Los minutos más incómodos de la vida de Liz fueron cuando se vio obligada a entrar en el compartimiento de los prefectos.
Hannah Abbot y Ernie McMillan prefectos de Hufflepuff.
Anthony Goldstein y Padma Patil de Ravenclaw.
Ron y Hermione de Gryffindor.
Draco y Elizabeth de Slytherin.
A los primeros ni los conocía. Y bueno...ya sabia quienes iban a ser los prefectos de Gryffindor. Pero encontrar a Draco ahí, no fue una sorpresa, si no que fue equivalente a arrancarle el corazon, junto con todo el aire que circulaba por su cuerpo.
Hacia 3 meses que no lo veía. Y aunque, ella siempre supo que era muy probable encontrarlo ahí, no había planeado quedarse sin respiración como una idiota.
¡¿Por qué le pasaba eso justamente ahora?!
-Eh hola – dijo entrando con su equipaje y sentándose al frente del rubio y al lado de la chica de Ravenclaw.
Ron y Hermione eran los únicos que faltaban.
Draco se volvió hacia ella habiendo reconocido la voz y abrió un poco la boca. La observo de pies a cabeza y ella se sintió bastante intimidada, pero él parecio no notarlo. O tal vez simplemente no le importo. Si bien Liz creía que había sobre reaccionado al ver a Draco, este no se quedaba atrás. Cuando recupero el habla, lo primero que dijo no fue lo que exactamente Elizabeth esperaba
-Estaba seguro de que Pansy iba a ser prefecta este año... - murmuro
-¡Oh! – dijo la chica sorprendida y decidida a usar el sarcasmo – Si quieres le digo a ella que venga y...
-¡No! – Draco le tomo el brazo y ella sintió un escalofrió cuando su mano toco su piel. Eso nunca le había pasado. Inmediatamente, él retiro la mano igual de avergonzado – ...Hola, Liz -
-Hola Draco – dijo intentando aparentar calma - ¿Cómo...estas?
-Bien....
Ambos miraron el compartimiento y recordaron que estaban acompañados. No era el momento de ponerse a hablar cómodamente.
Para empeorar la situación, Ron y Hermione entraron y sin mirar a Draco ni a Liz, se sentaron al lado de la chica de Hufflepuff. Al segundo, la profesora McGonaghall dio acto de presencia y les explico lo que debían hacer. Patrullar de a rato por los pasillos controlando que todo este en orden. Si, era una ironía para Elizabeth. Justamente los gemelos, Luna y ella, eran los que se encargaban de tirar bombas fétidas y polvos peruanos en los compartimientos. Parecía que este año no podría hacer eso.
Primera desventaja de ser prefecta.
Además, por las noches, debían quedarse hasta tarde recorriendo los pasillos del castillo por turnos.
Segunda desventaja.
Si veían a algún estudiante haciendo algo incorrecto tenían el poder de castigarlo, o mandarlo con un profesor.
Si, claro...
Elizabeth se limitaba a asentir pero sabia que si los gemelos planeaban alguna broma ella seria incapaz de acusarlos. O si trataban de vender alguno de sus sortilegios...los seguiría ayudando de cualquier forma.
La profesora McGonaghall termino su pequeño discurso y les dijo que se podían retirar. Cuando todos salieron Ron se dio vuelta y miro a Liz, que se había quedado parada en el pasillo, no sabiendo bien si ir con Draco o con sus amigos de Gryffindor. Dio vuelta la cabeza y vio que Crabbe, Goyle y Pansy rodeaban a Draco tapándolo por completo.
Solo un poco decepcionada camino hacia donde estaban Ron y Hermione y se metió en un compartimiento en donde los esperaban los gemelos, Luna, Neville y Harry jugando snap explosivo.
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-¿Cómo quedo? –
-Yo creo que esta bien –
-Es excelente –
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-Yo creo que es bastante alentador – dijo Elizabeth sonriendo mientras miraba el cartel que los gemelos, Luna y ella acababan de hacer – Pero ¿Por qué no prueban los sortilegios con nosotras?
-Porque tal vez podamos arruinar sus pequeñas caritas con los inventos nuevos.... – empezó George
-¿En que momento los hicieron? – pregunto Luna interesada
-Al principio de las vacaciones – respondió Fred – Pero también vamos a vender los que inventamos en cuarto año contigo, Liz. Y claro que te daremos una parte de las ganancias –
-¡Genial! ¿Saben? El sombrero que me regalaron para hacerme invisible todavía funciona...
-¡Entonces será un éxito! – exclamo George alegre – Espero que esa nueva Umbridge no nos arruine esto.
-¿Esa cara de sapo? – dijo Liz sacando la lengua – No podrá con nosotros
-No puedo creer que seas prefecta – dijo Luna sonriendo
-Yo tampoco... – dijeron los gemelos abrazando a las dos chicas – Sortilegios Weasley va a ser una sensación
-Denlo por hecho –
Salieron caminando hacia el Gran Salón tranquilamente hasta que Pansy Parkinson se interpuso en el camino. Ya era el primer día de clases en Hogwarts, y Liz, la noche anterior, se había enterado de que tendría que seguir compartiendo habitación con Pansy. Por eso, había procurado irse a dormir lo mas tarde posible distrayéndose con sus actividades como prefecta.
Parecia que eso no habia sido suficiente.
-¡Por tu culpa casi no vuelvo a Hogwarts! – grito Parkinson enfrentando a Elizabeth
-¿Disculpa? – dijo esta acercándose a Pansy
-¡Mis padres creen que este lugar esta repleto de locos! ¡Dumbledore! ¡Potter! ¡tu! –
-Querida Pansy, con todo el respeto del mundo, a nadie le interesa lo que tu o tus padres digan – respondió Liz manteniendo la compostura
-Pero a todo el mundo le interesa lo que dice El Profeta ¿no? ¿Crees que no se enteraron de la historia? De eso que ustedes apoyan a Potter ¡Son unos ridículos! ¡Cualquiera que le crea a Potter es un ridículo! ¡TODO ESE TEATRO DE LA MUERTE DE CEDRIC Y...
-¡Muffliato Pansy! – gritaron Luna y los gemelos a la vez
Parkinson seguía gritando, pero ahora, no se escuchaba nada. Cuando se dio cuenta de que, bueno, no tenia voz, hizo un gesto con su cara (totalmente desagradable) y saco la varita. Elizabeth se adelanto y dijo: ¡Desmaius!
La varita de la loca salió volando hacia las manos de Liz.
-No se te ocurra inventar nada – le dijo - Soy prefecta y a cualquier profesor que me pregunte le diré la verdad. Los estudiantes no pueden andar gritando por los pasillos ¿Verdad? –
Pansy le lanzo una intensa mirada de odio y Elizabeth le devolvió la varita y le quito el hechizo silenciador.
-¡AAAAAAAG! –grito enojada - ¡Me las vas a pagar, Pierce!
Lanzando una ultima mirada de odio, salió corriendo y se perdió en las mazmorras de Slytherin.
-¡Eso. Fue. Genial! – Dijo Fred emocionado - ¡Pudiste darle una paliza si hubieras querido!
-Cierto - Liz simplemente se rio - Pero tengo más clase que ella...por ahora -
-Esa chica en realidad es muy molesta – dijo Luna mientras abrían las puertas del Gran Salón
-Un gran descubrimiento ese – murmuro George sarcasticamente cuando llegaron al comedor y tuvieron que separarse
Elizabeth saludo a todos con la mano y se sentó en la mesa de Slytherin al lado de Draco.
-¿Por qué Pansy no esta la mesa? – le pregunto el rubio
-Escucha, si cada vez que me veas vas a decir algo con la palabra "Pansy" mejor no me hables en absoluto...
-Esta bien – dijo Draco resignado - ¿Tanto la odias?
-Acaba de armarme un escándalo en el vestíbulo. No cree lo de El Innombrable... – le susurro Liz
-Nadie lo cree –
-Bueno, pero tu sabes que es verdad –
-Pues si pero... –
-Ya – dijo Elizabeth sabiendo que no valia la pena adentrarse en el tema– No importa
Draco tomo una manzana y le dio un mordisco - ¿Cuándo nos toca patrullar?
-Cada dos semanas – respondió la chica – Hasta las 12 am. Dos viernes al mes -
-¿Viernes? – dijo levantando una ceja
-Ya se. Es el peor día –
-No. Es genial -
-¿Por alguna razón especifica o... ? –
Draco la miro, sonrió y le dio otro mordisco a la manzana sin responder ni una palabra.
Elizabeth miro su plato confundida unos segundos, tratando de averiguar que había querido decir su amigo.
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El ejercito de Dumbledore
Una cabaña acogedora
El ejercito de Dumbledore
Un pergamino amarronado con una lista de nombres
El ejercito de Dumbledore
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1 semana después del comienzo de clases, Liz tuvo su primer sueño extraño en meses.
Pero esta vez ya sabia que hacer, como manejar la situación, y que paso dar a continuación.
Así lo hizo.
Le informo a Dumbledore y a Harry cada detalle del sueño. Y éste (como no!) menciono que esa misma noche le había dolido la cicatriz.
Que realmente le había dolido.
El anciano profesor prometió que iba a analizar todo lo que ocurría en el sueño, que no era demasiado, y les pidió que se retiraran.
Así fue como los meses pasaron. Liz estaba inquieta porque Umbridge le ponía los pelos de punta y era la peor profesora del mundo. Además se partía la cabeza tratando de pensar en distintas teorías sobre lo que su sueño podría significar pero no se le ocurría nada siniestro ni terrible. ¿Podría tener algún sueño bueno? Según Dumbledore si, pero no quería hacerse ilusiones. Sin embargo, tenia el presentimiento, al igual que los gemelos, que "Ejercito de Dumbledore" no podía significar nada malo.
Y gracias a Merlín, estaban en lo cierto.
En la primera salida a Hogsmeade, Elizabeth entro a Cabeza de Puerco atrás de Fred, George y seguida de Luna. Y cuando vio el lugar que rodeaba a una considerable cantidad de alumnos sentados frente Harry, Ron y Hermione no lo pudo creer. Era el de su sueño. "La cabaña acogedora" era esa. Se tentó de decirle algo a alguno de sus amigos pero no se atrevía a romper el silencio mientras Harry y Hermione le hablaban a chicos y chicas de diferentes casas.
Pretendían que Harry les enseñara defensa contra las artes oscuras ya que Umbridge, la muy idiota, solo los obligaba a estudiar textos eternos de memoria. Sin practicas. Claro que la idea, a Elizabeth le pareció fantástica. Y luego de unos minutos mas de charla, habían decidido formar un grupo secreto de estudio de DCAO dirigido por Harry que se reuniría una vez por semana.
-Creo que ahora cada uno debería escribir su nombre, para que sepamos que ha estado aquí. Pero también creo – añadió Hermione inspirando hondo – que todos deberíamos comprometernos a no ir por ahí contando lo que estamos haciendo. De modo que si firman, se comprometen a no hablar de esto ni con la profesora Umbridge ni con nadie.
Fred tomo el pergamino y decidido, firmo en él, pero Liz se dio cuenta de que no muchas personas parecían predispuestas a poner su nombre en la lista. Asi que luego de George, tomo una pluma y la mojo en tinta, escribiendo "Elizabeth Pierce" en el papel.
Siguió Luna, Ron, Angelina, Lee, Dean, Cho, Lavender y muchos otros alumnos de Gryffindor y Ravenclaw.
Los chicos de Hufflepuff firmaron un poco a regañadientes, pero cuando se estaban por ir parecían satisfechos con lo que habían hecho.
Cuando se dispusieron a salir, los gemelos se dirigieron a Zonko y Elizabeth, que ya había pasado por ahí con Cho, decidió recorrer los alrededores nevados de los comercios, por si sola.
Tenía mucho por lo que pensar. Una parte de su sueño se había cumplido: el pergamino con la lista de nombres y la cabaña acogedora. ¿Pero que hay con eso de El ejercito de Dumbledore? Ya estaba casi segura de cómo relacionar esa frase con un grupo de estudiantes que iba a aprender a defenderse de las artes oscuras....pero se dijo que era mejor no intervenir. Ella quería comprobar si su visión/sueño era verídico y la única forma de hacerlo era simplemente dejando que las cosas pasaran.
-¿Qué haces aquí? Vas a morirte de frío –
Draco Malfoy se encontraba parado frente a ella con las manos en los bolsillos, una bufanda y un gorro. Sus pálidos cachetes de la cara estaban colorados y Liz pensó que nunca lo había visto más adorable. Luego se dio cuenta de que ella estaba apoyada sobre un árbol cubierto de nieve y de que no tenía ni la bufanda ni la gorra puesta.
Rápidamente se los coloco encima, e ironicamente, sintio mucho mas frio que antes cuando estaba perdida en sus pensamientos.
-¿Qué hago aquí? – dijo Elizabeth acomodándose mas sobre la nieve –Supongo que me estoy muriendo de frío. Debo tener una tendencia suicida porque disfruto bastante con esto de pensar rodeada de nieve -
-¿Sola? –
-Depende de la compañía –
Draco inspiro hondo y se sentó al lado de la chica. Sus abrigos estaban pegados unos a otros. Inmediatamente, ella sintió lo nerviosa que se ponía al estar tan cerca.
-¿Y que clase de compañía te gusta? –
Ahí esta. Elizabeth amaba y odiaba que Draco lanzara esas pequeñas indirectas.
-De Slytherin nadie. Solo yo misma – dijo mirando al rubio. Él frunció el ceño y la miro confundido. Ella sonrió y no pudo evitar decir:
- Tal vez solo haya una excepción -
Draco miro hacia adelante y luego de un rato decidió responder
-Tal vez a esa excepción también le guste estar contigo –Liz se quedo congelada un momento y el rubio continuo - Tal vez demasiado
Esta bien, eran amigos. Pero era muy difícil que Draco mostrara o expresa aunque sea una mínima parte de sus sentimientos, por lo cual, cuando finalmente lo hacia, era toda una sorpresa.
Una buena.
La chica miro la nieve que cubría cada parte de Hogsmeade y apoyo la cabeza en el hombro de Draco. Se pregunto cuanto tiempo podría seguir siendo amiga de los gemelos y de una persona como Draco Malfoy a la vez. Cuanto tiempo podría seguir pasando el rato con los Gryffindors, y luego ir y charlar con uno de sus mejores amigos que era, literalmente, el peor Slytherin de todos.
¿Cuánto tiempo tendría que ocultarle a Draco el grupo secreto de Harry? No lo sabía. Pero no quería ni imaginar como reaccionaria el rubio si se enterara...