Justin dio un beso en mi oído y susurró un: Te amo. Sonreí y me giré para observarlo, abrí mi boca para responder, pero el auto frenó de golpe, así que todos nos tuvimos que sostener para no volar. Justin pasó su brazo por delante de mí para que yo no saliera volando.
—¡Maldición, Khalil! —se quejó Justin—¿Quieres matarnos?
—Justin... —la voz de Khalil se cortó.
Todos miramos inmediatamente al frente y había un auto negro atravesado de frente que nos impedía el paso.
—No creo que esos sean policías —dijo Ryan.
Las puertas del auto se abrieron y cuatros hombres armados salieron de el apuntándonos. Todo pasó muy rápido, ellos empezaron a dispararnos sin sentido, todo a mí alrededor se movía en cámara lenta y no escuchaba nada.
—¡No! —fue lo único que logré gritar antes la imagen que cayó frente a mi ojos.
Justin me empujó tan fuerte lejos de él que mi nariz chocó con la rodilla de Ryan y empezó a sangrar. Todo me daba vueltas. Lucy lloraba a todo pulmón y los sonidos de las balas le hacían daño a mis tímpanos.
Ryan me sujetó justo cuando el auto dio dos movimientos bruscos seguidos.
—¿Qué está pasando? —subí la mirada hacia Justin, justo cuando su puerta se abrió y dos hombres lo sacaron bruscamente. Miré su cuerpo para comprobar que antes que me lanzará tenia sangre y así fue, alguna parte de su cuerpo superior sangraba— ¡Suéltenlo! —intenté soltarme de Ryan, pero fue imposible — ¡Justin! —grité a todo pulmón.
Otros disparos se escucharon, todos tuvimos que bajarnos nuevamente. Minutos después se escuchó un motor alejarse. Salí corriendo del auto y empecé a buscar a Justin por todos lados.
No estaba.
—Se lo han llevado —masculló—, y no han disparado en los neumáticos. Khalil es el único que está herido, pero nada grave.
—Justin —susurré aterrada. No sabía si estaba vivo o muerto, o que le iban a hacer esos hombres.
Abrí los ojos de golpe cuando sentí que el aire regresó a mis pulmones. Había tenido otra maldita pesadilla. Desde aquel día no comía ni podía dormir bien, mi pérdida de peso fue de una forma radical, ya se podía notar mucho más mi clavícula. Tenía muchos pensamientos repentinos de muerte o suicidio.
Me pare de la cama y cuando mis pies tocaron el frío piso todo me dio vuelta. Tuve que cerrar los ojos y respirar profundo para poder estabilizarme.
Cuando salí de la habitación me dirigí directo a la cocina, allí estaban: Ariana, Ryan, Hailey y Lucy, quienes comían su desayuno. No los salude, pero ellos se quedaron callados.
Caminé directo a la botella de alcohol y bebí de ella como si existiese un mañana.
—¿Quieres que te sirva un poco de desayuno? —escuché la voz de Ariana.
Negué con la cabeza y seguí bebiendo de la botella.
—¿Cuánto más vas a seguir bebiendo? —volví a oír su voz.
—Todas las veces que sean necesarias —respondí.
—Te vas a matar de sobredosis —me regañó.
Reí sin gracia.
—Ya yo estoy muerta.
—¿Qué hay de tu dignidad, Russo? —insistió en hablarme Ariana.
—La perdí cuando conocí a Justin Bieber o, como solían llamarlo... Bizzle.
—¿Qué estás buscando? ¿Matarte? —vi como Ryan se puso de pies mientras me hablaba— Entiendo tu dolor más que nadie, se lo que sientes. Lo sentí cuando murió Caitlin y aún sigo adelante.
Todas las personas que dicen "Entiendo tu dolor" mienten, sólo lo hacen para calmarte, pero sabía que las palabras de Ryan iban en serio, él no mentía.
—Sigues adelante porque tienes una hija, sino ya estuvieras haciéndole compañía a Caitlin en una tumba —dije— He sentido éste maldito dolor tres veces; Mamá, Carrie y ahora Justin. Ya no tengo nada que perder.
Ryan bajo mirada a la mesa y entonces me di cuenta que no debí decirle eso.
—Lo siento —me disculpé— Es que sólo de pensar que Justin... ¡Mierda! —ni siquiera podía decir esas palabras, sentía un inmenso nudo en mi garganta— ¿Cómo soportas estar sin la persona que amas?
—No lo soporto... sólo pienso que Caitlin está en una vacaciones eternas —su voz se cortó.
—¡Buenos días! —entró a la cocina Jaden junto con Khalil, Alfredo, Lil y por último Christian.
Christian se acercó a mí y me quitó la botella de la mano.
—¿Cómo... —me tapó la boca con una de sus manos.
—Está muy temprano para beber —dijo, y sin más tiró la botella en la basura.
—¿Cómo pueden estar tan tranquilos sabiendo que Justin está muerto? —me quejé casi gritando.
—Porque no queremos pensar que lo está, sólo... ¡Olvídalo! —masculló Christian.
—¡En esta mierda hay un traidor! —grité señalándolos uno por uno.
Todos me miraron mal, todos.
—¿Traidor? —Ryan se burló— Todos aquí tenemos tiempo de amistad, la recién llegada eres tú —me miró de forma acusadora— ¿Cómo sabemos que no eres tú la traidora, Russo? Nos has mentido antes.
Reí sin gracia.
—No seas estúpido, Ryan —escupí— ¿Crees que si yo fuera la traidora hubiera perdido tanto mi dignidad con Justin y aguantado tanta humillaciones que me hicieron Caitlin y tú? ¿Crees que les hubiera perdonado tantas mierdas que todos me hicieron sentir? ¿Qué mierda iba a ganar siendo una traidora? ¿Robarles su dinero o su negocio? —reí amargamente— No me hace falta su mierda de dinero, tengo lo suficiente para vivir por décadas.
—Han pasado dos meses desde que Justin no está aquí, ___. Tienes que aceptar que ya no está —masculló Ariana acercándose a mí— Ya Justin no está.
Fue todo, me derrumbe por sus palabras. No aguantaba este maldito dolor.
—Justin no está —repitió.
La miré fijamente, mis lágrimas caía a tres mil por mis mejillas.
—¿Por qué me siento vacía? —pregunté en sollozo— ¿Por qué siento que ya no tengo por qué vivir? —Ariana bajó la mirada. Miré a Ryan y caminé hacia él— ¿Por qué? —tome su mano y la puse en mi pecho— ¿Por qué siento este dolor tan grande que me está matando, Ryan?
—Es lo que sientes cuando pierdes a alguien que te importa demasiado — su mano de mi pecho y me pegó a él para abrazarme— Todo estará bien, todo.
—Ven —Ariana tomó mi mano—, te cambiara e iremos por un café. Asentí y me dejé guiar por ella está nuestra habitación.
*
*
*
Mi cuerpo se estremecía con cada caricia que mi piel recibía de la brisa. Tenía tanto tiempo sin salir del lugar donde nos quedábamos, ni siquiera salía a los nuevos negocios que hacían los chicos en este país. Además, odiaba el hecho que no entendía mucho el español.
Pase mucho tiempo meditando en la habitación toda la situación que estaba viviendo e incluso Ariana tuvo que insistirme mucho para que saliera de la casa, al final terminé aceptado. Ella no se iba a quedar tranquila hasta que dijera "Si."
Eran un poco más de las siete de la noche cuando estábamos camino a la cafetería. Realmente no mentía cuando dije que tarde mucho en aceptar. Terminamos saliendo cuando ya estaba oscuro.
—Aquí es —anunció Ariana, estacionando la motocicleta frente a una cafetería— ¿Estas segura que quieres ir tú?
—Sí, puedo manejarlo —me convencí a mí misma de poder decir las palabras en español. Ariana venía enseñándome en todo el camino como pronunciar las palabras.
Bajé de la motocicleta y caminé hacia la caja. Una morena de piel canela con un uniforme negro con rojo me sonrió.
—¡Buenas noches! —dijo— ¿Qué desea pedir?
La miré por unos segundos. Si entendí su saludo, pero no lo que dijo después. Aunque supuse lo que dijo. ¿Qué más podría preguntar?
—Uhm —miré los anuncios de arriba, no entendía ninguna mierda de lo que decía— Dos café.
—¿Desea agregarle leche?
La miré como si tuviera tres cabezas, ¿Qué me preguntó?
—Quiero un café, el más negro y puro que tenga —escuché como pedían en la caja de al lado. Por su acento se podría notar que no era su idioma natal y que tampoco lo hablaba a la perfección.
Giré mi cabeza hacia mi lado para observar a la persona, quizá me pueda ayudar con mi pedido. Me quedé totalmente inmóvil. Sus ojos miel se encontraron con los míos y mi corazón empezó a latir con tanta fuerza que sentía pánico de tener un paro cardíaco, mis ojos chispearon bajo mis gafas. Su cabello estaba más largo y por los cabellos que sobresalían de su gorra me di cuenta que ya no era rubio oscuro con tonos marrones, ahora era rubio claro, realmente rubio. Su expresión era neutra y sus rasgos eran duros como una piedra.
—¿Justin? —conseguí decir casi sin voz.
Justin frunció el ceño cuando me miró y luego giró su cabeza hacia la salida. En una abrir y cerrar de ojos, él ya estaba corriendo lejos de mí.
¿Qué mierda?
—¡Justin! —grité corriendo— ¡Justin, detente!
Observé como se subió en una motocicleta MV-Augusta F4CC color plateado, se colocó su casco y salió a toda velocidad.
—¡Muévete, muévete! —Ariana se echó más para atrás sobre la moto y yo me subí a todo velocidad en ella— ¡Sujétate fuerte! —le advertí.
—¿Qué pasa? —preguntó. No respondí— ¡__! —Ariana soltó un grito desgarrador cuando la motocicleta salió a toda velocidad— ¡Detente, nos vas a matar!
Estaba cegada y totalmente concentrada en la motocicleta donde corría Justin.
Nos adentramos a la autopista y a decir verdad, era difícil seguirle el ritmo. Iba a mucha velocidad y los autos atravesados en las vía no ayudaban. Apreté con mucha fuerza el manillar y aceleré, el velocímetro casi llegaba a su número final.
Cuando ya tenía una visión más clara de Justin, sentí mucha más adrenalina.
—¿Por qué estas siguiendo esa moto? —preguntó aferrada a mí— ¡___, responde!
Justin movió su brazo a su cadera y sacó un arma, giró un poco su cuerpo hacia atrás y nos apuntó. Abrí los ojos como platos.
Soltó varios disparos y mi motocicleta dio un moviendo brusco para después frenarse poco a poco.
—¡No! —baje de la moto— ¡Maldita sea! —pataleé al ver el neumático delantero desinflado.
—¿Qué mierda acaba de pasar? —no respondí a Ariana— ¡Explícame, maldita sea! ¿Por qué seguías a esa moto? ¿Por qué ese tipo nos disparó? Casi nos ma...
—Era Justin —solté, interrumpiendo sus preguntas.
—¿Qué? —dijo como si no fuera entendido lo que dije.
—Era Justin —repetí.
—¡Maldita sea, __! —se bajó de la moto— Casi nos matas por tu maldita obsesión con Justin. Él ya no está aquí, entiéndelo.
—Dime lo que te de la gana, pero ese era Justin —murmuré— Puedo confundir o incluso hasta jugar muchas cosas, pero nunca confundiría a Justin ni jugaría con una mierda así. Sabes lo importante que es él para mí y sabes perfectamente que no mentira al respecto ni arriesgaría nuestra vida por un juego. No estoy loca, ese era Justin... mi Justin.
Ariana pasó las manos por su cara y después suspiró.
—¿Estas segura? —preguntó.
—Segurísima.
—No puedo creerlo —sonrió, yo no— ¡Que alegría! Al menos sabemos que no está muerto —chilló, pero al ver mi gesto me miró confundida— Deberías estar feliz, ¿Por qué no estas feliz?
—Justin nos disparó —ni siquiera yo misma podía cree esas palabras—, eso no me alegra.
—¿Estas segura que era él? —volvió a dudar. La fulmine con la mirada— No te lo tomes a mal, es decir, Justin nunca nos dispararía y menos a ti.
—¡Joder, si era él! —me desesperé— ¡No puedo creer que hiciera eso! —grité— No hablo conmigo en la cafetería, no me explico dónde estaba, ni siquiera me miró mucho, no me dio la cara.
Ariana me seguía mirando confundida.
—¡Tienes que creerme, Ariana!
—Lo intento, pero no puedo —tocó su cien— Justin no nos atacaría.
—No estoy loca —susurré, aunque lo hice más para mí que para ella— Sé que era él, lo sé.
—Llamaré a Ryan —dijo Ariana, sacando su teléfono.
No sabía cuándo tiempo llevaba caminando de un lado al otro bajó la atenta mirada de Ariana, no me sentía casada. Simplemente no dejaba de pensar en lo que paso. Mi cabeza y corazón no quería asimilar esta situación, es como si uno dijera "si" y el otro dijera "no."
Una camioneta negra se colocó a mi lado y segundos después observé el rostro de Khalil, quien conducía. Miré la motocicleta por última vez y subí al auto seguida de Ariana.
Mire la cara de todos, estaban en una charla, menos Ryan, él nos miraba atentamente y no supo aguantar su lengua. Se acomodó en su asiento y habló.
—¿Qué ha pasado? —preguntó.
Ariana y yo nos miramos.
—Hemos visto a Justin —soltó.
Todos dejaron de hablar y se concentraron en la charla que comenzamos los tres.
—¿Qué has dicho? —preguntó asombrando.
—Vimos a Justin —repitió Ariana.
Ryan me miró buscando una respuesta. Lentamente asentí.
—¿En serio? —dijo Alfredo, emocionado.
—Si —mascullé.
—¡Dios mío! —me abrazó— Yo sabía que él estaba vivo, lo sabía.
—Gracias a Dios —Chaz soltó fuertemente un suspiró.
—Bien, ¿Y qué les dijo? ¿Dónde está? —miré a Jaden y después a Ryan.
Mi mirada no era de emoción ni mi ánimo era como ellos esperaban que fuera cuando viera a Justin nuevamente.
—¿Por qué no luces feliz? —Christian colocó una mano en mi muslo— Te acabas de encontrar a tu futuro esposo.
Negué con la cabeza.
—No, no y no. Ustedes no entienden —despeiné mi cabello.
—¿Qué pasa, Russo? —Ryan me miró directo a los ojos y entendió mi desesperación— ___...
—Justin huyó de nosotras y no sólo eso, nos disparó.
La sonrisa de todos se esfumó.
—No eso no puede ser —respondió Christian.
—Lo es —insistí.
Espere una respuesta o una reacción de Ryan, pero no la obtuve. Sólo mojó sus labios y esquivó mi mirada.
Al parecer el ambiente que existía antes de la noticia, se esfumó. Todos estaban en silencio sumergido en sus pensamientos. Dentro del auto no se escuchaba nada, sólo se podía escuchar el ruido del exterior.
—¿Dónde estamos? —pregunté, cuando me di cuenta que el auto se detuvo y no precisamente en nuestra casa.
—Tenemos un trato de negocio hoy —respondió Ryan.
Bufé.
—Estamos juntos en esto, ¿recuerdas?
Suspiré y asentí lentamente.
—Es hora —anunció Khalil.
Bajamos del auto y yo los seguí a todo con la vista en mis zapatos. No quería estar en este lugar, quería buscar a Justin y abrazarlo como nunca, quería besarlo, quería decirle lo mucho que lo amo, quería decirle que estoy más que lista para pasar el resto de nuestras vidas juntos.
Choqué con la espalda de Ryan y cuando me dispuse a mandarlo a la mierda, escuché como alguien reía sarcásticamente, así que me obligue a subir la mirada.
Mi labio tembló.
—Justin —dije sin aliento al verlo otra vez. Intenté caminar a él, pero Ryan me detuvo.
Todos estaban en shock, tal cual como me quedé hace un rato cuando lo vi.
Justin quitó la mirada del piso cuando escuchó mi voz, me miró y dejó de reír para sonreír. Mis ojos echaron muchas chispas cuando lo vieron sonreír, no pude evitar devolverle el gesto.
—Ella es la perra que me persiguió —dijo aun sonriendo, mi sonrisa se borró rápidamente.
—¿Qué? —empujé el brazo de Ryan lejos de mí y di un paso al frente.
—Eres una perra retadora —se burló.
Más que sorprenderme... me dolió.
Ryan conocía mis impulsos, así que me tomó del brazo y me pegó a él.
—Ya hablaremos de esto, mantén tus manos y boca lejos de Justin —susurró en mi oído— ¡Maldición Bizzle, recapacita! —gritó Ryan perdiendo la paciencia.
Lo miré confundida, me dijo que me calmara y resulta que él fue quién explotó. Justin caminó hacia nosotros quedando muy cerca, de hecho, estaba en el medio de Justin y Ryan.
—Uno; no me grites —hizo un dos con sus dedos— Dos; no es Bizzle, es Sizzler.
¿Sizzler? ¿Qué?
—¿Que mierda pasa contigo? —le grité.
—-¡Maldita sea! —gruño Justin— ¡No grites! —tocó su cabeza. Parecía aturdido.
—Justin... —agarré su brazo. Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo al sentir su piel— ¿Por qué estas actuando así?
Todo paso muy rápido. Justin me empujó tan fuerte que caí al frío, se acercó a mí y apuntó con su arma directo a mi pecho. Me apoye sobre mis codos y reprimí mis ganas de gritar.
—La próxima vez que me vuelvas a tocar te voy a devolver el toque, pero con una bala en la frente —dijo frío.
Mi corazón dejó de latir al oír sus crudas palabras. Estaba tan concentrada en Justin y sus palabras que, simplemente me había olvidado del entorno que nos rodeaba o al menos hasta que escuché la voz de Ryan.
—¡Alejate de ella, Si-Sizzler!
Subí la mirada lentamente desde la gorra de Justin hasta Ryan. Lo estaba apuntado con un arma en la cabeza. En los ojos de Ryan se veía desespero, miedo y mucho coraje. Volví mi mirada a Justin y éste me sonrió.
—¡Bang! —dijo moviendo su arma.
Pegue un gritó ahogado cerrando los ojos para esperar la bala. Pero la risa de Justin me hizo abrir los ojos de golpe.
—Lo sabía, eres una cobarde —guardó el arma en su pantalón— Te ves ridículo, baja eso —se burló de Ryan, apartando el arma de su camino.
Chaz y Alfredo ayudaron a levantarme.
—¿Con estos imbéciles vamos a hacer negocios? —se burló Justin preguntado a acompañantes.
—Sí, el jefe los quiere a ellos —respondió un moreno con un extraño acento.
—No pienso hacer negocios con semejantes imbéciles.
Cada palabra de Justin era un puñal hacia cada uno de nosotros y ni hablar de mí, era como si sacara una y otra vez el cuchillo de mi espalda.
—¡Basta de berrinches, Sizzler! —le retó uno de sus compañeros— Los necesitamos.
—¡Son unos jodidos novatos! —estalló Justin, apretado aún más la gorra en su cabeza.
—¡Cállate, Bieber! —le gritó el hombre de barba— ¿Cómo sabes que él se llama Justin? —me miró.
Intenté hablar, pero nada salió.
—Nos conocemos —se apresuró a decir Ariana. Su respuesta no se basó en mí, hablo en términos generales.
—Bieber... —la voz de hombre sonó con advertencia— ¿Has follado con ellas?
Me atragante con mi propia saliva. ¿Qué mierda estaba pasando?
—¿Qué? —Justin rió— Estas mujeres no son mi tipo —me miró—, y ella mucho menos. Prefiero pajearme un rato. No conozco a esta gente —concluyó.
Nos vamos a casar, imbécil.
—Justin, ¿Qué estás diciendo? —masculló Ryan— Somos nosotros, hermano.
—No me llames hermano, no lo somos —respondió frío.
—¡Basta Justin! —perdí la paciencia— Esto que estás haciendo no es gracioso, basta de juegos.
—¡Aléjate de mí! —exclamó, cuando yo caminé hacia él.
—¡Maldita sea! —grité—¡Recapacita, Bieber! —lo empujé— Tu actitud me está lastimando.
Lo miré directo a los ojos buscando alguna respuesta, pero no la obtuve. Justin me volvió a empujar como respuesta y con mucha fuerza, tal cual como lo hizo hace minutos. Cuando intenté levantarme él tomó el cuello de mi camisa y me levantó firme como una muñeca. Mis rodillas dolieron un poco por el fuerte impacto con tuvieron mis pies con el piso.
Sentía su respiración llegar hasta mi mejilla, la de él estaba calmada, la mía no.
—Justin... —mi voz se cortó.
—Sizzler —afirmó.
Me dio vuelta en el aire y me empujó hacia Ryan. Mi espalda chocó con su pecho y colocó sus manos en mi estómago para no caer, pero falló. Debido a la fuerza, Ryan perdió el equilibrio y caímos al piso.
Me apoye sobre mis codos encima de Ryan y miré a Justin directo a los ojos.
Sentí mucho pánico, nunca sentí ese muro de frialdad en su mirada, ni siquiera cuando nos conocimos. Físicamente era él mismo Justin, a pensar de su cambio de dolor de cabello, pero mentalmente no era él.
—Ya basta, Sizzler. Ya te buscaremos una puta con quién follar para que te desahogues.
Justin caminó hacia su carísima motocicleta y se subió en ella, la encendió y nos miró a todos.
—¡Váyanse a la mierda todos ustedes! —escupió, y sin decir más nada, se marchó. Y allí me quedé yo, confundida, aterrada he intentado de asimilar lo que acaba de pasar.
Él no era Justin Bieber, no con él que me iba a casar.
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¡NOTA IMPORTANTE!
1. Para la que son nuevas lectoras, SIZZLER es la continuación de "BIZZLE," así que les sugiero que vayan a leer la primera parte.
2. SIZZLER no contiene una sinopsis, ya que es la continuación y no una segunda parte como tal.
3. Esto es sólo un adelanto, aunque el capítulo es tal cual el primero. SIZZLER será continuada y ESTRENADA es el 1 de MARZO.
(La razón por la cual lo subí es porque MUCHAS me han mandado mensajes diciendo que quieren adelantos y cosas así. Aquí lo tienen)
Y como siempre les digo, gracias por ser paciente, esperar y apoyarme en esto. Ya saben, pulsen "VOTAR" en el capítulo y déjame tu comentario.
También pueden usar los HT #BizzleSeries #SizzlerSeries y decirme que les pareció.
Mi twitter: itsAledrauhl ¡siganme!