrás todo y seamos felices.

Mariano está frente a mi sentado en una silla con su rostro serio.

-¿Qué? -pregunto atontada. De repente mi cuerpo entero se acalora aunque haga frío.

-Te dije que compré chocolate -aclara, enseñando el chocolate en sus manos -. Lo compré en el quiosco nuevo de al lado, no se si lo viste -se levanta para sentarse en la otra silla que hay. Deja el chocolate sobre la mesa y pone los pies en la mesa, no digo nada aún desconcertada por lo que creí escuchar- ¿Qué pasa? ¿Tanto te gusto
que apenas me ves te pones roja? -se ríe de su broma.

No puedo evitar reirme y decir un "nada que ver", cuando es obvio que siento algo por él, uso mis manos de abanicos, para bajar el calor.

Me siento en la silla de mi balcón, para mantener distancia con Mariano. Él abre el chocolate y empieza a comerlo.

-Dije que compré chocolate, no que lo voy a compartir con vos -aclara, sacando su lengua achocolatada. Estoy a segundos de responderle, pero un ruido desde el balcón nos pone en alerta.

Lucas aparece gritando no sé que, me mira y me saluda con la mano.

-Hola compañera de jodas -me guiña el ojo- y chica que está volviendo loco a Mariano -sigue.

Y al decir eso me quedo paralizada, Mariano abre sus ojos muy grandes y se queda de boca abierta, el chocolate que tenía en la mano se le cayó al piso. Seguro que yo también tengo la misma cara que Mariano porque Lucas no deja de mirarnos y reírse. Agarra el chocolate del piso y con la bomba que acaba de tirar se va.

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